Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix

Harry Potter - J. K. Rowling
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Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix
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¿Seguro que no eres un vampiro?

Ve a Severus acurrucado entre el retrete y la bañera agarrándose la cabeza. Vestía el pijama y tenia los pies descalzos, algo que su mente hizo el incapie importante que siempre hace cuando una parte de su piel esta al descubierto, haciéndole notar lo pálido que es, pero eso no es lo importante ahora. Severus se ve mal y Remus siente que la preocupación le escala en nivel cuando se pone de cunclillas ante él preguntándole que pasa, sin conseguir respuesta.

 

Sigue cubriéndose el rostro, respirando lentamente para finalmente decirle que esta mareado, bajando su mano, respirando profundo y cerrando sus ojos. Es viendo su rostro que Remus comienza a tener una idea de que está ocurriendo.

 

Una vez, en sus viajes a Francia, visitando a la familia de su madre, fueron a recorrer la ciudad los tres juntos, su padre estaba un poco nervioso, consiente de lo que Remus era, sin embargo su madre no escucho peros al respecto, lo tomo a él y su padre y pasaron uno de los días más maravillosos de su vida si su padre (un hombre criado en el clima frio de escocia) no fuera afectado por las consecuencias de un golpe de calor en medio de la noche.

 

Tocando la mejilla de un bonito sonrojo en el rostro de Severus, se encuentra sonriéndole a la vez que niega con la cabeza informándole que parece estar sufriendo de un golpe de calor.

 

“¿Estás seguro que no eres un vampiro?” pregunta divertido recibiendo una mirada cansada del hombre que está apoyado contra el retrete como si su vida dependiera de ello.

 

Esta sudado, huele a enfermedad, el aroma a flores propio de él se ha vuelto más amargo en vez de dulce y Remus aun asi se termina inclinando, acariciando por instinto la cabeza de Severus que solo tiene los ojos cerrados tratando de regular la respiración. Debe ser su imaginación, pero pareciese que el otro hombre se apoya en su mano y el corazón se estruja con ternura.

 

Que es interrumpida cuando Severus vuelve a vomitar.

 

Esto no lo imagino en sus noches más locas, pero se queda junto a él frotándole la espalda y diciéndole que no se está muriendo, que solo tiene poca resistencia al sol, aunque también descubre que Severus es demasiado dramático y algo le dice que eso ya debería de saberlo considerando la ropa que ocupa en la escuela, murmurando que preferiría el cruciatus con Remus poniéndolos ojos en blanco congelándolo.

 

“…Lo siento” murmura bajito.

 

Remus suspira.

 

“No importa”

 

Pero Severus parece estar en otro lado por la fiebre.

 

“Me siento asqueroso y ya de por si te doy asco normalmente…” piensa con tono angustioso que lo congela y le quita el aliento.

 

Es como si le hubieran dado un golpe en el estomago. Abre su boca sin soltar nada.

 

“En cambio tú…me das asco, siempre lo has hecho” gruñe en el rostro de Severus.

 

Remus quiere que lo trague la tierra y no lo deje salir más. Sentirse como una escoria es poco como definición mientras trata de procesar que lo que dijo efectivamente quedo en la mente del hombre a su lado. Es un estúpido, un completo idiota, Severus de por si no es una persona táctil y luego viene Remus y le dice en la cara que le da asco.

 

Después piensa que tiene poca autoestima, él mismo es causante de eso.

 

La culpa que posee en estos momentos amenaza con ahogarlo.

 

Sus ojos se fijan en Severus cubriéndose el rostro cansado, cabello sudado lejos de su habitual brillo, muy cercano al glamour que ocupa, apoyado en el retrete que tiene el contenido de su estomago apestando a acido. Es un desastre, solo puede sentir cariño.

 

“No es verdad…” se encuentra soltando con la garganta apretada en un tono tierno estirando su mano hacia el cabello de Severus acariciándolo atrayendo los ojos color chocolate a los suyos con una fragilidad que lo captura. Él quiere guardar el corazón de Severus Snape y protegerlo del mundo que quiere dañarlo “era solo yo siendo idiota…vamos…a la cama…” anuncia gentil pasando el brazo en su cintura, levantándolo para llevarlo hacia su cuarto volviendo a meterlo en la cama con Severus murmurando algo sobre monitorear los calderos y a los mocosos y Remus se encuentra sonriendo para tocar su frente.

 

Tiene fiebre, demasiada alta, debe bajarla, volviendo a la cocina, donde deja la maleta a un costado, busca algún paño que remoja y deja suavemente sobre su frente comenzando un ir y venir de él remojando el paño, sentándose junto a la cama de Severus para mirarlo moverse de vez en cuando con la cara sonrojada y el sudor brillando.

 

Es unos diez minutos después con él monitoreando que comienza a preocuparse de que quizás Severus esta muy caliente.

 

Metiéndose al armario espera como una persona normal encontrar camisas colgadas junto a chalecos y camisetas dobladas, en su lugar encuentra un caldero brillando con lo que huele a mata lobo. Debió de haberlo imaginado, de alguna manera Severus terminaría transformando un lugar en un laboratorio, deduce entonces que la ropa debe de seguir en su maleta la cual dejo en alguna parte entre la cocina y la sala de estar. Actuando de manera automática se va a su habitación, ubicada al lado, para sacar una camiseta de su armario ignorando esa voz en su cabeza que le dice que es su camiseta, que huele a él, la que va a poner a Severus, puede sentir al instinto del lobo inquietarse y regodearse y Remus lo calla entrando al cuarto cerrando la puerta, dejando su varita en la mesita de noche.

 

“Sev…ey, despierta” dice suavemente con Severus parpadeando totalmente perdido, si esta fuera otra situación Remus lo encontraría divertido, ahora solo actúa mayormente por instinto animal. Un lobo cuidando a un compañero.

 

Ayudándolo a sentar en la cama trata de no pensarlo demasiado cuando le dice que se tiene que cambiar la camiseta porque está toda sudada recibiendo una mirada perdida.

 

Bien…él aviso.

 

Con reticencia, sintiendo su corazón traidor aumentar, trata de no pensar en lo que hace, simplemente estira sus manos agarrando el dobladillo de la camiseta negra de Severus y comienza a levantar revelando la piel pálida y es tan fácil, tan nuevo, la exposición de esta piel que nunca ha visto por la tendencia del hombre a usar camisetas en la playa, que cuando la quita siente que le tiritan las manos y su temperatura corporal esta tan alta, probablemente sonrojado, para un segundo después caer muchos grados bajo cero.

 

“¿Pero que-?” respira inclinándose hacia la espalda de Severus quien parece no entender que esta haciendo cuando Remus simplemente lo gira ligeramente no prestando atención que esta tocando su piel con sus manos, impregnándose ligeramente con el sudor concentrado en otro punto.

 

La espalda de Severus esta repleta de cicatrices blanca, más blancas que su propio tono de pie, alargadas y se le revuelve el estomago con la indignación luchando por salir para preguntarle a Severus quien hizo eso porque tienen sus años, si acaso lo hicieron los mortifagos y el estomago se le cae al piso.

 

¿Acaso…acaso lo hizo él cuando…? piensa horrorizado.

 

Es Severus quien lo trae a tierra frotándose la cara murmurando que esta helado.

 

Sí, eso.

 

Es solo por instinto que deja el tema de las cicatrices para pasar a utilizar unos encantamientos refrescantes, tomar su camiseta con Severus mirándolo confuso.

 

“¿No vamos muy rápido?” pregunta Severus atontado y el cerebro de Remus que ha pasado por tantas emociones lo congela con la camiseta en su mano.

 

Un segundo después su rostro se pone tan rojo que esta seguro que solo sirve para confundir más a Severus.

 

Oh

 

“No-sí, quiero decir, yo-um” tartamudea.

 

¡Concéntrate!

 

El pobre de Severus esta muy enfermo y muy confundido y Remus es muy malo para esto porque de repente su boca tiene vida propia.

 

“¿Tú-tú-tú quieres?” suelta sintiendo que el corazón se le va a salir con la garganta por las obvias implicancias que están cayendo.

 

¡Ni siquiera sabe si están hablando de lo mismo!

 

Y Severus le frunce el ceño irritado para un segundo después ponerse verde y decir que va a vomitar a lo que Remus aterriza sacando un balde que le tiende al hombre que vomita hasta que incluso parece no tener nada más con Remus intentando calmarse y obtener un poco de control sobre su ritmo cardiaco.

 

Tranquilo, tranquilo, él no ha revelado nada, probablemente Severus ni siquiera sabe de que esta hablando.

 

Con el cuerpo completamente sudado, puede notar al fin un grado de lucidez en los ojos oscuros y absolutamente cansado que parpadean perdidos para mirarlo confundido.

 

“¿Me dijiste algo?” pregunto.

 

Remus fuerza una sonrisa tensa.

 

“Nada…olvídalo…solo…ponte la camiseta” suspira colocándole la camiseta a Severus quien mira todo extrañado con una expresión de incomodidad.

 

Un poco más tranquilo, desapareciendo el balde y acomodando las mantas le sonríe suave al slytherin que esta frotándose los ojos. Parece que lo peor ya ha pasado.

 

“¿Quieres comer algo? Te preparare sopa” propone con Severus asintiendo volviendo a recostarse, con Remus arropándolo. Se duerme apenas su cabeza toca la almohada y él sale de la habitación, apoyándose en la puerta cerrada y suspirando sonoramente peinándose el pelo.

 

¿Tú-tú-tú quieres? Se hace burla de si mismo ¿Qué planeaba con eso? ¿Qué pasa si Severus le decía que no? Hubiese sido una buena oportunidad para dejar de lado todos estos sentimientos pero…¿y si decía que sí?

 

¿Y SI DECIA QUE SÍ?

 

Si hubiera dicho que sí ¿Qué hubiera hecho Remus?

 

¿Qué hubiera hecho? Se pregunta una y otra vez y sabe que esta un paso dentro de caer en la fantasía de todo lo que conllevaba Severus Snape.

 

No sabe que necesita para dar el siguiente con los dos pies dentro, pero extrañamente se siente expectante por eso.

 

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Harry miro curioso como Remus le sirvió el desayuno y revolvió la sopa, normalmente era el hombre quien servía el desayuno y Severus el almuerzo, sin embargo lo extraño era que a pesar de los minutos que pasaban Sev no bajaba. Mirando a Remus curioso, le pregunta si Severus no bajara a lo que el licántropo lo mira divertido con ojeras bajo los ojos como si no hubiese dormido nada en la noche.

 

Las cejas de Harry se levantan preocupadas y sorprendidas cuando le dice un “Severus se enfermo durante la noche”

 

“¿Esta bien?”

 

Haciendo un sonido afirmativo le cuenta que hace unas tres horas recién se le rompió la fiebre y pudo comer algo, le envía una mueca que Remus responde levantando las cejas como diciendo “sí…” para servir un plato de sopa con un poco de pan horneado en una bandeja, tiene la clara intención de llevarsela a la cama en un comportamiento que le saca una sonrisa que no puede contener.

 

Remus lo mira con las cejas en alto, si fuera un slytherin de seguro tendría una ceja en alto.

 

“¿Qué?” pregunta.

 

Harry no puede contener su sonrisa.

 

“Nada, es muy tierno como le estas haciendo el desayuno” dice burlándose con Remus mirándolo confundido y después…¿tímido?

 

¿Remus se ve tímido? Piensa Harry anonadado.

 

“No es nada, a ti también te hago el desayuno” debate colocando una cuchara en la bandeja y Harry le responde que a él no le lleva desayuno en la cama con el licántropo diciéndole que eso es porque no estuvo vomitando toda la noche.

 

No puede evitarlo, hace una mueca justo a tiempo que Severus dobla la esquina congelando a Remus con un vaso de agua en sus manos mirando al hombre sentarse en la mesa como si le estuviera preguntando con los ojos que estaba haciendo aquí y no en la cama.

 

“¿Qué?” pregunta Severus. Esta más pálido de lo normal, parece que hubiera bajado dos kilos durante la noche.

 

Las cejas de Remus se levantan, baja el vaso, mira fijamente a Severus hasta que el propio maestro de pociones por primera vez se ve incomodo preguntando si puede comerse eso, mirando la sopa humeante.

 

Remus suspira.

 

“Tengo muchas cosas que decir con que estés de pie, pero viendo que tienes apetito, me conformo con eso” tendiéndole el plato, olvidando la bandeja.

 

Viéndolo comer lentamente Harry toma desayuno notando como Remus monitorea al otro profesor de vez en cuando, intentando infructíferamente ser discreto. No sabe si sentirse divertido o aliviado de que ambos hace un año no podían soportarse y ahora se cuidan mutuamente.

 

Es con ese pensamiento en su cabeza que vuelve el punto de Hermione haciéndolo respirar el vaso de leche llamando la atención de ambos. Tranquilizándolos pretende seguir con lo suyo, pero se encuentra mirando a Remus nuevamente. Hermione creyó que ambos profesores estaban saliendo, ella no lo dudo, y ahora que lo dijo Harry parecía no creer a la conclusión que estaba llegando.

 

A Remus le gustaba Severus.

 

“¡Oh por las barbas de Merlín!” Se le encuentra escapando y ahora si ambos adultos se ven muy sospechosos.

 

“¿Si fueses tan amable de compartir tus pensamientos?” pide Severus con tono muy sarcástico, más de lo usual y Harry cree que el filtro que suele tener durante el día se ha atrofiado de tanto vomitar.

 

Quizás ese pequeño pedazo de auto conservación que ha estado desarrollando es quien le hace concluir que puede estar caminando sobre vidrio muy delgado.

 

“Uh…” nervioso mira entre ambos, aunque sobre todo a Remus que parece cada vez más en pánico siente que el sentimiento es contagioso cuando el miedo irracional de que Severus sepa lo que está pensando toma fuerza.

 

“Uh, Remus ronca” suelta en su lugar a la que el licántropo se ve indignado.

 

“¡Eso no es cierto!” suelta visiblemente avergonzado y Severus mira hacia abajo, hacia su vaso, levantando las cejas, tratando de contener una sonrisa, pero no le resulta ya que esta soltando un “así que roncas, Lupin” y Remus lo mira totalmente desesperado.

 

“¡Eso no es cierto! ¡yo no ronco, Sirius es el que roncaba!”

 

Y Severus se encuentra resoplando la cucharada de sopa que se estaba llevando a los labios, soltándola y cubriéndose la boca como si trata de esconder la risa y Harry lo sabe porque el mismo hace eso, es un hábito adquirido después de intentar por muchos años no hacer un ruido que molestara a los Dursley coincidencia que solo lo hace sentir cálido y cariño hacia su cuidador.

 

Remus por su parte ha pasado de avergonzado a encantado comentando como Pettigrew tendía a soltar gases cuando dormía.

 

Severus se ríe y Harry también se encuentra riendo y pronto Remus también lo hace.

 

Con el ambiente más relajado y Remus repitiendo tranquilo que el NO ronca, haciendo sonreír a Severus divertido por su insistencia, Harry pesa su nuevo descubrimiento tratando de deducir desde cuando es que a Remus le gusta Severus. Cree que es después de la clase de patronum, el hombre le había dicho que era difícil enamorarse, pero quizás ya estaba interesado en Severus después de eso y por eso no correspondía a los intentos de coqueteo de la profesora Charity.

 

Bueno, eso no importa, lo importante es escribirle a Hermione sobre su nuevo descubrimiento. Esta absolutamente seguro que su amiga se volverá loca.

 

“Ya terminé, con permiso” anuncia rápido bebiéndose el resto de un sorbo, poniéndose de pie en la mesa y correr a su cuarto ignorando la pregunta de Remus si no quiere otro trozo de pan y un comentario sobre lo animado que es Harry a esta hora.

 

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Querida Hermione.

Creo que a Remus le gusta Severus y no, no me refiero a tipo amistad, sino a gustar de gustar ya sabes, como le gustaba a la profesora Charity.

Saludos.

Harry.

 

 

Querido Harry.

¿A que te refieres con que al profesor Lupin le gusta Severus? ¡quiero detalles Harry! ¿Cómo es que estas tan seguro? No, ¿estas seguro? ¡cuéntame!

Abrazos

Hermione

 

 

Querida Hermione

Me refiero a que creo que Remus le gusta Severus, quiero decir, lo se, él solo lo mira distinto a todos, no se como explicarlo…como que lo mira mas…arggg es difícil de explicar, es como que no tuviera suficiente con mirarlo. Es raro…

Saludos

Harry.

 

 

Querido Harry.

¡Es sorprendente! ¡no puedo creer que al profesor Lupin le guste el profesor Snape! ¡pero sabia que había algo allí! ¡lo sabia!, estoy segura que nadie se esperaba algo asi, ¿crees que al profesor Snape le gusta al profesor Lupin?

Saludos

Hermione.

 

 

Esa…es una excelente pregunta.

 

Una que Harry tendrá que descubrir.

 

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