Deja que mi muerte nos separe.

Wednesday (TV 2022)
F/F
G
Deja que mi muerte nos separe.
Summary
AU ambientando en los años 1900/1910 // Oneshot basado en el arte de @sapientgolem (Twitter/X)
Note
Morir por amor o morir de amor, he ahí la cuestión.

Wednesday Addams estaba segura de dos cosas en su vida.

Primero: Que jamás se hundiría en un laberinto de sentimientos hasta perder la razón, como sus padres.

Segundo: Que preferiría morir antes que eso.

Y morir era justamente la clave para resolver aquellas dos preocupaciones en un corto y elaborado plan.

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Su vida en la Mansión Addams solía ser bastante tranquila, para lo que alguien como ella podía permitirse, eran conocidos no solo por ser una familia excéntrica en los alrededores sino que además la herencia de sangre que pesaba sobre sus hombros la teñía de habilidades que representaban un eco retorcido como digna hija de Morticia Addams. 

Tener habilidades psíquicas como su madre no era algo que abrazara con entusiasmo, sobre todo porque para Wednesday la forma en la que sus visiones y presagios asfixiaban sus pensamientos le dejaban siempre una sensación de descontrol impropio.

Y ella detestaba eso.

Una búsqueda algo agotadora en la biblioteca familiar, sin embargo, le dio la oportunidad de poder cambiar esa parte de ella, no eran pocos los libros que relataban rituales complejos con la finalidad de transmutar desde objetos hasta seres vivos, sabía que algo de eso le acercaba a ese pequeño deseo interno que había maquinado tan cuidadosamente, pero al final solo se topaba con conjeturas e historias a través de páginas cargadas de polvo y respuestas rotas.

Pero no se rindió, y fue para su cumpleaños número veinte que finalmente encontró lo que buscaba, un pequeño diario que parecía trazar escasamente instrucciones, páginas arrancadas después, un nombre que bailó con seguridad frente a ella: Goody Addams. 

Y con ese nombre fue directo a la fuente de información a la mañana siguiente después del usual desayuno familiar cuando su padre y su hermano anunciaron que se irían de cacería dejándo a ambas mujeres solas.

—Madre, necesito resolver algunas dudas, si tienes un momento.

—Mi niña para ti siempre tengo todo el tiempo del mundo, salvo que sea las noches en las que tu padre y yo necesitamos...

—No necesito los detalles de sus encierros en la cámara familiar, si no te molesta, solo quiero saber donde puedo encontrar información sobre Goody Addams.

—¿Goody? —Morticia entornó la mira y se permitió una pequeña pausa antes de responder— Un interés inusual en un antepasado también inusual.

—¿Hay algún problema en querer conocer un poco más sobre mis ancestros?

Au contraire, siempre he alentado tu apego por las ilustres figuras de quienes nos precedieron en vida, pero Goody es, en efecto, un tema bastante intrigrante.

—¿Planeas seguir dando vueltas sobre ello o tendré que continuar investigando por mi cuenta?

—Dudo que puedas encontrar mucho si te atrevieses a intentarlo, Goody fue... un antepasado marcado por un destino fatal, allá en el pueblo donde se crió, su familia fue perseguida y asediada por cazadores de brujas y gran parte de esa línea familiar se perdió en las cenizas que se esparcieron por los bosques de Jericó.

Wednesday maldijo por dentro, pero no se conformaría con cerrar ese capítulo tan pronto.

—¿Jericó? 

—Oh si, un pequeño pueblo que alberga tanto a familias normies, como a personas con cualidades que quizás algunos no encuentren tan favorables de presumir.

—¿Te refieres a otros psíquicos?

—Y más que eso, según se dice, pero no creo que alguien en el lugar sepa algo que pueda ayudarte con esta pequeña investigación que andas desarrollando.

Morticia disfrutó en silencio el efecto de sus palabras, Wednesday apretó los dientes levemente pero su expresión neutra no se movió un solo ápice cuando continuó la conversación.

—De todos modos, sería interesante visitar el lugar, mi interés por el pasado familiar evita que me sienta desanimada solo porque un manojo de gente excluída ha olvidado el apellido Addams.

—Es más que eso en realidad, la razón por la que el pueblo ha logrado neutralizar esta convivencia se debe mucho a que fue la propia Goody quien aceptó no dejar entrar un Addams más a ese sitio.

—Quisiera creer que estás contándome un chisme exageradísimo, pero por el tono de tu voz parece que es imposible.

—Los Addams tienen un hogar en el Pueblo, legado de la propia Goody, que no pudo ser rehabitada luego de que ella desapareciera. Aún así, eso no le impidió firmar un acuerdo con el entonces jefe del lugar.

—¿Y ella misma vetó a su propia sangre a pisar Jericó?

—Más que eso, ella aseguró que solo un descendiente que tenga pareja, podría solicitar asilo en su hogar, que ahora debe llevar ya varios años vacío.

—Entonces ¿cuál es el truco de eso?

—Goody heredó una cualidad inusual, sus visiones cargadas del estigma del cuervo la convirtieron en una persona solitaria, ella sabía que si algún sucesor deseaba "echar raíces" en ese sitio, la única forma de asegurarse que no fuese alguien como ella, era implantando esa sencilla condición.

Astuta, pensó Wednesday.

—Sabes mucho, para tener escasa información de ella.

—¿Te parece? Creo que puedo recitar con mejor memoria la vida de varios de nuestros otros ancestros. Además conociendo tus pensamientos...

—No me puedes leer la mente.

—Y eso no me impide cuestionar que tengas la oportunidad de pisar ese lugar.

Parecía que el pozo de información al que aspiraba llegar se había secado incluso antes de que asomara su cabeza sobre el orificio, aunque no planeaba resignarse ahora se enfrentaba a un nuevo problema.

Conseguir una pareja, al menos una temporal.

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—Estás distraída, Addams.

Durante la semana siguiente, mientras Wednesday intentaba mantener su rutina, había recibido la visita de Enid Sinclair, una joven perteneciente a uno de los clanes de licántropos situados cerca a la Mansión y que disfrutaba perturbar la paz de la joven ya que esta le asistía en clases particulares de música, bajo orden estrica de su madre Esther. 

—Te saltaste un compás al final de la melodía, debes respetar el alargamiento de la nota, puedo estar distraída pero no estoy sorda.

Enid resopló y se desacomodó el violín para relajar los hombros.

—Si la canción ya está terminando no entiendo porque tiene que durar tanto la nota.

—Porque de eso se trata la práctica, tienes que aprender a sostenerla el tiempo que dure.

—Mejor cuéntame que te tiene tan ida hoy.

—¿Crees que te doy clases para contarte mi vida privada?

—Tampoco era para que te pongas grosera, quizás sea algo en lo que pueda ayudarte.

—Lo dudo.

—Pruébame.

Enid era bastante terca, como bien pudo comprobar Wednesday, aunque no disfrutaba de compartir sus tribulaciones mentales con nadie que no fuera su propia voz en la cabeza de algún modo la expresión insistente de ella y el como le apuntaba amenazante con el arco del violín le permitieron dar un paso atrás y compartir sus pensamientos.

—Necesito morir.

—Esto es inesperadamente honesto.

—Querías información y esa es, necesito morir y estuve buscando métodos adecuados para lograrlo.

—Bueno, te podría sugerir varias formas para poder hacerlo, pero quisiera tener un poco de información sobre el por qué.

—Los métodos normies no funcionan para los Addams.

—Si no fuera porque potencialmente me quedaría sin maestra música, te podría desgarrar yo misma la garganta —Enid mostró por un instante sus uñas que se deslizaron y extendieron cual garras, le guiñó un ojo a modo de juego antes de continuar—pero no creo que te guste manchar la alfombra.

Wednesday, que había olvidado por un segundo la ascendencia licántropa de Enid, se sintió levemente removida y tardó un par de segundos en reaccionar, aunque por la impresión sus ideas se atropellaron como un bólido en su cerebro cuando intentó responder.

—Cásate conmigo.

—Es una broma ¿verdad? —la risa nerviosa de Enid se congelo cuando Wednesday negó con la cabeza— Primero te quieres morir y ahora me propones matrimonio, digo... ¿estás enferma o algo?

Wednesday parpadeó y se puso de pie, necesitaba ordenar sus ideas antes de decir la próxima tontería.

No le tomó más de diez minutos, sin pausas, explicar la situación enfocada principalmente en acceder al recinto en el que vivió Goody Addams y las condiciones que restringían esa posibilidad.

—Ahora todo tiene más sentido —el violín había pasado a segundo plano mientras Enid reclinada sobre su asiento sopesaba las posibilidades— ¿y crees que tu familia aceptaría que de la noche a la mañana pareciera que has encontrado al supuesto "amor de tu vida"?

—Los Addams tenemos la facilidad de caer golpeados por el amor tan repentinamente que sería raro que no me hubiese ocurrido lo mismo, incluso con la aprensión de mi madre, es algo que no debería sugerir mayor problema si somos lo suficientemente convincentes.

—Pero aún no dije si acepto —Enid sonrió al notar que Wednesday se tensaba más— quizás podríamos convenir un arreglo.

—Me interesa como serte de ayuda si con eso puedo lograr mi objetivo.

—Mi madre... está muy insoportable últimamente, sabes de sobra que la razón de estas clases son con la única finalidad de hacerme más "atractiva" a otros licántropos, todo por esta estúpida marca —señaló su mejilla izquierda donde el maquillaje cubría de manera cuidadosa los tres tajos que marcaban con rudeza su rostro. 

—Me contaste sobre ella, lo recuerdo.

—Supongo que a la larga terminaré enredada en algún compromiso ridículo y está demás decir, forzado. Pero si nos ponemos de acuerdo ambas podemos salir beneficiadas.

—¿Te refieres a...?

—Podemos decirle a mi madre que yo también he sido golpeada por el amor repentino de un Addams y que tomaré las riendas de una nueva vida. Tengo ahorros así que solo necesito unos días para ordenar mis cosas y luego irme lejos, quizás empezar mi    vida en otra parte del país, aún no lo he pensado bien pero puedo confiar en que nuestros ideales colindan en un punto favorable justo ahora.

—Eso veo.

—Te dije que podía ayudarte.

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Si Gomez y Morticia hubiesen aceptado la apuesta que propuso Fester sobre cuál de los hijos Addams encontraría pareja primero, habrían perdido sin duda.

A los dos días de la conversación entre las jóvenes, decidieron darle la noticia a la familia de Wednesday primero en una sombría tarde luego del almuerzo familiar. 

— Debo decir que es una notica que nos llena de gran alegría —se atrevió a hablar primero Gomez mientras Lurch traía copas para hacer un brindis formal— ¿Y que han pensado respecto a su nueva vida? Esa mansión tiene espacio para todo aquel que desee enterrar cabeza.

—¿No querrá decir sentar cabeza? —preguntó Enid.

—Bueno, puedes sentarla, pero sería mejor enterrarla junto con el resto del cuerpo —Gómez guiñó un ojo divertido y su mujer tomó su mano, ambos intercambiaron una mirada de afecto.

— Hemos conversado que una mejor idea para empezar una nueva vida, sería trasladarnos a algún lugar adecuado a nuestras expectativas.

—¿Y de qué lugar estamos hablando? —la pregunta de Morticia llegó directa y Wednesday no dudó en responder de manera firme.

—Jericó.

— Interesante, creo que si lo planean bien quizás haya otros lugares que puedan encontrar más atractivos ¿no les parece?

—Madre... 

Como Wednesday comenzara a intentar responder Enid reaccionó, tomó su mano con delicadeza rozando primero el dorso hasta entrelazar sus dedos con cuidado, aún le costaba no reaccionar tensándose pero el gesto de la joven le bastó para guardar silencio. 

Querida —Enid empleó un tono suave— tu madre solo intenta dejar abiertas las posibilidades a otras alternativas que deberíamos considerar —se giró hacia Morticia— De igual manera me gustaría acompañar a Wednesday a conocer el sitio, ya que he escuchado también de Jericó y su gente, si no es problema para ustedes y están de acuerdo.

Wednesday relajó la vista y miró al lado opuesto a Enid, Gomez dejó escapar un chillido de emoción al reparar  en el gesto y asintió mientras Morticia accedía a ayudarlas a organizar el traslado.

Un par de semanas después, Wednesday recibió una carta apresurada de Enid, avisándole el día y la hora que podrían partir rumbo a Jericó, pidiéndole que tuviera todo listo, haciendo un énfasis particular en ello. Wednesday sospechaba que mucho tenía que ver con el problema que se armaría en su manada al enterarse de su partida con alguien que claramente no era un licántropo.

Cuando el día señalado llegó, Enid logró presentarse en la puerta de los Addams con un par de maletas a primera hora, Wednesday que solo esperaba su llegada para partir le abrió la puerta, lo primero que notó fue su cabello alborotado y  casi desde el borde de su ojo izquierda el rastro de tres surcos que rasgaban parte del lado izquierdo de su rostro.

—¿Wednesday? ¿Te vas a quedar parada en la puerta? Te dije que nos teníamos que ir rápido.

Se disculpó y cargando todo en el coche que sus padres habían decidido entregarles a modo de regalo adelantado se encaminaron hacia Jericó.

En el camino Enid respiró hondo varias veces y luego sonrió al mirar hacia atrás y notar como desaparecía la ruta y la alejaba finalmente de su propia prisión familiar.

—Eres muy buena con el maquillaje —comentó Wednesday luego de un rato.

—¿Qué? Oh no —tomó su bolso y comenzó a rebuscar hasta encontrar un pequeño espejo cuadrado, se miró un segundo y maldijo— Lo siento, salí tan rápido hoy luego de darle la noticia a mis padres que ni siquiera tuve tiempo de... no quería que veas esto.

—No comprendo la obsesión que tienen los licántropos con la belleza normie, como si no existiese belleza también en el rezago de un encuentro violento.

—Lo dices porque no eres un licántropo.

Au contraire —corrigió la morena— la sangre de los Addams cuenta también con algunos de esos genes.

—¿Hablas francés? —Enid ahora estaba aplicando con cuidado un polvo para retocar la cobertura de las marcas.

—No se lo menciones a mi madre.

Durante el viaje, Enid se quedó dormida un par de veces hasta que finalmente llegaron a la entrada del pueblo, Wednesday se detuvo para bajar y consultar la ubicación de la casa y varias personas que pasaron cerca al coche no pudieron evitar murmurar entre ellos curioseando sobre la identidad de ambas.

Wednesday retornó y encendiendo el motor cruzó por la plaza del lugar con cuidado, condujo un par de minutos más hasta llegar a una fachada antigua pero bien conservada, estacionaron el auto y descendieron con el equipaje, al llegar a la puerta Wednesday golpeó con ayuda de la aldaba. 

— Pensé que dijiste que nadie vivía aquí

— Pensé que dijiste que nadie vivía aquí.

—Nadie vivía aquí hasta que avisamos que vendríamos, mi madre dispuso que Lurch venga unos días antes para tener este lugar preparado para nosotras.

Y dicho eso la puerta se abrió mientras el quejido del sujeto de más dos metros precedía el ademán para dejarlas pasar, ambas ingresaron y Lurch cargó el equipaje por ellas.

La visión interna de la casa mantenía un aire que recordaba a la misma Mansión Addams, aquí y allá colgaban algunos animales disecados y los cuadros ensombrecidos parecían seguirles con la mirada, aún así tenía cierto encanto de hogar excéntricamente acogedor.

—Estamos bastante agotadas —le dijo Wednesday a Lurch cuando lo vio regresar de la habitación principal donde había dejado las maletas— Iremos a descansar y cenaremos a las siete.

Con un quejido de respuesta se alejó casi arrastrando los pies y Wednesday le hizo un gesto a Enid para que la siguiera hasta el segundo nivel y entraron a la habitación principal, la morena habló sin rodeos.

—El alcalde del pueblo vendrá a vernos, cuando indagé sobre la ubicación exacta me dijeron que ya estaba al tanto de nuestra visita así que quería venir a saludarnos y darnos la bienvenida apropiadamente.

—¿Crees que se quiera cerciorar sobre...?

—Si, es muy obvio. Pero no hay problema, solo debemos cuidar las apariencias y luego de eso tendré esta semana para finalizar mi investigación y cada una podrá continuar su rumbo sin problema.

Au contraire —dijo Enid con un tono solemne— lo siento, solo te molestaba.

Pero Wednesday retuvo un impulso ridículo de dar un par de pasos hacia ella cuando la escuchó, cerró su mano en un puño y cambió su gesto frunciendo levemente el ceño.

—Necesito que te distraigas menos y terminemos con esto apropiadamente, si no fuera mucha molestia.

—Si, si, tu tranquila.

Dentro de la casa se escuchó un golpe, dos y tres, la morena fue rumbo a la ventana de la habitación que daba a la calle y miró a través de las cortinas.

—Ya está aquí ¿lista?

—A tus órdenes querida —Enid le hizo una pequeña inclinación con la cabeza y le extendió su mano para que tomara la suya.

Bajaron al recibidor mientras Lurch hacía pasar al alcalde, el hombre se veía algo tenso y sudoroso, cuando se presentó.

—Thomas Walker, un gusto conocer a la joven pareja Addams, recibí un mensaje de sus padres —miró a Wednesday— informándome de su llegada, imagino que ellos le pusieron al tanto de la situación de este lugar.

—Pierda cuidado —respondió Wednesday— mi esposa y yo planemos una estancia tranquila en este lugar.

—Bueno, entenderá que... sus antepasados no han sido precisamente tranquilos por estas tierras, los Addams son...

—Los Addams son una de las mejores familias fuera de los límites normies, debería cuidar su lengua si aprecia tenerla pegada en el paladar para decir semejantes cosas bajo nuestro techo, aquí nadie vino con la intención de causar problemas, pero no crean que mi esposa y yo permitiremos que se cuestionen las intenciones de nuestra estancia.

El alcalde pasó una mano por su frente nervioso y Wednesday abrió más los ojos mientras Enid decía esas palabras con seguridad y firmeza, casi podía leerse la ferocidad en su mirada mientras el hombre carraspeaba para reponer la compostura.

—No pretendía... no pretendíamos, le aseguro que no es la intención de mi visita.

—Vino para asegurarse que la paz de su pueblo no se vea alterada, no le daremos motivos, no se preocupe, casi parecerá que no estamos aquí.

El hombre inclinó la cabeza a modo de saludo y se disculpó nuevamente retirándose hacia la puerta principal, Enid lo siguió y Wednesday fue tras de ella aún procesando la escena que acababa de ocurrir, ella era bastante buena.

Cuando el sujeto se alejó por el caminito hacia las calles principales, algunas familias desde otras casas que aprovechaban la hora para tomar el sol desde sus respectivos jardines, alzaron la cabeza curiosos.

Como sucediera en la reunión con sus padres Enid tomó la iniciativa y acarició el dorso de la mano de Wednesday, ella por reacción alzó la mano para sostener la suya, la joven licántropo saludó con esmero a las personas que repararon en la pareja.

—Haces que este matrimonio parezca creíble, incluso para mis padres, estoy impresionada.

—Que puedo decir —respondió entre dientes sin dejar de saludar— los Sinclair somos conocidos por nuestra sonrisa astuta, ahora si no quieres quedar expuesta con cada uno de nuestros vecinos, te sugiero que te veas tan feliz como yo, Addams.

—Que puedo decir —respondió entre dientes sin dejar de saludar— los Sinclair somos conocidos por nuestra sonrisa astuta, ahora si no quieres quedar expuesta con cada uno de nuestros vecinos, te sugiero que te veas tan feliz como yo, Addams

Superada esa valla ambas regresaron al interior de la casa, Wednesday aprovechó para pasear por las habitaciones hasta toparse con el acceso a la biblioteca que tanto había estado esperando.

Recorrió con interés las tres paredes cubiertas de libros, tomos en algunas lenguas desconocidas y otros tantos sobre títulos que recordara haber visto en casa de sus padres, se topó con uno especialmente antiguo que no parecía tener título, los bordes dorados se veían algo desgastados, tomándolo con cuidado lo revisó. 

Era en efecto el libro que estaba buscando.

Cuando sus manos acariciaron las primeras páginas para encontrar el ritual que pondría fin a su desdicha escuchó un sonido de cristales rotos, sin soltar el libro salió buscando la fuente del sonido y encontró a Enid parada en el recibidor, una de las lunas se había quebrado y sobre el suelo una piedra con un pergamino atado esperaba ser levantado.

—¿Pudiste ver?

—No, estaba en el comedor y también me acerqué al escuchar el ruido, no vi a nadie en los alrededores.

Enid se inclinó y al tomar el objeto su mano rozó uno de los fragmentos de vidrio que le dejó una pequeña cortada en el dedo índice, se quejó pero extrajo la nota y extendiéndola con cuidado para leer.

 

«Tell me what thy lordly name is on the Night's Plutonian shore!"
Quoth the raven "Nevermore."» E.A.P.

The Nightshades.

 

—Déjame ver —habló Wednesday, Enid le extendió el papel pero ella en vez tomarlo sujetó sus dedos para observar con cuidado la cortada— ten cuidado, los pequeños suelen ser los más molestos, deberías limpiarte y...

Enid retiró su mano y clavó la mirada en ella.

—A veces no te entiendo.

—¿Eh?

—La nota, Wednesday, la que dejaron junto a la piedra.

¿Qué pasaba con su cabeza?

—¿Quiénes son los oscuristas? —cuestionó Enid mientras Wednesday revisaba lo que tenía escrito— Nunca había escuchado de ese grupo.

—Parece que tenemos compañía extra en Jericó, tampoco me suenan de nada, puede que encuentre algo en la biblioteca de Goody.

—Espero que no retrase tus planes.

—Si, justo encontré el libro que estaba buscando y pensaba revisarlo.

—No te quito más tiempo, estaré en la habitación descansando, han sido muchas cosas y debo reponerme un poco, salut!

Wednesday estiró su mano al tiempo que Enid daba media vuelta y se dirigía al piso superior ¿lo hacía para fastidiarla? Parecía imposible, ni ella misma había notado lo mucho que le alteraba cuando soltaba palabras en francés hasta ahora.

Estaba jugando con su cerebro, como un estudiante de medicina revisando un cadáver.

Las horas del resto de la tarde transcurrieron con tranquilidad y en absoluto silencio, para cuando llegó la hora de la cena Wednesday ya había repasado y tenía toda la información necesaria para llevar a cabo el ritual que necesitaba.

— Alguien parece estar de buen humor —comentó Enid cuando se sentaron ambas en la mesa.

—Me siento satisfecha de que mi investigación haya logrado llegar a buen recaudo.

—¿Y planeas hacerlo hoy?

—No estoy segura —hizo una pequeña pausa ordenando sus ideas— creo que preferiría esperar hasta mañana ya que debo preparar algunas cosas.

—¿Puedo ser curiosa sobre el proceso? Digo... si luego de esto no nos volveremos a ver jamás, me causa intriga sobre lo que pasará.

—De hecho quería pedirte un favor más.

—¿Otro más? 

—Sino tendré que recurrir a Lurch pero no confío tanto en su puntería.

—¿Y que pretendes que haga exactamente?

Pero incluso antes que Wednesday encontrara las palabras adecuadas para expresar su petición la puerta de la entrada tembló, sonidos de vidrios rotos las alertaron a ponerse de pie y se acercaron corriendo para notar como una humareda se levantaba desde el suelo consumiendo las cortinas del recibidor, parecía que habían arrojado objetos inflamables que pronto consumirían esa parte de la casa si no se detenía a tiempo.

Lurch llegó arrastrando los pies con un par de cubetas de agua, Enid las tomó rápidamente y las arrojó a las llamas que menguaron su ataque hasta que solo el humo negro flotaba en el aire, se acercó hasta la puerta y de un empujón la destrabó para encarar a un grupo de personas apostados en el jardincito de entrada.

—¿Qué diablos les pasa? —exclamó Enid aún conmocionada por lo que había ocurrido.

—Silencio licántropo —sentenció una de las voces.

—Venimos por el cuervo —habló otra de ellas.

Usaban capas y llevaban una máscara extraña que cubría sus rostros, Wednesday apareció tras de la chica con una daga en la mano y la mirada encendida.

—Espero que tengan un buen motivo para el error que acaban de cometer —habló.

—Cuervo —una tercera voz mucho más rígida y prepotente que las demás se alzó— Te has arrastrado hasta Jericó contra la voluntad de tus ancestros, regresa por tu camino, tienes un día para hacerlo, o nuestra recepción será mucho más cálida el día de mañana.

—Muerdan ortiga, no me interesa si les molesta mi presencia aquí.

—Has sido avisada, cuervo, será tu vida o la de tu lobo. 

Las personas dieron mediavuelta alejándose y perdiéndose entre las calles sin iluminar, Enid quiso seguirlos pero Wednesday la detuvo.

—Mejor vamos adentro y que Lurch se encargue del desorden.

Fueron hasta la habitación principal y Wednesday se acomodó en uno de los sillones antes de dejar salir un largo suspiro.

—¿Será una secta de personas excluídas? —cuestionó Enid de repente, se había sentado al borde de la cama y miraba en dirección a la ventana— fácilmente he percibido el aroma de vampiros y sirenas... y algo con hierba chamuscada, no estoy del todo segura, pero esa gente no se sentía como simples normies.

—Dudo que lo fueran, es probable que si sean una secta de excluídos, probablemente controlen el movimiento en este pueblo y han visto nuestra llegada como una amenaza, no me sorprende. Pero me molesta que se les haya ocurrido molestar la primera noche.

—Deberíamos apurarnos entonces con tu ritual. Me ibas a contar que necesito hacer.

—Necesito que te vayas —respondió secamente.

—Muy gracioso, Addams.

—No tendría porqué bromear con eso, ya los escuchaste, eres mi lobo. O al menos ellos consideran que lo eres, será un peligro para ti estar cerca de esto y no soy capaz de calcular las consecuencias de lo que ocurran después del ritual.

Enid se levantó y caminó hasta Wednesday, como la joven se resistiera tomó su rostro entre sus manos con firmeza, hasta que sus ojos la encontraron.

—Te prometí que te ayudaría, si debo ser yo quien te arranque el corazón y me lleve algunos curiosos en el camino, lo haré porque es importante para ti.

 —Acepto —fue todo lo que pudo responder incapaz de negarse a esos ojos azules que ahora la golpeaban con tanta fuerza que sintió que desde el interior de su pecho una sinfonía estridente rasgaba cada capa de su propia piel.

—Además —le sonrió al tiempo que la liberaba de su agarre— es gracias a ti que puedo respirar esta libertad lejos de mi clan, también te debo mucho, estaremos bastante a mano con esto, así que mejor empecemos de una vez.

Wednesday tomó el libro de Goody y comenzó a repasar los pasos, tomando su navaja se inclinó sobre el suelo trazando sobre la madera del suelo distintos símbolos que fue conectando entre si a través de una figura, cuando hubo finalizado le hizo una seña a Enid para que se acercara.

—Con esto será suficiente, he replicado todo según el libro.

—Se ve bastante complicado y ahora ¿que debería hacer yo?

—Cuando me recueste sobre los símbolos recitaré unas palabras, tendrás que clavarme la daga a la altura del corazón y luego eso sería todo, después de esas indicaciones el ritual concluye.

—¿Y ya? Que manía de los escritores de no poner el resto de la explicación, ¿efectos secundarios? ¿qué hacer si algo sale mal? ¿nada?

—Escribir no era el fuerte de Goody, ella solo transcribió sus propios aprendizajes esperando recopilar algo del conocimiento de los Addams.

Enid se encogió de hombros y resignada se arrodilló al lado de las marcas, Wednesday se recostó en el suelo ubicando las extremidades en conjunción con varios de los símbolos trazados, al alzar mejor la vista y notar a la rubia a su lado sosteniendo con firmeza la navaja sintió un hormigueo en la yema de sus dedos.

Sombras del inframundo,
dejen que se enfríe mi alma
y arranquen de mi corazón
con este filo maldito
el veneno que exhala
el amor en toda condición.

Que no quede rastro
ni se guarde ningún eco,
que mi pecho sea de piedra
que mi voluntad sea de acero
y que el amor enterrado,
quede para siempre en ese estado.

Cerró los ojos y aguardó al decir la última frase ¿Enid sería capaz de cumplir con su petición?

Pero no pudo pensar más, cuando sintió la punta del acero clavarse de un solo golpe en su pecho, su corazón atravesado palpitó débilmente  y una descarga eléctrica recorrió su cuerpo de pies a cabeza, sus extremidades se crisparon y su mente nublada se hundió en las escenas de una visión inevitable.

Parecía caminar por un bosque, aunque la neblina hacía difícil notar los alrededores, escuchaba gritos a lo lejos, personas que clamaban piedad y quejidos desgarradores, miró sus propias manos y notó manchas de sangre, intentó palpar su cuerpo pero no parecían provenir de ella.

—¡Basta!

Había aparecido una mujer, de tez oscura tras de ella y usaba una túnica como las que recordó ver en la visita inoportuna de los Oscuristas.

—Dile que se detenga —volvió a hablar mientras caía de rodillas al suelo.

—¿A quíen?

El crujir del pasto seco le hizo notar que algo se acercaba a toda velocidad, lo vio, imponente, la mandíbula temblaba, el pelaje goteaba cerca a los colmillos dejando entrever rastros de sangre, la mirada amarillenta y las garras prensadas sobre el suelo, gruñó al llegar donde Wednesday y se acercó hasta su rostro para olfatear antes de lanzar un aullido que casi le revienta los tímpanos por lo cercano que estaba. La mujer tras de ella habló una vez más

—A tu lobo, dile a tu lobo que se detenga.

Con la misma intensidad con la que fue sumergida a esta visión regresó al presente, aún seguía en el suelo pero Enid ahora la sujetaba entre sus brazos, sintió un ardor en el pecho y notó que sus botones habían sido arrancados con fuerza, pasó sus dedos y una cicatriz viva mostraba rastros de sangre.

—Pensé que había sido mi culpa —los ojos llorosos de Enid no daban tregua y solo tembló sin soltar el cuerpo de Wednesday— comenzaste a retorcerte y yo no supe que hacer, la navaja derepente se puso caliente, como si estuviera expuesta al fuego y la alejé lo más rápido que pude —la señaló tirada a un lado, sobre su acero había aparecido un grabado.

—Estoy bien, el corte será temporal, te dije que los Addams no moríamos tan fácilmente.

—¿Entonces funcionó?

La mirada llena de angustia de Enid ensombrenció su propio y lastimado corazón, ¿qué se le pasó por la cabeza cuando creyó que era una buena idea envolverla en una actividad tan... egoísta?

—Me temo que no.

—¿Lo intentaremos mañana?

—Mañana. Haremos que funcione para que tú seas libre.

—Y tú también —sentenció Enid, sus brazos se cerraron con más fuerza sobre su torso mientras la apegaba hacia su propio pecho y un ruidoso latido componía una orquesta estridente en sus oídos— te prometo que tu corazón será libre aunque tenga que estrujarlo con mis propias manos.

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Wednesday Addams estaba segura de dos cosas en su vida.

Primero: Que su descenso a un eterno laberinto de sentimientos le estaba empezando a hacer perder la razón.

Segundo: Que el amor por Enid Sinclair había golpeado con tanta fuerza que prefería morir antes que vivir lejos de ella.

Y morir era justamente la clave para resolver aquellas dos preocupaciones en un corto y elaborado plan.