Inmortal She [H.P] [HoTD]

Otto nunca le tuvo miedo a las personas, todos eran piezas y jugadores, y Otto Hightower siempre fue un jugador para que el nombre de su casa quedará en lo más alto.

“Madame Black, viene” dijo la bruja de apellido Gaunt cuando Otto depositó algunas monedas de oro en sus manos. Quería más información de la familia Black “Los magos pueden leer los pensamientos de los demás, meterse a sus mentes y manipularlas. Yo que usted, tendría mi mente en blanco cuando llegue Madame Black”

“Puede que parezcan niños, pero él es la cabeza de una casa noble y ella una Black. De seguro la rama de la legeremancia se les fue enseñada antes de recibir su carta de Hogwarts”

Otto siempre pensó que las veces que el rey dijo que su nieta era el vivo reflejo de Aemma eran alucinaciones de un hombre afligido por la pérdida de su esposa y vio en su primera nieta mujer un consuelo. La niña bastarda lo único que tenía de Targaryen era una belleza que resaltaba poco con la sangre Strong en sus venas.

Pero ver a la versión pelinegra de Lucenys Velaryon junto a la bruja que tenía un rostro igual al de la reina Aemma podía ver que eran como la versión joven y adulta de la misma persona.

Otto miró a su lado como su hija se ponía nerviosa ante la llegada de la bruja mayor. Madame Black ( Aemma Arryn estaba muerta) abraza a su nieta, con cuidado acarició su espalda y a la vez el cabello de la niña.

—Oh mi perfecta y hermosa Lucenys— dijo Madame Black — Gracias a la Madre Magia están bien. Casi asesinó a Dumbledore con mis manos cuando me dijeron que desaparecen estando en Hogwarts.

La brujas se separaron y el joven mago se acercó a Madame Black, la mujer extendió su mano y el chico besó los nudillos de la bruja mayor diciendo: —Madame Black.

—Harry, muchacho — dijo ella — Gracias a todas las deidades mágicas llegaste con Lucenys Al menos eres alguien — miró a su alrededor con un claro desdén y los labios torcidos — que cuidaría bien de mi hermosa joya.

Otto miró como su nieto miraba al mago con absoluto odio. Claro, su nieto fue la mente detrás del plan de traer a la princesa de regreso, esperando poder expiarse de sus pecados y hacer las cosas bien, casándose con ella.

Pero no regresó a la princesa de sonrisas brillantes y que era adorada en la corte. Regresó una chica que miraba a todo mundo sobre su hombro y con la mirada de plata.

—Madame Black — Viserys dio un par de pasos hacia la bruja y los chicos. Walburga (Ya no Aemma) Black se enderezo y lanzó la mirada más gélida el mundo, pero se reverencio ante el rey.

Demostrando modelaje propios de alguien de alto estatus.

“Modales de sangre pura” explicó Proserpina mirando las monedas de oro.

—Majestad. Agradezco mucho su gentileza de hospedaje a mi nieta y al ahijado de mi hijo luego de esta…. — ella miró directamente a la Proserpina Gaunt — Inusual experiencia.

—Por supuesto, en parte somos responsables de que se encuentren en esta situación — dijo el rey. Y Otto quería que se callará

—Si. Malas decisiones — contestó la bruja mirando levemente a Lucenys y acariciando con delicadeza la mejilla de ella — Por suerte mis niños están sano y salvo. Esperemos que las cosas estén a nuestro favor y poder regresar lo antes posible.

—El placer en nuestro poder ayudar en lo que podamos, Madame Black — dijo Alicent con una sonrisa cortés haciendo gala de su papel como reina. No pasó por alto que estaba usando la corona que usó el día de su boda, una pieza elegante de esmeralda y diamantes. — Ha de estar algo agotada por su llegada. ¿Le gustaría conocer su habitación durante su estancia?

Madame Black miró de arriba a abajo a Alicent con la expresión estoica y sin mostrar emociones.

—Estaré agradecida — dijo inclinando levemente su cabeza, miró a todos los presentes y preguntó — ¿Dónde está el bebé por el cual fue abierta como un pez?

—El bebé— dijo la princesa Rhaenyra, jugando nerviosamente con los anillos en sus dedos — Murió unas horas después de nacer. Su nombre era Baelon.

Otto miró como la bruja dejó su expresión de frialdad, sus labios se torcieron una mueca triste y tragó en seco, pero rápidamente regresó a su habitual postura de seriedad.

—Una pena — contestó ella — Quisiera ir a la habitación que se me asignó. El viaje me ha cansado un poco y fue un poco agotador.

—Por supuesto, Madame Black — dijo Alicent —Sígame por favor.

El joven mago, agarró el baúl con un movimiento de su varita lo levitó detrás de ellos. Así, los cuatro abandonaron el salón del trono.

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Walburga Black siempre se enorgullece de su sangre mágica. La hija de una noble casa.

Cuando empezó a tener conciencia de su primera vida le hizo temer a la maternidad. Ya había sufrido como Aemma Arryn la pérdida de múltiples bebés y mortinatos.

Buscó opciones en su nueva vida. ¿Una doncella de Hécate? ¿Una Inefable? ¿Casarse con una bruja y adoptar por sangre a un bebé nacido de muggles?

Eventualmente su familia escogió su destino casándose con Orión. Al menos su suegro vivió lo suficiente para que no le exigieron que diera un heredero lo más pronto posible, así que con casi treinta y cuatro años dio a luz a su primer hijo.

Mentiría si dijera que pasó como en nubes su embarazo. Ella rezó a la madre magua todas las noches que este embarazo llegara a término, que este bebé naciera vivo. Luego de diez malditas horas de parto, Sirius llegó al mundo llorando fuerte y moviendo sus extremidades.

Walburga Black logró lo que Aemma Arryn nunca logró, un primer parto exitoso y un heredero varón.

Dos años después dio a luz a otro varón y con eso, Walburga y Orión llegaron al acuerdo de no compartir más el lecho. Ella cumplió con su deber; Un heredero y un repuesto.

Encerrar la vida de Aemma Arryn en los calabozos de su palacio mental que construyó desde los once años. Encadena a cadenas que le impediría caer en la Locura Black y permitía que los recuerdos de Aemma Arryn interfirieran en su vida.

Luego de que Harry y Lucenys se fueron de la habitación para dejarla descansar, las cadenas de Aemma Arryn se destacan y el calabozo se abrió.

Walburga/ Aemma levantó su varita e insonorizó la habitación, las paredes tenían oído, y sólo el sonido de dolor más brutal que sonó en su fragante desde que vio el nombre se su amado Regulus marcar su fecha de muerte.

Aemma lloró por Baelon, su última oportunidad de cumplir con el deber de su casa, sin poder darle un hermano a Rhaenyra y al reino un futuro rey. Lloró de rodillas ese bebé que solo vivió unas horas.

Analizó el panorama que vio a su alrededor.

La chiquilla que siempre iba del brazo de Rhaenyra se había colocado su corona de reina y le dio tres hijos a Viserys, su amado heredero porque él que le abrió el vientre y dejó a Rhaenyra sin madre.

Aemma Arryn lloró pero fue Walburga Black la que se levantó tragándose sus lágrimas. Siendo la dama sangre pura que era se guardó sus sentimientos y arrastró nuevamente a Aemma Arryn hacia el calabozo.

Con cuidado se miró al espejo, miró el relicario que colgaba de su cuello y sonrió.

Viserys permitió que muriera gritando y suplicando piedad mientras el solo sostenía su manos tratando de dar un patético consuelo mientras los Maestres hurgaban sus entrañas.

Walburga demostraría su fiereza Black y haría lo que fuera para que su niños sobrevivieran estos meses en este nido de víboras.

Sería sencillo, después de todo, los tres eran orgullosas serpientes plateadas. 

Picrew de los Magos: 

Lucenys Black: 

Walburga Black: 

Harry Potter: 

Proserpina Gaunt: