
Chapter 13
Barty entró a la oficina de Severus con su habitual cojera y después de colocar algunas barreras de privacidad, se quitó tanto la pierna falsa como el ojo mágico.
—Detesto estas malditas cosas —refunfuñó con desagrado, arrojándolos sobre la mesa más cercana.
Harry y Severus lo observaron, interesados en lo que diría. Por lo general, Barty ignoraba a Severus, ya que Ojoloco y él no se llevaban bien, y prefería usar a Harry como mensajero.
—Me encontré con el Señor Tenebroso anoche, después de que Lucius me enviara un mensaje —comenzó Barty, sentándose—. Ya que Dumbledore ha sido arrestado, él quiere hacer el ritual esta noche durante la luna llena. Lucius ya tiene toda la información sobre el ritual que podemos usar y actualmente el Señor Tenebroso se encuentra residiendo en su mansión.
—Podemos ir allí después de la cena para ayudar con el ritual. Le diré a Minerva que llevaré a Harry a buscar ingredientes para pociones —dijo Severus, asintiendo para sí mismo.
—Yo ya le informé que iba a ir al Ministerio y a otros lugares —añadió Barty, complacido con que la paranoia de Ojoloco impidiera a los demás saber dónde estaría—. Lucius ya tiene los ingredientes necesarios para el ritual.
—¿Y qué hay de su cordura? —preguntó Harry cauteloso, sin querer enfrentarse a un Señor Tenebroso maniático.
—Lucius me aseguró que se encargarán de eso. No pudo decirme mucho, ya que está bajo un juramento inquebrantable, pero mencionó que el Señor Tenebroso quiere hablar contigo, Harry, después de recuperar su cuerpo y cordura —explicó Barty con seriedad.
Harry intercambió una mirada discreta con Severus, sabiendo que discutirán la situación más tarde. Después de todo, Barty tampoco estaba en su sano juicio.
—Nos reunimos en la Casa de los Gritos después de la cena —indicó Severus, deseando no demorar mucho para evitar que los vieran juntos a los tres.
Lucius los recibió en el vestíbulo de su mansión, y todos se dirigieron en un silencio tenso hacia la sala de rituales. La sala ubicada en las mazmorras, en el centro de la mansión, era grande y estaba hecha de piedra caliza fría. Cuando llegaron, las tenues luces de los candelabros iluminaron el cuerpo deforme del Señor Tenebroso sentado en el centro de la habitación. Su atroz apariencia recordaba a una versión infantil de El Hombre Elefante, con bultos en lugar de nariz y orejas, y en vez de brazos o piernas propiamente dichos, tenía muñones cortos.
—Milord —saludaron Lucius, Severus y Barty, arrodillándose.
—Harry Potter —murmuró el Señor Tenebroso en voz baja y ronca.
—No estoy seguro de cómo debería llamarte. Sé que no te gusta tu nombre, pero no voy a llamarte “milord” —afirmó Harry, negándose a arrodillarse e ignorando la tensión de los tres Slytherin a su alrededor.
Sabía que si cedía, perdería el control.
—Continuaremos con esta conversación más tarde. Ahora debemos preparar dos rituales —ordenó el Señor Tenebroso, con una voz que sonaba infantil—. Es hora de comenzar.
Severus, Lucius y Barty se levantaron y comenzaron a consultar los libros que Lucius había traído para esta ocasión. Después de repasar la información acerca del ritual, Severus le enseñó a Harry a usar la tiza mágica para dibujar las runas en los cuatro puntos cardinales y los cuatro elementos principales. Mientras tanto, Lucius colocaba las hierbas en los lugares indicados, recitando un encantamiento purificador, y Barty explicaba cada paso mientras alistaba el escenario para el ritual. Luego, Barty colocó una cama de piedra en el centro de la sala, sobre la cual Severus dibujó una runa de renacimiento.
Narcissa entró con pasos suaves y firmes justo cuando terminaron los preparativos, llevaba puesta una sencilla túnica blanca y lisa para rituales, su cabello estaba suelto y no llevaba ningún accesorio encima. Sin decir una palabra, Lucius recogió con cuidado al Señor Tenebroso y lo colocó en el centro de la cama de piedra, mientras Narcissa se situaba fuera del círculo que Barty había dibujado alrededor.
Los cuatro hombres se pararon en las direcciones principales marcadas por una brújula alrededor de la cama en el círculo. Narcissa asumió el liderazgo como ritualista y esperaron a la medianoche. Cuando el reloj marcó la hora en punto y empezó a sonar, Narcissa se movió detrás de Harry, tomando su mano derecha y la mano izquierda de Severus.
—De mano en mano, el círculo se forma —cantó, moviéndose hacia la derecha de Severus y tomando su mano derecha, así como la mano izquierda de Barty—. De mano en mano, el círculo se forma —repitió, dirigiéndose hacia la derecha de Barty y continuando hasta que los cuatro hombres completaron el círculo—. Sean todos bienvenidos a la Ceremonia de Renacimiento de Tom Sorvolo Ryddle —anunció con sus pasos resonando detrás de los hombres mientras colocaba el símbolo correspondiente de los puntos cardinales, en forma de collar, alrededor de sus cuellos—. Suelten sus manos e inviten a los elementos a estar presentes.
Narcissa se giró hacia Lucius, quien se encontraba en el este.
—Saludo a los espíritus del Este, el elemento Aire. El Este es la dirección de la mente y de los comienzos. Los ancianos lo han asociado con nuevos inicios. La mente está llena de conocimiento y sabiduría provenientes de toda una vida de experiencias.
Luego, Narcissa se volvió hacia Barty, quien se hallaba en el sur.
—Saludo a los espíritus del Sur, el elemento Fuego. El Sur es la dirección de la creatividad, la pasión y la transformación; la transformación del cuerpo, la mente y el alma.
Narcissa se giró hacia Severus, que se ubicaba en el oeste.
—Saludo a los espíritus del Oeste, el elemento Agua. El Oeste es la dirección de las emociones y está asociado con el otoño de la vida. Las ancianas han aprendido a tener juicio y perspectiva, pero nosotros aún sentimos emociones profundas: la ira justa ante las injusticias del mundo, el amor por nuestras familias y amigos, y la tristeza por las cosas valiosas que han desaparecido de nuestras vidas.
Finalmente, se volteó hacia Harry, quien estaba en el norte.
—Saludo a los espíritus del Norte, el elemento Tierra. Esta dirección pertenece a la Anciana, poseedora de gran poder. El Norte es la dirección de la solidez, del enraizamiento, del invierno con su introspección, y de la muerte: lamentamos la muerte de nuestros seres queridos y contemplamos el fin que se acerca para nosotros mismos.
Narcissa se giró con gracia hacia el centro.
—La belleza de la luna emergente y la tierra oscura bajo tus pies te dan la bienvenida de nuevo con la promesa de transición y renacimiento en el ciclo de vida y muerte, y de la vida nuevamente. Ábrete a la oscuridad. Da la bienvenida a todo aquello que temes. Saluda la libertad de expresar tu esencia. Abraza el valor de dejar de lado las opiniones de los demás mientras vives según tu propio plan, en sintonía con tu propia verdad. Usa la sabiduría que puede guiar al mundo.
Narcissa sacó gemas moradas a juego con las gemas de los collares y las colocó detrás de cada uno de los cuatro hombres parados.
—La amatista ha sido considerada durante mucho tiempo como una piedra con magia especial, creída por tener poderes de protección, sanación y mejora de las habilidades mentales y la agudeza; valorada como una piedra de espiritualidad y paz.
Luego, tomó su varita y se movió detrás de Harry.
—Unidos, nos mantenemos en el deseo de ver el renacimiento de Tom Sorvolo Ryddle —recitó, moviéndose detrás de Severus—. Unidos, nos mantenemos en el deseo de ver el renacimiento de Tom Sorvolo Ryddle —repitió, colocándose detrás de Barty—. Unidos, nos mantenemos en el deseo de ver el renacimiento de Tom Sorvolo Ryddle —recitó, situándose detrás de Lucius—. Unidos, nos mantenemos en el deseo de ver el renacimiento de Tom Sorvolo Ryddle.
A medida que Narcissa completaba el ciclo y lo cerraba, colocándose nuevamente detrás de Harry, la magia fluía de las gemas alrededor de los cuellos de los hombres y se dirigía directamente hacia el Señor Tenebroso. Pronto, los gritos de agonía no solo provenían del Señor Tenebroso, sino también de Harry, quien se obligó a permanecer de pie mientras la sangre brotaba de su cicatriz. Sentía como si su cuerpo estuviera ardiendo y su cabeza a punto de estallar. Podía sentir su magia fluir rápidamente a través de su cuerpo y, al final, se desmayó cuando el Señor Tenebroso volvió a gritar.
Harry abrió los ojos, encontrándose en una habitación oscura con solo una vela encendida en la cómoda a su derecha. Al girar la cabeza, vio a Severus y a Narcissa sentados en dos sillas al lado de su cama. Soltó un gemido y trató de levantarse.
—No te muevas. Tu cuerpo apenas se está curando. Parece que tenías algunas ataduras en tu cuerpo y magia, y la conexión con el Señor Tenebroso liberó su restricción —explicó Severus, deseando haber realizado antes un escaneo en Gringotts.
—Tu cuerpo se encuentra ajustándose a los cambios —añadió Narcissa, sacando su varita para hacerle un escaneo a Harry—. Duerme. Cuando vuelvas a despertarte, tendrás que tomar una poción para el dolor.
—¿Qué cambios? —cuestionó Harry en un susurro, sintiéndose como si hubiera sido arrollado por el Expreso de Hogwarts después de una larga noche de borrachera.
—Necesito ir a revisar al Señor Tenebroso —informó Narcissa, levantándose rápidamente—. Deberá pasar los siguientes días recuperándose, señor Potter —indicó antes de salir de la habitación.
Harry miró a su alrededor, observando el dormitorio decorado en tonos verdes con paredes de un blanco hueso.
—Deben ser malas noticias, ya que se fue tan rápido —murmuró aprensivo.
—No lo son, Harry. No sé exactamente cómo explicarlo, ya que no tengo idea de lo que está sucediendo. Pero tu apariencia física ahora es muy parecida a la del Señor Tenebroso.
Harry se levantó tan rápido que las náuseas subieron por su garganta y el mareo lo obligó a cerrar los ojos.
—¿Qué?
—Sí, el Señor Tenebroso cree que eres su nieto perdido. Él te lo explicará más tarde —indicó Severus, sabiendo que Harry se sorprendería con todo lo que le tenían que explicar—. Por mientras, descansa. Le envié una carta a Minerva, informándole que fuiste mordido por una araña y que tuviste una mala reacción. Barty, como Ojoloco, va a cubrirnos —le entregó a Harry una poción contra las náuseas y mareos—. Duerme bien. Ya todos se encuentran descansando.
Harry comenzó a murmurar sobre Dumbledore, consciente de que él tenía algo que ver en todo esto.
—Es leones contra serpientes —le repitió a Severus antes de caer en los brazos de Morfeo.