
Capítulo 22
Luego de la reunión de Prefectos, Petunia regresó a su vagón con Lucius.
Al llegar vio a todos tensos.
—¿Qué ha sucedido? — preguntó Petunia sentándose junto a Bellatrix.
—Me han declarado New Blood — dijo Judith para luego romperse a llorar.
Los cinco presentes en el vagón fueron espectadores como Judith empezó a llorar cubriéndose su rostro con sus manos. Eran sollozos dolorosos.
—Pero es una buena noticia — dijo Bellatrix.
—Debería serlo, pero mi padre me ha arruinado este momento — Judith descubrió su cara y se secó la mejilla con la manga de su suéter.
—¿Cómo que lo ha arruinado? — preguntó Rabastan.
—Ustedes saben que mis padres se divorciaron en mi primer año — Judith los miró — Y saben que mi padre se casó hace medio año con una mujer que da clases dominicales. Bueno, hace dos día mi padre me recogió de la casa por nuestros días de semana establecido por la corte de custodia.
Judith sonó su nariz en el pañuelo que Bellatrix le tendió.
—Bueno, desde que se casó ya no pide los días — siguió explicando — Él me llevó por un helado y luego a una película en Londres. De camino, me dijo que su esposa estaba embarazada.
Ella volvió a sollozar por un minuto y luego sonó la nariz.
—Él dijo que estaba dispuesto a seguir siendo su hija si abandonaba “mi maldad” — hizo comillas con las dos últimas palabras, refiriéndose a su magia — Y dejar a mi madre para ser una familia con su nueva esposa e hijo. Yo le dije que no, porque soy una bruja y me enorgullezco de eso.
Judith sonó nuevamente su nariz.
—Él dijo, “De acuerdo, desde hoy yo ya no tengo una hija, estás muerta para mi, hija del demonio” — dijo Judith con los ojos llorosos — Me llevó de regreso a casa de mi mamá. Desde entonces he estado llorando.
Petunia la tomó de las manos.
—Es por sus palabras que no puedo disfrutar del fruto de mi trabajo — sollozó Judith —Soy una New Blood, debería estar feliz, pero solo recuerdo las palabras de mi papá.
Petunia se movió un poco y abrazó a su amiga, ella siguió sollozando.
—Ve esto como una oportunidad, Judith — dijo Lucius
—¿Oportunidad?
—La presencia de tu padre siempre será un obstáculo para tu vida en el mundo mágico — explicó Malfoy — Tu madre ha sido tu único apoyo. Eres una New Blood, ante la Madre Magia eres su hija, eso es lo único que importa.
Judith miró sus manos, usaba unos sencillos guantes color terracota.
—No dejes que su ignorancia te impida buscar tu lugar en el mundo — Lucius declaró con seriedad — Eres una nueva persona.
Judith no dijo nada más, solo recargó su cabeza en el hombro de Petunia.
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Lily dejó caer su carta con una sonrisa.
—¡Eres malvada Lily Joy Evans! — le gritó Sirius.
Lily sonrió al ver que había bloqueado a Sirius.
Su padre le había comprado una baraja de UNO y Lily lo llevó para matar el tiempo en el tren caminó a Hogwarts.
—Es pelirroja, nunca te confies en las pelirrojas — sonrió Narcissa. Severus a su lado sonrió un poco.
—Mala suerte, Sirius.
Severus lanzó una carta azul, Cissy le lanzó un +4 a Lily y ella la miró indignada, ahora fue turno de Sirius de reír.
Lily miró su baraja, solo le quedaban tres cartas, pero como no tenía una que le fuera útil, con una mueca recogió las cuatro cartas. Sirius lanzó otra carta, pero tenía en sus manos más de siete cartas aun.
Mientras seguían jugando, la señorita de los dulces pasó por el corredor.
—¿Desean alguna golosina, niños? — preguntó amablemente.
Sirius saltó de su asiento y metió sus manos a los bolsillos de sus pantalones.
—Si, queremos ranas de chocolates, bombones explosivos… — empezó a contar los knuts en su mano — ¿Algo más que quieran muchachos? La casa Black invita.
—Yo quiero unos Droobles — pidió Lily. Solo se comería uno y el resto lo dejaría para mañana.
—Yo quiero hilo de menta, por favor — dijo Cissy.
—Plumas de azúcar — pidió Severus.
Sirius hizo su pedido, pero Lily vio como un chico llegó corriendo. Se detuvo a lado del carrito, se sostuvo sobre sus rodillas.
—Señora Mayfair — dijo el chico de lentes.
Lily se levantó de su asiento al notar que era el idiota que las empujó a ella y Narcissa en el Callejón Diagon.
—Tres empanadas de calabazas, por favor — pidió el chico.
—Con gusto, pero primero atiendo al jovencito aquí — señaló a Sirius.
Lily se cruzó de brazos ante el cuatrojos idita, y Cissy parecía también reconocerlo, porque también se cruzó de brazos.
—Es el Heredero James Potter — le susurró Cissy — Mi padre dijo que regresaron de Francia luego de cuatro años viviendo allá.
—Es un idiota — contestó Lily también en un susurró.
La señora Mayfair le dio el pedido a Sirius, Potter pidió nuevamente su pedido y por un momento se le quedó viendo a Lily, ella le frunció el ceño y se fue sin siquiera saludarlos apropiadamente.
Sirius se sentó a lado de Severus y repartió los dulces.
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James sintió sus mejillas sonrojadas ante la niña de ojos verdes en ese vagón.
Querido calmarse se comió las empanadas con voracidad, las migajas cayeron en su regazo pero luego de acabarse la comida se fue a colocar el uniforme.
Al llegar a la estación la vio cerca de una niña rubia muy alta y con el uniforme de Slytherin junto a la placa de Prefecta brillando en su pecho.
La abrazo fuertemente y le arregló los lazos verdes que sostenían los dobles bollos de su peinado.
—Te deseo mucha suerte, hermanita — le besó la frente.
Los de primer año fueron llamados por un hombre muy muy alto y con el cabello enmarañado.
—No más de cuatro por bote — dijo el hombre que se presentó como Rubeus Hagrid, el guardabosque de Hogwarts.
James vio a la niña de cintas verdes subirse a un bote, y antes que James pudiera colarse en ese pequeño bote, una niña rubia y dos pelinegros se subieron. Ese bote partió y el chico de ojos negros y cabello un poco largo le sonrió cruelmente.
Sin más se subió a un bote junto a dos chicos. Reconoció a Alice Fortescue , la hija del señor Florean y a la Heredera Marlene McKinnon. Luego estaba Frank Longbottom, lo reconoció porque su madre suele tomar el té con Lady Longbottom.
James se inclinó hacia un lado y se sujetó sus anteojos con una mano para evitar que se le cayeran al lago. Al avanzar cerró los ojos dejándose llevar por el viento y el aroma a bosque.
Al llegar fueron guiados hacia un recibidor donde los esperaba una mujer de aspecto serio.
—Buenas noches y bienvenidos a Hogwarts — dijo la mujer —Soy la profesora Minerva McGonagall…
James se distrajo, escuchó algo de la selección y las puertas del Gran Salón se abrieron. Caminaron en medio de las mesas de las casas hasta que trajeron al Sombrero Seleccionador que cantó desafinadamente.
Empezaron por orden alfabético.
—Black Narcissa — llamó la profesora McGonagall.
La niña rubia que estaba junto a la linda niña de cintas verdes avanzó con la frente en alto y se sentó en el banquillo. El sombrero le fue colocado y de inmediato fue seleccionada para Slytherin.
La mesa de las serpientes aplaudió y Black se fue con una sonrisa presumida. Luego llamaron a otro Black.
El heredero de los Black se sentó en el banquillo, el sombrero se quedó mudo un par de minutos antes de gritar:
—¡Gryffindor!
El heredero de los Black abrió sus ojos a la par que la profesora McGonagall le quitaba su sombrero, toda la mesa de Slytherin lo miraba fijamente. Black simplemente se puso de pie y con la frente en alto se sentó en la mesa de Gryffindor.
Paso la letra C y D hasta la E.
—Evans Lily — llamó la profesora McGonagall.
La niña linda avanzó. Así que se llamaba Lily.
Ella se sentó y el sombrero también divagó para luego gritar Slytherin.
Toda la mesa aplaudió y la niña linda se sentó a lado de la prefecta le beso la frente.
La selección siguió y siguió hasta que fue llamado él.
—Potter James
James avanzó confiado, cuando el sombrero fue puesto en su cabeza de inmediato gritó Gryffindor.
Él sonrió y se sentó junto a Black que parecía aun en shock.
—Mi nombre es James, un gusto — se presentó ante Black
—Heredero Sirius Black — saludo extendiendo su mano.
Los dos se dieron un apretón de manos, James sonrió ampliamente y Black le dio una pequeña sonrisa.