Doppelgänger

Harry Potter - J. K. Rowling
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G
Doppelgänger
Summary
Ok, básicamente tiré los siete libros por la ventana con esto...Harry Potter salvó la piedra filosofal, pero Vomdemort logró escapar con el cuerpo de Quirrel. Los planes cambian y el Señor Tenebroso es traído de regreso antes de lo esperado.¿Por qué crees que esto se llama "doppelgänger"?
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Primera semana. No es mi problema, no me interesa, peeeero...

Y llegamos al 1 de Septiembre.

Severus ya estaba preparado para otro año de enseñar a un montón de niños cómo no matarse parados junto a un caldero mientras guardaba apariencias con los hijos de los mortífagos y se hacía odiar por los tres cuartos de la escuela restantes.

Eso de por sí ya era tedioso, pero al menos ya estaba acostumbrado. Ahora, si sumamos el trabajo de espionaje...

No era exactamente algo para celebrar.

Pero qué se le va a hacer. Hay que ir un día a la vez. Por ahora se concentraría en la Fiesta de Bienvenida y en tolerar a la nueva excusa de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Dumbledore le había asegurado que la nueva adición al staff sería una de las mejores en el puesto.

Severus se aseguraría de mantener bajas sus expectativas.

Aramis, por su parte, estaba de buen humor. Hacía ya un par de semanas que se había mudado al castillo y nada le alegraba más que estar en Hogwarts.

En sus años de estudiante había dado algunas tutorías y, aunque no siempre tenía mucha paciencia, el estar de vuelta eclipsaba cualquier preocupación o duda.

Fue un poco extraño cuando, en la mesa del staff, se encontró con hombres y mujeres que reconocía como estudiantes de su tiempo como alumno, pero que ahora lucían décadas mayor que él.

Aún así, todos le dieron la bienvenida a su manera...

Bueno, casi todos.

Snape, el profesor de pociones, parecía estar determinado a ignorarlo a pesar de estar sentado justo a su lado.

Fue una sorpresa enterarse que ese hombre era el nuevo Jefe de Casa de Slytherin. Su actitud seca y antipática no tenía nada que ver con el viejo Slughorn. En serio, ese hombre tenía cara de piedra. Pelo negro, ojos negros, nariz grande y labios finos. Su rostro no transmitía ningún tipo de emoción salvo, tal vez, irritación.

"Snape, ¿no es así?," preguntó como para romper el hielo. El otro lo miró, alzó una ceja y asintió. "Quisiera saber... ¿Cómo es que eres el Jefe de Casa? Pareces demasiado jóven... ¿No debes tener un mínimio de 10 años enseñando para aplicar?"

Severus parpadeó lentamente, preguntándose porqué ese hombre intentaba hablarle, qué le importaba y porqué no mejor se metía en sus propios asuntos. Cuidando no mostrar más enojo del habitual, contestó:

"Llevo once años enseñando. El año pasado empecé como Jefe de Casa".

"¿Qué edad tienes?", presionó el profesor de defensa, frunciendo el ceño.

"32", contestó como si nada mientras el otro examinaba su rostro con cuidado. Severus sintió la intrusión de la legeremancia y empezó a mostrar imagenes de sí mismo recibiendo su maestría. En el diploma se distinguían claramente su nombre y la fecha.

A pesar de no tener que mentir, Snape sabía que no sería inteligente bajar la guardia. Que una persona estuviese tan dispuesta a entrar en tu mente por tan sencilla información no le inspiraba confianza necesariamente.

"Te graduaste antes", Aramis comentó innecesariamente. "Eso es... remarcable".

Severus asintió otra vez y volvió a su comida. Para él, la conversación ya había terminado.

Solo un año y no tendré que volver a verlo, recordó el profesor de pociones.

Aramis, mientras tanto, no pudo evitar sentirse ligeramente ofendido. No era usual para él sentirse rechazado por las personas. Al menos, ya no más. En el pasado era una ocurrencia frecuente, pero eso cambió a medida que fue aprendiendo cómo ganarse a la gente.

"No le prestes atención, Aramis", dijo Dumbledore jovialmente. "Severus siempre es así con todos. No lo tomes personal". Y sin esperar respuesta, el director se puso de pie y empezó a dar su típico discurso.

El profesor de defensa echó un rápido vistazo a su colega más joven para ver si el comentario de su empleador le había molestado, pero este no parecía ni haberlo escuchado.

La cena terminó y todos se fueron a sus habitaciones a dormir y prepararse para el día siguiente.


La primera semana de clases fue muy buena para Aramis y normal para Severus.

El primero descubrió que ser profesor de defensa podía ser bastante divertido. Conseguía presumir de lo que sabía por horas y la mayoría de sus alumnos escuchaban con atención cada una de sus lecciones. Varios de los que hacían preguntas demostraban buen entendimiento y a veces, en los años mayores, se generaban entretenidos debates.

El prospecto de su primer clase de segundo año Gryffindor-Ravenclaw consiguió meterse con sus nervios. Verse cara a cara con el niño que lo había desvanecido, aunque se tratara solo de un chico de doce años, lo hacía sentirse incómodo en el mejor de los casos. Sin embargo, veinte minutos después, viendo al niño, pequeño para su edad, ojos grandes y curiosos, escuchando y tomando notas diligentemente, lo ayudó a recuperar la compostura que internamemte estaba perdiendo.

Severus, por su parte, debía revisar con cuidado su comportamiento, especialmente alrededor de los mayores de su propia Casa que podían reportar a sus padres, y así al Señor Tenebroso, cada uno de sus movimientos. Se vio en posición de reforzar su acto como el profesor más odiado.

A eso se le agregó una reunión con el Señor Oscuro que le encargó vigilar a Harry, y el reporte posterior a Dumbledore, que lo mandó a cuidar a Harry. Tal parecía que todos los megalomaníacos pensaban igual...

Durante toda la semana, los dos profesores solo se cruzaron para las comidas. En una ocasión, Severus no se presentó a cenar, y al día siguiente no apareció para desayunar. A Aramis esto le llamó la atención simplemente por ser la primera semana de clases. Pero viendo a sus colegas este se dio cuenta que ninguno de ellos parecía afectado por la ausencia del profesor, así que lo ignoró.


Pasaron las primeras semanas y ya podían considerarse relativamente dentro del año escolar.

El nuevo profesor de defensa ya se había ganado a buena parte del alumnado, especialmente en los últimos años, donde los estudiantes no podían estar más felices de tener un profesor competente (¡finalmente!). Este hecho solo servía para inflar el ego de Aramis, quien en su posición actual se encontraba remarcablemente conforme. No sé si se podría decir que estaba feliz. Como el Slytherin que era, él siempre había tenido una tendencia a buscar más, con la ambición y todo eso. Esta se tornaba generalmente en un defecto de carácter que le impedía estar a gusto con lo que ya tenía, siempre necesitando llegar a una nueva meta, cumplir un nuevo objetivo, y si bien lo peor de sí mismo en ese aspecto se lo había llevado su contraparte, él no dejaba de ser quien era.

Tal vez fue esto lo que lo llevó a prestar atención a las desapariciones del profesor de pociones. Algunas veces pasaba más de una vez por semana, mientras que otras no pasaba en lo absoluto. A veces se ausentaba solo durante el desayuno, mientras otros días desaparecía desde antes de la cena. Como fuera, sucedía.

Ahora, de por sí eso no era tan raro. Era posible que Snape tuviera algún tipo de enfermedad que lo dejara indispuesto cada tanto. Entonces tendría sentido que el profesor se encerrara en sus cuartos y no diera clases por, aunque fuera, un día.

El problema con esa teoría era que cada vez que se ausentaba, el profesor de pociones podía ser visto una o dos horas después en su salón de clase en las mazmorras dando su lección como si nada hubiera pasado.

Viendo a sus colegas, el profesor de defensa se dio cuenta de que ninguno de ellos parecía ni sorprendido ni preocupado por lo que Snape podría estar haciendo. Eso confirmaba que esa clase de rutina era algo normal, pero la falta de consternación también servía para eliminar la idea de una enfermedad.

Cuando intentó preguntar acerca de este comportamiento (aunque nunca en forma directa y siempre disfrazando el tema como parte de la conversación) recibió respuestas del tipo 'Él siempre es así' o 'No le prestes atención, Snape nunca fue del tipo sociable'. Esas respuestas le resultaron completamente inútiles.

Aun así, Aramis estaba dispuesto a aceptar el comportamiento como una peculiaridad del profesor y olvidar todo el asunto. No era su problema y no tenía deseos de lidiar con el enojo del claramente iracundo hombre.

Al menos así fue hasta una noche en que patrullando la torre de astronomía vio al profesor irse del castillo con dirección al Bosque Prohibido. Se pasó toda su patrulla repitiéndose que no era asunto suyo, que lo sacara de su mente y que le daba igual cualquier cosa que estuviera pasando.

Horas después vio al profesor volver al castillo y entrar por lo que él sabía que era un pasadizo que daba directo a las mazmorras.

Sin pensar fue a encontrarlo a la salida del pasaje.

Cuando detrás de una armadura, la pared se abrió y apareció la oscura figura del profesor, este no se mostró sorprendido de verlo, solo irritado, y sin una palabra lo pasó de largo y caminó a sus cuartos.

"¡Snape!", lo llamó indignado. Digan lo que quieran, pero a Aramis no le gustaba ser ignorado. "¡¿Dónde se supone que has estado?!", preguntó mientras lo alcanzaba en el pasillo.

"No es asunto tuyo, Williams", contestó el otro con el mismo tono monótono de siempre.

El profesor de defensa estaba por contestar cuando resbaló. Recuperó rápidamente el equilibrio y miró abajo para ver qué era lo que casi lo había hecho tropezar. Incluso en el oscuro pasillo era obvio que el charco bajo sus pies era sangre. Abrió los ojos y alzó las cejas, mudo en sorpresa. Inconscientemente siguió con la mirada el rastro de sangre hasta el profesor que ya le llevaba ventaja. Se apresuró a alcanzarlo, llegando justo frente a la puerta que de seguro daba a los cuartos del otro. Lo agarró del hombro para hacer que volteara, pero no llegó a decir nada.

Una fuerza lo empujó bruscamente, levantándolo del suelo y tirándolo contra la pared contraria.

El profesor de pociones se dio la vuelta y entró a sus cuartos, dejando a Aramis aturdido en el suelo para ser encontrado más tarde por Filch.

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