Leones contra serpientes

Harry Potter - J. K. Rowling
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Leones contra serpientes
Summary
¿Qué pasaría si Harry hiciera dos juramentos? ¿Uno de que no ingresó al torneo de forma voluntaria y otro diciendo que nunca participaría a menos que estuviera bajo un hechizo, poción o fuera coaccionado? ¿Qué pasaría si Harry señalara que la guerra era entre Slytherin y Gryffindor, no entre la luz y la oscuridad?
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Observación de Severus

Punto de vista de Severus

Severus levantó la mirada mientras Dumbledore se dirigía a la mesa de los profesores, y notó que sus ojos no brillaban y que casi daba pisotones por el comedor hacia su asiento. Dumbledore estaba haciendo una rabieta como un niño pequeño que no consigue lo que quiere. Severus se preguntó qué pasaba y miró a Minerva que apretaba los labios, su espalda estaba recta y rígida, y parecía lista para luchar. Se dio cuenta de que Dumbledore ahora sabía sobre el nuevo horario de Harry y estaba descontento porque su peón no seguía ningún plan que tuviera para él.

Severus concluyó que Dumbledore debió tratar de hacer cambiar de opinión a Minerva y, basándose en su postura, ella se negó. Estaba agradecido de que el contrato de Harry no fuera con ella y se preguntó brevemente cuando Dumbledore mencionaría que Harry se mudaría a sus aposentos por el contrato mientras veía la mesa de Gryffindor. Sabía que el hombre querrá revisarlo y sin duda tendrá otra rabieta cuando descubra que Harry nunca más volverá con sus parientes. Estaba seguro de que le iba a decir algo y se preguntó cuánto tiempo se tardaría en hacerlo.

Severus centró su atención en los Gryffindor, comenzó a observarlos con detenimiento y notó que la mayoría no estaban sentados cerca de Harry, Granger y Weasley. Granger y Weasley hablaban con Harry mientras los demás los miraban feo. Se preguntó qué sucedía y no tuvo tiempo de reflexionar sobre eso cuando Weasley se levantó con el rostro rojo, puso sus manos en sus caderas y miró a Harry que lo ignoraba y seguía comiendo.

—No te vas a mudar a los aposentos de ese estúpido y no me importa lo que digas. Si lo haces, nos mostrarás a todos que eres una serpiente.

Severus se sintió orgulloso de que Harry ignorara a Weasley.

—Siéntate, Weasley, y diez puntos menos por tu lenguaje y otros diez por faltarle el respeto a un miembro del personal y gritar en el Gran Comedor —bramó Minerva.

Severus se dio cuenta de que Dumbledore iba a decir algo sobre la pérdida de puntos de Weasley, pero Minerva lo miró con furia y él desistió. Ahora estaba seguro de que debieron tener una gran pelea si ella estaba dispuesta a quitarle puntos a su propia casa. Por otro lado, los Slytherin estaban disfrutando el show.

—Debe hacer algo, profesora. Harry se va a mudar a las mazmorras como parte de su contrato con Snape —se quejó Ron—. No hay forma de que sea verdad. Todos sabemos lo que Snape quiere de Harry y no se trata de pociones.

—Cien puntos menos —casi gritó Minerva.

—Siéntate, Weasley, y deja de pensar en porquerías. No hay nada entre el profesor Snape y yo a parte de nuestro contrato de aprendizaje. Deja de difundir mis asuntos en el Gran Comedor.

Harry miró alrededor del comedor.

—Solo ignórenlo. Está celoso por nada.

—No estoy celoso. Tu nombre es sacado del cáliz, te haces el sorprendido e inocente alegando que no lo pusiste. Después nos informas que vas a dejar Adivinación y Cuidado de Criaturas Mágicas para tomar Aritmancia y Estudio de Runas Antiguas. Actúas de forma altanera, arrogante y genial porque tienes algunos TIMOs y ya no debes de llevar la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Ahora nos dices que tienes un contrato de aprendizaje con el murciélago de las mazmorras, y que planeas vivir con él. Eres un asqueroso maricón muerde almohadas que…

—Weasley, cincuenta puntos menos por…

Minerva no llegó a terminar lo que iba a decir por lo que hizo Harry mientras todos lo observaban. Gryffindor empezaba a enfadarse por todos los puntos que Weasley les estaba haciendo perder; casi estaban por debajo de los cien puntos.

Harry dejó sus cubiertos, se levantó y se enfrentó a Ron.

—Juré que no quería entrar en el torneo y, como todavía tengo mi magia, eso demuestra que tengo razón, Weasley —habló en un tono calmado y casi aburrido por el que no era conocido—. Sí, dejé unas clases y las reemplacé con otras. Sí, tengo unos TIMOs y también un EXTASIS en Defensa Contra las Artes Oscuras. Sí, hice un contrato de aprendizaje con el profesor Snape, no el murciélago de las mazmorras. Sí, viviré en sus aposentos como parte del contrato y eso lo sabrías si tomaras un libro y no confiaras en Granger para que te diga qué clases debes de tomar y cómo debes hacer tus propias tareas para aprobar. En cuanto a la orientación sexual, yo no me preocuparía por eso, Weasley. Me interesaré en ti cuando el infierno se congele.

Harry se giró y miró a Granger.

—No necesito tu ayuda en mis clases. Yo estoy estudiando Aritmancia y Estudio de Runas Antiguas con los de sexto y tú no. Estás en cuarto. Puedo decir con seguridad que sé más sobre esos temas que tú. No me sorprendería que fueras corriendo a la biblioteca y encuentres una forma de tomar tus TIMOs porque debes de ser siempre la primera en cada materia. Ahora, si ustedes dos terminaron de sermonearme sobre lo que puedo y no puedo hacer, me gustaría terminar mi comida en paz —se sentó.

Severus iba a repasar esta memoria y apreciar el rostro que puso Dumbledore al estar descontento debido a que su trío dorado se peleó. Miró a sus Slytherin que estaban muy pendientes de las cosas, y a Draco que estaba muy pensativo. Sus Slytherin observaron a Harry ignorar a Weasley y Granger que parecían estar reprendiéndolo por sus comentarios. Todos escucharon los cubiertos golpeando la mesa y vieron a Harry levantarse de nuevo.

—Los dos necesitan conseguirse una vida y dejarme en paz.

Severus observó a los leones; la cara de Weasley estaba igual de roja que su cabello.

—Sabía que eras una asquerosa serpiente mentirosa que no sirve para nada. Nunca debí haberme hecho tu amigo. Debí haberte abandonado en nuestro segundo año cuando comenzaste a hablar como una serpiente. Al fin muestras tus verdaderos colores.

—Cincuenta puntos menos y tendrás detención con Filch por una semana, Weasley —dijo Minerva.

Severus se preguntó si la conversación que tuvieron con ella y el descubrimiento de que Dumbledore jugó con su mente le hizo darse cuenta de que él no era lo que decía ser. Weasley salió furioso del Gran Comedor. Severus observó cómo el cuerpo de Dumbledore estaba rígido, su rostro serio y su ceño fruncido, y sabía que iba a tratar de encontrar una forma de hacer que su trío dorado se reconcilie y que los llamarían a la oficina esa noche o mañana con respecto al contrato y lo que sucedía con Harry y él.

Severus pensó en lo que implicaría que Dumbledore se diera cuenta de que se preguntaban sus intenciones. Dumbledore era un talentoso maestro ajedrecista en el juego de la guerra y usaba a los estudiantes y a cualquiera que afirmara estar en el lado luminoso como los peones de su tablero. Severus iba a disfrutar en crear con Harry un tercer lado o alinearse con el Señor Tenebroso para matar a Dumbledore; de cualquier manera, él iba a ser eliminado.

Severus observó a Harry que terminaba su comida, ignorando las reprimendas de Granger. Vio a Ginevra Weasley acercándose a Harry que se alejaba cada vez que ella se movía hacia él. Iba a hacerle un examen a Harry en busca de pociones, hechizos y encantamientos.

Dumbledore se paró junto a la silla de Severus mientras dejaba el Gran Comedor.

—Me gustaría verte a ti y a Harry en mi oficina apenas termine la cena, Severus.

Severus dio su consentimiento mientras veía a Harry observándolos. Harry sabía que hablarían con Dumbledore esta noche y Severus estaba ansioso por la reunión.

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