
El espejo Oesed
Luego de terminar un abundante desayuno en el gran comedor, en el cual solo se encontraba una sola mesa, debido a la poca cantidad de estudiantes para Navidad. Los tres se fueron a la habitación ‘necesito’ (recordatorio, debían encontrarlo un mejor nombre para el futuro) “Podemos usar esta capa para entrar a la sección prohibida de la biblioteca” dijo Harry sacando de su túnica la capa.
“Sí, pero debemos quitarles el pase a los niños de quinto de Slytherin, en primer lugar” comentó Ron “Draco puede entrar a su habitación con la capa para robar los pases, puede conseguir tres y así nosotros podremos revisar cada libro” Luego de acordar cada paso de su plan los niños, salieron de la habitación ‘necesito’ para ir a jugar con la nieve, en el transcurso pudieron ver a la profesora McGonagall, a quién saludaron y le desearon Feliz Navidad. La pasaron formando muñecos de nieve y jugando de nuevo una guerra de bolas de nieves, hasta que se fueron a almorzar. Luego del almuerzo, fueron a la biblioteca para avanzar con su tarea en Astronomía y en el camino se encontraron con el profesor Flitwick para que les resolviera una consulta sobre un ensayo. Eso era lo malo de dejar todo a última hora, solo le quedaban algunos días para que acabara las vacaciones y todavía le faltaban como 3 ensayos.
La cena de Navidad estuvo compuesta por varios pavos asados, patatas cocidas y asadas como plato principal. Además de varios huevos sorpresas. Draco vio como sus amigos disfrutaban de la comida, sin embargo, aún sentía un ligero molestar al ver la comida y sentir los aromas, así que se concentró en su cena que consistía en una sardina ahumada con manzana verde y tomate seco. Era más comestible para él, en estas semanas se había dado cuenta que solo podía comer pescados o mariscos, las demás carnes su estómago lo rechazaba, aunque estuviera cubierta de salsa de manzana. Esta situación le preocupaba. Tanto a él, como a sus amigos y al profesor Snape.
De postre sus amigos disfrutaron unos pudines de Navidad flameantes, y él comió una tarta de manzana que estuvo delicioso. Así los tres se levantaron de la mesa satisfechos y con varias sorpresas navideñas. Pasaron un agradable momento con los hermanos mayores de Ron, mientras jugaban de nuevo con la nieve y luego iban a la sala común de Gryffindor para jugar el ajedrez mágico. Cuando ya era tarde en la noche, Percy estaba ya mandando a Draco a Slytherin, pero en ese momento apareció la profesora McGonagall.
“Solo porque es Navidad, le he dado este permiso especial al joven señor Malfoy a que se quede a dormir esta noche con sus amigos” dijo la profesora, quién no se había resistido a la mirada triste de Draco al mencionarle que estaba pasando esos días completamente solo, porque sus compañeros de cuarto de Slytherin se habían ido a su casa para Navidad. “Por favor, vigílalos para que no se metan en problemas” dijo la profesora al prefecto Weasley, quién asintió y quedó con una mirada decidida como si le hubieran dado la misión más importante de su vida, haciendo rodar los ojos de los menores.
Los tres se fueron a descansar a la habitación de los dos gryffindors, pero levitaron dos colchones para ponerlos en el piso y que puedan dormir juntos. Harry tuvo la idea de hacer un fuerte de frazadas (Harry estaba muy emocionado, dijo que nunca había hecho esto antes), en este caso juntaron algunas sillas y cofres para poder poner las frazadas encima, así los tres se acostaron y Weasley empezó a contar diversas anécdotas con su familia, varias de ellas graciosas por culpa de los gemelos. Draco contaba algunos cuentos de magos que el profesor Snape le contaba, y Harry contaba cuentos de hadas que había escuchado que le contaban a su primo. Cuando era casi medianoche, Harry se preparó para su aventura en la biblioteca. Solo él debido a que Draco solo pudo obtener un permiso.
Mientras Harry se ponía la capa de invisibilidad en ese momento volvió a entrar Percy, que entraba cada cierto tiempo para checar a Draco “Malfoy” dijo entrando a la habitación dejando la puerta abierta, siendo aprovechado por Harry para salir.
“Aquí estoy Prefecto Weasley” dijo sacando su cabeza rodando los ojos y muy cansado, porque ya era la cuarta vez en la noche que entraba. El Weasley solo lo miró y asintió para salir de la habitación. “Seguro vendrá de nuevo en 20 minutos” dijo Draco a Ron quién asintió, un poco cansado.
“Si, Percy es muy aburrido. Es capaz de estar despierto toda la noche solo para seguir molestando” dijo fastidiado Ron. “Solo por esto tú no fuiste a la biblioteca, aunque seas el más rápido tanto en correr como el leer” empezaron a jugar de nuevo ajedrez mágico, siendo Ron siempre el ganador. Pasó un largo tiempo sin que Harry regresara “Me estoy empezando a preocupar” dijo Ron y en ese momento entró de nuevo el prefecto revisando que no estuvieran causando revuelo, Draco volvió a sacar su cabeza del fuerte de sábanas. Cuando se fue el mayor, Harry apareció.
“Harry, ¿Qué pasó? Te tardaste más de lo necesario” dijo Draco mientras se hacía a un lado dejando entra al niño.
“Encontré un espejo, cuando intenté regresar aquí, estaba ocultándome de Snape y Flich, debido a que Peeves empezó a gritar cuando me vio en la sección restringida, alertándolos” dijo mientras se acostaba “En ese espejo pude ver a mis padres, me gustaría que los vieran” se veía emocionado y feliz.
“Podemos ir hoy en la noche a ver” Ron mencionó mientras lanzaba un bostezo, debido a que ya era de madrugada, ante el asentimiento de Harry empezó a acostarse para prepararse a dormir.
“Entonces ¿Es un espejo que te hace ver a tu familia? ¿Pudiste encontrar algo sobre Flamel?” preguntó Draco.
“No sé si es solo a la familia, porque también vi…” se sonrojó “En la noche lo averiguamos, y sobre Flamel no pude encontrar nada.”
“Pero ahora debemos regresar el permiso, para que no se den cuenta los Slytherin” mencionó Ron, mientras Harry empezó a revisar en sus bolsillos desesperadamente “Lo tienes, ¿no?” ante la negativa del niño se asustaron “Esperemos que piensen que se le cayó, todo es suerte, pero ya debemos dormir” dio un último bostezo antes de cerrar los ojos. Draco decidió imitarlo y se acostó a su lado cerrando los ojos, pudo sentir a Harry ponerse a su otro lado. Y los tres se fueron a dormir.
A la mañana siguiente, cuando terminaron de desayunar los profesores no permitieron que los alumnos se retiraran. “Hemos sido informados de que a medianoche la sección restringida de la biblioteca fue invadida” comenzó Dumbledore, quién tenía a su lado a Flich con una mirada engreída “Además que el día de hoy, un alumno de quinto año nos ha confirmado que se le ha perdido su pase para el uso de esta sección de la biblioteca” De esa forma los alumnos fueron divididos para ser interrogados sobre este suceso por los profesores, siendo Draco el más señalado por parte de Flich (todo esto ante la negativa del profesor Snape) porque decía que no había otro alumno que pudiera entrar a la sala de Slytherin y robar el pase (se creía que era robo, porque alguien entró a la sección con ese permiso falso, según Pevees, quién buscaba ver el mundo arder).
Los tres amigos fueron juntos interrogados, frente a los tres estaban la profesora McGonagall, el profesor Snape y Flich (quien era el que estuvo persiguiendo al infractor). “Entonces, ¿Qué estaban haciendo después del desayuno del día de ayer?” comenzó Snape mirando a los niños, pero su mirada intimidante estaba puesta en los dos gryffindors.
“Debemos planear todo. Primero debemos tener una cuartada, hoy vimos a esos niños entrando a la sección restringida, siempre van luego del desayuno. Lo más probable es que se queden ahí una hora más, y vuelvan el día de mañana a la misma hora. Así que cuando ellos dejen sus cosas en Slytherin, nosotros iremos a las afueras del castillo, pasando frente a la profesora McGonagall, quién siempre está revisando esos pasadizos, para que vea que nos dirigimos al lugar que nos vio jugar la otra vez.” Dijo Ron y los niños asintieron.
“Estábamos fuera del catillo, jugando con la nieve. La profesora McGonagall nos vio salir” comenzó hablando Draco, debido a que Snape parecía agradarle más. “No regresamos hasta que la profesora nos mencionó que debíamos darnos un baño porque iba a comenzar el almuerzo, y fuimos a la torre Gryffindor”
La profesora afirmó todo lo dicho. “En la tarde, ¿Qué estuvieron haciendo?”
“Para la coartada de la tarde, debemos hacer lo posible para que la mayoría de los profesores nos vea, podemos ir a la biblioteca o con un profesor. Cómo hemos dicho, Draco será el señalado, debido a que es el único que, aparte de los de quinto año, es capaz de entrar a la sala común de la casa de las serpientes”
“Luego de comer, fuimos a la biblioteca para hacer el ensayo de Astronomía y además nos encontramos con el profesor Flitwick para que nos explicara sobre el ensayo que dejó para las vacaciones” habló ahora Harry, al ver la mirada acusadora de Snape se encogió “Pueden preguntarle a Madame Pince o al profesor, estoy seguro de que afirmarán lo que dije” susurró lo último, intentando verse lo más inocente posible.
“¿Y en la noche? Tengo entendido no fuiste a Slytherin” dijo desagradablemente Flich a Draco. Él estaba seguro de que Draco era el culpable de todo.
“Como la profesora McGonagall nos ha dado el permiso de que Draco durmiera en las habitaciones de Gryffindor el día de hoy, ese sería nuestra cuartada de la noche. Con el pase podemos escabullirnos a la biblioteca, como Draco mencionó la biblioteca tiene una alarma en los libros por lo cual es necesario tenerlo para que podamos leerlos”
“En la noche tuvimos los tres una pijamada” hablo Ron y al ver a sonrisa siniestra del Flitch continuó “La profesora McGonagall le dio permiso a Draco para que se quede a dormir con nosotros, y además que mi hermano nos estuvo vigilando toda la noche”
“¡Pero…!” estaba levantando la voz Flich de frente a Draco, siendo detenido por una mirada por Snape, cuando iba a continuar la puerta se abrió por Hagrid.
“La profesora Sprout encontró al responsable” entró con una sonrisa tímida. Logrando con eso que todos salgan del salón, los tres niños se miraron con duda porque no sabían a quién estaban inculpando.
Cuando regresaron al comedor pudieron ver a un niño de cuarto o quinto año de Hufflepuff, tenía cabellos castaños, piel clara, ojos grises oscuro y era guapo, muy guapo, el niño seguía hablando con la profesora, su jefa de casa “Acabo de encontrarlo en la mañana profesora, cerca de la biblioteca, atrapada a los pies de una estatua. Yo no lo he robado. Se lo aseguro” decía asustado. Los profesores se quedaron a hablar con el niño y los despidieron a todos los demás.
“Ok, me siento un poco mal por el hufflepuff” decía Harry mientras miraba la puerta del comedor que fue cerrada en su cara gracias a Snape “¿Creen que lo expulsen?”
Draco sacó su varita se señaló a él y luego a sus amigos “Auris magna” y empezaron a escuchar la conversación de adentro. Podían escuchar como la profesora Sprout defendía a su alumno a capa y espada, diciendo que era un buen estudiante y que le creía que este había encontrado en el pasillo. Hubo una pequeña discusión, pero como ninguno había tenido antes un problema con el señor Diggory, decidieron creer que lo encontró y tal vez al alumno que se le perdió el pase solo se le había caído y no se lo habían robado. Al final no hubo castigo, pero sí una advertencia. Cuando vieron que no iba a pasar a mayores se fueron rápidamente.
“Que bien que no fuimos inculpados” dijo Ron muy emocionado mientras iban a la sala común de gryffindor, muy sacado de la pena.
“Lo bueno es que todo estaba completamente planeado por ti Ron” Draco pasó su brazo por el hombro de Ron.
Harry puso su brazo por el otro hombro “Si amigo, gracias a ti McGonagall no pudo ver a Draco escabullirse a Slytherin ayer en la mañana con la capa de invisibilidad, mientras lo tapábamos jugando. Con el ruido que hicimos ella siempre creyó que estábamos ahí los tres”
“Si, y aunque no encontré todos los pases. Al menos pudimos seguir con el plan.”
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En la noche, a la hora acordada Draco salió de Slytherin, al salir y dar unos pasos, frente suyo aparecieron Ron y Harry que se bajaban la capa de invisibilidad, los dos niños le hicieron una señal para que entrara a la capa y así comenzaron su caminata al cuarto del espejo.
Estuvieron caminando por un largo tiempo, parecía que Harry había olvidado el camino “Estoy congelado. Olvidemos esto y volvamos” se quejaba Ron.
“Harry, ¿Cuánto más falta?” Draco le preguntó cerca de su oído, estaba cansado. Por la pijamada que tuvieron se fue a dormir muy tarde y aún tenía sueño.
“Es por aquí” decía Harry, cuando de un momento se detuvo para luego empezar a caminar más rápido, haciendo acelerar a sus amigos “Es allí, justo ahí” al abrir la puerta, Harry corrió hacia el espejo. “¿Ven?” Draco negó la cabeza y vio que Ron también lo hizo. “Acérquense, póngase aquí” dijo señalando el sitio dónde está parado.
Ron fue el primero en ponerse frente al espejo “Mira, soy más alto. Además de capitán de Quidditch y estoy levantando la copa de las Casas y la copa de Quidditch” dijo emocionado mirando su reflejo.
Draco lo empujó con una sonrisa “Es mi turno” al ver su reflejo se quedó en piedra mientras su sonrisa iba desapareciendo, era algo que había estado suprimiendo muy dentro suyo. Podía ver a cinco lobos acurrucados entre ellos mismo, transmitiéndose calor y a veces lamiéndose entre ellos, su respiración se volvió cada vez más superficial, pero al ver las miradas preocupadas de sus amigos empezó a calmarse, intento transmitirse una falsa calma. Aquí no. Aquí no debía perderse “Me veo a mí junto con Lesath y mis padres, ellos abrazándome” soltó lo primero que se le vino a la mente y se retiró del espejo. Ron asintió a su explicación, pero Harry se acercó y lo vio preocupado.
“¿En serio estas bien?” dijo agarrando su mano lentamente. Draco solo le apretó la mano levemente y volvió a asentir.
“Si Harry estoy bien” no soltó su mano hasta que lo dejaron en la puerta de Slytherin y se despidieron.
Cuando entró, Draco volvió a sentir como se le iba el aire y el suelo empezaba a estar inestable, por ese motivo se fue al suelo, necesitaba sujetarse de algo, sentirse todavía en tierra, abrazó sus piernas y ocultó su rostro en ellas.
Sentía que el salón se empezaba a ser más pequeña cada vez, presionándolo poco a poco. Podía sentir las sombras de personas acercándose a él, gritándole, amenazándole. Odiándole.
El aire empezaba a desaparecer.
Sentía que lo ahogaban, que le apretaban el cuello. Quitándole el aire.
Las lágrimas empezaban a fluir por sus mejillas. Estaba asustado, ver a esos cinco lobos en ese espejo lo hizo ver algo que nunca iba a volver a tener. Que nunca los iba a volver a ver en toda su vida.
Odiaba la vida. Odiaba todo.
Quería morir. ¿Por qué no se murió con ellos?
¿Por qué tuvo que vivir?
¿Por qué yo?
¿Por qué no ellos?
Todo era injusto. Ellos merecían más vivir que él.
Él no merecía vivir.
Deseaba morir.
“Draco” escuchó una voz lejana “Draco ¿me escuchas?” podía sentir una mano en sus hombros, pero no quería pensar en nada.
“Por favor, Draco” sintió algo pasando por sus mejillas y una mano levantándole el rostro.
Al fin pudo ver a Snape, que tenía una mirada preocupada en su rostro mientras le limpiaba las lágrimas “Profesor” su voz se escuchó entrecortada.
Vio como el profesor levantó los brazos, como queriendo abrazarlo, sin embargo, en medio camino se detuvo. Pudo ver la duda en su mirada debido a que Snape sabía que no le gustaba el tacto repentino. Pero esta vez lo necesitaba, necesitaba sentirse en tierra, que no estaba flotando en la deriva, perdiéndose en el mundo. Se lanzó a los brazos abiertos del profesor y lloró en su pecho.
El profesor primero se tensó, pero luego lo abrazó sobándole la espalda “Puede ser que te sientas perdido Draco, pero quiero sepas que siempre estaré contigo. No te dejaré, cuando te sientas solo yo estaré contigo” dijo. Draco empezó a respirar al ritmo del profesor, empezó a calmarse poco a poco por las palabras de consuelo que seguía diciendo el profesor. Se sentía querido. ¿Así se siente el abrazo de un padre? Pensó antes de quedarse dormido, en el confortante abrazo del profesor Snape.
A la mañana siguiente se levantó en su cama, estaba arropado y al lado suyo estaba su peluche. Cuando se sentó pudo ver a Snape en una silla descansando, parecía que se había quedado dormido ahí. Cuidándolo.
Se sintió feliz.
Se sintió querido.
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Habían pasado dos días y Harry parecía obsesionado con el espejo, estaba empezando a preocuparse junto a Ron.
Había escuchado como Ron intentaba frenar que siga yendo, pero Harry se enojaba cada vez más con ello. Pero también él debía evitar que vaya “Harry, no creo que sea saludable. Mira las ojeras que tienes. No has dormido bien por ver ese espejo” decía Draco mientras sobaba las ojeras que empezaban a formarse en su amigo, para luego tomar su mano.
“Pero quiero ver a mis padres Draco” dijo un poco enojado Harry, sin soltarse de su agarre. “Los quiero ver”
“Lo sé Harry, necesitas verlos con desesperación porque nunca lo habías visto antes. Pero, estás dejando de lado la realidad, tu vida.” Empezó a jalarlo para ir donde Hagrid, iban a pasar la tarde con el medio gigante “Estás haciéndote daño, no has comido, ni dormido, no te has bañado y has estado en el espacio estos días. Eso es peligroso para tu salud. Estamos preocupados”
“Si amigo, te está consumiendo” comentó Ron
Con un suspiro de resignación Harry los miró “Tal vez tengan razón, pero son mis padres. Nunca los había visto.” Harry los miró, y tal vez pudo ver la preocupación en el rostro de sus amigos, porque se resignó “Hoy, hoy es la última vez, al menos quiero despedirme” dijo con lágrimas en los ojos. “Quiero decir adiós, quiero despedirme, porque nunca pude” Para luego ser abrazado. Cuando se calmó tocaron la puerta de Hagrid y el medio gigante les ofreció un té junto con unos pasteles de roca, que por Draco le agregó algunas manzanas para que este pueda disfrutarla. El niño se lo agradeció y le dio una mordida y aunque fue duro pudo comerlo, a diferencia de Harry y Ron que no pudieron masticarlo sin tener que romperse los dientes.
Mientras desayunaban al día siguiente, Harry les comentaba que el director lo había descubierto frente al espejo. “Es el espejo Oesed, nos muestra el deseo de nuestro corazón. Y el director Dumbledore me dijo que iba a ser retirado hoy.”
“¿Pudiste despedirte?” dijo Ron.
Harry tuvo una pequeña sonrisa rota “Sí, pude despedirme. Lo necesitaba” se le notaba triste, pero con ganas de seguir avanzando, al fin no estaba atascado. Draco puso su cabeza en su hombro y Ron le dio una pequeña palmada en su espalda. Continuaron desayunando.