Inmortal She [H.P] [HoTD]

House of the Dragon (TV) Harry Potter - J. K. Rowling
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Inmortal She [H.P] [HoTD]
Summary
En el año 129 D.C la princesa Lucenys Velaryon moría en Dragonstone con catorce años. La versión que el reino conoció fue que el Extraño la reclamo luego de luchar contra una terrible fiebre provocada por la mordedura de una serpiente. La verdadera razón, la princesa había acabado con su vida luego de que al hombre que le entrego su corazón le pusiera un bastardo en el vientre y se negara a casarse con ella.El 1 de agosto de 1980, en el mundo mágico nacía la heredera Lucenys Adhara Black, bruja sangre pura de la Noble y Ancestral Casa de los Black.
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La muerte de Lucenys Velaryon

Lucenys Velaryon era la amada hija de la princesa Rhaenyra Velaryon. Una doncella de catorce años.

Hermosa a la vista, muchos dirían que su apariencia era muy mundana, pero había algo en su presencia que atraía las miradas de todos. Aún sus mejillas había grasa de bebé que le daba un aspecto encantador o como sus ojos castaños tenían cierto brillo que atrae la mirada de quienes la conocían.

Su cabello largo y castaño, con ligeros rizos decorados por cintas y diademas brillantes.

En el año de 129 D.C el rey deseaba la compañía de su amada y única nieta mujer, así que pasó varios meses. Ese verano en la corte, se convirtió en una delicia a pesar de los rumores de bastadarias.

Toca el arpa y tenía una linda voz que muchos le llamaban “El dulce pajarito de la corte”

Había alguien quien disfrutó mucho de la presencia de Lucenys en la corte.

Aemond Targaryen.

El príncipe jamás olvidó el desaire de mi madre en la noche de Driftmark cuando pidió justicia. Lucenys, la pequeña bestia con cinco años, le había quitado un ojo y Aemond planeaba cobrarle la deuda.

Un ojo no era necesario.

Porque arruinar tan delgado y hermoso rostro.

Aemond llegó a la conclusión de seducir y arruinar a su sobrina cuando la vio posar para el retrato que el rey mandó a hacer.

Los hijos del rey con su segunda esposa contaban con sus retratos, a muy regañadientes que Aemond aceptó.

Pero el rey quería el retrato de su única nieta.

Claro que la mocosa se disculpó con él, con sus ojos llenos de lágrimas.

“Necesitaba defender a Jacaerys, tenias una roca sobre su cabeza”

Aemond finge perdonarla, dejar todo pasado atrás y entablar una buena relación.

Lucenys sonrió y sus ojos castaños brillaron.

El plan de Aemond se puso en marcha. Primero comenzó a almorzar junto a Lucenys o daban paseos por los jardines reales donde ella arrancaba flores para ponerlas a secar.

La reina parecía incluso cómoda con la presencia de Lucenys, ambas tomaban el té junto a las otras damas de la corte, quienes se deleitaron de las canciones de Lucenys en el arpa.

Aemond se fue mostrando cariño y poco a poco le dio besos robados.

Cuando se anunció que luego de cuatro meses en la corte, Aemond puso en marcha la otra parte de su plan.

La última noche se coló por medio de los pasadizos secretos hasta la habitación de Lucenys. Luego de unos besos y palabras dulces, entró a su lecho donde ella le entregó su doncellez.

No fue la última vez que se vieron…

──── ∗ ⋅✧⋅ ∗ ────

Lucenys viajaba a través entre Dragonstone y Driftmark.

Su abuelo Corlys consideró que era pertinente que ella empezara a educarse en Driftmark, después de todo, ella sería la Dama de los Mares el día que en el Extraño reclame el alma de su abuelo.

Entre ambos asentamientos había una pequeña isla con cabañas que fueron puntos de comercio.

Aquel lugar se había convertido en el refugio donde Lucenys podía encontrarse con Aemond.

Ella a escondidas había arreglado una pequeña cabaña.

Luego de unos cinco meses de encuentros carnales, ella quedó embarazada. Haciendo cálculos estaba en su tercer mes, ya se podía ver un ligero bulto en su vientre.

Ella suspiró mientras frotaba su cabeza en el pecho de Aemond, ambos estaban desnudos en la cama de algodón y telas que cosió ella, sus cuerpos envueltos en sábanas ligeras.

—Aemond — dijo Lucenys llamando la atención de él.

—¿Si?

—Yo tengo algo que decirte—ella lo miró directamente — Necesitamos casarnos.

Aemond se sentó en la cama, mirándola fijamente con el ceño fruncido.

—¿Por qué deberíamos casarnos?

—Estoy embarazada, de casi tres lunas — contestó ella. Aemond empezó a reírse, de una manera cruel.

Él se puso de pie y se empezó a vestir.

—Una bastarda teniendo un bastardo no es mi problema— dijo mientras se abrochaba los pantalones.

—¿Aemond?

—Esto es una venganza por mi ojo — le contestó mientras la tomaba de la barbilla, su largo cabello plateado le rozó las mejillas a Lucenys, ella estaba expuesta completamente del torso dejando ver sus pechos. — Nunca te ame. Solo quería arruinarte. Y lo hice.

—¡¿Venganza?! ¡No me puedes hacer esto Aemond! ¡Llevó a tu hijo dentro de mí! ¡No me puedes hacer esto!

—Adiós, dulce Lucenys.

Aemond la soltó de la barbilla y se terminó de vestir. Ella empezó a sollozar mientras miraba hacia su regazo, con el corazón hecho trizas y con un bebé creciendo en su vientre.

──── ∗ ⋅✧⋅ ∗ ────

Daemon presentía que algo andaba mal con Lucenys cuando llegó de Driftmark con el aura deprimida, pero no comentó nada, esperaba que su niña se abriera a él en el momento adecuado.

Todos estaban cenando, esperando a Lucenys que aún se arreglaba.

—Está demorando mucho — dijo Rhaenyra dejando su copa en la mesa.

—Es igual de vanidosa que su madre — sonrió Daemon.

—Iré por ella— Rhaenyra alzó un poco la falda violeta de su vestido y se fue en busca de Lucenys.

Pasaron menos de cinco minutos en silencio hasta que se escuchó un horrible grito de terror viniendo de las habitaciones.

El grito de Rhaenyra, similar al que dio cuando vio a Aemma desangrada en la cama cuando.

Daemon tomó a Hermana Oscura y corrió hacia la habitación de Lucenys.

Dejó caer la espada cuando vio la escena frente a él. Rhaenyra con el vestido empapado de sangre y agua.

—Cariño, cariño — empezó a jalar el cuerpo de Lucenys fuera de la tina. Daemon se acercó a su hija, tomó su mejilla, fría y húmeda, sus ojos estaban entreabiertos y sin su brillo. Sus muñecas estaban expuestas y abiertas, brotando sangre hacia la tina llena de agua.— ¡Llamen a Gerardys!

Rhaenyra empezó a chillar mientras abrazaba el cuerpo de Lucenys contra su pecho, sus lágrimas fluyeron por su rostro.

—¡Mi hija! ¡Mi única hija! — chillaba de dolor. Daemon jaló el cuerpo y cuando su mano rozó el vientre de Lucenys notó el pequeño bulto.

Como pudo, sacó el cuerpo del agua, cuando se giró con Lucenys en brazos, vio la mirada de horror de Jacaerys mirando el cuerpo de su hermana.

──── ∗ ⋅✧⋅ ∗ ────

Aemond estaba siendo gritado por su madre y abuelo.

Cuando llegó de la pequeña isla, feliz de que al fin pudo cobrar venganza por la humillación que su madre sufrió hace años esperaba a la mirada de su madre de orgullo pero en vez de eso, consiguió una cachetada.

—¡Quería justicia, pero no de esa manera! — le gritó ella.

—¡Muchacho idiota! — siguió su abuelo — ¡Te conseguiste de enemigo a Daemon Targaryen!

—Debes hablar con el rey, dile que te enamores de la niña y que te quieres casar con ella.

—Ya le dije a Lucenys que no quiere nada de ella.

—¡No lo entiendes, esto no solo la arruinara a ella! ¡Si no a nosotros! — le dijo su madre —¡¿Qué dirá la gente cuando se enteren que un príncipe de la corona sedujo a su sobrina y la embarazó dejándola botada. ¡Ella no es una simple chica! ¡Es la amada nieta de Viserys!

—¿No lo entiendes? — siguió hablando Lord Hand — ¡Tenemos a Driftmark cerca nuestro ahora que embarazaste a la heredera de Corlys Velaryon,! ¡Algo que ayudará a la corona y Aegon!

Aemond pensó con claridad, Lucenys era una cosita dulce y complaciente en la cama. Su toque suave en su piel se sentía como mil brasas ardiendo dentro de él.

No sonaba mala idea tenerla como esposa.

La conservación de lo tres se detuvo ante la llegada del Maestre Orwley

—Lord Hand — dijo el Maestre — Ha llegado un mensaje de Dragonstone

Su abuelo lo vio directamente, como si aquello fuera un peligro. Tal vez en Dragonstone ya se dieron cuenta del estado de Lucenys y exigían justicia para ella.

—¿Qué dice la carta? — preguntó la reina.

—Acaban de informar que la princesa Lucenys Velaryon ha muerto — contestó el Maestre y Aemond sintió un nudo en el estómago — Piden la presencia de tofos en Driftmark en tres días para el funeral de la princesa.

Aemond miró a su madre, ella lo miró con decepción.

──── ∗ ⋅✧⋅ ∗ ────

Alicent miró a Rhaenyra. El funeral para Lucenys era propio de una hija de la casa Velaryon.

Muerta por una fiebre a causa de una mordedura del veneno. O eso decía Daemon.

Corlys Velaryon decía el mismo discurso que se dio en el funeral de Laena muchos años atrás mientras los hombres preparaban el ataúd de piedra gris donde estaba tallado la imagen de una joven princesa..

Alicent miró como Rhaenyra, siempre la princesa que mantenía su compostura seria estaba destrozada, llorando a lágrimas vivas mientras veía el ataúd de su única hija siendo preparado mientras Daemon la sostenía.

Nunca había visto a Rhaenyra así, siempre con trenzas elaboradas y decoradas, tenía su cabello suelto y parecía que no se había cepillado el cabello en días.

Jacaerys tenía sujeto en la mano a su hermano Joffrey que sollozaba en silencio.

Alicent cerró los ojos cuando vio el ataúd de piedra deslizarse por la orilla y escuchó el chapoteo de las olas al tragarse el ataúd.

Rhaenyra empezó a llorar con más fuerza y su respiración se volvía más pesada, Alicent abrió los ojos para ver a Rhaenyra caer de rodillas llorando abiertamente, sin censura mirando el mar con su mano extendida. 

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