
Capitulo 13
Aurora siempre tuvo el sueño ligero, los años de juventud cuando sentía el miedo de que fueran bombardeados en la noche era constante.
Los años en Wools nunca pudo entrar profundo en sus sueños, dormía con los zapatos puestos lista para correr a refugiarse en los lugares asignados.
Así que cuando tocaron a su puerta en la madrugada fue la primera en levantarse. Se cubrió con su abrigo grueso y bajo por las escaleras. Primero miro a Petunia, dormida en su cuarto pacíficamente y luego miro en el cuarto de Lily, su linda pelirroja estaba abierta como estrella mientras roncaba levemente.
Aurora bajó hacia la puerta, aun con la cadena del pestillo puerta la abrió. Un compañero de la fábrica la miraba pálida.
—¿Jhon? ¿Qué sucede?
—Necesito a Adrian— respondió él — Es Snape, hubo un pleito en el pub.... Evans debe venir rápido.
Aurora cerró la puerta y regresó al cuarto, con cuidado despertó a Adrian. Su esposo se despertó sobresaltado, Aurora le susurró la presencia de Jhon en la entrada de la casa y mientras él se vestía, ella le buscaba las llaves, la billetera y un abrigo.
—Veré en qué problemas se ha metido Snape esta vez— expresó molestó Adrian mientras salía de la casa con Jhon detrás de él.
Aurora miró al reloj de pared en la sala de la casa, la hora marcaba las 03:45 de la madrugada. Ella apiló algunos pequeños cojines y se sentó en el mueble esperando noticias.
Cuando el reloj marcó las 06:00 de la mañana, Adrian regresó a la casa con una expresión de consternación. Aurora le extendió una taza humeante de té de menta.
—Tobías está muerto— dijo Adrian. Aurora se cubrió la boca con ambas manos por el shock, si bien nunca le agradó ese borracho maltratador, Eileen, la pobre de Eileen.
—¿Qué sucedió?
—Una pelea de borrachos. Estaban jugando a cartas con dinero de por medio. Al parecer el otro sujeto le hizo trampa a Snape y este enfureció— contó su esposo — El sujeto sacó una navaja y lo apuño en el estómago. Lo llevamos a un hospital, pero murió desangrado.
Aurora se sentó en el sillón sin poder procesar la noticia.
—¿Y Eileen?
—Aún no lo sabe.
—¿Quién le dará la noticia?
—La policía irá a la casa— Adrian colocó su mano en la mejilla de Aurora frotando levemente el pómulo de ella. — Es mejor que estés ahí para ella. Te va a necesitar.
Aurora asintió con la cabeza y subió hacia la habitación para cambiarse de ropa.
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Aurora estuvo ahí para Eileen.
Cuando le notificaron la noticia del fallecimiento de Tobías, ella se derrumbó cayendo al suelo en lágrimas vivas. Ella soltó un chillido antinatural, se arañó los brazos.
Aurora palideció cuando vio al pequeño Severus salir del cuarto. Ella dejó a Eileen llorando frente a los oficiales y cargó al niño de regreso a la habitación.
—¿Qué sucede? — preguntó Severus.
—Algo malo pasó.
—¿Murió? ¿Tobías murió? — volvió a preguntar y Aurora asintió con la cabeza — Bien. Era un hombre malo.
Aurora se quedó sin habla ante las palabras del pequeño Severus.
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Dos días después del funeral de Tobías, Aurora conversó con Eileen. Ella lucia destrozada, su pálida piel mostraba claramente las ojeras y la demarcación de su rostro, haciendo que Aurora se preguntará si alguna vez fue una belleza.
—Debes hablar con tu familia Eileen— le insistió Aurora.
—Severus es la única familia que me queda.
—Tu padre Eileen— señaló Aurora — Escríbele a tu padre.
—No puedo...
—Eileen.
—Me ha repudiado. No puedo escríbele— Eileen se llevó las manos a su cabello, hundiendo sus largos dedos en sus negros mechones — ¿No lo entiendes? La única manera que me perdone es si le imploró perdón de rodillas. No, no le escribiré
Aurora apretó los labios molesta.
—Eileen. Tobías no te dejó nada — Aurora le tomó de las manos — Él vivía en el pub y casi todo lo que ganaba se gastaba en la bebida y el juego.
—No te atrevas a hablar de Tobías de esa manera— Eileen la miró molesta.
—Si. Voy a hablar mal de él — Aurora la tomó de la cara para que la viera — Trágate tu orgullo y escríbele a tu padre. Eres madre, Eileen, no importa nuestro orgullo. Nuestros hijos es lo más importante, y si tienes que pedirle de rodillas perdón a tu padre lo vas a hacer, por el futuro de Severus.
Eileen sollozó con las mejillas bañadas de lágrimas. Aurora la soltó y le frotó la espalda mientras Eileen se encorvaba hacia adelante cubriendo su rostro con sus manos.
—Le pedí a Petunia que escriba una carta a Lady Black— dijo Aurora, Eileen alzó la mirada asustada.
—No, no, no — negó con la cabeza Eileen — Walburga . Ella no me perdonará.
—No perdemos nada con intentarlo.
Eileen miró hacia los lados nerviosa.
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"Estimada Lady Black.
Le escribo esta carta por un asunto que podría ser de su interés. Como le había comentado anteriormente, tengo un amigo cuya madre es una bruja, y que recientemente he averiguado su apellido de soltera.
Eileen Prince.
La señora Snape recientemente ha sufrido la pérdida de su esposo debido a un accidente. La señora Eileen necesita su ayuda, un apoyo para parlamentar con Lord Prince, confía en su ayuda.
Saludos Cordiales.
Srta. Petunia Evans."
Walburga apretó la mano donde estaba la carta de la señorita Evans. Respiró pesadamente ante el contenido de la misiva.
Eileen.
Eileen Daella Prince.
Hace cuantos años que no escuchaba el nombre de la que un día fue su amiga y casi se convertía en su hermana.
¿Cómo se atrevía a pedirle ayuda luego de tantos años?
—¿Qué es? ¿Qué es? — Sirius escaló hacia su regazo, su manito trató de agarrar la carta, pero Walburga lo esquivó.
—No Sirius. Son temas de adultos— le dijo Orión. Sirius soltó un bufido y se cruzó de brazos aun sentado en su regazo.
—Sirius ve a tu cuarto.
—Pero mamá....
—Ve a jugar a Kreacher— le ordenó Walburga.
—De acuerdo— Sirius saltó bajándose de su regazo y salió corriendo del salón — ¡Kreacher!
Riendo divertido y buscando al elfo, Sirius salió de la sala dejando solos a Orión y Walburga.
—¿Qué decía la carta? — preguntó Orión.
—Eileen — Walburga le extendió la carta, él la tomó y empezó a leerla — Luego de años de huir su compromiso con Alphard implora mi ayuda. ¡Ja! ¿Cómo tiene el atrevimiento?
—Ve
—¿Qué?
—Tú y yo sabemos que te molestó más que te abandonara a ti que a Alphard— Orión dejó la carta en su regazo — Tómalo como una oportunidad. Mírala a la cara y haz las preguntas que has tenido estos años.
Walburga suspiro.
—Eileen — pensó — ¿Por qué me abandonaste?