
Un intento de confesión
Hola, Lovegood.
¡No te alarmes!, me he tomado el atrevimiento de tomar prestada tu lechuza.
Escribo esta carta para decirte algunas cosas.
Eres un espíritu libre, una criatura fascinante. No te ofendas.
Al principio eras para mí como un objeto de estudio. Ya no lo eres.
Nunca imaginé que me sentiría tan atraído hacia alguien, pero tus rarezas, me exprese mal, ¿verdad? Quiero decir que.
Tus particularidades y comportamiento me parecen de lo más adorables.
Esta carta parece todo menos una confesión clara.
Cada vez que trato de acércame a ti y confesarme, o estás acompañada o no puedo hacerlo. Soy un cobarde.
Tiene muchos tachones este pergamino, ¿no?
Sé que si intento reescribirlo ya no tendré el valor de hacerlo y enviártelo.
Si, estoy escribiendo esto en la lechucería. Bueno, continúo… Me siento estúpido, pero aquí va.
Ahora siento que mi miserable vida vale la pena, porque por primera vez he hecho planes a futuro. Y tú estás en ellos.
Te has vuelto como esa ancla, y con solo mirarte me haces pensar que el mundo es un buen lugar.
Ya no puedo albergar esto más conmigo.
Espero que sepas , Todo lo que quiero que sepas es que:
Me gustas, Luna Lovegood.
Me gustas tanto que hasta empecé a preguntarme si es que te merezco.
Tuyo, si es que quieres,
Theodore Nott.