El león y la serpiente.[TanZen]

Zenitsu caminaba por los pasillos del castillo a paso tranquilo, su trabajo como prefecto era algo estresante algunas veces, tener que ayudar a los maestros a regular el comportamiento de algunos alumnos de Hogwarts era una tarea difícil.

Pero por más que quisiera no podia negarse, ya que su jefe de casa -Iguro Obanai- lo habia escogido a él y a Kanao Tsuyuri como perfectos en quinto año y como ambos realizaron un exelente trabajo decidieron que este año continuarán con el cargo.

Quizás se debia a su desarrollado sentido de la audición el que realizara tan bien su tarea, nadie se le escapaba.

Y hablando de eso...

—¡Ebublio! —gritó dejando a cierto Gryffindor pelirojo encerrado dentro de una burbuja gigante —¿¡Qué te dije!? ¡No puedes merodear en los pasillos a estas horas! ¡Regresa a tu habitación antes de que Kanao-Chan venga!

—Solo pasábamos por aquí y pensé en saludarte. —respondió el ojirubi con una sonrisa deslumbrante sin darle importancia a los regaños de su novio.

Zenitsu lo libero de la burbuja y rapidamente lo tomo del brazo dispuesto a escoltarlo hasta su casa pero se detuvo al ver a Inosuke y a Nezuko a unos cuantos metros de ellos, ¡esto se volvia más complicado! ¡Que acaso sus amigos querían matarlo de estrés!

—¡Les dije que no es seguro que salgan luego del toque de queda! ¡Sí algun prefecto los ve los podrian castigar!

Suspiró con cansancio, sabia que no podria ayudarlos si su compañera los encontraba y terminaría por quitarle puntos a sus respectivas casas.

—¡No seas aburrido, Monitsu! —gruñó el azabache de puntas azules mirando al Slytherin con fastidio —Solo fuimos a la cocina por comida.

—¡La cena fue hace una hora! —exclamó el rubio mirando al león igual de ceñudo.

—No llegamos a la cena porque Rengoku-Sensei nos pidio quedarnos a ordenar el salon de transformaciones y tardamos más de lo pensado. —explicó la Hufflepuff de ojos rosados.

El ojimiel relajo su expresión ante la declaración de la hermana de su novio.

—Esta bien, si ya comieron es mejor que regresen a sus habitaciones antes de que algun otro prefecto los vea. —insistió mirando a su alrededor para asegurarse de que su compañera no estuviese cerca.

—¡Bien, nos vemos mañana amor! —el burdeo le dio un rapido beso en la mejilla a su novio y tomo a su hermana y a su amigo para luego salir corriendo, dejando al pobre rubio todo sonrojado a mitad del pasillo.

—¡Idiota! —susurró el Slytherin sintiendo como su corazón latia de manera acelerada dentro de su pecho, definitivamente Tanjirō iba a matarlo algun día, ya sea por sus actos impulsivos o por sus muestras de afecto.

—Zenitsu. —la voz a sus espaldas le hizo dar un respingo en su lugar y girarse rapidamente sobre sus talones, los colores se le bajaron al notar que era su compañera de casa la que lo habia llamado —Ya te dije que debes de cumplir bien con el trabajo o me vere obligada a comunicarle la situación a Obanai-Sensei.

—¡NO ES NECESARIO! ¡NO VOLVERA A OCURRIR KANAO-CHAN! ¡LO JURO! —gritó con desesperación el rubio intentando persuadir a la chica de broche mariposa de no acusarlo con su jefe de casa, Iguro-San era muy estricto con sus castigos hacia sus alumnos.

—Esta bien. —respondió la ojivioleta —Pero ten cuidado con que alguien más te vea con ese león, no querrás ser el objetivo de burlas o hechizos de parte de las demás casas. —le advirtió la pelinegra para luego retirarse del lugar para continuar con su patrullaje.

Zenitsu apreto con fuerza su varita, luego de la gran guerra mágica la casa de Salazar habia sido despreciada por las demás, incluso hubo quienes pidieron que esta fuera eliminada de Hogwarts por ser "creadora de mortifagos y locos con sed de poder", por suerte el director, Kagaya Ubuyashiki, se opuso rotundamente a que esto ocurriera.

Slytherin era mucho más que eso, ellos solo veían lo malo, pero no los culpaba pues en un principio él también juzgo a los alumnos de su propia casa. Cuando el sombrero seleccionador dijo que seria una serpiente lloró del miedo y terror, el creía que seria un Hufflepuff.

Sinceramente nunca pensó que terminaría dentro de la casa de Salazar, pues no era un "sangre pura" y por lo general todos los que estaban en esta casa eran pertenecientes a familias de magos antiguas.

Su abuelo, Jigoro Kiwajima, es un mago sangre pura al igual que su madre, Kaigaku también lo es, pero su madre -luego de quedar viuda- no tuvo mejor idea que meterse con un muggle y él fue el producto de ese romance.

Kaigaku, su medio hermano, y él llevan el apellido del actual marido de su madre así que... su relación fraternal es algo complicada, pero sabe que en el fondo el ojiazul lo quiere... muy a su manera, pero a fin de cuentas lo quiere.

En verdad ser un Sly no era taaannn malo y si lo pensaba bien tenia cualidades de esta casa, ¡pues era un experto salvando su propio pellejo! Aun que el prefería llamarlo autopreservación.

Aparte Merlín fue perteneciente a esta casa así que... ¡tomen esa!

Y para rematar tenian su propio idioma, el parseltongue o mejor conocido como pársel, el idioma de las serpientes.

El rubio se irguió y levantó la cabeza de manera orgullosa para continuar con sus rondas, quizás nadie estaba enterado -a excepción de Tanjirō- pero hace poco descubrió que podia hablar esta extraña lengua.

Sin importar lo que las demas personas de la comunidad magica pensaran él amaba su casa y no la cambiaría por nada, era un orgulloso Slytherin y que se joda quien crea que tiene algo de malo ser una serpiente.

Como decia su novio...

"No existe magia buena -blanca- o mala -negra-, solo existe magia, tú decides como usarla. "