Ya nadie puede ayudarme

Harry Potter - J. K. Rowling
G
Ya nadie puede ayudarme
Note
Solo para aclarar, yo no he leído los libros ni he visto las películas de Harry Potter, no soy fan y no tengo una comprensión completa de ningún personaje, aunque disfruto de leer historias de este universo. Este escrito solo es para quitarme una espina que me salió al leer otra historia de Severus siendo asesinado por la broma de los merodeadores en quinto año. Sé que Severus Snape no es una “buena persona” en los libros, en la película se puede decir que es “moralmente gris”, mi intención con este texto no es que lo vean con mejores ojos ni nada. Este solo es un ejercicio de escritura para mí.

Estuve entumecido durante mucho tiempo, mi cerebro no podía procesar lo que ocurría, hasta que escuche los gritos de la profesora McGonagall, seguí su mirada a mi cuerpo destrozado, o lo que quedaba de mí, ni siquiera podía reconocer mi rostro. 

 

Dolió.

 

Morir duele, pero la desesperación al darse cuenta de que estás muerto es mucho peor, ¿qué soy ahora?, nada, no soy nada ni nadie, otra trágica historia de Hogwarts, un fantasma más. Morí y a nadie le importara, me echaran la culpa a mí. 

 

Se llevaron mi cuerpo envuelto en sábanas a hacer quien sabe que, el director me vio flotando cerca y me preguntó algo, pero estaba demasiado perdido para prestarle atención, lo último que vi antes de caer en la oscuridad fue la varita de Dumbledore apuntando. 

 

Me desperté en una habitación vacía, lo primero que vino a mi mente fue que deje un ensayo sin hacer, no regrese un libro de herbología a la biblioteca, no guarde mi cuaderno de pociones, no voy a poder hacer mis exámenes y jamás me voy a graduar. Entonces los gritos llenaron todo el lugar, era yo el causante de tan lamentables aullidos, cualquiera confundiría mi llanto con una sierra eléctrica muggle pasando por metal. 

 

— ¡Mierda, mierda, mierda! —Recorrí toda la habitación tratando de calmarme, pero entre más intentaba mis sollozos se intensificaban— ¡Esto es una maldita broma! ¡Es una broma cruel, pero todavía una broma! ¡Me despertaré en mi cama y ellos se burlarán de mí antes de entrar a la primera clase donde me regañaron por llegar tarde! 

 

No sé cuánto tiempo estuve gritando, pero cuando me detuve ya había salido el sol. En algún momento entró el maldito Albus Dumbledore y Minerva McGonagall junto a sus protegidos, solo que no estaba Lupin. 

 

— Severus —Dumbledore habló mientras el resto solo se quedó detrás de él, como cobardes. 

 

— Dumbledore —Con voz ronca le regresé el saludo sin mucho respeto— Que bueno verlos, yo que pensé que te habías olvidado de mí, aunque hasta hace pocas horas estaba vivo.

 

Parecían cautelosos, pero eso no tenía sentido, ni siquiera puedo tocarlos ahora.

— ¿Qué harás? —Mejor dicho, ¿qué me harás?

 

— Severus, me arrepiento profundamente por no haber podido protegerte, esto jamás debió haber ocurrido —Albus alzó sus brazos tratando de calmarme y suspiro— Por eso se me hace muy difícil pedirte lo siguiente, necesito que no le digas a nadie sobre lo ocurrido esta noche, el señor Lupin no tenía idea de la broma que planearon los señores Potter y Black. Si el ministerio se entera de que Remus es un hombre lobo, lo mataran, por favor Severus, mantén el secreto —Al ver que no respondía Albus agrego rápidamente— Pero le aseguro que Potter y Black obtendrán un castigo por lo ocurrido, no dejaremos esto como si nada. 

 

Guarde silencio mientras procesaba lo que el director me había pedido, no pude evitar encontrarlo gracioso y empecé a reír, asustando a los espectadores. 

 

— Yo, claro que acepto Albus —Esto los desconcertó— No podemos dejar que el futuro de este grupo de brillantes, valientes y prometedores Gryffindor sea oscurecido, menos por un asqueroso Slytherin como yo, ¿verdad Minerva? —Seguí sin poder parar de reírme aun cuando las lágrimas escapaban de mis ojos, ni siquiera sabía cómo podía llorar si solo era un alma— Preguntar mi opinión sobre este tema como si de verdad tuviera otra opción aparte de aceptar, es realmente estúpido, Albus. Todos aquí sabemos que debo aceptar por las buenas o simplemente harás que no pueda hablar.  

 

— Severus, me estás malinterpretando, pero realmente no puedo dejar que alguien inocente sea asesinado por…

 

— ¡¿Y yo qué?! ¡¿Yo no era inocente?! ¡¿Mi muerte no significa nada para ti?! —Desesperación se podía escuchar en mi voz dejando a todos impactados. 

 

— ¡Fue tu culpa! ¡Tú decidiste ir ahí! ¡Deja de intentar dañar a otros! —Sirius gritó.

— ¡Señor Black!—Minerva parecía escandalizada. 

 

— Si, si, Black, echa la culpa sobre mí —Dije con voz más apagada— Ni siquiera tiene sentido pelear ahora, estoy muerto ya —Voltee a ver al director— No le diré a nadie sobre mi asesino y tampoco le diré nadie que Lupin es un hombre lobo. Solo quiero que me permitan hablar sin interrumpirme esta vez, quiero decirles unas cosas a ustedes, después de todo no creo que me vuelvan a visitar otra vez. 

 

Dumbledore tenía una expresión inelegible, Minerva parecía estreñida y los dos idiotas me miraban con desconfianza. Después de un rato de miradas estúpidas, aceptaron. 

 

— Lo primero que quiero preguntar es para Dumbledore, el distinguido director, ¿cuál es la razón por la que odias a todos los Slytherin? —Al verlo querer hablar lo interrumpí— No me vengas con una mentira, es de mala educación mentirle a los muertos, toda la escuela sabe que nos odias, que en tu vieja cabeza piensas que todos somos mortifagos locos por la pureza de sangre —Ante eso no pude evitar reírme— ¿Cómo es que todos realmente pueden odiarnos desde el primer día? Aunque solo éramos niños de 11 años. Parece que tienes muchos arrepentimientos, ¿acaso uno de esos es el porqué odias tanto a los Slytherin?, escuche que Voldemort —El nombre me envió escalofríos, pero proseguí— pertenecía a Slytherin, tú en ese momento eras profesor, ¿acaso ocurrió algo durante ese tiempo? ¿Eh, Albus? Veo que no quieres responder, otra pregunta… 

 

Los veo tensarse ante mi mirada. 

 

— ¿Realmente son Gryffindors? —Ninguno pareció entender mi pregunta— Coraje y caballerosidad, son las cosas necesarias para pertenecer a esa casa, si bien son personas valientes, creo que tienen muchas más similitudes con características de los Slytherin, pero claro, hablo de las características que todos creen que tenemos; crueles y egoístas. Porque tú, Albus, estás dispuesto a hacer muchas cosas y a comprometer a mucha gente por el bien de tu lucha, por tus protegidos, por los que crees que merecen ser salvados. De hecho, creo que tu talento para manipular, sería muy apreciado por ese loco. 

 

Antes de que nadie pudiera agregar nada me dirigí hacia Minerva, mirándola de arriba a abajo. 

 

— Tú, profesora estricta, una guardiana feroz, especialmente para los Gryffindors, aunque deficiente para todos los demás. Recibir una mirada tuya era raro, yo era como una decoración más, la suciedad de tus zapatos eran mucho más importante que el “posible” riesgo que corría mi integridad física.

 

Es divertido sacar todo, ¿mis palabras no tienen justificación y mi comportamiento es infantil?, no lo sé, sinceramente ya no me importa. 

 

— Ahora sigamos con uno de los idiotas, Black —Lo vi estremecerse, ahora entiendo por qué le gustaba ser el que hablara, tienes una especie de poder sobre la gente que diriges tu veneno— No puedo decir que tu actuación fue sorpresa para mí, no como Minerva y Albus, de ellos mi yo de 11 años estaba totalmente ilusionado por lo que representaban, pero tú, desde tu apellido hasta tu primer saludo ya me decían quien serias. Ahora no puedes negar de donde vienes, ¿o si Black? 

 

Flote hacia él con una gran sonrisa en mi rostro. 

 

— ¡Felicidades por tu primer asesinato y lo mejor es que fue de un mestizo!, de forma inintencional, pero asesinato a fin de cuentas. Ahora tu familia se sentirá orgullosa, de hecho Bellatrix sentirá envidia de ti. 

 

A Black parece que no le sentó bien lo que dijo, salió disparado a intentar atraparme, pobre idiota, Potter como su buen amigo lo detuvo, eso me hizo prestarle atención por fin. 

 

— Ah… Sabía que me estaba olvidando de alguien, aunque no puedes culparme, cuando no estás haciendo un escándalo te vuelves un poco intrascendente. Me gustaría decirte algo tan elaborado como a los demás, pero no, solo recuerda que la valentía puede llegar a ser egoísta, lo que tanto dices repudiar. No sé que más decirte, te odio, bueno, realmente odio a todos ustedes, me gustaría hacerlos pasar por lo que he pasado, que lloren, que se pudran por dentro hacia afuera y que ni siquiera tengan descanso en la muerte. Pero tranquilos, yo no haré nada. 

 

Después de eso todos se fueron. Me quedé junto a la ventana, mirando el pasar de los días y los cambios de estación, creí que experimentaría alguna especie de crisis por la soledad, pero me di cuenta de que ese sentimiento ya era parte de mí. Antes podía haber estado rodeado de mis compañeros de clase o maestros, pero nunca sentí esa calidez, siempre hubo una barrera entre los demás y yo, hasta con Lily, probablemente fue mi actitud que no me permitía ser parte de nada. Me he tomado este tiempo para pensar, pues no tengo mucho que hacer, de hecho me di cuenta de lo idiota que fui por ese enamoramiento, ni siquiera sé si la amaba realmente o era más dependencia y miedo; un niño con padres negligentes conoce a una niña que al igual que él se siente fuera de lugar, con ella puede hablar sobre un mundo mágico y lo hace sentir especial tener alguien que lo mire, este niño se cautiva por la amabilidad de ella que otros no suelen tener con él, luego llegan a Hogwarts donde ya no es el centro de atención de esa niña y solo puedes sentir miedo que se convierte en enojo. Quisiera poder volver en el tiempo para remediar todo, pero este no es ningún libro de fantasía con final feliz y yo no soy ningún héroe literario.