Capítulo 18
Aemond conoció a los extraños que emergieron del Arciano.
Lady Lycoris primero presentó al hombre que se comportó grosero con Kreacher. Era alguien alto y de complexión delgada, tenia el cabello negro muy oscuro con algunas canas salpicadas y con intrigantes ojos grises.
Sirius Black, se llamaba el hombre que miraba a Lady Lycoris como un padre preocupado.
Kreacher, cuando le trajo un pedazo de pastel, le contó - o se quejó - de Black. Lo describe como un hombre que desde niño fue una completa molestia. Que fue un dolor de cabeza a sus padres y un mal hermano que los abandonó en el momento que entró a Hogwarts.
“Mi amo Regulus fue llevado a la muerte por su culpa” “Un cobarde que no abrazó a sus raíces mágicas y se juntó con sangre sucias y traidores a la sangre”
Luego estaba el pelirrojo que era uno de los tantos cuñados que Lady Lycoris tenía por parte de su fallecido esposo. El mago se presentó como George Weasley.
Aemond supo que ambos magos escogieron el Bosque de los Dioses y la casa en el bul para permanecer. Ayudando a Lady Lycoris con sus bebés, así que ella podría concentrarse en las lecciones de Dragonspeech y las tutorías de Aemond en magia.
Aemond tenía un libro de Encantamientos en su regazo mientras el carruaje se movía en camino a Pozo Dragón.
—¿Qué es un sangre sucia, Lady Lycoris? — preguntó Aemond. Lady Lycoris soltó el libro que tenía en sus manos. Aegon alzó la mirada y Helaena muro a la bruja, Daeron seguía jugando con sus dedos.
En el otro carruaje estaban sus sobrinos y sus primas en compañía de la princesa Rhaenys y Daemon.
—¿Dónde escuchó ese término, príncipe Aemond? — preguntó ella. Aemond miró a su maestra. Se veía bonita, llevaba un vestido color rojo quemado, a la moda de las damas de la reina, con mangas largas y telas pesadas.
Su cabello sujeto pero llevaba un tocado del mismo color de su vestido que sujetaba un velo del mismo color de su vestido pero translucido.
—Kreacher — contestó Aemond.
—Ese elfo y yo tendremos una larga platica — escuchó susurrar a Lady Lycoris para luego verlo con una seriedad — Ese termino es uno muy malo e insultante de donde vengo vengo, príncipe.
—¿Pero que significa? — preguntó Daeron.
—Es algo complicado de explicar. De donde vengo hay tres “clases” — Lady Lycoris movió el dedo índice y el de medio de ambas manos — Los sangre pura, cuyas línea de sangre siempre han tenido magos y brujas. Luego están los nacidos de muggles, que es el término correcto que se debe decir en vez de esa horrible palabra, que son magos o brujas de padres que no hacen magia, los primeros en su familia. Y luego están los “mestizos” — volvió a hacer ese movimiento con los dedos — magos o brujas con un padre mago y el otro nacido de muggle.
—¿Y tu que eres? — preguntó Aegon sin modales.
—Aegon — le regañó Aemond a su hermano mayor
—No. Está bien — le tranquilizó Lady Lycoris — Mi padre, James Potter, era un mago sangre pura. El linaje de los Potter se puede rastrear hasta casi un siglo de antigüedad. En cambio mi madre, era una nacida de muggles. Así que eso me hace una mestiza.
—¿Y por qué ese término, el sangre sucia, es malo? — preguntó Daeron.
—Muy malo. Era dicho `por los sangre pura para denigrar a los nacidos de muggle — ella arrugó la nariz — Esa superioridad de sangre provocó guerras en mi mundo. Mi mágica, era nacida de muggle pero era la chica más lista de Hogwarts.
Aemond notó la sonrisa de Lady Lycoris.
—Por eso yo me siento orgullosa de mi sangre mestiza — continuó diciendo ella — Mi madre fue la estudiante más destacada en su generación. Una mujer valiente hasta la médula.
Ella miró sus manos.
—Así que príncipe Aemond — dijo Lady Lycoris fija en él — Cuál término despectivo con quienes no tienen magia, que da prohibido.
Aemond trago seco. Si Lady Lycoris se ofendía por ese término, también se molestaría si supiera que Aemond llama a sus sobrinos bastardos.
Eso decepcionará mucho a Lady Lycoris y Aemond no quería decepcionarla.
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Lycoris vio por la ventana, como cerca de Pozo Dragón estaba un lugar cercano, pronto Grimmauld Place se alzaría en ese lugar.
Un hogar para ella y su familia.
Cuando el carruaje se detuvo, los príncipes se enderezaron y la puerta fue abierta por Ser Criston Cole que estaba aquí para custodiar a los príncipes.
Primero bajo la princesa Helaena, el príncipe Daeron, el príncipe Aemond y el príncipe Aegon. Lycoris bajo ultima alzando las pesadas faldas de su vestido.
Lycoris amo la llegada de George y Sirius. Con mas ayuda con los niños, Lycoris podría volver a sentirse como esa niña de trece años que se interesó en su imagen, siempre lucir linda.
Padma y Parvati le ayudaron a abrazar la belleza de su sangre Hindi. Luego de años de vivir con Vernon, Petunia y Marge la “mala sangre” por sus raíces y su color de piel.
“Está sucia niña Paki” decían en presencia de ella. Tía Petunia, por mucho que odiara a su madre, siempre decía que Lily Evans era una preciosa mujer pelirroja y pálida como la leche.
“Esa una pena que salieras con ese aspecto heredado de tu padre” arrugaba la nariz tía Petunia
Así que cuando llegó a Hogwarts conocer a las gemelas Patil le subió un poco el amor a ella misma y sus raíces. Le enterraron como arreglarse el cabello, las ropas tradicionales de la India y sus rituales mágicos.
Algo que Lycoris abrazo con fiereza. Además que curiosamente, la abuela Euphemia era de una rama secundaria de la familia Patil. Lo que hacía a las gemelas unas primas muy lejanas.
Empiece a invertir en su imagen gráfica sal oro de la familia. En adornos de oro para ella, anillos, collares, y en Saree para vestir.
En ese momento se sentía como Geneviève Bujold en Ana y los mil días. Un vestido que la reina se sintió complacida. Con el tocador que se parecía a los tocados franceses de la época Tudor.
Se sentía linda, pero no se sentía ella.
Lycoris miro a los ojos de la princesa Rhaenyra y las hijas del príncipe Daemon conversar entre ellos.
—Bien — dijo el príncipe Daemon — Y llegaron. Ya podemos entrar.
Lycoris sonrió con la cabeza y se encaminaron hacia donde estaban los dragones. Ella luchó para que Gaelithox y Midnight, las crías de Fujur, no sean encadenadas.
El príncipe Aemond y Lady Rhaena fueron directo a buscar a sus pequeños dragones, seguidos por Luke en busca del pequeño Arrax.
Lycoris, con sus manos juntas sobre su vientre, río ante las risas de Lady Rhaena y el príncipe Luke.
— Siempre es lindo escuchar a los niños reír — dijo Lycroi.
—No puedo estar más de acuerdo con eso — sonrió la princesa Rhaenys.
Tessarion, la dragona del príncipe Daeron, era hermosa. Azul brillante como un zafiro. Primero fueron con los dragones más pequeños: Vermax y Arrax eran dragones jóvenes, pero no eran bebés como Gaelithox y Midnight que solo eran crías con semanas de vida.
Lycoris les explico que deben mirar fijamente a sus drago y tratar de tomar el vínculo que formaron desde cuna con sus dragones.
Los príncipes soltaban palabras en Valyrio que se deslizaron como un siseo. Un parsel algo modificado solamente para hablar con dragones.
—”Ovejas” — escuchó decir a Vermax.
—¡Lo escuche! — dijo feliz el príncipe Jacaerys. —¡Dijo oveja!
—Muy bien príncipe — Lycoris aplaudió al príncipe de cabello castaño — Vamos muy bien. Usted y su dragón son muy jóvenes, si sigue así pronto se podrán conservar fluidamente.
El príncipe sonrió ampliamente mientras el príncipe Luke trataba de hablar con su dragón. El más pequeño del príncipe Luke balbuceaba en Valyrio y el dragón lo imitaba hasta que el dragón dijo : —”Comida”
—¡Lo dijo! ¡Dijo comida! — el principito Luke se emocionó.
—Bueno — dijo el príncipe Daemon. — Vamos bien.
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Mientras los niños permanecen con sus dragones. Lady Bruja caminó a lado de Daemon hacia donde estaba Caraxes.
Daemon miró a la bruja de ojos verdes. Hizo una mueca al ver que emulaba los pesados y mojigatos vestidos de Alicent Hightower.
Mostraba un generoso escote que dejaba ver sus pechos hinchados por la maternidad y resaltaba la delgada figura que tenía.
Al llegar el dragón rugió haciendo que el velo y cabello de la bruja se elevarán.
—Es un dragón con mucho carácter — dijo Lady Bruja
—Gracias. Fue un poco complicado que me aceptara como jinete — dijo Daemon — Pero al final, nuestras personalidades similares encajaron.
La bruja rio y miró a Caraxes. Ella habló en el valyrio con un siseo como lo hicieron los chicos, pero mientras los demás era un valyrio tembloroso, ella lo decía en su suave tono.
—Caraxes, gīda — ordenó Daemon. Caraxes bajo la cabeza y Daemon colocó su frente contra la escamosa cabeza de su dragón.
Luego que Caraxes estuviera calmado, se separó y extendió su mano hacia la bruja. Ella tomó la mano de Daemon sin miedo. El príncipe dragón pudo sentir como ella tenía manos muy alejadas a las de las doncellas, tenía ligeros cayos en los dedos.
Manos delicadas de doncella pero fuertes de una guerrera.
Daemon colocó la mano de la bruja sobre Caraxes y la de él sobre la de ella.
El príncipe canalla bebió de la imagen que daba la bruja. Una piel morena lisa y brillante, un largo cabello negro que caía cerca de su cintura e intrigantes ojos verdes.