
El camino a tu corazón
Harry sabía que algo estaba pasando, quiere decir, Remus estaba actuando…raro, extraño, su amigo no es propio de actuar así, no es un adjetivo que ocupas con Remus Lupin lo cual influyó también en que todo el mundo se sorprendiera de que era un hombre lobo. Raro es algo…no sabe…propio de Sev.
Sin ofender.
¡Pero Remus no es raro! ¡y ahora está actuando raro!
El hombre lobo primero que todo se afeito y ahora estaba en una extraña…¿amistad? Con Sev.
Harry en realidad está muy confundido, si pudiera le escribiría a Hermione porque algo le dice que ella sabría que rayos está pasando, pero no puede así que solo le queda escribirle a Malfoy y cree que ha alcanzado un nuevo nivel de chisme con el rubio.
Malfoy.
No te escribo como primera opción, pero si como la única que tengo por ahora. Te cuento que Remus ha vuelto a la casa a pasar las vacaciones con nosotros. Anda un poco extraño, no se cómo explicarlo, pero sé que está raro, sobre todo cuando Severus está con él.
¿Tú qué opinas al respecto?
Saludos.
Harry.
Potter.
Primero que nada, gracias por considerarme el premio de consuelo, me siento honrado y por si no lo notaste, lo anterior fue sarcasmo. Segundo ¿a qué te refieres con que Lupin está con ustedes? ¿el lobo se está quedando con el tío Sev? Necesito más detalles y los necesito urgentemente.
Saludos.
Draco
Draco.
Sí, note el sarcasmo y Remus (no el lobo) se está quedando con nosotros por las vacaciones de verano, igual que el año pasado lo hizo para las vacaciones de navidad ¿Qué más detalles quieres que te diga? No entiendo.
Si te digo que se corto la barba ¿sirve?
Saludos.
Harry.
Harry.
Eres un idiota.
Saludos.
Draco.
De acuerdo, Harry estaba muy ofendido con la correspondencia y Severus estaba empezando a mirarlo raro también por recibir tanta.
“¿Qué se traen Draco y tú?” pregunta mirándolo sospechoso con la pluma en su mano y una pila de papeles que llamo como la programación anual de la asignatura “más les vale que no estén planeando nada problemático” amenaza con Remus a su lado en el mismo estado sonriendo mientras escribía.
Harry lo mira ofendido.
“Draco me llamo idiota”
La ceja de Severus se levanta.
Harry lo mira expectante.
Los segundos pasan, ambos se miran desde los extremos de la mesa.
“¡¡¡¿¿NO LE VAS A DECIR NADA??!!” exclama indignado.
Severus aun se ve igual de aburrido que antes.
“Claro…déjame tomar una hoja e impartir una queja” dice lentamente con Harry mirándolo irritado diciendo que de seguro el Malfoy puede sentir su sarcasmo desde donde vive “¡tienes que estar de mi lado! ¡debes apoyarme!” exclama dramático.
Ahora la segunda ceja se ha unido a la primera.
“Oh, sí, claro” suelta con nula credibilidad y motivación. Remus entre ambos resopla, aguantando las risas cuando Harry lo mira resuelto.
Esto no puede ser.
“Yo te apoyo, Harry” dice dulcemente Remus al que Harry mira encantado para lanzarse un rápido vistazo a Severus esperando que el otro hombre entendiera su mensaje de “¿ves? Asi tienes que hacerlo”, pero Sev lo mira como si fuese más una clase de rompecabezas que no entiende.
Harry por tercera vez en el día se siente muy ofendido.
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Remus desearía tener la energía de los adolescentes, en este punto ni siquiera el café le servía. Habiendo bebido las dos pociones, tanto el matalobo como la de pre-sintomatica (como Severus solía llamarla), estaba totalmente listo para afrontar la primera luna llena del mes en la mazmorra de la casa.
Quitándose la ropa, cubriéndose con una manta, espero como siempre solía ocurrir, esta vez sin la posibilidad de ver la luna llena ante la ausencia de alguna ventana, aumentando su ansiedad por no tener idea de cuando ocurriría la transformación. Gracias al cielo, aunque no lo expresa en voz alta, Severus desciende trayendo consigo un par de almohadas y mantas, metiéndose dentro de la jaula donde se las entrega a Remus quien se pone cómodo.
Es con sus sentidos comenzando agudizarse que puede sentir ese delicioso y suave aroma a flores que desprende el maestro de pociones. El olor de la magia del hombre le acaricia la nariz y lo llama, no está preparado para el deseo, tiene que acunarse la boca con la mirada en el suelo cuando un gruñido escapa de sus labios congelando a Severus.
La culpa y la vergüenza lo inundan de inmediato. No quiere que el otro hombre se sienta incomodo, menos crearle una carga o dar lastima o peor, miedo, pero Severus deja todo para preguntarle si todo está en orden con un tono que a primeras suena a sospecha y que a segundas puede entrever la preocupación.
“Sí…solo-” gestualiza sin sentido con la mano “me tiene ansioso no ver cuando sale la luna” admite finalmente y siente su corazón estrujarse con ternura cuando Severus se ve realmente interesado por aquello.
Soltando un “Oh” el hombre de piel palida mira a la pared con una expresión pensativa. Casi puede imaginar a los engranajes en su cabeza pensando en una manera de crear una ventana y Remus se sorprende cuando descubre que cree que Severus encontrará una manera para solucionar aquello.
“No importa, es solo una noche” tranquiliza a pesar de que puede notar que los ojos oscuros no estan satisfechos.
Desea preguntarle si se puede quedar, con Charity no lo dudo, ella estaba interesada en él. Remus estaba abierto a una posibilidad.
Con Severus no es asi por lo que se muerde la lengua y ve al hombre cerrar la puerta marchándose del lugar.
La luna sale, no la ve, pero su cuerpo se transforma rompiéndose, volviéndose a unir en esa apariencia terrible. Solo en medio de las horas espera y espera dormitando, aunque no durmiendo por lo cual siente el ligero aroma floral que se asoma unos metros, abriendo sus ojos para encontrar a Severus asomándose.
El pensamiento inicial es que viene a cerciorarse que Remus este bien encerrado y no haya escapado, pero Severus vuelve cada tres horas y Remus se preocupa un poco cuando finalmente la luna se va junto a la bestia y Severus vuelve a bajar con el mismo aspecto de toda la noche como si se hubiera desvelado para chequearlo. Se dice que Snape no está preocupado por su salud. Está a medio vestir cuando el otro hombre se acerca para preguntarle si está herido en algun lugar con un “¿todo en orden?” buscando con los ojos alguna abrasión.
Remus le da una sonrisa suave.
“Estuvo bien…” responde colocándose la camiseta por encima de la cabeza. siente el peso de una mirada en su cuerpo, sin embargo cuando se fija Severus está ya volviendo el cuarto a la normalidad.
Masajeando su hombro, escucha finalmente a Severus decirle que ha hecho té y Remus siente la sonrisa en los labios cuando se da cuenta que es té de manzanilla. El té que a él le gusta.
El otro hombre debe de darse cuenta que su intento de hacerlo sentir comodo no ha pasado desapercibido porque le dice que se tome su maldito té.
“Me estás malcriando” informa divertido.
Los ojos de Severus se entrecierran.
“Devuelveme el maldito té entonces” ordena y Remus acuna la taza contra su pecho protectoramente para entretención del pocionista.
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El problema de vivir con un adolescente es que pueden ser muy molestos cuando se aburren y eso, es algo que deberían de haberle dicho a Severus antes de meterse en todo esto porque siente que sus nervios alcanzan un nuevo punto cuando Harry se queja por quinta vez en el día de que está aburrido con Severus exhalando con fuerza el aire de sus pulmones, bajando el ensayo que aun está calificando, para dar por cerradas las calificaciones.
“Bueno, hay mucho que hacer aquí, puede sacudir los muebles si tanto te aburres” sugiere sarcástico, aunque más irritado con Lupin resoplando al frente suyo consiguiendo una mirada de muerte.
“Nada, sonaste muy maternal con eso” murmura divertido.
La mirada de muerte se agrava y Harry lo mira absolutamente decepcionado diciendo que eso no es divertido, animandose cuando una idea parece cruzar su mente.
“¡Podriamos cocinar un pastel!” se anima con Severus frunciendo el ceño que se ve obligado a bajar cuando Harry comienza a lamentarse sonoramente que no puede invitar a sus amigos porque no les puede contar de esto y que por lo tanto está TAN solo.
“Ya te escuche” responde irritado Severus con Lupin tratando de no sonreir por la obvia táctica de manipulación.
Poniendose de pie suelta que solo harán un pastel y que acepta porque Draco está en Francia y que, por lo tanto, no lo puede traer aquí para gran entretención de Harry quien le agradece sarcásticamente su consideración.
Severus está reconsiderando la calidad de su influencia en el adolescente.
Personalmente Severus se considera bastante capaz en la cocina, aunque aquella confianza radica mayormente en las comidas de tipo salada, lo dulce no es algo con lo que tenga experiencia más alla de sus galletas de mantequilla porque mayormente necesitan ingredientes especiales y caros que no gastaría voluntariamente, ni en circunstancias normales. Llamando a Dobby solicita un libro de recetas dulces y los insumos necesarios para su preparación.
Eligen una tarta de limón.
“Creo que esto debe ir allí” dice Harry tomando unas partes de la batidora, maquina que para gran vergüenza suya no está familiarizado.
Jugueteando con una especie de varillas las intenta meter en los huecos de la maquina mientras él lee el manual, todo esto con Lupin mirando cómodo y ligeramente divertido desde la mesa con el mismo ensayo de hace diez minutos.
De seguro el lobo cree que son unos idiotas.
“¡Ah! Lo hice” responde Harry mostrándole la maquina con las varillas puestas y Severus renuncia al instructivo lanzándolo a un lado.
No lo admitiría en voz alta, pero siente un poco de pavor mirando la cantidad de ingredientes. Su alivio radica únicamente en las instrucciones escritas, no debe ser tan difícil cocinar una simple tarta, él ha hecho venenos mucho más complejos.
¿Verdad?
Pues no lo es, piensa mirando frustrado la mezcla enegrecida con Harry haciendo una mueca.
Se le quemo el relleno.
Se le quemo el maldito relleno.
¿Cómo es esto posible? ¿Cómo pudo ocurrir esto?
Severus no puede con esto. En las instrucciones decía que revolviendo la mezcla esto no sucedería y no se siente para nada feliz cuando Harry lo mira no sorprendido diciendo que ahora sabe lo que siente cuando las pociones no le resultan con Lupin desde la mesa riéndose.
¿Es esto el karma?
A la mierda.
Odia la maldita pastelería, es lo peor, ¿para qué rayos tienen un instructivo si no sirve? Esto le recuerda a como solia encontrar fallas en los libros de texto de pociones en su tiempo de estudiante.
“Tiene que estar algo mal con esta receta” murmura oscuramente.
“A ver…” interviene Lupin arremangándose la camisa, transfigurando una cuchara en un delantal de cocina rojo con el logo de gryffindor.
Maldito.
“Asi que te dignas a participar” suelta con sarcasmo fluyendo con facilidad por la situación que a Lupin le resfala. El licantropo le quita la olla.
“Bueno, ya que parece no ser lo tuyo” puntua y Severus entrecierra los ojos en su dirección con el lobo devolviendola en algo que lo electrifica y lo pone cosquilloso. Remus llama a Dobby nuevamente pidiendoles que le traiga más ingredientes. Todo esto sin apartar los ojos.
Es solo Harry quien rompe el ambiente preguntándole a Remus si puede cocinar cosas dulces con el licántropo admitiendo que se le dan con bastante facilidad, contándoles que durante su infancia solia preparar distintas mezclas con su madre en su casa de campo mientras su padre salía a trabajar haciendo sonreir al adolescente por lo bonito de la imagen.
Sonriéndole retadoramente, Severus anuncia entonces que está ansioso por ver los resultados culinarios y Remus le sonrie dulcemente invitándolo a terminar sus pendientes académicos mientras Harry y él se encargan de todo el tema.
La tarta resulta ser perfecta.
“¡Esto está genial!” exclama Harry comiendo un bocado acompañado de té que es reemplazado por café para Severus.
Lupin lo mira con una sonrisa retadora en el rostro que se transforma en sorpresa cuando Severus responde diciendo sincero y sorprendido que está deliciosa.
El otro hombre parece no poder creerlo.
Severus solo se lleva el tenedor a la boca sintiendo el rostro caliente despues de unos segundos de su constante atención.
“¿Asi que lo dulce es el camino a tu corazón?” bromea con él levantando una ceja en su dirección explicándole que esto no es propiamente dulce, sino que el limón le da un toque amargo, casi acido que con el merengue resulta agradable. Remus parece aun asi encantado mirándolo de vez en cuando dar mordiscos a su porción e incluso sirviéndole una segunda a pesar de que Severus no la pidió “eres demasiado delgado”
“Suenas como Molly Weasley”
“Molly es una mujer muy sabia. Ten Harry, come un poco más tú también” ordena sirviéndole al adolescente.
Eso no quita que tenga un problema entre manos que arreglar en forma de un adolescente que se volverá a aburrir tarde o temprano.