
Chapter 3
Vivo sin vivir en mi.
Sus manos son de terciopelo.
Unos cuerpos son como flores.
Otros como puñales.
Viven por siempre, en las aguas del mar de mi mente.
Porque tú y yo nacimos para morir.
Sabe que esta noche su padre hablará con él, y que cada Slytherin lo tendrá, no hay salida o sugerencias, nunca las tienen utilizan lo mínimo que les dan y los usan para sobrevivir.
Draco se sentó con su compostura aprendida de tantos años, en el mismo lugar, la misma mirada fija, todo es lo mismo, excepto que no lo es.
Ya no siente miedo, ya no.
Escuchó a su padre hablar, felicitando su buen comportamiento de este año, dejando en claro que tiene bastante imagen que cubrir, le habló de grandeza, de poder y su deber como heredero.
En ese instante Draco imagino, se imaginó que su lengua es una espada y la empuña con un solo objetivo:
Ganar.
Convenció a su padre de que lo más beneficioso es "retrasar" la entrada de los herederos de sus socios a su repugnante círculo hasta el término de este nuevo año escolar.
Sale del despacho, rechaza la oferta de tomar una taza de té de dulce madre y se dirige a su habitación, se quita su túnica con desgana toma el mapa escondido en su ropero, y lo abre sobre su escritorio tomó su daga dorada y se pincha el dedo con ella la sangre cae en el mapa gota tras gota cierra los ojos mientras el dolor punzante llama a la magia, su sangre es solo un requisito mientras susurra con seguridad.
"Mater Venatio pulchro pretio tuetur, Pulchro aspectu."
La madre salvaje protege con un precio justo, por la vista justa.
Las gotas de sangre se agruparon una tras otra, señalando un lugar, sin embargo una gota se desvió a otra cuando pensó que tenía todo lo que necesitaba otra gota se separó de las demás y tomó un desvío inesperado renuente como si se revelara contra la magia.
Extraño.
Por supuesto es la única palabra que me viene a la mente cuando lo conozco a él, extraño, libre y salvaje, un artista.
Pero yo, le arranque sus alas.
Decide por impulso comenzar con este, vestido solo con un pantalón de vestir una camisa blanca, toma su varita y hechiza su puerta con el nuevo conjuro que creó recientemente gracias a la bendición dada.
Se trata de un hechizo cognitivo donde cualquiera puede ser sujeto a una visión, más bien alucinación que pueda responder y actuar de manera determinada por el autor, el tiempo y su contenido, son suyos para decidir.
Tiene planeado aparecer, el localizador y demás retenciones fueron eliminados en el momento del ritual que realizó.
Se apareció en un pequeño parque lleno de pasto y algunas hermanas flores casi sin habitantes buscó el asiento más cercano y se preparó para el hechizo que lo traerá.
Cuando un chico menudo pero amable lo saluda de no más de 17 años se acercó a él, tenía profundos y amables ojos azules al descubierto.
Tocaba el violín de tal manera como si cada músculo quisiera volar, con miles de historias ocultas gritando ser dichas, dolores y traumas, son cantadas con amabilidad.
Amable.
Pero solo bastó una sola oración.
— ¿Quieres escuchar mi nueva composición?
Extraño y tan… Libre.
Esa fue la primera impresión que tuvo de John.
Fue el inicio de mi caída.
El segundo, es sin duda muy diferente de John.
Es escandaloso, intrépido, y valiente.
Tan valiente, pero él entiende cosas y los manda al infierno si esas cosas significan que puede dañarlo a él o a otros.
A veces, Draco no puede evitar pensar en Potter cada vez que lo mira a los ojos.
Son tan diferentes que es risible, Potter no es valiente, no es bondadoso.
Sabe que algún día solo verá su espalda, y ese día llegará muy pronto.
— Debe ser muy jodida la situación que tengas con esa persona como para expresar alguna emoción en esa cara pálida tuya viendo al vacío.
Se sobresaltó.
Ya llevan días viéndose y conversando en este mismo parque que se encontró con John curiosamente ellos aún no se encuentran.
Por un momento no pudo mantener su expresión.
— Sin embargo, me sorprende que te dieras cuenta, usualmente en los círculos que crecí en su mayoría piensan que somos incapaces de sentir algo, el dolor o algún tipo de pérdida, somos herederos de la insensibilidad, de la fealdad del mundo, para nosotros no existe algo catalogado como "bueno" en los ojos de mucha gente a pesar de ser niños.
— Qué sea un universitario becado deportivo no me hace estúpido como la mayoría pueden pensar con esos estereotipos de mierda, las personas de la alta sociedad es jodida ¿Piensan acaso que ustedes no son humanos? ¿Cómo puedes esperar que un niño sea diferente si lo encierras en tus expectativas de porquería?
Draco sonrió irónicamente.
Él mejor que nadie sabe, el tipo de persona que es Matthew.
Es verano, cálido y juguetón.
Pero siempre lleno de nuevos comienzos, o finales de otros.
Pero nunca estancado, siempre avanzando, nunca se detiene.
Nada lo hace.
Excepto yo.
Sabe que el mundo mágico está podrido.
No solo por la extensa oscuridad del señor oscuro.
O los maliciosos jefes de casas de sangre pura.
Es el prejuicio de la sociedad misma.
Es la hipocresía en general, los sangre puras utilizarían a cualquiera que le de beneficios y eso aplica hasta negocios Muggles.
El lado de la luz, eres automáticamente malo si no cumples con sus expectativas o si no eres uno de ellos.
Dicen querer salvar al mundo, pero ignoran aquellos niños de familias oscuras que viven en el infierno condenandolos al mismo destino de sus padres sin pensarlo dos veces, como si no valiera la pena el intento.
Utilizan a quienes son útiles en nombre del bien común, se ciegan a su distorsionada versión del "bien" cuando en realidad se convierte en crueldad ciega.
Draco no pudo evitar pensar en Harry.
¿Cómo es posible que ellos no vieran su forma de vida hogareña?
Lo hicieron, pero nada cambió.
Cuando, ¿hasta cuando, Harry viviera por ellos?
— Al final ellos se convierten en sus padres, es lo único que conocen, es la forma en la que viven.
— Tú no.
Se alza, como un gran roble, sus cabellos dorados brillan como si fueran el sol, se inclina hacía él.
Y Draco por un momento, siente que el mismo sol lo bendice.
— Eres especial Draco, y no necesito ser observador para verlo, no debes temerle.
Draco tragó en seco.
Pero no pudo desviar la mirada de sus ojos, ojos hechos del sol.
Dorados, brillantes.
Lo ciegan, pero quiere seguir viendo.
Quiere verlo.
Ver el futuro que le está planteando.
Pero… Tiene miedo.
Sólo quiere salvar a su familia, y a Harry si es posible.
— Pero tengo miedo
Admitió.
Pero, Matthew sonrió.
— Sería raro si no lo tuvieras, para hacer un verdadero cambio debemos ser valientes y dar el paso aunque nos caguemos de miedo, y si alguien con un nombre tan ridículo cómo el tuyo debe ser marcado en la historia de esos imbéciles debe ser el tuyo.
— ¿Crees que pueda hacerlo?
— Sí lo creo, solo debes dar el paso.
El paso.
Desde allí comencé a planear.
Antes de poder encontrarse con el tercer miembro le llegó una carta en una tarde lluviosa.
Era de Millicent Bulstrode
Extraño.
No es particularmente cercano a ella, aparte no tiene ningún negocio pendiente.
Una simple invitación de una fiesta de té.
Ni por un momento pensó en juntarse con sus amigos, y los evitó efectivamente, hasta al menos el comienzo del colegio.
¿Por qué tendría que asistir?
Simple, fue por él saludo de la carta.
"Beati, qui quatuor elementa honorant, et matri magicae genuflectunt."
Bienaventurados aquellos que honran los cuatro elementos, y se arrodillan a la magia madre.
No es raro si en una invitación se mencionan frases de ese tipo, pero lo que resalta es la parte de la magia madre.
Magia salvaje.
Es imposible que ella sepa, pero consiguió llamarle la atención que obviamente era su objetivo.
Pensativo, juguetea con su dedo sobre su escritorio.
Sonrió de lado, curioso.
Veremos que pasa.
Leyó los informes de sus negocios, los expandió por todo Europa y las expectativas están altas sobre abrir una sucursal en EEUU, todo parece en orden.
Está ganando el suficiente dinero como para ser considerado un nuevo rico, una sangre nueva dentro del círculo se refieren a una familia que no tiene una gran historia familiar ni cuenta con muchas generaciones de dinero heredadas.
Tomó el archivo con el apellido Sabini y lo envió una carta detallada a su talentoso abogado.
Cuando comience el año escolar y estén fuera de su alcance, arrancará cabezas.
Y la primera será la Señora Sabini.
El más fuerte de ellos.
La monstruosa mujer le cortará negocios de raíz, cerrará entradas de dinero, será su entierro.
Pero, tiene una ventaja. No la expondrá a los Aurores si renuncia a la custodia y todo el derecho sobre su heredero, pero que lo afirme cómo el dueño de toda su riqueza documentado y sellado más un juramento de sangre, se librará de ello.
Tiene la suficiente evidencia para que la condenen al beso, la va acorralar de tal manera que no sepa cómo y por donde atacar y aunque huyera a Italia tiene suficiente gente para tenerla vigilada.
Y si comete el estúpido error de sacar, mencionar o siquiera lastimar mínimamente a Blaise, ella conocerá el maldito infierno en persona.
Pero no puede matarla, eso es algo que Blaise tiene derecho a decidir, puede que le mintiera, ocultara y que lo dejará fuera de tantas cosas en su vida pero esto es algo que nunca le quitará.
Nunca.
Las medidas están tomadas, protegió bien a su abogado.
Con todo en orden, continúa con el desarrollo de su plan "El comodín".
Más que un plan planea una organización que va financiar y manejara desde las sombras cuya función es localizar y asegurar la protección, ayuda y cobijo a cualquier Slytherin en problemas, necesite un buen escondite, vengarse de sus padres o simplemente huir del país, sea lo que sea Draco quiere asegurarse que ellos sepan que no están solos, que tienen opciones, que alguien piensa y cuida de ellos y les permite plantearse cómo vivir
Pensar por ellos mismos y lo que quieren.
Ser ellos.
Sin reglas, sin castigos, sin muerte.
Pueden conservar las tradiciones que quieran sin tener las manos manchadas de sangre.
Es claro que no aceptaran la ayuda solo por su benevolencia, así no funciona los Slytherin en primer lugar, ellos intercambian, ellos pagan sus deudas y respaldan la lealtad dada.
Por lo tanto, a cambio de su cobijo tienen que devolver su gracia, siendo parte de la red, utilizando sus conexiones, dinero y demás para la organización, en parte para que funcione los Slytherin no solo deben ser los beneficiados sino también quienes ayuden a otros miembros.
De tal manera que ese intercambio será aceptado con interés y se ampliará hasta después de Hogwarts si Draco lo logra de manera impecable.
La pregunta radica, ¿Quién será sus extremidades por él?
Dar un paso, ¿Lo estaré haciendo bien, Matthew? No pudo evitar pensar con incertidumbre.
Envió su carta de confirmación a la fiesta.
Cuando conoció a Lucy fue abrumadora, una revolucionaria que quiere cambiar el mundo, mejorarlo.
Su primer encuentro fue en una pequeña biblioteca de un pueblo pequeño y cerrado, donde todos conocen a todos y nada parece realmente pertenecer en ningún lado y ninguna luz podría sobrevivir excepto que ella sí lo logró.
Sentada rodeada de carteles de protestas, frases en páginas arrancadas de una libreta desgastadas, y su cabello verde sobresale de la bastante solitaria sala.
Le preguntó gentilmente si podía sentarse en su mesa y ella asintió sin mirarlo, y se dispuso a leer.
En algún punto, Draco preguntó de qué se trata lo que parece un material para una protesta.
Habló con pasión, determinada con ojos brillante, sobre la explotación del bosque rural del pueblo, de la conservación de especies silvestres que habitan allí, protesto y armo todo tipo de encuestas para detenerlo pero aun no lo consigue pero está determinada a conseguirlo citando que si lo logra aquí nada podría detenerla para expandirlo a todos lados que necesiten protección.
Draco se pregunta, ¿por qué esforzarse por algo tan insignificante cómo un pequeño bosque, su existencia no tiene especies en extinción ni hará ninguna diferencia al mundo su pérdida?.
No pudo evitar exponer su duda, dándole una mirada indescriptible le contesta:
— No lo entiendes, no lo entienden, soy una soñadora y tengo grandes planes para el país y él mundo no por lo que pueda hacer o en mi caso lo que no, sino inspirar a otros hacer cambios, que cómo vivimos es la marca que impacta al mundo, que piensen, que sueñen, porque todo cambio comienza por un sueño y eso es algo por lo cuál vale la pena no rendirse.
Draco tragó saliva.
La contempló en silencio.
La manera en que piensa.
La manera en la que siente y hace sentir al otro es…
Draco lo admite.
Ella es cómo un relámpago en medio de la noche.
Incapaz de ensordecer al espectador su poderoso mensaje.
Eso es Lucy.
Aquí abajo Lucy, el silencio lo es todo desde que no estás.
Después sintió la urgencia de ver a John por lo que fue a una de sus funciones que lo había invitado anteriormente en una pequeña cafetería pero famosa en el área, que curiosamente consiguió un lugar para tocar es una de su franquicia.
Cuando entró por la puerta los ojos volaron a su figura pero los ignoró, mientras le asentía a su amigo.
La sonrisa era tímida pero tan cariñosa.
La función fue sin duda, una de las mejores que Draca ha escuchado en mucho tiempo.
Lo hace sentir como un niño acostado en un prado verde, el sol baña su rostro y lo abraza con calidez, en ese instante recordó que era la paz.
Cerrando los ojos, simplemente disfruto.
Cuando terminó la función, se dirigió donde se encontraba Draco sentado tomando un café, estando a su lado Draco no pude evitar preguntar en que se inspiró para la composición, claro después de darles sus merecidas felicitaciones.
— Estaba en el viejo parque buscando algún tipo de inspiración, hasta que me encontré observando una pequeña acostada en medio del pasto jugando con las nubes, y lo supe quería retratar ese momento por siempre, todos necesitamos un respiro y descansar en la paz en el seno de la naturaleza. — Contestó con un encogimiento de hombros lleno de simpleza.
Draco está lleno de confusión.
Sinceramente no lo entiende.
— ¿Cómo puedes ver la belleza de lo ordinario? Para mi no es algo que realmente valga el esfuerzo, no desmiente que tenga algún tipo de belleza pero hay tanto que ver, que por un segundo desviarse a ver algo cotidiano se puede perder de vista otro tipo de belleza. — Contraatacó escéptico.
— Porque todo lo que nos rodea tiene el potencial de ser especial.
Le sonrió.
Draco no pudo evitar reflejarla, se sumergieron en conversaciones profundas pero a las vez llenas de cosas simples y cotidianas.
Fue un buen día.
Se prepara para la fiesta de té, se viste con una de sus mejores túnicas, de un azul celeste que favorece su piel, su cabello impecable, guantes negros a juegos, zapatos de vestir de igual color.
La casa Bulstrode siempre fueron neutrales, claramente no invitan a Pansy y a Theo, y obviamente no a Blaise.
Es bastante obvio que solo desean que Draco vaya.
Sin mirarse al espejo, se dirige a la chimenea y susurra una dirección.
Llegando, esperaba como es costumbre encontrar un elfo doméstico para recibirlo en las puerta de la mansión excepto que fue la misma Millicent quien lo esperaba.
Arqueo una ceja.
Cómo la anfitriona del evento, se inclina primero, una reverencia recatada y su mano izquierda posada en su corazón le da la bienvenida, porque eso son los herederos el corazón de una familia noble de sangre pura.
Draco se la devuelve con indiferencia educada.
Cuando le indico pasar el marco de la puerta una sensación familiar lo envolvió sutilmente.
Con su rostro en blanco con una sonrisa educada, ardía por dentro con cautela y curiosidad.
Miro por un momento a los ojos de la joven heredera y esta le sonríe con gentileza.
¿Qué sorpresa tienes preparada? Se preguntó internamente.
Guiado por su anfitriona, llegaron hasta la sala de té en silencio, esta tiene una formación extraña un solo círculo de sillas y mesas se encontraban los distintos herederos de la luz, algunos oscuros, neutrales y curiosamente ciertos personajes se encontraban sentados incómodamente, estos lo saludaron mientras tomaba asiento.
Las mesas colocadas de manera tan precisa que forman tal formación en círculo, el centro vacío parecía lleno de espera.
Fue entonces, que Draco lo supo.
Sentado con un brillo frío pero salvaje, se transformó en una bestia elegante.
En fuego.
En intención de someter.
Solo bastó el resplandor de sus ojos para que las conversaciones se esfuman por completo, todos guardaron silencio impactados y temerosos pero también anhelantes, muchos contienen su aliento con las mejillas sonrojadas y ojos excitados.
Draco dominó una habitación repleta de distintos herederos poderosos y con influencia con facilidad, como si fuera tan simple y fácil como respirar dejando a todos con miedo ansiosos de algo.
Excepto una, allí en el centro del círculo Millicent.
Se arrodilló con solemnidad.
Comenzó a recitar
Y Draco no la detuvo.
Aunque podía.
Espero con un hundimiento en su estómago.
"Sorores et fratres, lauda uterum matris nostrae, lacrimae et ossa, lauda et confitere vera et peccata eius si vis videri, si vis accipi, redde pretium loqui cum filio, audi nos mater magica."
Cada uno de los asientos cayeron en sincronía, uno tras otro.
Todos de pie y listos, tomaron un cuchillo de sus mesas y cortaron sus muñecas, el piso se convirtió en un mar rojo.
El mar se dirige en un solo punto, a él.
La sangre lo rodea creando así un círculo luminoso.
Cerró los ojos.
Suspiro.
Prendió fuego todo el salón.
El caos se desató, escuchó gritos y movimientos pero nadie pidió clemencia.
Todavía.
No hubo desdén, desprecio y mucho menos subió la voz.
Todos tiemblan.
— ¿Osas contra mi voluntad probar mi precedencia?
Se levantó con suavidad, sus zapatos inmaculados la sangre no lo toca, sus pasos son calculados, lentos y susurrantes.
Se detuvo frente a la intrigante de todo esto.
Acaricio su bello rostro con gentileza poco común, sus ojos revoloteando por todo su rostro, la muchacha sólo contuvo la respiración jadeante.
De miedo
De expectación
De… Excitación
Draco tiene algo… Encantadoramente letal.
No cómo el veneno, o una trampa disfrazada de amor.
Las manos de Draco se dirigieron a su cuello y apretó.
¿Es este el éxtasis supremo?, le teme muchísimo pero no puede evitar gemir necesitada de algo, lo que sea que él quiera darle.
Es salvaje de una manera que te hace querer cabalgar en esa gran ola misteriosa que promete horrores y miseria, pero ella no es la única, todos los ojos están en él.
Es su hijo.
Ahora, los tiempos están a punto de cambiar, o irse al infierno.
Sinceramente para Millicent eso da igual.
Draco se inclinó muy cerca tanto, que el fuego blanco de sus ojos eran visibles, su olor la embriaga por completo inmovilizando aún más su cuerpo le susurra en su oído pero aquellas palabras viajaron por todo el salón.
— Puede que pasaran su prueba y confirmes para todos y hasta para mi mismo, que soy su hijo pero no quiere decir que pasaran mi prueba, ¿Y si mato a cada uno de ustedes? Ustedes me obligaron bajo su propio riesgo que los reconozca y los prueben, la pregunta radica con qué intención y sí me importa escucharla en primer lugar.
La soltó de golpe.
Y se dirigió de vuelta a su asiento.
Millicent siento un sentimiento de desolación fuera del contacto de sus manos, pero se recompuso tiene mucho que explicar y doblar sus rodillas con la devoción de su corazón lleno de pasión.
¿A esto te refieres que está en nuestra sangre servirle?
A Millicent no le importa el rumbo del mundo cómo a otros, sino el camino que él quiera ir, porque ¿Qué mejor éxtasis que cuando tu cuello está en peligro y al final la misericordia es concedida?
Ella lo seguirá hasta el infierno y volverá.
Ella le sonríe con felicidad y se dispuso a exponer sus pensamientos, el de todos con verdadera alegría.