Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix

Harry Potter - J. K. Rowling
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Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix
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Las reliquias de la muerte

Lupin no ha dejado de mirarlo desde que volvieron del mar, incluso ahora que esta sentado en la mesa y Severus se encuentra cortando algunas verduras para cocinar la cena. El adolescente en la casa ha ido a darse un baño y solo como medida preventiva le ha escrito a Narcisa indicándole que han salido en un viaje a la playa y que probablemente volverán la otra semana a casa si todo sale bien.

 

Aun tiene una reunión pendiente con Albus para discutir sus próximos pasos con el regreso a la vida pública del señor tenebroso y mucha planificación escolar que llevar acabo por lo que empaco en su bolso no solo los elementos para seguir realizando el matalobos aquí, sino también para seguir corrigiendo algunas notas pendientes y ensayos.

 

Finalmente terminando la cena, ignorando a Lupin toma sus libros y se instala junto al licántropo en la mesa comenzando su propia investigación de aquello que ha tenido pendiente desde el año pasado.

 

El señor tenebroso ha asegurado en más de una ocasión que ha tomado las medidas preventivas para preservarse ante la muerte, eso explicaría porque en el primer año de Harry tomo posesión del cuerpo de ese idiota de Quirrell y en el segundo se presento como una clase de fantasma, sin embargo no tiene indicio alguna de que clase de magia lo ayudaría en tal tarea y puesto que Lupin esta ahí de mirón Severus se propone aligerar su carga dejando una caja de libros en el centro de la mesa, haciendo saltar al licántropo ante el sonido como si estuviese despertando de alguna clase de ensueño.

 

“¿Y eso?” pregunta tomando un par de libros que Severus saca y le entrega.

 

“El señor tenebroso ha sido bastante enfático en que tomo medidas preventivas para no morir, si queremos matarlo necesitamos saber que clase de magia utilizo” explica con Lupin captando el punto y pidiendo si hay algo por lo que deba comenzar “tiene que ser algo que permita la conservación del espíritu o del alma. En el ataque a los Potter su cuerpo fue desintegrado y sin embargo, su espíritu siguió vagando en el bosque de Hogwarts hasta que tomo posesión de un cuerpo” explica con Lupin viéndose bastante perturbado por ello.

 

Asintiendo de acuerdo, sacando su propia pluma del bolsillo y robando un pergamino de Severus comienzan su investigación que continua hasta que Harry sale de la ducha, momento que Lupin anuncia que es hora de la cena y por tanto despejan el lugar para colocar los vasos, cubiertos y platos con Severus sirviendo.

 

La cena del día de hoy es simple, una salsa boloñesa con carne y verduras. Esta tendencia a cocinar solo tomo forma con la venida del adolescente, antes de eso simplemente comía lo que le daban en Hogwarts y ha de admitir que hay algo muy especial en preparar algo que otros disfruten, es un placer distinto a hacer pociones donde normalmente no esta allí como para ver los efectos o la mayoría de las personas no disfrutan de tomarlas por sus sabores. En la comida no pasa, Harry pide otra ración, Lupin le sonríe al adolescente diciendo que Severus los está malcriando a lo que suelta un sonido indignado.

 

“Las comidas de Hogwarts son insípidas al lado de lo que cocinas” explica el licántropo y Severus no sabe como contestar adecuadamente a eso de modo que le dice que no diga tonterías para esperar a que Harry termine su segundo plato.

 

Con el adolescente en la cama, continúan en la investigación, sacan libro tras libro incluso se quedan sin espacio para la clasificación de modo que tienen que trasladarse al piso de la sala de estar, sentados en el suelo separando pilas en “lo que podría ser” “lo que no es” “y eso me sirve para la clase de defensa”.

 

“Oh vaya” suelta de repente Remus. Severus no le presta atención más centrado en el libro actual el cual reconoce como el que le hizo comprar la señorita Lovegood, específicamente, el cuento de los tres hermanos. Es una historia simple, habla de tres hermanos que un día se encuentran con la muerte la cual le concede un deseo a cada uno. Al que quiere ser el más poderoso le da una varita. Al que quiere ver a su amor muerto le da una piedra que le permite interactuar con los fantasmas y al más inteligente que, obviamente era un slytherin porque un ravenclaw no hubiera hecho tratos con la muerte, le da una capa para ocultarse de esta. Todo acaba como podría esperarlo, el que tiene la varita alardea demasiado de esta y es asesinado con el fin de robársela; el de la piedra se acaba suicidando; y el de la capa pues se esconde hasta viejo y finalmente acepta que el destino de todos siempre acaba donde mismo aceptando su inminente final, aunque pasándole la capa a la próxima generación.

 

Capa que por cierto Severus conoce muy bien.

 

¿Podría ser que esta historia tuviera fundamentos reales? Piensa estupefacto escuchando a Lupin murmurar un comentario maravillado que lo hace traer a tierra. Se supone que están buscando como matar a un señor tenebroso, aunque el mismo Severus se ha ido por las ramas, no disfrutando del material de lectura.

 

Sin embargo toda intensión de reprender al lobo se esfuma tan rápido como surgió cuando nota QUE específicamente tiene en sus manos.

 

Su libro de pociones de séptimo y a su costado el de quinto y cuarto. Tira a la basura el pensamiento de donde rayos esta el de sexto para quitárselo de las manos a Remus quien lo mira ofendido un segundo diciendo que estaba leyendo eso.

 

“No sabia que te interesaban las pociones, Lupin” se burla acunando su libro lejos.

 

Remus baja sus manos que parecían sostener un libro invisible para mirarlo y preguntarle que libro usaba para dar sus clases a lo que pone en blanco sus ojos diciendo que obviamente el libro de pociones. El otro hombre toma uno de los de la pila para abrirlo en una pagina al azar que obviamente esta llena de tachones y sus anotación.

 

“¿Estos libros de pociones?”

 

Severus no ve el punto, aunque se siente un poco tímido mirando ese desorden. Son sus rayones estudiantiles, hay cosas bastante privadas allí y sobre todo muy oscuras como hechizos.

 

Ahora que lo piensa no es bueno que se pierda uno de sus libros estudiantiles.

 

“No seas ridículo obviamente sin mis garabatos, ¿a que va el interrogatorio?” enfrenta intentando alcanzar su libro de quinto que es alejado de su alcance.

 

“Es simplemente que encuentro absolutamente incomprensible que des clases con un libro que tu mismo corregiste cuando ¿Qué? ¿eras estudiante?-”

 

“Son conjeturas mías-”

 

“Pero funcionan, eres un maldito prodigio de las pociones, ¿Por qué rayos no has sacado tus propios libros?” pregunta esta vez con decisión detrás de su tono como si fuese alguna clase de pecado mortal que Severus se este rindiendo a la negligencia de enseñar con un material que sabe que está desactualizado.

 

Baja su mano que permanecía en el aire la cual se aprieta en un puño. Siente la ira subirle a borbotones y sabe que no es culpa de Lupin, el otro hombre simplemente quiere saber que pasa por la cabeza de Severus de modo que respira profundo y aun asi, siente que un poco de la emocionalidad se le sale por cada silaba que pronuncia en sus labios.

 

“Cuando salí de Hogwarts nadie quería publicar mis correcciones porque no tenia maestría, cuando tuve maestría ¿adivina que? Nadie quería publicar mis anotaciones porque solo era u aprendiz recién graduado y cuando acabo la guerra, pues nadie quería relacionarse con una persona con un historial delictual en Azkavan” suelta frustrado alcanzando el resto de los libros ignorando la mirada de Lupino, guardando cada libro donde pertenece, dentro de la caja sin que vean la luz del día.

 

Pasan unos segundos más en silencio cuando Lupin suspira haciendo girar un libro en sus manos.

 

“Recuerdo…que hubo un libro que te quitamos y que tenía varias modificaciones y hechizos” dice pensativo con Severus poniendo los ojos en blanco murmurando que después llego a manos de Filius quien le dio detención.

 

Lupin se ve avergonzado. Se aclara la garganta.

 

“Sí, um, solo para que conste, recuerdo que cuando lo vi pensé que era una locura, James y Sirius juraban que debiste haber copiado todo de algún lado ¿los hechizos-?”

 

“¿Eran míos? Sí, fue bastante agradable recibirlos de vuelta” suelta con sarcasmo y los labios del licántropo se ponen en una fina línea mirando hacia abajo y rascándose la nuca.

 

Hace una mueca de dolor para mirarlo unos segundos en silencio hasta que se vuelve incomodo y Severus tiene que preguntarle que mira tanto.

 

“Es solo…” se detiene inclinando la cabeza “pensaba que eres un mago bastante talentoso” confiesa a lo que Severus lo mira con las cejas en alto sintiéndose repentinamente tímido por esto.

 

Resoplando le suelta a Remus que mejor se dedique a buscar información, que con halagos no llegarán a ningún lado a lo que los ojos del lobo redoblan su tamaño para comenzar a tartamudear con expresión avergonzada que no pretendía halagarlo para después corregirse y decir que bueno, si podía ser un halago, pero no tenía intensiones ocultas ni nada parecido y hasta el punto de que Severus solo se encuentra agarrando el libro que tenía en sus manos para empujarlo al pecho de Lupin quien hace un sonido involuntario por el aire sacado de sus pulmones.

 

“¡Me-mejor concéntrate en la lectura!” termina sintiendo el rostro caliente para mirar rápidamente en el interior de la caja buscando algo en lo que centrarse que no sea el rostro de Lupin. No puede ser que se este sonrojando solo porque el idiota se ha enredado con la lengua y dicho cosas que pueden malinterpretarse.

 

Cree que el lobo no volverá a hablar cuando murmura que no comprende.

 

Mirando en su dirección encuentra a Remus leyendo el libro que Severus le empujó, el mismo que la señoría Lovegood le infiltro y que había estado leyendo hace unos instantes. Pone los ojos en blanco ante el interés en su rostro burlándose sobre su gusto en cuentos infantiles.

 

Las cejas de Lupin se levantan sorprendidas.

 

“¿No me digas que no crees en la historia?” Pregunto asombrado.

 

Le da una mirada en blanco que parece duplicar la diversión de Lupin quien cierra el libro, sosteniéndolo con una de sus manos en el aire para agitarlo como si se lo mostrara a Severus.

 

“El cuento de los tres hermanos es real”

 

Severus ni puede evitar resoplar.

 

“¿Hay alguna clase de broma que me estoy perdiendo? No puedo creer que digas eso” suelta esperando que una reacción de vergüenza la cual no viene porque solo obtiene la sonrisa más orgullosa que ha visto en el rostro del hombre lobo que no tenga que ver con sentimientos aversivos hacia su persona.

 

“Severus…no puedo creer que teniendo una capa de invisibilidad en tu propia casa no creas que está historia es real”

 

“Por favor, capas así probablemente se hacen por docena” murmura.

 

La expresión de Remus no baja. El otro hombre se inclina hacia él conspiratorio y de ojos brillantes.

 

El estomago de Severus comienza a aletear.

 

“Puede ser, pero entonces tendrían que existir una docena de varitas de saúco y ambos sabemos que no hay dos varitas iguales”

 

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Estaba un dolor de cabeza en proceso, podía sentirlo comenzando a presionar en sus cienes, puede ser a causa de la hora, también podría ser la cantidad de material que a leído, aunque una respuesta más factible en su opinión es la expresión satisfecha de Lupin por saber algo que Severus no sabe.

 

“Entonces, Grindelwald se obsesiono con esto-”

 

“Busco, Severus” corrige Lupin divertido por su terquedad “busco las reliquias”

 

Severus mira el libro con el ceño fruncido. El objeto había ido a parar al centro de la mesa donde habían vuelto junto a Remus instalándose uno frente al otro con un poco de whisky de fuego servido en un vaso.

 

No lo entiende.

 

“…¿Porqué?” se encuentra preguntando.

 

Lupin parpadea hacia él. Con el licor en su mano, sin rastro de molestia se siente extrañamente íntimo todo.

 

“¿Porqué qué?”

 

Suspirando toma el maldito libro en sus manos.

 

“¿Por qué…alguien buscaría una capa, una piedra y una varita de un molesto libro?” Pregunta ligeramente irritado por no comprender el punto, mira a Lupin, pero el otro hombre solo lo observa con el vaso a medio camino a sus labios que baja para preguntarle porqué cree que alguien no debería de hacerlo.

 

La ceja de Severus se levanta curiosa por el giro del foco a su pregunta.

 

“No comprendo, porque alguien buscaría una capa que te hace invisible y una piedra que te permite ver a los muertos para provocar un cambio en el mundo. Es infructuoso y claramente idealizado” suelta en un arranque “además…no es como que exista una única capa de invisibilidad, Crouch señor había conseguido una para ocultar a su hijo cuando se fugo de Azkaban”

 

La vergüenza se apodera de él cuando ve a Lupin con la boca abierta frente a él.

 

Es solo su desesperación hablando cuando murmura un “La varita no es una mala opción” que hace reír a Remus. Una risa profunda que lo hace alejarse un momento de la mesa para negar con la cabeza como si Severus estuviera demencial soltando que no podía creer que hubiera dicho aquello a lo que le frunce el ceño ofendido.

 

“El que posea las tres en su poder será el maestro de la muerte” remarca al parecer esperando un cambio en su actitud.

 

No ocurre.

 

“¿Y que significa ser el maestro de la muerte?” Pregunta y Remus abre la boca para intentar explicarle, pero no llega a ningún lado porque duda a último minuto como si acabase de darse cuenta de un punto.

 

Cierra la boca.

 

“Bueno…aquello no está especificado” suelta lentamente para sonreírle divertido, reacción que no concuerda con lo que Severus espera, aunque Lupino parece realmente complacido con el punto establecido.

 

Soltando un ligero resoplido, con una sonrisa pequeña, casi tímida, acariciando la portada del libro mira a Severus.

 

“Bueno…claramente Grindelwald puedo conquistar el mundo sin necesidad de una capa y una piedra mágica” concluye con Severus abriendo la boca, pero Lupin no ha terminado “sin embargo eso no quita de el director Dumbledore sea el portador de la actual varita de sauco” informa pillando a Severus desprevenido.

 

No puede evitar hacer eco de aquello con Lupin comenzando a contarle suavemente que en realidad Grindelwald la consiguió primero para ser posteriormente arrebatada por el director, ganándole en un duelo, con quien al parecer tenía una relación de amistad.

 

Tiene que reconocer que no esperaba aquello. Es curioso que la historia tenga artefactos reales. Piensa tomando un sorbo de la bebida.

 

Estirando sus brazos hacia el techo, soltando un gemido de placer que lo congela, Lupin anuncia que de todas maneras se han desviado del tema y que lo más saludable por ahora es ir a dormir.

 

Severus está de acuerdo

 

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