Sorpresa emplumada.

Harry Potter - J. K. Rowling
G
Sorpresa emplumada.
Characters
Summary
"... Antes de que pudiera reaccionar y salir del comedor desde el pasillo se escuchó un fuerte chillido, parecido al que hacen los pájaros pero mucho, mucho más fuerte que provocó que más de uno se tapara los oídos. Todos los ojos fueron a parar a las grandes puertas cuando quedó claro que lo que sea que hizo ese sonido se estaba acercando... "
Note
Espero que lo disfruten <3Los comentarios siempre son bienvenidos :3

Una mañana tranquila y normal en Hogwarts, todos los habitantes del castillo se encuentran en sus respectivas mesas comiendo su desayuno y el alto murmullo de las diferentes conversaciones llena el comedor. Llegó la hora del correo y como todos los días cientos de lechuzas entraron por las ventanas para hacer sus correspondientes entregas.

Severus no estaba esperando que le llegara nada, por eso cuando un sobre cayó frente a él arqueó una ceja con curiosidad.

—¿Esperabas correo Sev? —preguntó Barty a su lado, escarbando en la caja de dulces que le mandó su madre.

Severus negó con la cabeza—No —agarró el sobre para examinarlo sin encontrar mucho, es un simple sobre blanco con nada más que su nombre escrito, con el ceño fruncido lo abrió y sacó la carta en su interior para leerla, tampoco hay mucho, solo dos pequeños párrafos.

Al leerlos se encendieron sus alarmas.

Antes de que pudiera reaccionar y salir del comedor desde el pasillo se escuchó un fuerte chillido, parecido al que hacen los pájaros pero mucho, mucho más fuerte que provocó que más de uno se tapara los oídos. Todos los ojos fueron a parar a las grandes puertas cuando quedó claro que lo que sea que hizo ese sonido se estaba acercando.

Cuando el causante del sonido llegó a la vista las mandíbulas de tres cuartas partes de la población del castillo cayó de la impresión.

Es una mujer, con el cabello blanco corto hasta la mandíbula, vistiendo una simple camisa sin mangas ceñida al cuerpo negra, una falda verde oscuro holgada con la parte del frente que no llega a medio muslo y la parte trasera casi rosando el suelo, en lugar de brazos normales tiene un inmenso par de alas blancas que se convierte en gris a la mitad y terminan en negro, un grupo de empeñas plumas grises debajo y a los lados de los ojos que van creciendo hasta donde deberían estar sus orejas donde se crea un grupo que sobresale del cabello, sus piernas son patas de ave con plumas gises y unas garras que parecen capaces de sostener sin problemas la cabeza de un humano, tiene una larga capa amarrada a los hombros con la capucha baja y de color beis cubriendo lo que parece una mochila y su larga cola que parece tener el mismo patrón que las alas.

Una arpía.

Una arpía en la escuela.

Como si fuera algo de la más normal.

Como si no fueran extremadamente escurridizas y evitaran todo contacto no deseado.

Santa sorpresa inesperada Merlín.

La arpía volvió a soltar un chillido obviamente emocionada, no tan fuerte como el anterior pero tampoco precisamente suave, las lechuzas revoloteando en el techo se volvieron locas de emoción por el sonido, recorrió con sus brillantes ojos rosas la habitación, al encontrar su objetivo se lanzó con alegría y con dos batida de sus alas llegó a la mesa de Slytherin para ahogar a Severus en un emplumado abrazo.

—¡Mi pequeño Sev!

—¡Elizabeth! ¡Me asfixias!

La ahora identificada Elizabeth soltó unos chirridos felices antes de aflojar el abrazo pero sin soltar al estudiante.

—¿Te volviste finalmente loca? ¿Qué crees que haces?

—¡No me volví loca! Mi carta lo explica todo perfectamente.

—Eso no explicó una mierda.

—Claro que lo hace. Y como ya quedó claro, necesito que cuides a los gemelos un tiempo.

Liberó a Severus para soltar la mochila en su espalda, que no es más que un simple bolso de tela marrón en el cual dos crías de arpía, no más grandes que un bebé humano de cinco meses, con plumas de color marrón claro y unas cuantas blancas sin un patrón específico.

Elizabeth puso en los brazos de Severus a las crías quienes soltaron chirridos de pura felicidad y se aferraron a él al instante. Severus le dio una mirada plana.

—En definitiva. Te has vuelto loca. No los puedo cuidar.

—Claro que puedes.

—¡Estoy en la escuela!

—¡No hay opción! ¡Tengo que salir de emergencia! Tengo que ayudar a Harold.

—¿No que él está en Egipto?

—¡Sí! Algún idiota activó una maldición y él junto a su equipo quedaron atrapados en unas ruinas ¡No pienso dejar que una momia de cinco mil años se quede con mi marido!

Severus cerró los ojos y se tomó un momento para preguntarse por qué su familia no puede estar un mes sin meterse en algún problema, momento que Elizabeth aprovechó para dejar el bolso con las cosas de sus gemelos junto a los pies de Severus.

—¡Bueno! Con todo resuelto me voy —dejó un beso en la frete de sus crías y otro en la de Severus antes de emprender vuelto, literalmente— ¡Adiós primito! ¡Cuida bien de mis bebés! ¡Nos vemos luego!

—¿Qué? ¡No! ¡Elizabeth! ¡Vuelve para acá!

Muy tarde, ya se fue.

—Ay, pero que hija de...

Severus se distrajo momentáneamente con cinco lechuzas revoloteando sobre su cabeza causando la risa de los gemelos aferrados a él, uno de ellos se soltó y comenzó a volar de forma un poco inestable para alcanzarlas.

Severus soltó un suspiro resignado a su destino y se rindió, dejó caer el hechizo de transformación que usa todos los días dejando a la vista un conjunto de plumas en su rostro; iguales a los de su prima pero negras, extendió sus grandes alas; que salen de su espalda casi a la altura de sus hombros, negras con algunas plumas blancas y se elevó para alcanzar a su primo.

Volar con la túnica escolar es de verdad incómodo.

Al atraparlo ambos pequeños soltaron más chillidos de alegría y se abrazaron a su cuello.

—Ustedes son iguales a su madre ¿No? —voló hasta las puertas donde aterrizó, con los niños asegurados y el bolso en mano se encaminó a las mazmorras— Bien, veamos qué puedo hacer por ustedes.

Y con eso se fue.

Dejando atrás resto de la escuela.

Pasaron dos minutos completos en absoluto silencio antes de que alguien pudiera hablar.

—Bueno, eso en definitiva fue curioso.

Las palabras del director funcionaron a modo de interruptor para todos.

Se desató el caos.

Los estudiantes estaban perdiendo la cabeza, todos hablando al mismo tiempo y algunos, muchos, gritando sin entender.

En Hufflepuff están a un paso de desmayarse por haber sido capaces de ver, no una, sino dos crías de arpía, si ver una adulta ya es difícil ver una cría es casi imposible, son incluso más lindas de lo que se dice.

En Ravenclaw están cuestionando su inteligencia ¿Cómo no se habían dado cuenta de que están estudiando con alguien parte criatura? Han tenido frente a sus narices algo tan poco común y nunca lo notaron.

Gryffindor es un desastre total, con todos gritando por haber visto una arpía de tan cerca y muchos de ellos a nada de sufrir una aneurisma por estar estudiando con uno sin saberlo, cierto hombre lobo se pregunta si es por eso que su parte criatura siente tanta calma cerca del pelinegro.

Slytherin, aunque casi no se note es un revoltijo de emoción, no porque Severus es parte arpía, eso ya todos lo saben desde hace mucho, lo que les emociona es el poder conocer en persona a los primos de los que tanto habla.

Con eso, las serpientes de primero segundo y la mayoría de las chicas se fueron tras Severus para ahogarlo a él y sus primos en arrullos y mimos.

—Aaawww, son más lindos de lo que Sev dijo —arrulló Lily ganando la sorprendida mirada de diez compañeros de casa.

—¿¡Tú lo sabias!?

Lily fue bombardeada con más preguntas de las que puede procesar.

La mesa de los profesores también es un espectáculo digno de ver, con algunos cuestionando el por qué no sabían sobre Severus, otros preguntándose cómo Elizabeth siquiera entró en los terrenos, la mayoría preguntándole a Riddle por qué no les informó ya que es obvio que lo sabe desde hace tiempo, Dumbledore tratando en vano de calmarlos y McGonagall considerando el retirarse para no tener que lidiar con este desastre.

Y pues, así se acabó la tranquila mañana.

***FIN***