
Chapter 7
Harry le mostró a Severus los libros, los diferentes materiales de investigación, los pergaminos y los restos del cadáver del basilisco que se encontraban en la Cámara. Severus actualmente estaba estudiando los apuntes de pociones.
—También me sorprendí de que Lupin estuviera de su lado.
Harry levantó la mirada.
—Pensaba darle una de las pociones de purga.
—Yo también.
Severus en verdad creía que Lupin apoyaría a Harry.
—Quizás sea porque es un hombre lobo.
—¿Verá a Dumbledore como su alfa?
—Sí, lo que me hace preguntarme sobre el chucho. Él obedece por completo a Dumbledore e incluso se queda en ese cuchitril.
—Cierto. ¿Para quiénes crees que sean las pociones?
—No estoy seguro, aunque tengo unas ideas.
Era algo que Severus había estado revisando en sus memorias.
—Oh, háblame sobre ellas.
Harry tenía sus propias ideas, pero no podía confirmarlas.
—Estaba pensando en unos mortífagos y en el Señor Tenebroso. Revisé mis memorias y sus personalidades son diferentes. Por ejemplo, Bellatrix Lestrange. No me malentiendas, la mujer está loca, pero no era tan sedienta de sangre ni aterradora.
—¿Y el Señor Tenebroso?
—Es igual. No puedo decir con precisión los cambios exactos en ninguno de ellos, pero hubo muchos.
Severus había pasado numerosas noches revisando sus recuerdos y comparándolos con sus personalidades antes y después de la guerra.
—Quizás fueron hechizados y dopados con pociones todo este tiempo. ¿Los efectos pueden durar tanto?
Harry no estaba seguro de cuántas pociones y hechizos se deben de administrar para que funcionen.
Severus sacó un pergamino y miró de nuevo a Harry.
—Puede que tengas razón. Los hechizos debieron de ser mentales para que se lograra su efecto. El afectado no los sentiría y las pociones no saldrían en un examen médico. Nadie notaría los hechizos si los agregas de poco en poco.
—Si lo haces demasiado rápido, la gente sospecharía que se trata de pociones o incluso de un Imperio.
Harry hizo una pausa.
—Los hechizos pueden tener varias capas como una cebolla.
—Exacto. Como estuve revisando mis memorias, sé que Lucius cambió un poco casi al final de la guerra. Puedo hacer una lista de las personas que han cambiado y, después de que hablemos con Barty y el Señor Tenebroso, podemos experimentar la teoría dándole una poción de purga a Lucius.
—Quizás necesitaremos hacer más. Mi madre no me dijo exactamente cuántas pociones fabricar.
—Estoy seguro de que podremos hacerlas. Podríamos utilizar el laboratorio de aquí para fabricar unas pociones para el Señor Tenebroso. Me gustaría que estuviera cuerdo.
Harry estuvo de acuerdo.
[***]
Harry se estaba ocultando en la oficina de Severus.
—Dobby.
Dobby apareció en la habitación.
—No hay nadie aquí más que el amo Harry. ¿Necesita el amo Harry a Dobby?
Después de descubrir hace dos días que Granger y Weasley estaban usando hechizos invisibles para seguir a Harry, Dobby se había estado asegurando que no hubiera nadie escondido en las habitaciones en las que aparecía.
—Sí, Severus y yo iremos a Gringotts. Los chicos tratarán de evitar que los idiotas nos sigan, pero quiero que te asegures de que no lo hagan.
Los ojos de Dobby brillaban.
—¿A cualquier costo?
—Sí, a cualquier costo. Diviértete.
—Dobby se divertirá. Dobby se asegurará que se diviertan mucho.
[***]
Harry observó a Neville y Seamus casi arrastrando a Weasley a Las Tres Escobas, y pudo ver a Dean en su cita con la chica Weasley. Harry le había dado a Dean un galeón para el almuerzo. Dean sabía que Weasley solo lo estaba usando para tratar de darle celos a Harry, e iba a disfrutar atormentar a la chica. Harry buscó a Granger, la vio caminando hacia él, se preguntó cómo sabía dónde estaba y gruñó; debió hacer que Dobby buscara encantamientos de rastreo en Severus y en éñ.
—Dobby, invisible.
—¿Amo Harry? —susurró Dobby.
—Busca en mí encantamientos o hechizos de rastreo. Granger me está encontrando muy fácil.
Harry sintió la magia de Dobby sobre él.
—Me hechizó.
—Sí, lo hechizó. Dobby puede encargarse de ella —chasqueó los dedos y Granger se había ido—. Está dormida en su dormitorio.
Harry no iba a hacer preguntas; si no lo sabía, no podría proporcionar respuestas.