
Capítulo 9
El almuerzo fue servido, y Edith hizo su mayor esfuerzo en usar los cubiertos, no es que no sepa como usarlos, solo que siempre se había acostumbrado a comer con cuchara, los cubiertos eran reservados para almuerzo o cenas familiares importantes.
—¿Quien quisiera leer?— preguntó Dumbledore.
—Yo— pidió Peter.
Theo había llegado a Malfoy Manor para una partida amistosa de Quidditch con Draco, Blaise, Greg y Vicent.
El día no era tan frio, así que era perfecto para un pequeño juego.
Cuando arribó por Red Flú al recibidor de Malfoy Manor fue recibido por el sonido de un piano.
—¿Por que tenemos que leer sobre ese mocoso?— pensó James con el ceño fruncido.
No le agradaban ningún mocoso con dedos pegajosos cerca de su dulce corazón.
Miró a los lados y supuso que el sonido provenía del pequeño salón privado de Lady Malfoy. Llevando su escoba en mano camino hasta el origen de la música.
La puerta del pequeño salón estaba abierta y Lady Cordelia estaba en el piano forte entonando una melodía que no podía identificar, Theo se quedó congelado ante la imagen.
El cabello rojizo de Lady Cordelia estaba enroscado en una cinta Celeste en una trenza en forma de diadema en su cabeza.
Ella sonría mientras observaba las partituras frente a ella, sus guantes de encaje descansaban sobre su regazo.
—Vaya— dijo Heir Aster Nott con una sonrisa burlona— Seremos consuegros Potter
La copa que tenia James en su mano derecha se quebró ante su apretón fuerte. Lady Potter jadeo preocupada al notar las pocas gotas de sangren que se deslizaron sobre su muñeca.
—¡James!— chilló preocupada Euphemia, Lily tomó la mano de James y rápidamente la cubrió con su pañuelo.
—Estoy bien— dijo apretando la mano. —Por favor continua Peter.
Peter lo miro preocupado por su herida, pero continuo leyendo.
—Theo— él salió de su distracción cuando fue llamado por Lady Malfoy, quien estaba sentada en su sofá favorito.
La música se detuvo, los ojos de cierva de Lady Cordelia lo vieron fijamente. En un movimiento rápido de ella se colocó sus guantes y se levantó del asiento.
—Heir Nott— saludó educadamente. Ella se quedó parada en su sitio mirando a los lados con disimulo.
—Los chicos te están esperando en el jardín— dijo Lady Malfoy poniéndose a lado de Cordelia, mientras colocaba una de sus amigos sobre el delicado hombro de Cordelia. — Aunque ya has visitado la mansión con anterioridad me sorprende que te perdieras.
—Si, debió irse directo al jardín— masculló Sirius igual de molesto que James.
—Ustedes dos— los señaló Petunia— Solo falta uno más y son los tres chiflados.
—Para eso tienen a Peter— dijo Lily con una pequeña pisca de burla hacia su prometido y amigos.
—Auch, me lastimas Lily-Flowers— hizo un puchero James.
—Me llamo la atención de quien podría estar tocando el piano, Lady Malfoy.
—¿No es un verdadero encanto Lady Cordelia?— sonrió ella como respuesta.— Tocar con tanta naturalidad y talento el piano.
Theo notó como las mejillas de Potter se volvían de un ligero tono rojizo.
—Yo...solo he sido constante en mis prácticas— respondió Cordelia.
—Lady Malfoy no miente en cuanto a su talento, Lady Cordelia— dijo Theo un poco nervioso.
—Awwwww son tan tiernos— dijo Edith.
James y Sirius la vieron de una mala manera.
—A mi ni me miren así— dijo Edith esgrimando su varita rápidamente— A menos que quieran sus dientes en el suelo.
Ninguno se dio cuenta de la mirada de complicidad en los ojos azules de Lady Narcissa.
—Bueno el joven Nott se escucha como un buen pretendiente— dijo Walburga. Era una lastima que no hubiera un Black disponible, pero tenían al niño de Narcissa en la contienda.
Dhalila Clermont, la prometida de Aster Nott, sonrió. Segun por lo visto su compromiso con Aster siguió adelante y le había dado un heredero a la familia Nott.
La señorita Clermont miro a Lily, si bien siendo una Ravenclaw había compartido algunas clases con ella se dio cuenta que era alguien lista, una pena que no estuviera interesada en las vías Antiguas.
—Theo querido— dijo llamando la atención del niño— Este es el primer baile formal de Lady Potter, porque no bailan juntos aunque sea una pieza, por supuesto seria la segunda, ya que mi querido Dragón tiene reservada la primera pieza.
—"Era de esperarse"— pensó Theo. Era claro que Lady Malfoy trataría de sacar ventaja en la visita de Potter.
— Estaría encantado— contestó Theo —Si me disculpan, me están esperando para una partida de Quidditch.
—Si, diez pasos lejos de mi precioso corazón— dijo James.
—Son pocos, que sean treintas— agregó Sirius.
Aster Nott los miró con una ceja arqueada. ¿Acaso este dúo de imbéciles no les agradaba su hijo?
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Luego de que Heir Nott se fuera del estudio, un elfo le indico a Cordelia que había llegado un paquete para ella.
La mente de Cordelia hizo ¡Clic!. Ya había llegado su vestido.
Por supuesto le pidió a Lady Malfoy que le diera su opinión acerca del vestido. El elfo que le avisó de su entrega había dejado la caja envuelta en una cinta malva encima de su cama.
Lily por fuera tenia una expresión de tranquilidad, pero por dentro estaba en un mar de sentimientos, primero estaba ardiendo en celos de que Narcissa junto a Petunia sean las imágenes maternas de su pequeña y segundo, estaba muy triste, no sabia porque, pero estaba triste.
Quería acostarse en su cama y abrazarse a su gato olvidándose del mundo.
Cordelia se emocionó cuando abrió la caja y vio el vestido que mandó a confeccionar con Madeimoselle Jacqueline.
—Es un precioso vestido— dijo Lady Malfoy cuando el vestido se extendió en la cama.
De color lavanda suave y hecho de tul suave. Largo que llevaba a cubrir los pies de Cordelia, tenía una cinta para que acentuará la cintura, era de hombro descubierto que un volado suave que ayudaba y daba estructura a todo el diseño.
Y para completar todo unos guantes de un tono más claro del vestido.
—Tenia razón, señorita Black— dijo Petunia— Los colores pasteles le quedarán bien.
—Hay que saber que colores le cae a una bien dependiendo del color de cabello y tez— sonrió Narcissa.
—Uh, mi turno— dijo Edith— No se que me queda bien, uso siempre lo que mi madre dice para mi o negro, amo el color el negro.
—Con gusto le ayudaré, señorita Luzardo— contestó Narcissa.
—Edith por favor, el señorita es muy formal para mi— sonrió Edith— Ademas me recuerdan a mis maestros regañarme por dormir en clase.
Entre las tres se sonrieron.
—Tengo los zapatos adecuados para el vestido y el peinado ya lo tengo decidido— dijo Cordelia con una mano sujetándose mentón — Pero no estoy segura si tengo la edad adecuada para usar joyería.
—¿Puedo ver las joyas en tu poder?
Cordelia accedió sacando de su baúl el pequeño cofre que se le fue entregado en Gringotts. Lady Malfoy examinó el contenido hasta que sacó la gargantilla de perlas gris con el ópalo negro.
Los ojos de Cordelia se iluminaron, eran perfectos y completaban la inspiraron para el vestido.
—El collar hará de un buen toque— dijo Lady Malfoy — Las perlas siempre son un accesorio sencillo pero que sirve bien.
Cordelia asintió con la cabeza. Tía Petunia siempre usaba su collar de perlas y la hacia lucir siempre bien presentada.
Petunia sonrió, desde joven trataba de verse muy formal para ser tomada en cuenta y con seriedad, mientras Lily, bueno Lily parecía una hippie con esos vestidos y blusas de mangas acampanadas.
—Muchas gracias por su ayuda, Lady Malfoy.
—Siempre quise a una niña para vestir— reflexionó colocando sus manos sobre su cintura mientras examinaba una vez el vestido de Cordelia.— Amo a mi Draco con toda mi esencia, pero eso no quita el deseo de una bruja en tener a su propia hija a la cual vestir y peinar.
Edith hizo una mueca, tocándose con disimuló su vientre recordando que jamas podrida tener hijos. Bueno, al menos tendría muchos sobrinos y sobrinas que malcriaría a espalda de su hermano y primos.
Ella miro al bebé en los brazos de la señora Weasley un poco triste.
Los ojos de Lady Narcissa brillaron y tomó las manos de Cordelia.
— Permíteme acogerte como mi pupila— le pidió Lady Malfoy — Será como tener a mi propia hija.
Cordelia se sorprendió ante la oferta Lady Malfoy.
—¿Su...pupila?— dijo Cordelia conmocionada.
—Ugh, algo em diecia que harías tu jugada, Cissy— dijo Sirius con una mueca.
—¿Su jugada?— preguntaron Lily y Petunia al mismo tiempo.
—Para una bruja es esencial tener una guía femenina— dijo Narcissa recordando la guía de Lady Althaia Slytherin— Ser quien guie a una niña, y como al parecer quien escogiste como madrina no hizo cargo de Cordelia, alguien debe ser la tutora de la niña.
Lily iba a protestar porque debía ser ella, pero reconsidero. Los Black era uno de los Sangrados 28, por lo que su educación junto a la de sus hermanas debió ser excepcional y en la lectura parecía genuinamente preocupada por Delia.
—Bueno, en tienes razón— dijo Lily admitiéndolo. James la miro con la boca abierta.
Lily pensó en que debía sacar la cabeza de su burbuja de conformismo. Miro a Lady Potter y luego a Madame Longbottom. Y supo a quien pedir guía.
—¡Por supuesto!— la sonrisa de Lady Malfoy era tan brillante que hacia desfallecer a Cordelia. Es como ver a la princesa de Gales muy cerca— He decir quien te haya criado todos estos años ha hecho un excelente trabajo, pero aun necesitas una mano que te guie en el mundo mágico. Permíteme ser esa mano que te guie.
Ser la pupila de Lady Malfoy. Estar bajo el manto de protección de tal elegante bruja.
—Me gustaría ser su pupila, Lady Malfoy— dijo Cordelia con la llena de emoción. Lady Malfoy sonrió le dio un cálido beso en las mejillas.
Narcissa y Lucius se miraron sonrieron levemente, tenia a la pequeña dama Potter como pupila, ahora Draco debería poder cortejarla.
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Yule llegó y con eso la depresión anual de Eowyn.
No había festejado Navidad, o Yule ahora en adelante, luego de la muerte de su madre. Simplemente las festividad invernales perdieron todo el encanto y se había vuelto gris.
—Pobre niña— dijo Euphemia con el corazón apretado.
—Al menos esta en Hogwarts y no en ese agujero que llaman orfanato— dijo Marlene seria.
En la mañana se despertó conmocionada al ver que había regalos al piel de su cama. Estaba sola así que pudo dejar caer su armadura fría y el quemeimportismo con que siempre se ha vestido desde que llegó al orfanato.
Con el cabello cayendo suelto en la intimidad de su soledad observó la serie de tres paquetes para ella y una carta.
El primero era una caja donde había una peineta de oro con flores delicadas de parte de Cordelia junto a más cintas para el cabello.
El segundo era un vestido color café suave en corte que le recordaba a los años 60's por parte de Pansy junto a un cinturón negro.
El tercero era un juego de varios guantes de cuero negro, café y colores neutros junto a una carta por parte de Daphne.
"Querida Eowyn
Se que no eres alguien de encaje o seda. Así que sé que el cuero es perfecto para ti.
Con mucho afecto
Heredera Daphne Greengrass"
—Eso bueno que cuente con amigas en esos momentos tristes— dijo Madame Augusta.
La carta era de Hermione deseándole un feliz Yule y que su regalo se lo entregaría en persona debido a los costos de envíos internacionales.
Eowyn miró sus regalos, y su corazón se calentó. Desde la muerte de su madre solo había recibido pequeños regalos por partes de las amigas de su mamá que a veces la sacaban del orfanato a escondidas para llevarla de paseo.
—Aunque con la mamá de la señorita Fraser este muerta sus amigas procuran su bienestar y felicidad— dijo Lily.
Cualquiera de ellas con gusto se hubieran hecho cargo de ella, pero servicios infantiles jamas le entregarían la custodia a una mujer que trabajara en la noche vendiendo su compañía a hombres. Así que la arrojaron a ese infierno llamado Wools.
—Vivir con meretrices o un orfanato—dijo Bellatrix.
—Las dos cosas suenan mal— contestó Edith— El orfanato es peor, las cosas que han hecho y no han pagado.
Edith se estremeció ante los relatos de los chicos que llegaban a los ayllus de su tiempo en esos lugares.
Eowyn sacó de su baúl su copia del Señor de los Anillos, las dos Torres, como separador estaba una vieja fotografía de su mamá. Su mamá era linda, de cabello castaño lacio y ojos castaños, siempre tenia una sonrisa en su rostro.
—Feliz Yule, Màthair— dijo Eowyn a la fotografía.
—Fin del capitulo— dijo Peter.
—Oh, de ahí su nombre— dijo una Ravenclaw.
—¿Eowyn?— dijo Sirius.
—Eowyn, la doncella de Rohan— contestó la misma chica Ravenclaw— Cuando la leí tuve una gran revelación sobre mi gusto por las chicas.
Muchas, que leyeron a Tolkien, asintieron con la cabeza, sino era Eowyn era Galadriel o Arwen.