
El círculo
8: El círculo
—¿Los Malfoy no exigen ser accionistas mayoritarios al ofrecer una inversión? —lady Longbottom cuestionó con malicia.
—Gracias a mis antepasados, no estoy desesperado por conseguir capital, señor Malfoy —Fleamont responde bromista—, es una invitación, que preferiría que estuviera en igualdad de condiciones.
Traducción: antes muerto que juntarme con los de tu especie. Raritos supremacistas. Draco se sorprende que no lo haya dicho, la sutileza en esta década es nula en comparativa a 2025. ¿Estará actuando muy diferente a Abraxas Malfoy? ¿Debería ser más racista? Oh mi Salazar, ¿qué diablos? Diría Harry.
Fleamont Potter seguía ignorándolo con los miembros pro-muggle y magos comerciantes, su sonrisa era brillante y su risa bulliciosa. Los pura sangre con ideologías abiertas como los Longbottom, los Abbott y los Lupin lo buscaron como los girasoles al sol.
¿Quién diría que aprenderse los nombres de cuarenta familias pura sangre de hace cincuenta años serviría de algo?
—¡Qué chistoso! —exclamó el abuelo de Harry al escuchar una broma de lady Longbottom, la multimillonaria Longbottom. Qué descarado es, ¿por qué no le pide el dinero de una vez?
Ah, Harry no sabría fingir ser amable para conseguir lo que desea. Pero ser el héroe que salvó la Inglaterra mágica le abrió muchas puertas.
Se convirtió en un líder por las circunstancias, mientras que su abuelo fue educado para encantar a la gente.
—¡Hagamos un baile en mi hogar! Estoy seguro que mi encantadora Eufemia estará de acuerdo —gritó Fleamont. Risas recatadas sonaron en contraparte a la de Potter.
Harry estuvo en el ojo público toda su infancia y adolescencia, prefería el anonimato antes que la exposición y altanería de Fleamont.
Empero, sin lugar a dudas, los Potter brillan entre la multitud. Sonrió para sí.
Los violines flotantes del salón tocaron una tonada que le recordó a una canción, de esas que Harry ponía en su teléfono. Cerró los ojos, un instante de debilidad. Harry le cantaba a la sartén, ignorando los farfullidos de Kreacher, "está robando el trabajo de Kreacher" diría el elfo doméstico enojado. "Los elfos hacen el desayuno, los amos esperan en la cama, ¿dónde están los valores? Kreacher está harto". Los calzones verdes de Harry, estaría moviendo el trasero de un lado a otro y traería unos calcetines rotos del dedo gordo del pie. ¿Por qué siempre se le rompen allí?
And if I only could
I'd make a deal with God
And I'd get him to swap our places
Be runnin' up that road
Be runnin' up that hill
Be runnin' up that building
Harry cantando, una voz con cero talento artístico.
—¿Canciones viejitas? —Draco preguntó aquella vez.
Harry rie, mostrando sus lindas perlas por dientes.
—No, no. Es una playlist de canciones que salieron el año que nacimos.
Draco ríe malvado.
—Fueron los ochenta, Harry.
—Ouh.
Say, if I only could, oh
—Estás actuando extraño, Malfoy —un hombre atractivo. Ojos plateados, como los suyos, piel pálida, cabellera negra y profunda recogida en una elegante coleta. Detuvo su tarareo—. Te ves particularmente feliz, ¿por qué? —su curiosidad era espesa.
¿Qué los nobles no tienen mejores cosas por hacer que chismorrear? Orión Black levantó sus labios presumido.
—Mmmh, conseguí algo —mintió.
Los violines suenan de fondo.
—¿Has recibido noticias de nuestro señor?
Draco suspira, pone una mano sobre su estómago plano, quitando una pelusa invisible. Traga saliva y siente vacío.
—¿Tú sí? —Draco escupe, ¿así se expresaría Abraxas? Su padre en definitiva. Orión Black frunce el ceño— encantadora expresión, se nota la dicha de ser padre —se le escapó decir.
—Cierra la boca. Ha sido un martirio los últimos meses, Walburga es una pesadilla.
Oye el desgaste, como si él fuese el que está cargando una vida. Imbécil.
Orión pasa una mano por su hombro en señal de reconocimiento, años de amistad o algo parecido. ¿Cuánto más debe fingir que conoce a esta gente?
—Escuché que el Wizegamont aprobará una ley para tener control sobre la población de hombres lobos. Cada mago que sea licántropo estará obligado a registarse en el ministerio —dice con sorna— se habían tardado, si fuera mi decisión, eliminaría la plaga —el bello hombre con corazón corrupto arqueó sus elegantes cejas hastiado—. Es un avance significativo.
Draco se mantiene neutral. Hermione creará un programa de ayuda para los magos con licántropia para incluirlos en el sistema laboral mágico.
—Te veo luego, Black.
Orión Black le detiene abruptamente.
—Me envió una carta.
—Dije que luego —se suelta con brusquedad.
Sabe que ha tomado la elección incorrecta al verlo a los ojos. Él no es Abraxas. Y si alguna vez lo fue, solo las brasas de una vida olvidada quedaron.
Camina alrededor del salón ancestral, rostros extranjeros que no reconoce. Muertos. Nobles que la primer guerra eliminó. Pero con valor invaluable para las desiciones del gobierno mágico.
Estudia las expresiones de los sangre pura que critican la forma de vida de Potter. Es imposible apartar los ojos de él. Empiezan a detonar desden que los pondrán en el mapa cuando Voldemort tome el control.
—La caía de Grindelwald ha dejado a niños huérfanos en la América mágica. Dumbledore y yo estamos planeado fundar un orfanato que regule este terrible acontecimiento —Fleamont confiesa orgulloso a su receptor.
—¿Por qué Dumbledore no lo planeó antes? —Draco se acercó, motivado— ¿no es tarde para eso?
—El gobierno americano estuvo ocupado para conceder los permisos —Potter lo mira confundido— nunca es tarde para ayudar.
—Lo es suponiendo que los niños y niñas que hayan quedado huérfanos sean menores. Para eso, debieron ser bebés cuando ocurrió la caída del mago oscuro, eso ya nueve años, ¿no? ¿Qué sucede con los que han llegado a la adultez?
Fleamont Potter se queda mudo. Es nuevo. Abraxas Malfoy y Fleamont Potter habían compartido si acaso un par de saludos por cortesía. Le parecerá extraño su insistencia por convivir.
La verdad es que odia a Albus Dumbledore. Testiguar tal nivel de confianza ciega, arraigada a generaciones, es inaudito. Lastimó a su Harry. Es su obligación hacer algo.
Vamos, Potter. Él quiere sacarte dinero, conoce tu noble corazón. Ustedes, gryffindors valientes y tontos. Observa, Potter busca una excusa para defender a su héroe.
—Abraxas —una delgada mano se cuela por su antebrazo. Su abuela— he terminado por hoy.
Él asiente. Toman la red flu tras despedirse de Walburga, Orión lo mira sin pestañear.
Al regresar a la mansión, escapa a una de las habitaciones de invitados. Su pecho todavía ardía.
—Ah, tú no estabas —dijo al mirarse en el espejo largo—, mi primer tatuaje. Me hubiera gustado que fuera un dragón.
Un círculo encierra el área donde se ubica su corazón.
—Necesito una poción calmante.