
Harry y Draco eran un matrimonio sumamente feliz y ante el ojo publico parecían perfectos, mejores amigos, esposos y amantes del otro, eran todo lo que necesitaban. No siempre fue así, siempre hubo gran cantidad de problemas y altibajos años atrás al inicio de su relación. Pero ahora tenían un hijo hermoso, inteligente y absolutamente perfecto, un omega como Draco, como Lucius y como el abuelo de estos, un chico altamente amado y protegido, intentando no mimarlo pero si ligeramente sobreprotegido. Scorpius era aquel que Draco jamás soltó mientras aún pudiera cargar, que siendo un omega extrañamente fuerte físicamente fue bastante tiempo, aquel chiquillo que hacía que Lucius actuara pero que Sirius a la hora de mimar al niño y a Harry no le sorprendía que Draco actuara como lo hizo de joven si sus padres no hablaban pero mostraban su amor con objetos... y como amaban demasiado a Draco, las cosas terminaban donde terminaban. Harry jugo un papel del tipo padre divertido, escapando con su hijo, su padre y padrino a acampar sin mayor aviso de su esposo, aquel que jugaba rudo con el niño, el que le llevaba animales como mascota, siendo mayormente perros que corrían con su hijo en todo el césped.
Como si fuera una relación de "la niña de papá" Scorpius adoraba a Harry, quería ser la luz de sus ojos y realmente mientras crecía encontraba formas para meterse en discusiones con Draco, tenían un temperamento tan similar que chocaba entre ellos, no ayudaba que ocasionalmente Lucius y Draco se enfrascaran en una pelea verbal demasiado rápida y acalorada, Lucius era esa clase de hombre que gritaba "Me retiro" y cerraba toda puerta que encontrara detrás de él, aún en su perfecta y elegante actitud se retiraba al otro lado de la mansión y se perdía un rato, lo cual no era muy difícil realmente.
Aún con todo creían que habían hecho lo mejor que pudieron, su hijo era tan encantador, amable, dulce, era muy consiente de su situación, era muy empático, parecía tener una actitud mucho más similar a Harry que a Draco y eso relajaba a muchas personas.
Scorpius estaba en la universidad, había finalizado su primer año escolar, tenía su propio piso cuando decidió que simplemente les avisaría sobre una locura que había hecho. Esperaban saber que iba a fiestas, que había intentado divertirse con alguna sustancia con sus amigos, que había arruinado una materia, cualquier cosa, menos descaradamente avisar que se había casado con un atractivo alfa y estaba bien.
Draco estaba furioso.
Tomando a su esposo y su maleta decidió el mismo ir al bonito piso que le pagaban a su hijo para hacerle saber su disgusto y saber quien era el susodicho alfa.
Como si su hijo decidiera tomar todas las elecciones posibles para molestar a sus padres, no decidió algo mejor que casarse con un Weasley, para absoluta indignación de Draco se terminó encontrando con un Weasley de cara apática y cabello desordenado, uno que sabía no era hijo de ninguno de los otros tantos amigos de Harry, uno que no había estado tolerando y pudiera explicar que una amistad se transformara en esto. No, su hijo decidió que un pelirrojo al azar de cara bonita era suficiente para fugarse y terminar casado en los primeros seis meses de relación.
—Señores Malfoy —saludó el pelirrojo con una suave sonrisa, que con esa cara de aburrimiento parecía más una burla —Es bueno saber de ustedes, Scorpius ha hablado maravillas de ustedes.
—Siempre esperé conocer al novio de mi hijo antes de un compromiso —el rubio se cruzaba de brazos, mientras que Harry parecía absolutamente ido.
—Scorpius me advirtió que no le gustaría la idea —y soltó una pequeña carcajada como si fuera algo tan divertido —Pero el realmente quería casarse y no tengo corazón para negarme a nada.
—Pero pueden perdonarlo ¿Cierto? —sonrió Scorpius como si fuera la cosa más simple del mundo, abrazando con fuerza al pelirrojo que visiblemente fue presionado de más.
—No puedo aceptarlo —dijo por primera vez Harry, para sorpresa de su propio hijo —Puedo aceptar varias locuras, tolerar otras, pero esto es simplemente demasiado Scorpius, no sabemos nada de él, no sabemos quien es o que quiere ¡¿Por que actuarias tan irresponsablemente?!
—¿Disculpa? —gruño una voz que no habían escuchado en años, un escalofrió recorrió por completo la columna de Harry y Draco no podía apretar más la mandíbula sin romperse un diente —¿Estas insultando a mi hijo? ¿Realmente te atreves a eso?
Ron Weasley, un omega con el que tenían una historia y no específicamente buena, tenía su cabello cortó y perfectamente arreglado, usaba un collar que cubría todo su cuello u hombros, usaba pantalones demasiado ajustados, unas botas y una playera igual de ajustada, sinceramente parecía mucho más joven de lo que en verdad era, si dijera que es hermano del chico al que ni siquiera preguntaron su nombre, seguramente hubieran creído que lo era. No solo eso, tenía sus labios pintados de tal forma que parecían realmente grandes, había un ligero maquillaje porque sus pecas estaban algo atenuadas y sus ojos se veían más rasgados.
—Dios no puede estarme castigando tanto —murmuro Draco negando con la cabeza —De todas las personas en el maldito planeta ¡Te has casado con el bastardo de la puta Weasley! —gritó absolutamente indignado a su hijo, aquel que realmente retrocedió bajando la cabeza.
—¡No llames a mi madre de esa forma! —gritó el pelirrojo realmente enojado, avanzando hacia el rubio y siendo interceptado por Harry.
—Hugo —llamó suavemente Ron, consiguiendo la atención del pelirrojo enojado, que como si se negara a obedecer miraba fijamente a Draco, enojado, pero terminó apartando la mirada y caminando directe al otro omega quien le tomó como si revisara a que estuviera bien tras una pelea —Sabes que no me molesta, relájate, te he criado mejor que eso.
—Lo se, lo se —murmuró suspirando pesadamente —Pero no quiero que te digan de esa forma.
—Eres un alfa casado, tu lugar no es conmigo, recuerda eso ¿Quieres? —Le dio una palmadita en la mejilla, Hugo era más alto que Ron por media cabeza —Ve.
El alfa se acercó a Scorpius que esperaba un poco incomodo parado en el lugar, Draco estaba siendo protegido por Harry, el estaba parado sin saber como actuar. Inmediatamente pidió su mano, la beso y lo acercó en un abrazo, besando sus cabellos y al parecer susurrando una disculpa porque Scorpius asintió y suspiró aliviado.
—Potter, Malfoy —llamó Ron para disgusto de los mencionados —Vamos a hablar a otro lugar ¿Quieren? no se puede hacer nada, se han casado, pero creo que necesitamos ponernos al día un momento.
—Vamos —Harry tomó la mano de su esposo, aún entre los gruñidos enojados de este lo arrastró afuera. Había una puerta a su pasado que tenían que abrir.
Antes las cosas no eran así, si alguien preguntaba por Ron había solo una respuesta posible, era el mejor amigo de Harry, eran inseparables, se querían como Sirius y James se adoraban. Pero si se trataba de Draco, era ese idiota al que no toleraban, el y Harry eran peor que perros agresivos, se detestaban con toda su alma y rivalizaban en absolutamente todo lo posible, así eran las cosas antes.
Ron era un omega de una familia pobre, en cuanto entró en celo por primera vez a los trece años ya no pudo asistir al internado al que todos sus hermanos y su mejor amigo asistían, su relación con Harry disminuyó un poco en constancia, pero aún estaban ahí para el otro, se veían cuanto podían y realmente mantenían su amistad tan fuerte como era posible. Todos crecían, las cosas cambiaban y Harry fue a la universidad, donde se encontró nuevamente con Draco.
No iban a la misma carrera, no estudiaban lo mismo, pero era inevitable reconocerse mientras caminaban por el lugar, eran sutiles miradas llenas de fastidio, después solo se miraban de reojo, la lejanía les sentaba de maravilla, porque en algún momento de esos dos años ya se estaban sonriendo y cualquiera que los viera decían que estaban coqueteando al cien por ciento. Una fiesta, algo de alcohol y Draco estaba coqueteando abiertamente con Harry, sus grupos sociales no se unían, así que cuando sus amigos le empujaron para que mirara a una dirección, no esperaba encontrase directamente con la mirada gris de Draco atentamente sobre él. Con unos Jeans ajustados, una ombliguera y su cabello medianamente largo peinado a un lado dejando ver su cabello rapado del costado, pestañeando cuando tuvo su atención, sonriendo de tal forma que simplemente se quedó embobado un momento.
—Deberías ir a por el, claramente te quiere —soltó uno de sus amigos.
—¿Sabes cuantos alfas babean por él? si no quieres, yo iré —anunció otro, logrando que todos rieran un poco.
Con eso y un par de empujones se acerco al rubio que seguía con su grupo de amigos, torpemente se acercó y no estaba ni a un metro cuando alguien atrajo a Draco por la cintura, Zabini presionando con fuerza al omega a su lado, de una forma tan posesiva que por un momento dudó de si estaba en lo correcto o solo estaba imaginando cosas. Pero Draco sonreía casi victorioso cuando le vio acercarse, estando un par de pies de ellos Draco dio un empujón al alfa posesivo y fue liberado, permitiendo que Draco y Harry estuvieran frente a frente.
—T-te vez bien hoy —murmuró torpemente.
—Lo se —se burló con una risita, pero dio un paso más estando en el espacio personal de Harry en un instante —Tu también estas genial.
—¿Te gustaría bailar?
—Vamos.
Era una fiesta universitaria como cualquier otra, pasaban a otra habitación un poco más oscura y había un montón de personas bailando en un poco sin sentido, esa noche realmente bailaron, solo eso en su mayoría, al final Draco se arrojó a besar a Harry y realmente lo disfrutaron bastante, todo antes de que Zabini y Nott decidieran que tenían que irse y se llevaran al rubio en contra de su voluntad.
Eso dio paso a encontrarse varias veces, tener citas más formales y realmente crear una buena dinámica entre ambos, no necesitaban preguntarse mucho porque se conocían bastante, pero podían mantener conversaciones sin sentido por horas, se divertían con la compañía del otro, no necesitaban hablar para sentirse felices, esa tranquilidad y paz que sentían con el otro no podían explicarlo, solo se sentía tan perfecto que no querían apartarse del otro nunca.
Harry tenía su propio piso, como Draco lo tenía, Harry tenía auto, Draco vivía mucho más cerca, era fácil decidir en donde iban a pasar la noche, las tardes o el tiempo que fuera.
Pero Draco tenía llaves del piso de Harry que ocasionalmente visitaban, con un año de relación donde ya habían conocido a los padres del otro formalmente, las cosas solo se dirigían al compromiso, iban muy en serio con ello, habían hablado sobre el futuro un par de veces en esas ultimas semanas.
Llevando un par de cosas con la intención de encontrarse con Harry, no esperó que en el sofá se encontrara un omega pelirrojo que no veía en años, había olvidado por completo su existencia más que de algunas esporádicas menciones, veía mucho más a esa pesada de Hermione y ella no era fanática de "perder tiempo". Pero ahí estaba, sentado en el sofá como si viviera ahí, mirando algo en la televisión, pero realmente no parecía prestarle mucha atención.
—Harry —llamó emocionado cuando escuchó a alguien, pero se encontró con un rubio desconocido, frunció el seño visiblemente, pero sus ojos parecían algo idos y confundidos, inclinaba la cabeza como si buscara sentido.
—Weasley —saludó algo incomodo —¿Qué haces aquí?
—Harry —anunció como si eso fuera suficiente y volvió a girarse, era simplemente extraño.
Podía sentir que estaba cerca de su celo, era demasiado notorio y le incomodaba, no sabía porqué rayos se encontraba en un lugar que no era su casa o habitación tan cerca de estar en celo, justo en la casa de un alfa, actuando sin alguna clase de cuidado o miedo.
—Ron, traje lo que querías —anunció Harry felizmente, encontrándose con su novio con sus manos en la cadera, mirándolo esperando una buena explicación.
—¡Harry! —El omega se levantó de inmediato y fue a recibir a su amigo con un fuerte abrazo, algo que no ayudaba a la situación del pelinegro.
—Toma, comete esto y espera ¿Quieres? —en la bolsa que tenía sacó un pastelillo en una pequeña bolsa, Ron lo aceptó un alegremente fue a el sofá a sentarse y comenzar a comer, totalmente ajeno de la situación —Puedo explicarlo.
—Que bien, porque me gustaría oírlo.
—Solo... ¿Podemos ir a la habitación? ¿Por favor?
Draco bufó, pero dejó sus propias compras para ir directamente a la habitación que ya conocía. Sentado en la cama de brazos cruzados, listo para irse en cuanto escuchara algo que no le gustara, lo que no esperaba era escuchar algo que le rompiera el corazón, pero de una forma absolutamente diferente a lo que esperaba.
Harry había traído a Ron a vivir apenas la noche anterior, el omega era su mejor amigo pero hasta hace poco consideró que era bueno contarle sobre una situación que consideraba normal. El omega sabía escribir tanto como un niño de doce años, nada tan detallado, un lenguaje algo limitado y se había vuelto sinceramente perezoso porque su letra no era agradable a la vista y prefería dibujar o hablar antes que otra cosa. Era el único omega de una familia pobre y tradicional, muy similares a las costumbres de Draco, pero realmente no eral los más avanzados en conocimientos especiales, eran una familia que se creía esas ideas sobre que los supresores afectaban la fertilidad del omega y eran más del tipo abortivo, que los celos eran fáciles de controlar como los de un alfa, que era más pereza y excusa su actuar que otra cosa. Se avergonzaban de Ron porque no podía mantener un trabajo por su cuenta, no podía ser independiente y tenía sexo desde pequeño con cuanto alfa se cruzara.
Draco odiaba eso, algo dolió en su pecho cuando unía los puntos y se daba cuenta que el consentimiento no era algo que el pelirrojo tuviera inculcado, no había respeto por su cuerpo y autonomía, no tenía autonomía y al imaginar que un omega pobre no tenía acceso a la escuela cuando iniciaba su celo por primera vez le dolía, porque Ron comenzó a trabajar desde ese punto, era el menos preparado de sus hermanos, esperaban que tuviera una vida a la altura pero no lo protegían. Era el primer omega en generaciones, no sabían como tratar con un omega y podía verlo.
Harry le mostró sus cartas, donde Ron escribía ocasionalmente sobre su día, muchas veces decidiendo que enviar un dibujo era igual de valido que enviar una carta escrita a su mejor amigo. Se quedó mirando con permiso de Harry las cartas que tenía desde que era niño, hablando sobre su celo, sobre que estaba feliz por poder trabajar y ayudar, después eran cartas sobre tener algo de dinero que sus padres tomaban para "ayudar", después preguntaba más por la vida de Harry, comenzando en cierto punto a ser algunas oraciones y dibujos inconexos que parecían mostrar como lentamente Ron empezaba a degradar su pobre habilidad de escritura a ser algunas imágenes aleatorias y algunas menciones al azar, al final eran dibujos, bastante buenos si podía decirlo, pero claramente Ron se había rendido en escribir. Sus ultimas cartas eran preocupantes, Ron se retrataba más "gordo", después enfermo, triste y repentinamente anunciaba un compromiso al dibujar un bonito vestido de novia.
Así que Harry simplemente había conducido el día completo para llegar a casa de su amigo y llevárselo lejos, y ahí estaban ahora.
Draco decidió que no podía enojarse por eso, se sentía feliz y orgulloso de que su pareja actuara de tal forma, de cierta forma le aseguraba que no debía preocuparse por una mala actitud de parte de Harry si claramente veía todo eso como mal, era simplemente tranquilizador de forma inexplicable. Así que cuando vio a Ron cerca de su celo decidió darle uno de sus supresores.
El pelirrojo no parecía encantado con la idea de tomar medicamento, pero un pequeño incentivo sobre sentirse mejor y no puso más resistencia a tomar un supresor, tenía algo para comer y se quedó recostado el resto del día, Draco le daba supresores en un horario establecido como él mismo lo tomaba y realmente pudieron notar los cambios la mañana siguiente, su aroma no era tan obvio, se atenuó bastante ese olor similar al pan de naranja, parecía un poco más consiente de todo, podía mantener una charla agradable y no parecía sufrir simplemente por todo el dolor que entrar en celo equivalía. Con una semana Ron realmente podía tomar supresores por cuenta propia y ser mayormente independiente con ello, Harry pagaba por ellos, muchas veces Draco era el encargado de comprar la marca correcta.
Cuando se dieron cuenta, estaban bastante acostumbrados a la presencia de Ron, era hablador, astuto y realmente se esmeraba en ayudar cuando podía. Entre dejarlo solo y los viajes a la universidad, decidieron que era bueno vivir juntos y con ellos llevar a Ron.
Draco realmente tenía una relación muy cercana a Ron, lo llevaba al medico, le explicaba cosas de debería saber como omega, le consiguió un collar y realmente ayudaba a su pobre autoestima. Para Harry era normal llegar y ver al par de omegas juntos, recostados en algún lado o preparando algo, Ron era asombroso cocinando y era quien preparaba todo, Ron le enseñaba pacientemente al rubio y pasaban un buen rato juntos.
Si tuvieran que describir su relación, era como un hermano pequeño, no podían considerarlo en su misma edad aunque así fuera, mentalmente no creían que entendiera del todo las cosas que sucedieron, era más cercano a tener un animoso chico de dieciocho años que tener veintiuno como ellos, emocionalmente no era muy maduro tampoco, pero recordaban que Ron siempre fue muy emocional cuanto pequeño, eso debía ser más una característica de personalidad que otra cosa.
Rechazaba activamente estudiar algo, había momentos donde lloraba por ser una carga, tenía pesadillas sobre cosas que no quería mencionar o no creía poder hablar, físicamente temía a un alfa enojado, más que un acto instintivo como omega, realmente se encogía. Era esa persona que prefería sonreír al presente y ocultar el pasado. Mantenía el lugar limpio, disfrutaba de su habitación propia, intentaba conseguir un trabajo, aunque era complicado por su carente educación.
Se habían graduado, habían tenido una fiesta para celebrarlo con sus familias y amigos, ahí es donde Ron se encontró nuevamente con sus hermanos y fueron consientes de que Ron no era realmente su pequeño hermano, era un chico de su edad que se arrojó a los brazos de Charlie cuando lo vio. Esa manada de pelirrojos que eran mitad alfas y mitad betas, pudieron ver en los ojos de Ron ese deseó de pertenecer nuevamente a esa familia. No sería realmente un problema si en su desesperada búsqueda de encajar no cediera ante horribles palabras cargadas de inconciencia.
Ron empujaba el feliz equilibrio logrado entre los tres en un desesperado deseo de pertenecer a los suyos. Harry lo entendía, porque fue lo que Sirius hizo según su padre, Sirius podía odiar a su familia, pero perseguía incansablemente a su hermano, lo persiguió hasta que murió en un accidente y nunca pudo conseguir lo que tanto había anhelado, si no estabas dispuesto a soltar algo, no podáis sustituir ese algo. Dolía, era ilógico, pero esas eran las emociones.
Ron aún preparaba cosas para ambos, cuidaba del lugar, pero si alguno de sus hermanos llamaba, el soltaba todo para correr tras de ellos, comenzaba a alejar a Harry y a Draco, había comenzado a cambiar su dinámica sin notarlo. Escucharon que Ron era avergonzado por sus hermanos porque vivía con un alfa que no era su pareja, metían ideas de que Draco iba a odiarlo por interferir por su relación, por ser una carga, solo disparaban sus inseguridades hasta el cielo.
Veían a Ron como una persona independiente y sexual cuando, irónicamente, comenzaba a ocultar su cuerpo. Antes Ron bailaba feliz en short y nada más, cocinaba con una playera holgada y en ropa interior a primera hora por la mañana, no usaba su collar cuando estaba en casa, su sentaba sobre Draco buscando su aroma, ser impregnado por ese fresco aroma a menta y dejando su aroma a pan de naranja recién horneado sobre el rubio sin querer. Jugaba a luchar con Harry como un par de niños, golpeando y mordiendo sin realmente llegar a lastimarse, abrir la puerta cuando estaba solo en toalla porque Harry había perdido u olvidado su juego de llaves y Draco estaba en sus propias actividades como para permitirse el ir a abrir cuando Ron estaba mayormente ahí.
En el momento en que Ron fue consciente de si mismo y su sexualidad, el ser consciente de que debía buscar a un alfa como Harry para poder ser Draco, que no debería dejar que le vieran desnudo, cubrir su cuerpo por completo porque era diferente, esa inseguridad sobre sus propios movimientos y acciones, sentirse nervioso por saber que estaba invadiendo algo. Todos esas ideas sembradas por su familia hicieron que Harry y Draco tuvieran que mirar dos veces para rectificar, que tuvieran que actuar con pudor frente al otro y la dinámica simplemente cambió.
Draco no podía besar a Harry como antes frente a Ron, antes solo rodaba los ojos y se marchaba sin mayor importancia cuando los encontraba siendo una pareja, pero ahora Ron se incomodaba, no sabía como actuar y aunque también se retiraba, no era igual. Una vez se encontró a si mismo mirando a Ron, del tipo repasar su cuerpo con la mirada y anotar los detalles que habían cambiado, pensando para si mismo que tan grande era su trasero, su su pecho era más grande que el suyo, porque Draco se ejercitaba, pero era delgado y su cuerpo no marcaba una silueta obvia, pero Ron tenía una espalda ancha, unas caderas ligeramente más grandes que se acentuaban con su pequeño vientre para comer.
Las cosas pudieron ser diferente, por un instante se había planteado como sería si fueran los tres, no solo ellos dos y Ron como invitado, algo diferente, no estarían inventando nada, para el podía ser algo posible porque su padrino fue esa tercera persona en el matrimonio de sus padres, todo antes de que muriera. Él lo recordaba, era un niño cuando murió, tal vez cinco o seis años, recordaba a ese pelinegro que suavizaba su rostro al verle.
Pero toda esa idea se fue a la mierda cuando la traición se instaló en su corazón.
Había llegado a casa, tenía algo de pastel para animar a Ron, no se veía muy animado y según recordaba, su celo sería pronto, tal vez necesitaban una cita nueva al medico para cambiar de supresores, a él le pasó en su adolescencia que los supresores dejaron de funcionar.
Pero todo estaba en oscuridad, dejó sus cosas y suspiró para comenzar a relajarse, tal vez enviar un mensaje a Harry sobre si había ido a conseguir la cena esa noche o algo por el estilo, solía llevarse a Ron para evitar que cocinara algo por mera costumbre. Iba directamente a su habitación, cuando un gemido le hizo detenerse, lentamente se giró para mirar la puerta cerrada en la habitación frente a la suya, la habitación de Ron. Podía ser cualquier cosa, podía tener mil justificaciones y respuestas perfectamente coherentes, pero algo en sus instintos le dijo que no era así.
Caminó con el corazón en la mano, conteniendo su respiración, algo en él le advertía sobre lo que vería, pero aún así necesitaba estar seguro de ello. Abriendo la puerta solo pudo mirar totalmente desconcertado lo que estaba frente a él.
El lugar apestaba a omega en celo, ese dulce aroma para él se volvió amargo, Ron y Harry compartían cama como si no fuera la primera vez que sucedía, como si quisieran verlo cuando se diera cuenta.
Ron estaba mirando directamente hacia la puerta, con la cabeza colgando de la cama, con sus piernas completamente abiertas y teniendo a Harry entre estas, aquel que sujetaba la cadera de Ron, no se movían, pero jadeaban bastante, Harry estaba anudando dentro de Ron en esos instantes y cuando pudo percibir el aroma de otro omega en la habitación, realmente no pudo hacer mucho para alejarse.
—Draco —soltó absolutamente sorprendido, como si saliera de un trance profundo.
—Eres un sucio —murmuró Draco totalmente asqueado por ello.
Cuando Harry pudo se separó y fue detrás de Draco, aquel que se había marchado de ahí a hacer su maleta. Lo único que Ron supo fue que Harry se había ido y le había dejado absolutamente solo, la siguiente vez que le vio estaba siendo sujetado para que le inyectara algo, no parecía feliz en lo absoluto, ya no pudo ver a Draco después de eso, después de ver sus ojos llenos de odio dirigidos hacia el pero sin poder comprender el porque.
A Harry le costó mucho esfuerzo y dedicación que Draco le escuchara, mucho más para ser perdonado y volver a conquistar a Draco, tal vez nunca hubiera sucedido si Draco no estuviera embarazado de Scorpius en ese momento.
Ahora estaban los tres en lo que parecía ser el lugar de Ron, un piso bastante decente de tres habitaciones, era como una versión mucho más barata de lo que alguna vez tuvieron, tal vez solo era por el mero pensamiento, no estaba distribuido de la misma manera, pero, algo les seguía diciendo que era algo semejante. Había fotografías de Hugo en diferentes etapas de la vida, algunas veces junto a Ron, mayormente el posando con algún logro. Tenía una pared enmarcando cada certificado y mención que Hugo había conseguido, había algún pequeño dibujo también como si fuera una grandiosa obra de arte.
Draco no pudo evitar suspirar al ver unas pequeñas manitas en yeso con el nombre de Hugo colocadas al centro de la mesa como un pequeño recuerdo, Draco había optado por tomar los pies de Scorpius, no le sorprendía que el pelirrojo lo hiciera cuando era uno de esos pensamientos fugases que alguna vez compartieron cuando el momento se dio. Solo un pequeño paseo y mirar una tienda de bebés para hablar de ello.
—Parece que Hugo es muy inteligente —se animó a decir Harry al tomar lugar.
—Supongo que es de la familia de su padre —se encogió de hombros —El solo se parece a mi físicamente.
—¿Tu sabías que iban a hacer esto? —pregunto Draco, recuperando su indignación inicial.
—Sabía que mi hijo salía con alguien, no sabía que era tu hijo o que habían escapado para casarse —tarareo un poco —pero me dijo una semana después, lo se hace meses.
—¿Y no hiciste nada? —gruño Harry indignado.
—¿Por qué lo haría? —bufó como si le estuviera insultando —Realmente no me importa, si mi hijo es feliz por mi esta bien, le daría todo con tal de que fuera feliz, yo moriría por mi hijo —señaló cada vez más frustrado, borrando ese tono despectivo que había estado usando —¡Jamas lo entenderían!
—¡¿Cómo te atreves?! —Draco golpeó la mesa enojado —¡Yo daría todo por él!
—¡Odias su matrimonio aunque él es feliz!
—¡Por qué es una estupidez!
—¡Yo sé como críe a mi hijo, no necesito preocuparme por sus elecciones, me preocupa lo que tu repugnante familia puede hacer!—
—¡Aquí el sucio y repugnante eres tú!
—Dejen de pelear —interrumpió Harry, viendo como ambos estaban listos para saltar sobre el otro —Draco, sabe que no puedes ponerte al nivel de él.
El rubio bufó pero se cruzo de brazos sentado en su lugar, Ron golpeo la mesa enojado, mirando con odio a Harry antes de dejarse caer en su asiento, mordiendo su labio para no seguir diciendo más.
—Ron... —el mencionado solo bufó —¿Quién es el padre de Hugo?
Draco le miró absolutamente desconcertado, pero Ron parecía sonreír al pensar en esa pregunta, Harry sudaba nervioso, porque no debería ser un genio para adivinar.
—Ya lo sabes ¿No? —y parecía relamer su labios —Tu lo eres Harry, eres lo único bueno que me has dejado.
Draco los fulminó con la mirada, no podía ver con más odio a Ron en esos momentos, aquel que parecía burlarse de el pánico que Harry tenía en esos momentos. Harry parecía estar a nada de desmayarse, mientras que Draco parecía decidir a quien asesinar primero.
—¡¿Y te parece bien que estén cazados?!
—No me importa Harry —soltó con una sonrisa burlona —te lo he dicho, si mi hijo es feliz, no me importa.
—¡No quiero que mi hijo esté con su medio hermano bastardo!
—Scorpius no esta cometiendo incesto con nadie —gruño Draco por lo bajo.
—Lo está haciendo —se quejó Harry.
—Harry ¿Crees que iba a quedarme de brazos cruzados mientras tu jodías con otro omega? —negó con la cabeza cuando la cara de total desconcierto de Harry era su única respuesta —Biológicamente Zabini es el padre, no tu.
—¡¿Que?!
—¡Yo nunca dije que era tuyo! —Draco empujaba las manos de Harry que buscaban tomarlo, siempre hacía eso cuando discutían, como si temiera que pudiera escapar en cualquier momento.
—vaya —murmuró Ron divertido.
—No te burles, todo esto es tu culpa —gruño Harry en una verdadera forma agresiva, no como habían estado peleando antes, fue una advertencia donde Draco se encogió aunque no era una advertencia en su contra, pero Ron le miraba como si no le importara, solo esperando a que cumpliera con esa amenaza, burlándose de él.
—Harry, Harry, mírame querido, aquí —Draco le tomó de su rostro, detestaba a Ron, realmente podía desear por mucho que desapareciera, pero no quería que algo malo le sucediera, mucho menos que Harry fuera el culpable de eso, sabía que si alguna vez Harry ponía una mano de forma agresiva sobre el pelirrojo jamás iba a perdonarse, aún en el fondo recordaba todas esas cartas y sentía lastima.
—Scorpius, él...
—Shh... no importa, tu siempre serás su padre, si pudiera quisiera que biológicamente lo fueras, pero tu lo has cuidado, le has criado, jamás dejaras de ser su padre.
—Pero...
—Estaba despechado Harry, me habían traicionado, había terminado con todo y Blaise estaba ahí para mi ¿Sabes? El me consoló, el me abrazó, el me animó... solo me deslice un momento, no había planeado nada de eso, tu seguías insistiendo y par el fue algo tan pasajero que me dio la espalda cuando lo supo, te lo dije ¡Creí que lo sabías! que harías las cuentas... pero seguiste intentando, no te importó y pensé que si tu podías perdonarme, entonces yo podía.
Les hubiera gustado hablar de eso de forma más privada y detallada, solo pudieron abrazarse unos momentos antes de caer en cuenta en ese tono tan amargo inundando el lugar, esa mirada tan vacía pero tan agresiva a la vez, Ron estaba sumamente enojado, celoso.
Claramente estaba imaginando todo lo que acababa de escuchar, Harry pidiendo perdón de rodillas, siendo la persona más detallista del mundo, preocupándose por cada pequeño aspecto del embarazo, siendo tan cariñoso y atento con todas las necesidades de Draco, como simplemente avanzaban como si nada malo hubiera pasado en sus vidas.
Draco recordó, recordó esas suplicas desesperadas del pelirrojo, el como rogaba por comunicarse con Harry, era mucho más fácil acercarse a Draco que pasaba su juventud mayormente solo, Harry había regresado a casa de sus padres donde todos despreciaban a Ron. El como había gritado a Ron con todo el enojo que había acumulado, como el pelirrojo tropezaba por intentar responder, llorando y tartamudeando suplicas, como en su indignación le deseó lo peor y lo amenazó con lastimarle si no se alejaba, un mes antes de enterarse de su propio embarazo. No podía decir que lo haría diferente, pero se arrepentía ahora al pensar en que ese omega que había estado cuidando por dos años se encontraba embarazado y desamparado, le había arrebatado la ayuda que por derecho merecía.
Tal vez nunca hubiera perdonado a Harry si lo sabía, tal vez hubieran tardado tiempo, no lo sabía, pero si hubiera estado enterado jamás hubiera impedido a Harry dar un paso adelante por su hijo, ni siquiera siendo el ser más egoísta y mimado del mundo hubiera, activa y conscientemente, ocultado esa información a Harry.
—¿Cómo saliste adelante? —se animó a preguntar Harry.
—Luchando, tolerando, sufriendo —sentenció Ron, se quitó su collar, aquel que en lugar de protegerlo lo utilizaba para ocultar. Su cuello estaba lleno de cicatrices de todo tipo, no era algo lindo de ver, como si hubieran intentado comerse al omega vivo, había tantas marcas de mordida de diferentes tamaños y profundidades, su piel desgarrada intentando cicatrizar lo mejor que podía.
Ron apenas pudo moverse por si solo fue echado por Harry, solo había pasado su temporada de celo fue tirado a la calle y luchaba por entender porqué, su cabeza tardaba un tiempo en aclarar todo lo que sucedió en esa borrosa temporada, solo pudo tomar una maleta con todo lo que parecía importante, Harry no le dijo mucho, solo que no quería volver a verlo en la vida.
Fue con los gemelos, nunca había escuchado ese tono tan frío y serio de parte de Harry, pero esperaba poder arreglar todo, si le daba algo de tiempo y el mismo comprendía lo que había sucedido, entonces podría disculparse, hablar y las cosas podrían regresar a como eran antes ¿Cierto? A él le gustaba como eran las cosas antes. Así que inocentemente mantuvo las esperanzas, trabajaba para sus hermanos en su tienda, no pagaban mucho, dudaba que pudiera pagar mucho, pero podía conseguirse su propia comida, aunque ellos a veces robaran algo, podía sobrevivir bastante bien, cuando pudiera arreglar las cosas con Harry y Draco entonces podrían pagarle completo, no tenía que pagarles para quedarse con ello y podía en cambio darle eso a Harry, seguramente que no lo necesitaban pero la intención era lo importante ¿Cierto?
Se asustó cuando escuchó a sus hermanos burlarse de él, no porque fueran groseros con su persona, sino por como se jactaban, algo borrachos debía de decir, el como robaron todos sus supresores y los cambiaron por cosas sin importancia sin que el lo notara. Fue como si le abrieran los ojos, sobre lo que había pasado, lo que había hecho, sintió absoluto asco al recordarlo, había traicionado a Harry y Draco de forma terrible.
Intentó regresar para disculparse cono Harry, pero se encontró con que se habían mudado, ya no vivían en el mismo lugar, tomó sus pocos ahorros y decidió ir a casa de los Potter, sus hermanos le recordaron que ya no iba a tener a donde volver si se marchaba, pero no quería vivir con un par de mentirosos, ellos habían arruinado su vida.
Las cosas no fueron mejor cuando llegó a casa de los Potter, Lily le golpeo directamente la cara apenas verlo, gritó sobre ser lo peor que le había pasado a su hijo, como no debió dejar que su hijo tuviera lastima por él y que todos los omegas de su clase eran iguales, solo sabían arruinar la vida de los demás, sobre como lo mejor que podía hacer era arrojarse desde el puente más alto y desaparecer, al menos eso antes de que James apareciera y la detuviera. Le pidió amablemente a a Ron que se marchara, Harry no quería saber nada de él y cerró la puerta. Eso había dolido, decidió que intentar acercarse a otras personas no iba a salir mejor.
Intentó encontrar un lugar para quedarse, buscar un trabajo, pero solo podía pagar un lugar bastante barato y despreciable, apenas un pequeño cubo con una cama y baño, no tenía mucho más mientras decidía que hacer. El tiempo pasaba y no le ayudaba en lo absoluto, supo que estaba embarazado cuando vomitaba cada mañana, tenía dolores de cabeza y simplemente tenía los mismos síntomas que alguna vez tuvo; hizo una prueba por si las dudas, pero no se sorprendió cuando salía positivo, solo entró en pánico al pensar en como iba a cuidar de ese bebé.
Hizo lo posible para llegar hacia Draco, disculparse y pedir hablar con Harry, no tenía una mejor idea sobre lo que hacer, hace mucho que Hermione no era su amiga, ella no aprobaba su antigua vida y decidió cortar contacto con el cuando eran un par de adolescentes, no tenía otra clase de amigos y solo podía depender de Harry, aquel que era el padre de su futuro bebé, estaba solo, su propia familia lo trataba mal, sus padres no querían saber de el cuando se marchó con Harry, no podía confiar en ninguno de sus hermanos, estaba aterrado por un futuro así. Pero pronto se encontró con el hecho de enfrentarse a eso, no tenía ya opciones, se sentía como un ser tan horrible y patético.
Por un momento realmente consideró terminar con todo, arrojarse desde el lugar más alto al que pudiera acceder y simplemente desaparecer.
Alguien lo vio y pensó en ese momento que era una luz de salvación, un hombre mucho más grande, tal vez quince años más grande, pero era tan amable y comprensivo, lo recogió como si fuera un cachorro desamparado. Fue amable, le llevo a donde vivía en ese momento y lo que pensó que era solo una ayuda pasajera apareció al otro día con una invitación para desayudar, después le ofreció mudarse para que trabajara en su casa, solo sabía limpiar y cocinar, pero él solo quería eso de él.
Fue así que llegó a una bonita casa, no era muy lujosa pero era agradable, él le pagaba de forma discente para lo que hacía, un poco más de lo que sus propios le daban por esforzarse más en limpiar, ordenar y cargar cosas, no tenía que pagar renta o por comidas, el hombre parecía feliz con ayudarlo de esa forma y realmente se esforzó, tal vez se esforzó mucho.
No recuerda en que momento simplemente comenzó a ser tocado con regularidad, no tenía privacidad para nada, en algún punto su pequeña habitación no tenía puerta alguna, el hombre tomaba su rostro para reclamar sus labios cuando quisiera, tener sexo con el fue solo el ultimo paso obvio en esa extraña dinámica, comenzaba a recibir dinero por cada favor sexual que le daba que en algún punto dejó de lado su primer labor de cocinar y limpiar. Decidió que era suficiente cuando el hombre comenzó a traer amigos y era "prestado" a otros, podía soportar la incomodidad y ese raro sentimiento que tenía siempre que él se acercaba, pero no mucho más, no se quejó y pensó que aceptaría todo dócilmente, pero estaba embarazado y su corazón latía apresurado cuando tocaban su vientre, cuando completos desconocidos pasaban las manos por su estomago simplemente entró en pánico y huyó. Volvió a tomar una pequeña maleta con sus cosas que aún tenía y se fue apenas pudo por la mañana, solo se fue y no quiso mirar atrás, aprendiendo que no había nadie que le ayudaría por la bondad de su corazón.
Soñaba con volver con Draco y Harry, lamentando todo lo que había pasado, tenía un vientre visible de embarazo, ellos eran los únicos que le habían tratado como a un humano, alguien que tenía derechos y dignidad, le habían tratado tan bien que lloraba al haber perdido todo.
En el horrible lugar donde se quedaba en ese momento había un hombre, no era tan grande como la ultima vez, miraba su vientre más que otra cosa y le asustaba, tenía miedo pero tenía suficiente para quedarse en ese lugar unos meses mientras esperaba dar a luz, solo tenía seis meses y unas cuantas semanas, pero debía ser más precavido, así que aunque deseara no podía irse sin arruinar su pequeño presupuesto.
Un día el hombre simplemente comenzó a decir cosas sucias sobre él, quería llorar y esconderse, pero ¿hasta donde sería capaz de llegar un hombre así?, así que en contra de lo que cualquiera recomendaría se acercó a él, no dijo mucho, pero el hombre sucio rápidamente rebeló su fetiche por los embarazados, así que con una buena cantidad de dinero en sus manos pasó al pequeño cuarto del sujeto, no iba a llevarlo directamente a donde vivía, ahí dejó que el hombre manoseara su vientre y se corriera sobre él, cerró los ojos intentando ignorar la cantidad de cosas repugnantes que escuchaba.
Tenía menos dignidad al salir, pero más dinero en sus ahorros.
Cuando tenía que ir de compras cada dos días, el hombre esperaba donde siempre, con una sonrisa asquerosa y unos billetes en las manos, ambos sabían que no podía simplemente ignorarlo y seguir como si nada. Así que siempre tomaba el dinero y entraba para dejarse tocar por ese hombre, que acariciara su vientre redondo aunque le provocara pánico, que tuvieran sexo en diferentes posiciones onde al menos era cuidadoso con su vientre, pero siempre manteniendo sus manos sobre él. Fueron semanas repugnantes.
Pero cuando Ron sentía que empezaba a tener contracciones, tomó su maleta y se marchó directamente al hospital, encontraría un nuevo lugar para quedarse cuando volviera, pero no sería ese edificio donde ese hombre iba a ver la cara de su bebé y se jactaría de eso, aún si no fuera un pequeño consiente ni de su entorno, no quería que ese hombre dijera en voz alta, a la cara de su bebé, que se abría follado a su madre, que se había masturbado con el vientre que tenía cuando aún no nacía y que restregó su pene contra él. Simplemente era mucho más enfermo de lo que podía tolerar y había escuchado que lo haría, había escuchado varias veces esos delirios como si fuera una grandiosa charla sucia.
Así que sin hogar fue al hospital por su cuenta a dar a luz, no sabía si era hombre o mujer, ni siquiera sabía si todo estaba en orden porque no tenía dinero para un medico especialista, sentía que todo iba bien y confiaba ciegamente en esa posibilidad. En la madrugada siguiente había nacido su pequeño Hugo, no era un nombre que hubiera escuchado mucho antes, parecía simplemente limpio de cualquier mal recuerdo. Cuando tuvo al bebé en sus brazos, en ese momento supo que todo valdría la pena si lo hacía para darle una vida feliz.
Encontró alfas que parecían intentar una relación con él, pero solo era una extraña manera de mantenerlo atado a su lado, había exigencias físicas, debía mantener un estado físico, marcaban su cuello con una mordida apenas podían y cuando se ponían violentos por algo el inmediatamente se marchaba, tomaba a Hugo, sus cosas y se iban lejos de ahí porque no quería que su hijo sufriera de una vida así, nunca había sido golpeado frente a su hijo siendo un bebé o un niño ya consciente, había quienes decidían arrojar objetos o golpear a la pared y sabía que él sería el siguiente, había momentos donde estaban solos en alguna habitación y repentinamente era golpeado en la cara por algo que no les agradaba. Lo peor que recibió fue ser forzado por su propia pareja y no poder hacer nada, no con la habitación de Hugo al otro lado de la pared.
Así que lamentaba tener que vivir de esa forma, que su hijo estuviera acostumbrado a tomar cosas e irse, cuando era niño era mucho más simple decirle que se irían y el pequeño solo tomaba una pequeña mochila con las cosas que un niño consideraría importante mientras el cargaba el resto, tomaba su mano y simplemente comenzaban a caminar, haciendo pequeñas pausas para darle alguna comida que preparó, llevarlo a mirar alguna cosa o que se entretuviera en algún pequeño parque, solo haciendo que su hijo no se diera cuenta de lo que sucedía y se mantuviera entretenido, los siguientes días iba a sufrir mientras su marca se rompía y no iba a tener mucha energía, así que siempre quería que fuera una gran día para su niño, no podía irse muy lejos cuando Hugo comenzó la escuela, solo esperaba en un lugar cercano e intentaba evitar los problemas hasta que terminara el año y se mudara a otro sitio.
No pasaba todo su tiempo en relaciones malas, siempre intentaba estar soltero y hacer lo mejor que podía con trabajos como limpieza, siempre siendo la mejor madre para Hugo, pero a veces aparecían hombres que se acercaban como amigos, después iniciaba una relación que parecía ir bien, querían a Hugo, lo trataban bien, pero terminaban cambiando, al final todos eran iguales, todos susurraban sus inseguridades y defectos al oído, todos querían que dejara su trabajo, depender absolutamente de él, querían dejarlo embarazado, querían todo de él sin realmente querer darle nada.
Él envió a Hogwarts a su hijo, esperaba que pudiera ir tanto como pudiese, temiendo cada vez cuando llegara a sus trece y se presentara, rogaba por que pudiera ser un beta, lo que fuera menos un omega, si lo llevaba lejos de su miserable vida aunque fuera solo unos meses tenía tiempo para trabajar, arreglar tanto como pudiera, se volvía difícil irse cuando Hugo hacía muchas preguntas, no podía ocultar las cosas malas por mucho tiempo si su hijo podía entender lo que eran.
Terminó trabajando en algo que le daba demasiado dinero, pero no podía decir que se sintiera muy orgulloso de eso, no era algo que su hijo pudiera saber, no era algo que necesitara que supiera leer o contar perfectamente, era un sitio donde nadie se preocupaba por su salud y terminaba haciendo más de lo que accedía, teniendo una cámara delante y un montón de hombres fingiendo ser alfas o algunos verdaderos alfas. Ser un actor porno no era lo peor que había hecho por dinero, al final ahí era claro lo que querían de él y podía regresar a casa por la noche, abrazar a su hijo y fingir que nada estaba sucediente, poder tener un lugar propio, tener tiempo para que su hijo hiciera las actividades que deseara, permitirse lujos como llevar al cine a su pequeño o comprarle lujos con los que nunca hubiera soñado, el tiempo pasa y la tecnología evolucionaba tanto que se alegraba poder permitirse eso para su hijos.
Realmente lloró llamaron y le dijeron que Hugo había entrado en celo, que debía pagar por supresores, pero era un alfa. Lloró de felicidad en ese momento, realmente sintió un profundo alivio cuando recibió esa noticia y sentía que podía respirar de nuevo, después de tantos años ambos iban a estar bien.
No esperaba que su hijo tuviera un serio apego a su persona apenas supo que era un alfa, no es que antes no estuviera unido a él todo el tiempo posible, pero él realmente hablaba sobre ser un alfa adecuado para él, llevaba las cosas de casarse con su madre a un nivel muy diferente a lo tierno, realmente le daba un escalofrió ver la seriedad de su hijo, siendo un chico que crecía a pasos rápidos, alto y atlético como Bill, mientras más creciera algo de miedo se instalaba en su cuerpo, porque estaba tan dañado que no podía confiar ni siquiera en su familia, mucho menos alfas.
Hubo un momento donde a sus quince años, en esa etapa de rebeldía donde Hugo no le trataba de la mejor manera, había regresado enojado de Hogwarts ese verano, no se comunicaba con él y gruñía enojado, le apartaba con manotazos y realmente se encerraba en su habitación, le dolía, pero dejó que tuviera su propio espació.
Él estaba enojado, porque sus compañeros se burlaban de él, lo molestaban y hablaban mal de Ron, decían cosas sucias porque habían encontrado varios videos porno donde el se encontraba, Hugo se había enterado y no estaba feliz por eso, un día Ron tuvo que irse y regresó más tarde de un mal día de trabajo, sobaba constantemente su cuello y Hugo solo podía pensar en una cosa.
—¡¿Por qué haces eso?! ¿Nunca pensaste en como me afectaría? —lo enfrentó indignado, golpeando la mesa con la palma de la mano, mientras Ron retrocedía en la cocina —Todos estos años... ¡¿Por eso teníamos que huir?! ¡¿No tengo padre porque eres una puta?!
—No... Hugo... esto es, es... no es como piensas —retrocedía de su propio hijo que avanzaba constantemente, acorralándolo —Lo siento... solo quería darte lo mejor...
—¡Solo eres un estúpido omega ignorante! ¡No sabes hacer otra cosa que no sea abrir las piernas, eres sucio y te odio, odio que seas mi madre! ¡Realmente te odio!
Ron gimoteo asustado, temblaba ante su propio hijo y solo pudo deslizarse por la pared hasta el piso cuando lo vio darse la vuelta, respiraba tan rápido como un ratón asustado, comenzó a llorar casi instantáneamente, por un momento realmente sollozaba pensando en toda su vida, estaba cansado, no tenía nada y nada valía la pena en ese momento, estaba cansado y no quería seguir más, ya no podía. Tras muchos años intentando parecer fuerte, tras tanto tiempo, realmente lloró por lo que había perdido, Harry le había dado a su hijo, pero no podía darle nada, sus intentos eran inútiles, extrañaba ser un niño sin casta, extrañaba esos dos únicos años que tuvo de Hogwarts, extrañaba tener amigos, extrañaba a Harry.
Al final, solo pudo levantarse una vez más y seguir, su hijo podía odiarlo, pero aún dependía de él, no iba a dejarlo tirado solo por eso, después de todo lo entendía, él mismo se odiaba bastante.
Las cosas no mejoraron ese día o el siguiente, fue un verano difícil, pero aún así fue a la estación de tren a despedirlo hasta el año siguiente. Solo siguió con su vida como si nada hubiera pasado, trabajaba, regresaba a casa, trabajaba, regresaba casa, trabajaba y... comenzó a sentirse enfermo.
No era la primera vez, ya habían pasado varias veces donde se embarazaba y no podía lograrlo, no podía llegar a termino, pero por un instante, cuando volvió a tener esa prueba de embarazo positiva en sus manos, solo por un momento se imagino cargando a un bebé nuevamente, un embarazo donde no necesitaba tener a un asqueroso hombre sobre él para sobrevivir, uno donde su hijo tuviera ya un hogar al cual acudir, uno donde no necesitara marcharse para huir de los problemas, un hermano para Hugo, un bebé que le haría compañía hasta que creciera y le odiara también.
Pasó unos meses realmente ilusionado, sin ir al trabajo por un tiempo, realmente esforzándose con cuidar a ese pequeño ser en su interior, yendo a revisiones medicas, lo estaba haciendo bien, realmente lo estaba haciendo. Para su sorpresa Hugo quiso regresar para navidad y por supuesto que lo recibió con los brazos abiertos, no parecía tan enojado esa vez, no decía mucho, pero cuando le dio la noticia de que estaba embarazado estaba bastante emocionado, podía decirlo por sus ojos brillando con ilusión. Tendría otro niño según los médicos, esa noche tras la cena Hugo se acercó y se disculpo, diciendo que jamás iba a volver a llamarle de forma similar, que lo adoraba y lamentaba hablarle de tal forma, no le gustaba el trabajo que hacía o lo que otros dijeran de él, pero agradecía todo lo que hacía por él.
Tuvieron una profunda charla de corazón a corazón, donde Ron le contaba toda su vida, todas las preguntas que tenía, jamás le pregunto por su padre, en ese punto no importaba, porque Ron era su madre y padre y eso le bastaba, Hugo hablo sobre sus sentimientos, sus metas, lo que había imaginado de pequeño que sucedía, el golpe de realidad que tuvo, hablo sobre muchas cosas y finalizo jurando que, sin importar que, iba a estudiar duro para tener un gran trabajo y poder mantener a Ron, a su futuro hermano, evitar que siguiera trabajando de esa forma. Hugo y Ron sabían que eso era pasajero, el dinero que podía ganar con su cuerpo era algo que desvanecía con la edad.
Fue una grandiosa cena, un buen año nuevo, todo estaba bien, lo había estado haciendo bien, pintó la tercera habitación junto a Hugo de un lindo tono azul verdoso pastel, realmente parecía un buen tono para el pequeño, en otro momento Ron compraría más adornos, peluches y una cuna para él. Estaban emocionados e ilusionados con su nueva inclusión.
Cuando tomas muchas malas decisiones era normal que las malas personas terminaran llegando hasta ti, fue lo que sucedió con Ron, tenía un bonito vientre redondo que era la envidia de muchas mujeres, había hecho todo bien, realmente lo hizo. Pero fue cuestión de que un alfa loco decidiera que no debía tener felicidad, una ex pareja que tenía una orden de alejamiento, esa única persona tan mala que Ron decidió que debía acudir a la policía con la primera ropa que tuviera y un niño pequeño medio dormido tras ser forzado, ese mismo hombre que había encontrado por casualidad al pelirrojo y decidió que golpearlo con un auto era una respuesta muy lógica.
Ese día solo había salido para hacer las compras de su semana, solo era una salida rutinaria sin nada más planeado, pero habían decidido que le arrebatarían todo de nuevo. Cuando despertó estaba solo en una habitación de hospital, cuando se dieron que despertó le informaron aquello que no sentía, su pierna estaba rota, tenía muchas heridas, una muñeca dislocada, pero lo peor de todo, ya no tenía bebé y no podría tener más. Su mundo se apagó repentinamente, toda esa alegría y emoción se transformó rápidamente en un horrible sentimiento de desolación. Ya no era nada, no valía la pena porque no podía ofrecer nada, era un omega que ya no podía tener hijos, era un omega que nadie amó antes y mucho menos ahora, no había marca en el que valiera la pena, no era nada.
Fueron meses bastante borrosos, Hugo regresó en el verano y realmente no quería dejarle, pero lo obligó a seguir con sus estudios, estaría bien, aunque decidió ser bastante autodestructivo con su cuerpo, una paga mejor por dejarse hacer cosas peores, no lo sentía, no le importaba, algo murió el día en que su bebé murió.
Las cosas eran mejor ahora, decidió mudarse con su hijo cerca de su universidad, dejar atrás todo para iniciar de nuevo una vez más, él podía ver su mirada de enamorado en su hijo a cada momento y le alegraba que pudiera enamorarse de esa forma de alguien. Era un omega con más de cuarenta años que no sabía leer o escribir con fluidez, podía hacer cuentas necesarias y su cuerpo aún llamaba lo suficiente para seguir trabajando, porque ser pelirrojo era un buen fetiche, su única familia era su hijo alfa que ya se había casado y no tenía muchas razones para seguir adelante.
Al final del día, Harry y Draco no podían hacer mucho, Ron les odiaba, los envidiaba, detestaba todo de ellos y no hubo disculpa alguna que valiera, Harry y Draco podían sentirse mal por la vida de ese omega, pero al final nada llegaba a él. Scorpius y Hugo estuvieron dispuestos a celebrar una boda tras graduarse porque se aferraban el uno al otro, como si el enojo de Harry y Draco terminara por soldar su relación, su hijo no fue la persona más inteligente cuando estaba en necedad, así que si ellos decían no, Scorpius haría todo lo contrario, y Hugo no parecía un capricho cualquiera.
Draco siempre estaba pendiente de su hijo, no empujaba por su relación, pero siempre estaría ahí para su pequeño en cualquier situación, Hugo no parecía alguien agresivo o celoso, parecía adorar a Scorpius de tal forma que le encantaba cumplir sus caprichos, no era difícil saber que aquel conflictivo de la relación era Scorpius. Hugo había aceptado el nombre Malfoy como Harry lo había hecho, no había nada que valiera la pena resguardar en el apellido Weasley, había más por ahí que seguirían con él, al menos eso fue lo que Hugo explico cuando se le pregunto, pero eran palabras que se escuchaban como Ron.
Si Ron decía que el cielo era purpura Hugo lo repetiría, si le decía a Hugo que saltara, el alfa solo preguntaba que tan alto. La devoción que Hugo tenía por su madre no era común, no parecía del todo sano, pero Ron no buscaba lastimar a su hijo, parecía muy consciente de este hecho e intentaba dar lo mejor por su hijo, interferir lo menos posible y Scorpius parecía respetar demasiado a Ron, no dudaban que Hugo contara un poco sobre la vida de Ron al hablar de su propio pasado. Draco era celoso de eso, Scorpius no le amaba menos, pero claramente valoraba más lo que Ron hacía o decía, adoraba cuando Ron cocinaba para ellos, le gustaba escuchar alguna historia curiosa, era como mirar a su heroe.
La relación entre su hijo se mantenía tan bien como siempre, celebraron una boda enorme y podían continuar con su vida tan feliz como siempre, solo tenían una nueva constante, Ron iba a estar ahí, él los ignoraba, no hablaba con nadie, se mantenía mayormente solo y no le importaba mientras su hijo fuera feliz. La incomodidad era algo que solo ellos tenían, pero mientras todos estuvieran siguieran pensando que eran una bonita y feliz pareja, el resto no importaba.