Shared Scars (Español)

Harry Potter - J. K. Rowling
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Shared Scars (Español)
Summary
Los hermanos Black crecieron en una casa llena de gritos, violencia y falta de amor. Con el paso del tiempo, ambos comenzaron a alejarse y olvidaron lo que una vez fue una de las cosas más importantes para ambos, estar juntos. Sirius Black, el traidor de sangre, el diferente, la decepción de la familia. Regulus Black el chico bueno, el chico tranquilo, el obediente, el sensible. Regulus Black creció extrañando a su hermano mayor, odiándose a sí mismo por nunca defenderlo ante sus padres cuando eran más jóvenes, "tal vez eso hubiera hecho que Sirius se quedara..."
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Velas de cumpleaños (Parte 1)

Jueves 2 de noviembre de 1972


El día había llegado. Tal como Narcissa había dicho, Regulus había recibido una carta de Walburga pidiéndole que se reuniera con su hermano y su prima el día dos de noviembre (el cumpleaños de Sirius).


La carta permanecía intacta en un cajón desde entonces. Regulus había hablado del tema con Sirius, en parte a Reggie le hacía ilusión poder pasar tiempo con su hermano, pero había visto la cara de decepción los ojos de Sirius cuando se lo había dicho, quería pasar su cumpleaños con los merodeadores. Regulus lo entendía.


Estaba ya vestido, entero de negro, con el broche de la serpiente en el lado derecho, incómodo pero elegante.


— Bueno bueno, ¿quién se casa? — vaciló Barty al ver a su amigo salir del baño —


— Jaja, muy gracioso Barty… ¿es muy horrible?


— Nah, solo parece que te han tirado un cubo de pintura negra encima — Barty recibió un golpe de Evan en el costado — ¡Oi! Jo, es verdad, no lo niegues Evan ¡vemos lo mismo! — Evan suspiró y puso los ojos en blanco —


— ¿Cuál es la ocasión Reg?


— Espera, ¿no lo sabéis? — sus dos amigos negaron con la cabeza — ¿os hacen dejar vacía la sala común y no os dicen por qué?


— Nah, Slughorn nos dijo que era importante y privado, nadie hizo más preguntas — Barty añadió indiferente —


— Es el cumpleaños de mi hermano. Mi madre quiere que Narcissa y yo tomemos el té con él.


— Oh, bueno, eso está… ¿bien? ¿estás bien? — preguntó Evan mirando a Regulus —


— S-sí, sí, claro, sé que a Sirius no le encanta la idea, pero nuestra madre lo ha ordenado y Narcissa se asegurará de que se cumpla.


— Tío, tu prima me aterroriza — Barty dijo tratando de liberar tensión —


— A mí también — los tres rieron —

 




La sala común de Slytherin quedó vacía. Solo los dos Black permanecieron allí. Narcissa llevaba puesto un vestido hasta las rodillas con cuello de camisa de color verde Slytherin. Regulus pensó que se camuflaba con las cortinas e hizo un esfuerzo por no reírse, sabía que Sirius se reiría cuando la viese.


El mayor de hermanos Black llegó. Narcissa había especificado la vestimenta que debía emplear así que Sirius iba lo más elegante que había ido desde el inicio de su curso. Un traje negro, prácticamente idéntico al de su hermano pequeño, pero sin el broche de serpiente.


— ¡Sirius! ¡Felicidades! — Por una vez, Regulus no pudo evitar ser un niño y alegrarse como lo hace uno en un cumpleaños. Sirius sonrió. —


— Bienvenido primo — Narcissa asintió con la cabeza en gesto de saludo. Sirius la miró de arriba abajo, giró la mirada a la sala, y de nuevo a ella. Empezó a reírse a carcajada limpia —


— Cissy, ¡no sabía que esto era una fiesta de disfraces! Haberlo dicho, me habría disfrazado de la alfombra de la sala de gryffindor.


Lo sabía, pensó Regulus para sí sin evitar carcajearse un poco.


— Assez de ces bêtises immatures Sirius Orion, plus vite nous commencerons, plus vite nous finirons ! Tu veux partir avec tes amis de sang sale, n'est-ce pas ? — Narcissa usaba el francés cuando se enfadaba y ninguno de los hermanos Black se atrevió a cambiarlo —


— Plus que tout au monde — Puso esa sonrisa picarona que usaba para fastidiar a sus padres. —


— Alors, asseyez-vous tous les deux.


— Comme vous voulez, madame curtains.


— Sirius, tu ferais mieux d'arrêter, viens, on va prendre un thé. — Regulus susurró para que solo su hermano lo escuchara —

— Ennuyeux — Sirius sonrió y Regulus lo siguió a la mesa —


Regulus sabía que si su hermano seguía pinchando a Narcissa, ella se lo diría a Walburga y no le hería ningún bien, así que como buen hermano que era, intentó todo lo posible para que Sirius se comportara.

 


Habían pasado tres horas y el silencio inundaba la sala desde hacía por lo menos 20 minutos. Sirius movía la pierna rápidamente de arriba abajo, claramente impaciente por el momento en el que Narcissa indicara que era libre de esa tortura familiar a la que llamaban cumpleaños. Miró a su hermano pequeño que movía los posos del té con la cucharilla como si fueran a revelar un cuadro impresionista de repente.

La imagen de Regulus le llevó a uno de los primeros cumpleaños que recordaba haber celebrado, quizá uno de los únicos felices. Había sido en 1969, en agosto, el octavo cumpleaños de Regulus. Sirius se había pasado semanas organizando algo especial para su hermano pequeño. La magia no le estaba permitida así que había tirado de creatividad. Había recogido un montón de papeles blancos que había coloreado con los colores favoritos de Regulus y con ellos había hecho un cartel enorme en el que ponía CUMPLEAÑOS. Sirius recogió su cuarto por primera vez en meses y escondió el regalo de Reggie haciendo una búsqueda del tesoro con pistas que tendría que ir encontrando. Por último, decoró ligeramente el jardín para organizar un partido casero de Quidditch que jugarían con sus primas y algún otro miembro de la familia esa tarde tras el té y la comida Black tradicional. Nadie tuvo muy claro cómo consiguió Sirius que Walburga y Orion permitieran tantos preparativos infantiles, pero por una vez se permitieron.

Sirius volvió a mirar a su hermano y recordó aquellos ojos llenos de brillo que había puesto Reggie con 8 años. De alguna manera todavía se reconocían.

—  ¿Habéis acabado los dos? — la voz de Narcissa sacó a Sirius de su flashback —

— Aja, ¿podemos marcharnos?

— Por favor — dijo ella levantándose — feliz cumpleaños Sirius — Narcissa abandonó la sala común —

— Será mejor que me vaya, James estará… — Sirius dijo mientras recogía su chaqueta del respaldo —

— ¿Puedo darte mi regalo primero? — Regulus dijo en bajo, pero con confianza, lo q hizo q sirius subiera la cabeza hacia él —

— ¿Regalo? ¿me has comprado algo?

— Ehm… sí bueno… sé que no es uno de los discos muggles que te manda Andrómeda, pero pensé que te gustaría…

Regulus sacó su varita y en cuestión de segundos un tubo de papel estaba flotando al lado de su hermano mayor. Sirius cogió el tubo y lo desenvolvió. Era un poster de su equipo favorito de quidditch, como el que su madre le había roto hacía unos meses. Lo miró fijamente viendo las imágenes moverse. Permaneció en silencio unos segundos. Alzó la vista de nuevo.

— Gracias Reg, era mi poster favorito. ¿Cómo has conseguido que no te lo rompa?

— Le pedí a un alumno de cuarto que me lo consiguiera y me lo dio hace unos días.

— Yo… gracias — Sirius sonrió y lo abrazó —

— De nada

Hubo un instante de silencio incomodo. A Sirius le resultaba violento marcharse después de eso, pero se moría de ganas de enseñárselo a sus amigos. Regulus sabía que en cuestión de minutos estaría solo en la sala.

— Ehh, Reg, lo siento, pero debería…

— Vete, sí, tranquilo — sonrío —

— Gracias, nos vemos

Sirius salió corriendo de la sala y efectivamente, Regulus quedó solo.

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