Karma

Capitulo:

“Mis acciones son mis únicas pertenencias. No puedo escapar de las consecuencias de mis acciones. Mis acciones son el suelo sobre el que me mantengo”

ThÍch Nhãt Hαnh

Petunia Dursley de soltera Evans era una persona perfectamente normal con una familia perfectamente normal, conformado por su padre, su madre y por desgracia para ella su hermano, en sí, la vida de Petunia estaba rodeada de normalidad, era una gran estudiante que deseaba casarse y ser una ama de casa para su futuro hermoso esposo, la verdad todo eso era una mentira, ella era normal pero su familia no lo era, su hermana Lily Evans era un monstruo, una bruja perfecta que sus padres adoraban, su sangre hervía cada vez que la veía, no entendía como podían quererla a ella y a su monstruosa magia, ella ignoro cuanto deseaba ser mágica y envidiaba ser como ella, cuando se casó y se fue con ese asqueroso Potter, Petunia celebro ya que no la volvería a ver, Petunia ese día se olvidó de su hermana y de todo aquello que se le había negado por no ser como la perfecta Lily.

Fue meses después que conocía al hombre de su vida, Vernon Dursley, quien se volvió su novio y poco tiempo después su prometido, cuando le propuso matrimonio en un pequeño restaurante, por supuesto sus padres no lo aprobaron, lo que la lleno de rabia e indignación cuando habían aceptado a Potter, pero ella no le importaba, él era normal, tenía un trabajo normal y la deseaba, ella ya no era la segunda opción, no era la chica fea que siempre había sido, Vernon la encontraba hermosa y la quería, así que ella discutió con sus padres y tercamente se mantuvo firme hasta que estos de mala gana aprobaron el matrimonio, el momento más feliz de su vida fue cuando se casó con su dulce Vernon, solo superado para cuando tuvieron a su primer hijo, y único, lastimosamente sus padres ya habían muerto para esa época, y Petunia no quería a ningún monstruo en su boda y es por eso que no le paso ninguna invitación a su hermana, sabía que ella no aprobaría a su marido, así que se casó y odio a su hermana y la olvido.

Años después cuando fue a recoger la leche para su precioso bebe, lo encontró, otro monstruo, era el hijo de ella, Petunia grito chillo y peleo con Vernon por esto, al final se lo quedaron, no por amor o cariño, sino por la útil que sería para proteger a su familia, ignoraron parte de la carta dejada por el hombre con muchos títulos Dumbledore lo recogieron, mientras pensaban que ese hombre no tenía derecho a exigirle nada, el niño lloraba constantemente, acosado por pesadillas y terrores que había visto, demasiado joven para comprender, el niño necesitaba calor, amor, cariño llorando pedía a su madre y a su padre, el no obtuvo nada de eso, la rabia era más fácil que la lastima, Petunia se aferró a su hijo con cariño e ignoro cuando Vernon empujo al Monstruo al armario debajo de las escaleras, ignoro el puño impactado en una piel muy joven, se hizo sorda a los gritos de ayuda pidiendo protección y se hizo ciega a las lágrimas derramadas y a los ojos llenos de miedo de ella.

Los años no se hicieron más fácil, la ira de Vernon iba en aumento, su matrimonio se iba deshaciendo, en ese momento, Petunia tenía que tomar una decisión Vernon su esposo la estaba engañando era un hombre violento que iba directo a volverse un alcohólico, la respuesta llego un día de octubre, cuando regreso borracho y fue al armario donde sabía que se encontraba el niño, ella podía detenerlo, pero, era su culpa,  en ese momento Petunia llego a una conclusión, todo esto paso por culpa del monstruo, es por ello que ignoro el llanto y los gritos, ella estaba cansada, así que ella se fue a dormir, ya que eso fue más fácil que admitir que se había equivocado y que sus padres tenían razón.

El niño empezó a limpiar no necesitaba nombres ni historias, ni mucho menos juguetes, los monstruos no tenían ese derecho, su ropa de segunda mano tan enorme que podía nadar en ella, apenas ocultaban los moretones que Vernon siempre le dejaba, era navidad época de sueños y familia, la hermana de Vernon estaba de vista, el niño se tropezó y cayó, él se rompió el brazo, como castigo por llorar Vernon lo enceró en el armario sin cena, Petunia ignoro lo que sucedió, abrazo a su hijo y se sentó mientras abría regalos junto a él, por un momento la golpeo, los recuerdos de una niña pelirroja que corría junto a ella y se reía de cualquier chiste que dijera, eso no la hizo mirar atrás, ella protegería a su familia perfecta pensó, aun así cuando subió las escaleras tiro por el armario un pan mohoso, un regalo justo para un monstruo igual a ella.

Cuando el monstruo cumplió cuatro años lo puso en la estufa, el primer tocino que quemo, causo una rabia que lo consumió todo, el sartén en la cabeza debió haberle roto algo al niño, no lo hizo, el niño vivió, pero la forma que la miraba la hizo sentir sucia e incómoda, ella no lo volvió a tocar, no porque le importara el niño, solo temía que en un ataque de ira ella lo matara, ella no se volvería una asesina por un monstruo, y si Petunia ignoro el hecho de que su furia se debía a las camisas manchadas de perfume de mujer que no eran suyo en la camisa de Vernon Dursley, bueno, si el monstruo no hubiera venido su esposo nunca hubiera visto otra mujer.

Fue una tarde cuando su esposo regreso feliz y contento, este fue amable como nunca antes había sido, fue como volver a ese tiempo de novios donde le traía flores y prometía que siempre sería la primera, su mirada la traspasaba llena de una extraña emoción, Vernon traía una propuesta, abandonarían al monstruo con su bastardo de padre, su perfecta hermana había engañado a su esposo ella no creía el cuento de ser solo amigos, cuando Vernon le enseño los papeles, ella firmo, e imagino que ahora todo estaría bien todo volvería hacer como antes, su Vernon la volvería a querer y su familia volvería a ser tan perfecta como había sido antes del monstruo.

Por un tiempo las ilusiones de Petunia se hicieron realidad, su familia se volvió lo que ella creía que era la familia perfecta, la primera semana Petunia viajo con su hijo y su esposo a la playas y a los restaurantes más lujosos y hermosos de todo Londres, disfruto junto con su familia y pensó que esto era lo que se merecía, Dudley su preciado y hermoso hijo, caminaba orgulloso junto a su padre y exclamaba de felicidad antes los gustosos regalos, todo era perfecto porque el monstruo no estaba, y eso estuvo bien.

La primera vez sucedió fue cuatro meses después de la partida del monstruo, Vernon había tenido un mal día en el trabajo, llego furioso y se dirigió al armario, al no encontrar lo que buscaba se volvió hacia ella, lleno de furia le grito, y fue solo cuestión de tiempo cuando los insultos volaron de un lado a otro, la cachetada la tumbo en el suelo, la rabia la lleno y por primera vez desde que se casó sintió miedo, furioso Vernon salió, y ella llorando se encerró con su hijo, al otro día Vernon se disculpó y prometió no volver hacerlo, el no cumplió su promesa.

Petunia espero que todo mejorara que todo volviera ser igual, pero era como si una maldición hubiera caído sobre su familia, todo empeoro, lo primero fue Dusley  quien dejo un año de pre-escolar, la maestra no creía que el niño pudiera avanzar, estaba más retrasado que los demás niños y era un matón, Petunia ignoro que la razón era porque el monstruo ya no estaba y no podían seguir culpándolo, Vernon cuando se enteró grito colérico de furia, empujando todo a su paso, causó que los platos se rompieron, el golpe se sentó de nuevo en Petunia esta vez en su cintura, Petunia no se dio cuenta o no quiso creer que todo se había acabado.

Si Lily Potter de soltera Evans estuviera viva se estaría riendo, siempre fue muy vengativa y orgullosa, sino lo creen solo necesitaban preguntar le a su examigo Severus Snape, no es que el respondería,  ella era una persona increíblemente amable, cariñosa y feroz eso era cierto, pero Lily Evans era mucho más que eso, ella era una persona vengativa, porque si hay algo que haría ganar el odio de alguien hasta el punto de disfrutar su situación era definitivamente que lastimaran a su hijo, veras lo que pasaba era que Petunia no estaba totalmente equivocada, había realmente una maldición sobre ella, Lily Evans en su infinita sabiduría había encontrado un hechizo capaz de proteger a su hijo, en caso de que sus testamentos no fueran leídos y su hermana se quedara a cargo de su hijo, por supuesto Dumbledore nunca sospecho de lo peligroso que podría ser la ira de una madre bruja como Lily Evans y de lo que esta sería capaz de hacer.

Verán en un mundo donde Harry Potter vivo con los Dursley paso diecisiete años de tormento hasta que fue mayor de edad y huyo, en ese mundo no le pasó nada a Petunia ni a Vernon Dursley todo por la intervención de Dumbledore, ya que este creía que Harry debía pasar dos semanas de vacaciones para que las protecciones se recargaran para proteger a Harry y a su familia, eso no era cierto, verán que en este mundo Harry fue entregado a Tony Stark, y la protección que era para el niño se mantuvo, ¿Cómo? Lily sospechaba de que había una pequeña posibilidad de que su hijo lo enviaran con su hermana, si eso sucedía las protecciones se activarían y protegerían a la familia, siempre y cuando Harry viviera con ellos. Dumbledore no se equivocó en eso, pero ya vez la protección no estaba anclada a la sangre de Petunia si no al mismo Harry por lo tanto la protección abarcaría a su familia pero no era necesaria que Harry los conociera o viviera con ellos, por supuesto si este fuera el caso Petunia y los Dursley no tendría su protección.

Pero Lily inteligente Evans no era una persona que lo dejaba todo al azar, es por eso que previo que si la protección se activa y Petunia abandonaba a su bebe, las protecciones se volverían en su contra, no las Protecciones no lastimarían a Petunia, simplemente le causaría lo que se llamaba Karma debido al hechizo usado, por cada cosa que hiciera esto lastimaría por diez a su odiosa hermana, alimentándose de la magia que se ocultaba dentro de Petunia, este era un secreto que habría separado aún más a las hermanas, ya ven Petunia Evans era un Squid y Lily lo sabía al igual que sabía que ella no era una hija de Muggle, este era un secreto que para la protección de su familia ella había jurado no revelar, solo su esposo  y el padrino de su hijo lo sabían, atados por el más alto de los secretos, hizo que los dos nunca pudieran decirle a nadie a menos que fuera una cuestión de vida o muerte, nadie debía saber de quién era Lily descendiente, es por ello que actualmente Petunia estaba pagando lo que hizo ahora.

Pero eso no la hace una víctima a Petunia, claro que no, pues si bien la situación con Vernon era terrible, eso no la hizo una buena persona, al contrario Petunia estaba furiosa consigo misma por dejar ir el monstruo, no porque lo extrañara o le importara, sino porque sin él ella se había vuelto el nuevo saco de boxeo de Vernon, si él estuviera aquí el niño podría haber tomado lo peor que Vernon podría tener y ella y su Dusley estarían bien, eso era su único lamento. Con el paso del tiempo Petunia poco a poco fue perdiendo el control de lo que ella creía que era su familia perfecta, Vernon llegando tardes a casa y con marcas de pintalabios en las camisas y el olor a alcohol impregnado en su boca, además de ello estaban los gritos ensordecedores de su Hijo por un dulce o juguete que deseara, no importa que ella no pudiera dárselo, y el dinero que antes recibían empezó a escasear.

Fue solo después de ocho meses y cinco días que Petunia se dio cuenta que el dinero que antes estaba percibiendo no era del trabajo de Vernon, era de hecho por cuidar al monstruo, ya no lo tenían por lo tanto ya no recibirían el dinero, no sabía cómo se había enterado de que el niño ya no estaba aquí, lo que si sabía era que todo lo que estaba pasando era culpa del monstruo, Petunia grito y chillo y prometió en ese momento que si encontraba al niño lo ahogaría hasta que dejara de respirar, tal como Vernon quiso hacerlo y ella se negó.

Petunia no sabía que ese pensamiento la condenaría, su destino estaba sellado, ella viviría de igual forma como sucedió con Harry Potter en otros universos, el abuso por parte de Vernon seria ignorado por todos, no importara que tratara de decir, nadie le creería, todos pensaría que ella era una loca, como todos creían que Harry era un monstruo delincuente, todos sospecharían que maltrataba a su hijo y nadie quería ir a ninguna fiesta de té a conversar de los chismes de los vecinos, todos aquellos que antes la miraban de manera amable y respetable se alejarían, dejando sola y aislada con su abusador y su hijo.

En este universo las protecciones destinadas a proteger se movieron como una por la magia entretejida por Lily Evans para encerrar a Petunia en su propio infierno personal, solo siete años después Petunia probaría por primera vez la libertad después del matrimonio, cuando Harry Potter recibiera su carta, en ese momento el mercader de la muerte iría tal cual como le prometió, a la muerte a buscar su venganza, solo para así encontrar una familia rota, sin posibilidad de reparación, él sentiría lastima y no le haría nada a Petunia Dursley quien luchaba por recomponerse a sí misma, el ignoraría a Dudley Dursley ya que nunca se atrevería a lastimar a ningún niño, y este tendría suficiente con luchar por la separación de sus padres, no, se dijo así mismo dándose cuenta que su venganza había sido servida sin mover un solo dedo, seria en ese momento que el mercader prestaría especial atención a Vernon Dursley, dándose cuenta de lo que había sucedido y lo que le había hecho tanto a Harry como a su esposa, el mercader se pararía de frente y haría lo único que tanto había deseado, siete años después de ese día,  la justicia se serviría tarde pero lo haría.