
Capítulo 7
La última vez que Lycoris interactuó con niños fue en la batalla de Hogwarts, ordenando a Neville y Lavander que evacuaran a los pequeños hacia el pasadizo de Hogsmaede..
Y su acercamiento a la enseñanza la tuvo a los quince cuando armó el grupo de estudios a escondidas del abominable sapo rosa. Así que ver a cinco príncipes sentados en la larga mesa de madera negra mirándola ansiosa, menos el príncipe Aegon.
—Buenos días príncipes — dijo Lycoris. Le habían cedido una gran habitación con balcón e instalado una mesa para su comodidad. — Iniciaremos un poco del Dragon Speech con una pequeña lectura. Me he tomado el tiempo de transcribir partes importantes a pergaminos.
Habían pasado dos semanas desde su incorporación a la corte, ella estaba más hinchada en el vientre y le tomó ese tiempo transcribir las partes más importante del Dragon Speech a pergamino, gracias a la Madre Magia Winky la ayudó con las copias.
—¿Tenemos que leer? — preguntó Aegon.
—Así es príncipe — contestó Lycoris sacando el biberón del agua que se calentaba en la chimenea. Con cuidado dejó caer unas gotas en sus palma, al ver que está en la temperatura adecuada camino hacia la cerca de bebe donde estaba Teddy mordiendo sus peluches.
Teddy dejó de atacar al pobre león y extendió sus manos hacia el biberón. Lycoris se lo dio y regresó con los príncipes.
—Uno no puede ir directo a la acción si no tiene una base teórica antes — les explicó — Por ejemplo, ustedes practican primero con espadas de madera antes de ir con las normales. Ahora, el primer punto
—¿Abrir nuestra mente? — pregunta el príncipe Jacaerys
—Romper las barreras que ponemos a nuestra propia mente — Lycoris se sentó en la cabecera frotando su vientre e hizo una mueca cuando sintió al bebé patear la costilla — Por ejemplo, en la magia hay ramas que se utiliza la mente. Mientras más límites nos ponemos, más débil es la magia.
—¿Y cómo hacemos eso? — preguntó el príncipe Aemond.
—Respirando — contestó la princesa Helaena. Lycoris sonrió, la dulce princesa le recordaba mucho a Luna, siempre en su propio mundo.
—Nosotros ya respiramos — dijo el príncipe Aegon a su hermana.
—Meditación — contestó Lycoris jugando con el medallón de los Black — Abrir nuestras mentes al mundano. Mañana iremos a Pozo Dragón para que intenten vincularse aún más con sus dragones. Es una ventaja que tienen sobre mí.
—¿No estás vinculada con tu dragón cuando era una cría? — preguntó el príncipe Lucerys
—No. Fujur se vinculó conmigo cuando salimos de una incómoda situación de robo a un banco — dijo Lycoris — Pero mi don fue trabajado a partir de mi habilidad con serpientes.
—¿Hablas con las serpientes? — la princesa Helaena la miró emocionada
—Si, y suelen ser muy groseras la mayoría del tiempo — contestó Lycoris —Ahora regresemos al tema. Mañana iremos a Pozo Dragón para que logren establecer un vínculo más fuerte con sus dragones.
—Lo siento hermano — el príncipe Aegon le dio palmadas en el hombro al príncipe Aemond — Te quedaras aquí.
—El príncipe viene con nosotros — dijo Lycoris.
—Él no tiene un dragón — contestó el príncipe mayor con normalidad — Es una pérdida de tiempo que Aemond estudie Dragon Speech cuando su huevo jamás eclosionó.
—¡Cállate! — el príncipe Aemond se levantó del asiento molesto.
—Solo digo la verdad, es una pérdida de tiempo para ti
Lycoris se levantó rápido para tratar de detener la pelea, pero el movimiento brusco hizo que sintiera algo escurrirse por su piernas. Lycoris sabía cómo se sentía la sangre, alzó un poco el vestido notando que su fuente se había roto.
—Lady Lycoris — la princesa Helaena se acercó a ella. El príncipe Aemond la miró asustado y el príncipe Aegon se veía pálido.
El príncipe Jacaerys acercó a su hermano hacia él en un abrazo.
—Niños, ya clase se cancela por hoy — dijo Lycoris respirando ante una patada en su costilla — ¿Alguien puede buscar a la princesa Rhaenys? ¡Kreacher!
En un ¡Pop! Kreacher apareció y se asustó al ver que rompió fuente. Lycoris le ordenó que tarjeta las cosas que preparó para el parto.
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Alicent escuchó atentamente a Helaena.
La pelea entre Aegon y Aemond hicieron que la bruja se pudiera de parto. De ese hecho, ya pasaron unas cuatro horas.
En los pasillos se podía escuchar a Lycoris Potter gritar del dolor. Alicent permaneció en sus habitaciones, pero una angustia se instaura en su pecho, pasó por la habitación de Rhaenyra donde su hijastra estaba con Lord Corlys, Laenor y sus hijos.
El señor de Driftmark estaba meciendo al hijo de Lycoris. Él bebé lloraba, su pequeño rostro estaba rojo por el llanto mientras la criatura llamada Kreacher hacía sonar un sonajero para distraerlo.
Alicent avanzó hasta las habitaciones donde estaba Lycoris. El lugar se podía sentir un aura pesada.
A la izquierda de la madre, estaba la princesa Rhaenys limpiándole la frente con un trapo, en una esquina de la habitación estaba la criatura Winky y dos criadas. No había un Maestre sino una partera atendiendo a la bruja.
—No puedo — lloró Lycoris — No puedo.
—Necesito que puje mi lady — indicó la partera.
—Siento dolor, mucho dolor
—Es normal el dolor — dijo Alicent colocándose a la izquierda de Lycoris — Pero todo se acaba cuando veas a tu bebé.
—Ya está dilatada, necesito que puje.
—-No puedo hacer esto — Lycoris miró a la princesa Rhaenys con miedo — Estoy sola, mi madre murió y no tengo a Molly o a mi mejor amiga conmigo. No puedo, soy débil.
—Si, si puedes — Alicent se quedó sin palabras ante lo que hizo la princesa Rhaenys, tiempo las almohadas y se colocó detrás de Lycoris. Como un apoyo, con cuidado tomó su frente e hizo que se inclinara hacia atrás — Tengamos a este bebé.
Aún envuelta en llanto, Lycoris empezó a pujar, ante su alarido de dolor, uno de los jarrones explotó, Alicent se sobresaltó pero tomó la mano de la bruja.
Alicent parió cuatro veces sola, sin amigas ni familia, solo por Maestres entre sus piernas.
—Lo estas haciendo bien — la animó Alicent — Has otro esfuerzo.
La bruja gritó un par de veces más hasta que la partera tuvo a un bebé en brazos.
—¡Un varón! — dijo feliz mientras lo limpiaba.
—Es James, Lycoris — dijo la princesa Rhaenys, Lycoris sonrió un poco antes de volver a gemir del dolor.
—Hay viene otro — dijo la partera pasando al bebé a una de las criadas. La elfina empezó a chillar de la emoción ante el bebé. — Un último esfuerzo, mi Lady.
Lycoris soltó un alarido hasta que se escuchó un segundo llanto.
—¡Una niña! — dijo Rhaenys — Es Georgiana.
Lycoris rio ante la idea de los bebés, su rostro estaba lleno de sudor y lágrimas, su cabello un completo desastre sin forma.
La partera hizo que pujara la placenta y Winky le paso tres pociones que bebió de golpe. Las criadas limpiaron a los bebés bajo la indicaciones de la elfina que con un chasquido cambió las sábanas llena de sangre por el parto.
—Están completamente saludables — dijo la partera. Lycoris, aún hacía muecas por el dolor , cargo a ambos bebés en sus brazos con gracia.
En su mirada había una tristeza cuando vio la pelusa pelirroja en el cabello de ambos.
—Pelirrojos — sollozó Lycoris — Mi madre era pelirroja y todos los Weasley también son pelirrojos.
La piel de los bebés era más un tono más claro que la de Lady Lycoris, y el bebé James abrió los ojos mostrando un color castaño almendrado.
—Tiene los ojos de mi papá —dijo Lycoris mirando — Tu nombre es James Sirius Potter. —la bebé soltó un chillido de molestia, Lycoris la vio y la bebé abrió un poco los ojos mirando una mirada azulada — Tienes los ojos de tu tío Ron. Hola mi preciosa Georgiana Lilium Potter.
Alicent no comprendía porque dos nombres pero la forma en que Lycoris lo pronunció denota amor y recuerdo.
—Su padre se llamaba Fred Gideon Weasley — los miro a los dos y sus ojos se llenaron de lágrimas — Fue el hombre más valiente y amable que conocí. Puede que ya no esté en este mundo, pero me dejó a ustedes dos.
Con cuidado besó ambas cabecitas y Alicent sintió ternura.
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Daemon miró al bebé en sus brazos, con un tono de piel más claro que él de Baela y Rhaena. Una pelusa plateada.
El bebé se retorcía en su agarre mientras en la cama de parto Laena dejó de repisar.
—Vaenar — lo nombró en su último aliento.
Laena le dejó un hijo y murió por ello.