Capítulo 9
Lycoris sintió vergüenza cuando el príncipe Daemon entró a la habitación mientras ella tenía sus senos descubiertos.
Aun con el velo tratando de darle algo de decencia, el Targaryen se quedó mirando a la ventana, el pequeño bebé se negó a soltarla hasta que luego de unos minutos él solito abandonó su seno para gimotear.
—Ya tengo, pequeño príncipe — Lycoris, aun con sus senos fuera de su vestido pero cubiertos por el velo, cargo al bebé sobre su hombro para hacerlo botar los gasesitos que tenían luego de comer. Vaenar eructo sobre su hombro y soltó una risita que hizo que Lycoris sonriera igual.
Con cuidado le pasó al bebé a la princesa Rhaenys mientras se arreglaba el vestido, es una suerte que tenga leche almacenada en Grimmauld para los bebés, era relajante extraer leche con el extractor en casa mientras leía algún libro.
Aunque era raro estar en un mundo medieval y usar un aparato eléctrico a escondidas, pero no tenía nada de malo, era madre y sacarse leche es algo de todos los días.
—Gracias a ti, Lycoris — Rhaenys le sonrió, aunque sus ojos aún estaban tristes — Vaenar no le gustó la nodriza.
—Puedo tener lista una botella de leche en caso que el bebé necesite más — le susurro cerca para que el príncipe no escuchara — Solo dígame y mandare a alguno de mis elfos.
La princesa Rhaenys asintió con la cabeza, Lycoris giró hacia el príncipe, no lo miró directo a los ojos.
—Príncipe — se reverencio y se fue.
En silencio recorrió los pasillos de Driftmark, quería ir a su habitación y dormir junto a sus bebés, sabía que Penny estaba cuidándolos junto a Winky y Kreacher. Oh Madre Magia, tenía tantos deseos de ir a su lujoso baño para darse una hora en la bañera con agua caliente.
Su tranquilidad se vio terminaba cuando el príncipe Aemond se acercó a ella y la tomó de la mano, arrastrándola por los pasillos.
—¿Príncipe Aemond? — pregunto confundida ante la actitud del niño.
—Necesito su ayuda, Lady Lycoris — el príncipe nunca la soltó, avanzaron hasta la playa. él cielo se había oscurecido — Quiero reclamar a Vhagar.
Lycoris parecía confundida, había visto al dragón volar y sinceramente le tenía miedo a la gran bestia.
—¿Reclamar?
—Así es — se mostró emocionado — Usted puede hablarle y decirle que soy un buen chico para que me acepte como jinete.
Lycoris suspiró y se dejó arrastrar por el príncipe hasta donde estaba la gran dragona. Le pidió que le soltará la mano, el príncipe la soltó y Lycoris sacó su varita conjurando una luz.
La luz azulada que brotaba de su varita los guio por el oscuro camino hasta donde estaba Vhagar. La dragona estaba dormida hasta que abrió sus ojos, Lycoris retrocedió dos pasos muy asustada.
—”¿A qué vienes hechicera?” — preguntó la dragona.
—"Gran dragona conquistadora” — Lycoris se reverencio ante la criatura — “Lamentó interrumpir tu luto, pero el joven aquí es un príncipe con sangre de jinete de dragón. Él desea que lo aceptes como jinete.
Vhagar olfateó al príncipe Aemond, que tomó su mano como lugar seguro.
—”No deseo más jinetes” — contestó Vhagar —”Dile a la pequeña cría ya que estoy vieja y deseo pasar mis últimos años en esta playa. Ya perdí a mis hermanos y tres jinetes con mi amada Laena. Ya mis días están llegando a su fin.
—”¿Tus días llegan a su fin?”
—”Ya no soy la conquistadora que solía ser” — se lamentó la dragona —”Deseo reencontrarme con mi Visenya”
—Príncipe Aemond — Lycoris miró al niño.
—¿Qué dijo Vhagar? — preguntó emocionado.
—No desea más jinetes — Lycoris se inclinó hacia el príncipe — Ya ha vivido mucho y desea pasar lo que le queda de tiempo descansando. Es mejor cumplir sus deseos.
El príncipe Aemond bajó la cabeza decepcionado.
—”El niño descendiente de la sangre de mi valeroso Baelon” — dijo Vhagar y Lycoris alzó la vista para ver a la dragona —”Dejaré que vuele solo una vez en mi”
—¿Qué dijo? — preguntó nuevamente el príncipe.
—Dejará que vueles una vez en ella — le sonrió Lycoris. El príncipe Aemond parecía que los ojos le brillaban de la emoción.
━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━
Aemond se sintió feliz cuando emprendió vuelo en Vhagar, si bien no logró su cometido de que la dragona lo aceptará como jinete, le permitió un único viaje.
Podía sentir el aire tocar su rostro, el frío tocar sus mejillas, pero poco le importó a Aemond, porque él estaba volando en un dragón.
Luego de minutos aterrizó con Lady Lycoris esperándolo. Ella le sonrió y le preguntó: —¿Y qué tal el vuelo, príncipe?
—¡Estuvo genial! — sonrió Aemond dejando la facha de rectitud que su madre y abuelo le inculcaron –¡El viento en mi rostro! ¡Me sentí invencible!
Lady Lycoris río cubriendo su boca con los ojos verdes brillando de alegría, ambos avanzaron hasta el castillo.
—Más o menos me sentí así la primera vez que volé — dijo ella mirando hacia arriba como si le recordará — Tenía más o menos su edad.
—¿En un dragón?
—No. En una escoba
—¿Una escoba? — preguntó Aemond. ¿Cómo podía volar en una escoba?
—Si, muchos magos vuelan en escobas — respondió ella mientras caminaban por los pasadizos — Estuvieron dos grupos. Los Gryffindor y los Slytherin,
Lady Lycoris les habló en el barco sobre Hogwarts, el lugar donde ella estudió magia. Cómo se dividían en cuatro casas, siendo ella la casa del león dorado sobre campo carmesí, algo muy Lannister.
—¿Y cómo estuvo esa clase?
—Un niño mimado quería hacer que me expulsaran— rio ella — Pero le salió tan mal que mi jefa de casa me hizo entrar al equipo de Quidditch.
—¿Qué es Quidditch?
—Bueno, el Quidditch es…. — Lady Lycoris no pudo terminar su frase porque fue interrumpida por un “Es él”
Aemond vio a sus sobrinos junto a las hijas de tío Daemon caminar hacia él muy molestas.
—¡Vhagar es el dragón de mi madre y tú lo robaste! — grito Rhaena. Baela se lanzó hacia él, pero Lady Lycoris tomó su brazo con delicadeza.
—Princesa —- dijo Lady Lycoris negando con la cabeza — El príncipe Aemond no ha robado nada. La dragona lo negó como jinete.
Aemond torció la vista cuando Rhaena le sonrió con burla.
—La dragona ha expresado que no quiere mas jinetes — contó Lady Lycoris mirando a Rhaena — Ya es una anciana que quiere descansar.
—Pero… — dijo Rhaena con los ojos llorosos.
—Tendrá un dragón, algún día, princesa — luego miró Aemond — Usted también. Fujur ha puesto dos huevos. Mañana iremos a su nido, para que vean a los huevos.
—¿Y si no eclosionan? — preguntó Jacaerys.
—Eclosionaran — sonrió Lady Lycoris — Yo me encargaré de ello.
—Él voló en Vhagar — lo señaló de manera acusadora Baela a Aemond.
—Vhagar me dejó — contestó Aemond, Rhaena empezó a sollozar.
—¿Qué le parece si le pregunto a Vhagar si la dejaría volar en ella? — preguntó Lady Lycoris peinado un mechón rebelde de Rhaena — Mañana en el desayuno.
—¿Haría eso? — preguntó Rhaena.
—Puedo hacerlo — sonrió Lady Lycoris — Soy una persona muy persuasiva. Es mejor que regresen a sus habitaciones antes que sus padres pregunten por ustedes.
Todos asintieron con la cabeza, Aemond notó como Baela y Rhaena se colaron a los lados de la bruja y tomaron sus manos, y en vez de mostrarse molesta, Lady Lycoris sonrió.
Así, todos se fueron a dormir.