Conversaciones en la biblioteca

Harry Potter - J. K. Rowling
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Conversaciones en la biblioteca
Summary
Una conversación entre Hermione y su antiguo profesor. Una conversación que Remus ya había tenido hace muchos años con una joven Lily Evans.O donde Remus y Hermione hablan de lo que significa pertenecer a una casa desde los 11 años y la valentía que se demuestra no al ser un gryffindor, sino con nuestros actos.
Note
En "Verse Reflejados" aparece una conversación entre las ovejas negras de sus respectivas familias: Draco y Sirius; así que aquí está la conversación que faltaba entre Remus y Hermione, quienes también se pueden ver reflejados el uno en el otro.

Remus llevaba viviendo en el número 12 de Gimmauld Place varios meses ya, casi un año, mientras que la Orden buscaba los horrocruxes para poder vencer definitivamente la guerra. A lo largo de este tiempo se habían ido sumando refugiados de la guerra en la espaciosa casa de los Black. Junto a él y Sirius ahora vivían Harry, Hermione, Ron y todos los Weasley. Además, las reuniones de la Orden se realizaban allí, por lo que en ocasiones el número de huéspedes aumentaba durante un par de días.

Durante este tiempo habían sido muchas las mañanas en las que Remus visitaba la biblioteca y ya conocía la manera en la que se organizaban las secciones de géneros en los diferentes pasillos y la estantería donde la querida familia Black guardaba los libros sobre cómo torturar a un muggle o la historia de aquellos que traicionaron a su sangre.

Obviando estos libros, el resto de la biblioteca era una de las partes favoritas de Remus sobre esa casa. Más bien la única y, por ello, no podía esperar el momento en el que, ya pasada la guerra y el sufrimiento, él y Sirius se fueran a vivir a otro sitio. Quizás a una cabaña en mitad de una montaña a la que Harry podría volver siempre que quisiera. Él mismo comenzaría a comprar libros para crear su propia biblioteca.

Mientras tanto, tenía aquellos libros y un hueco en una ventana donde siempre le gustaba sentarse porque podía ver el jardín y a todos los que paseaban por allí.

Esa mañana, sin embargo, cuando entró vio que su pequeño lugar estaba siendo ocupado por la única otra persona que encontraría leyendo tan temprano en esta casa y a la vista de todos. Sabía que a Sirius le fascinaba leer, pero tal y como lo hacía en Hogwarts, lo mantenía tan en secreto como si en lugar de leer se tratara de robar.

Hermione, en cambio, leía tanto o más que Remus.

-¡Oh! Buenos días profesor no le había oído entrar.

-Buenos días Hermione. Y por favor, deja de tratarme de profesor. Hace tiempo que no lo soy. Puedes llamarme Remus –Había tenido esta charla ya con los chicos y, aunque al principio les resultaba extraño llamarlo Remus, después de tanto tiempo viviendo bajo el mismo techo todos eran lo suficientemente cercanos como para tratar al antiguo profesor Lupin como a un adulto normal. Todos menos Hermione, a la que llamar a su profesor favorito Remus le seguía pareciendo tan descabellado como la primera vez.

Remus vio que estaba leyendo Historia sobre los fundadores de Hogwarts y supuso que había venido aquí a trabajar en lo mismo que él: los horrocruxes; así que se sentó en frente de la chica, también en la ventana y comenzó a leer uno de los libros que tenía apilados en la mesa de al lado: La vida de Rowena Ravenclaw, el comienzo de una casa.

Entre capítulo y capítulo comentaban las impresiones que tenían del autor, las ideas más importantes o pequeños detalles que consideraban relevantes para su búsqueda. Leer de esta manera le recordaba a Remus a su vida en Hogwarts cuando pasaba largas tardes en la biblioteca estudiando con Lily o cuando se encerraban en la habitación los cuatro amigos la semana de exámenes finales rodeados de pergaminos, pociones, libros de texto y hechizos.

-Es curiosa, ¿no? La distribución en las cuatro casas me refiero –Rompió el silencio la joven bruja al finalizar el último capítulo de su libro.

-¿En qué sentido? –Remus le preguntó no pudiendo evitar la anticipación en su tono de profesor cuando sabía que un alumno tenía una gran respuesta que dar. En su caso, él mismo tenía fuertes opiniones sobre dicha distribución en casas.

-Porque se hace a los 11 años y, solo por eso ya tendría que suscitar en muchas personas dudas sobre su fiabilidad. Es decir, yo no soy la misma persona que a los 11 años –Hermione comenzó su discurso apasionadamente, pareciendo que se trataba de un tema que había rondado por su cabeza mucho tiempo. Remus suponía que así era –Y ya sé que el sombrero no te selecciona solo dependiendo de tus rasgos de personalidad, sino que también tiene en cuenta los pensamientos de la persona, pero aun así no me parece un buen método.

-Yo estoy de acuerdo contigo, siempre lo he pensado. ¿Sabes que casi me selecciona en Ravenclaw? –Si hubiera sido así, Remus no hubiera tenido los mismos compañeros de habitación y, bueno, toda su vida sería completamente diferente. Es curioso como un sombrero te marca para siempre, como un lobo o como una cárcel.

-A mí consideró enviarme a Slytherin –Hermione dice esto con la voz muy pequeña, como si le diera vergüenza –Aunque luego detectó que era hija de muggles y obviamente no podía ir a esa casa.

-¿Slytherin, eh? –La sorpresa se refleja en los rasgos de Remus –Harry también, ¿verdad?

-Sí, él también. Pero esa es la cuestión. Yo creo que todos tenemos rasgos de las cuatro casas. Me parece un sistema demasiado simple para lo complejas que somos las personas, ¿no crees profes…Remus?

-Estoy completamente de acuerdo contigo. Además, no sé en estos últimos años, pero en mi época en Hogwarts se exaltaba demasiado la pertenencia a las casas, la competitividad. Como alumno incluso me parecía bien, pero cuando fui profesor me di cuenta de que no es la situación idónea en la que educar a jóvenes tan impresionables.

-Segrega a las personas –Hermione se encoge de hombros cuando dice eso y mira hacia la ventana porque hay alboroto fuera en el jardín. Parece que Harry y Ron, que habían salido a jugar un rato al Quidditch, han parado de inmediato y que Kingsley ha salido a ver qué sucedía. 

-¿A los hijos de muggles, no dejándolos entrar a slytherin?

-No solo eso. Es como si todo el mundo tuviera que comportarse de acuerdo a su casa. A veces no sé si soy una gryffindor porque soy valiente o soy valiente porque eso es lo que se supone que debo ser.

-Yo creo que todos los que estamos aquí luchando por lo que creemos que está bien somos valientes.

-En Slytherin también se siguen esas normas. Se supone que los niños de esas familias son ambiciosos y solo se preocupan por ellos mismos. Se supone que deben odiarnos al resto y cuando a un niño de 11 años le dices que ha entrado a una casa donde la gran mayoría son malos, son odiados y deben, por tanto, odiar también, es difícil que el niño de 11 años crezca sin convertir esos valores en los suyos propios.

Hermione ha dejado de hablar para que Remus la escuche y ahora parece que divaga en una conversación con ella misma.

A través de la ventana ambos pueden ver como el revuelo de hace un rato era porque Draco Malfoy había conseguido entrar a los alrededores de la casa aun a pesar de las barreras mágicas que se habían construido y ahora las estaba reforzando con ayuda de Kingsley. Esa noche había reunión de la Orden y los miembros iban llegando a lo largo del día.

Draco acostumbraba a llegar tan temprano como pudiera, aunque eso solo significase disputas con Harry y Ron a lo largo de toda la mañana. Remus ya se estaba preparando para los gritos e insultos que se oirían a la hora de la comida.

-Es muy admirable lo que está haciendo Draco –Hermione deja de mirar a la ventana para volver a mirar a Remus, que quiere hacer entender a la joven bruja el valor de lo que está haciendo el slytherin. Los libros que estaban leyendo han sido olvidados hace ya un rato –Cuando Lily me preguntaba por qué era amigo de James y Sirius yo me solía reír. Ella y yo éramos iguales en tantas cosas, prefectos, buenos alumnos, responsables; que no podía comprender que mis amigos fueran, bueno, los gamberros del colegio –La nostalgia se escapa entre las palabras de Remus, no la puede contener cuando habla de su mejor amiga, incluso tantos años después.

-Sirius le ha dicho a Harry que las ideas de las grandes bromas siempre eran tuyas –La sonrisa traviesa de Hermione delata la gracia que le hace imaginarse a su profesor en esa situación.

-Sirius dice muchas tonterías, no le hagas caso ni a la mitad de lo que os diga. El caso es que un día le dije a Lily lo mismo que te voy a decir a ti hoy Hermione. Y, a veces, me daba la sensación de que a partir de ese día Lily miraba con otros ojos a James. James y Sirius eran mis amigos, eran personas en las que confiaba porque, a pesar de no ser como Lily y como yo, hijos de muggles, estaban de nuestra parte.

-A ellos no les afectaba directamente como a vosotros… como a nosotros –Hermione comenzaba a comprender lo que su antiguo profesor le estaba intentando transmitir.

-No, no les afectaba. James y Sirius eran hijos de magos y, no solo eso, de magos respetados, de familias poderosas. Los Black, incluso, eran seguidores de la magia oscura y partidarios de una sociedad mágica donde los hijos de magos o los traidores de sangre no tenían lugar. Por eso, desde el privilegio que tenían esos dos chicos, yo era su amigo. Porque aun pudiendo elegir el camino fácil, eligieron estar de parte de quienes sufrían injusticias. Nosotros tenemos muy claro de qué lado estamos, es contra nosotros la guerra. Pero ellos…ellos tuvieron la oportunidad de elegir y, aun así, eligieron el lado de la magia blanca.

-Ellos eligieron.

-Eso es. Sirius se autoproclamaba el gamberro rey de Hogwarts, pero todos sabíamos que su auténtica rebeldía siempre estaba dirigida hacia su destino, hacia la maldición de su apellido. Y no me quiero ni imaginar lo fácil que es elegir no solo siendo hijo de magos como ellos, sino hijo de magos en Slytherin. Realmente la decisión está casi hecha desde el primer momento, solo hay un camino: el de Voldemort. Y aun así…

-Y aun así, Draco está de nuestra parte –Concluyó Hermione con lo que sospechaba que Remus le había intentado decir desde el comienzo de la conversación. Que es muy admirable lo que está haciendo. Que contra todo pronóstico había elegido deliberada y conscientemente ser valiente y bueno.

-Por eso es tan admirable lo que está haciendo.

-También es peligroso. La última vez que alguien jugó a dos bandas no salió bien –Snape. Snape es el maestro del que Draco aprendió lo que ahora él mismo llevaba a cabo.

-Si está dispuesto a correr el riesgo, será porque para él vale la pena hacerlo –Remus sospechaba que para el joven mago la balanza se inclinaba hacia su lado en gran parte debido a la bruja que se encontraba frente a él en ese momento.

-Supongo –La conversación llegó a su fin pronto después de eso y ambos volvieron a los libros que tenían entre manos, aunque Hermione no podía dejar de pensar en las palabras de su profesor.

Remus se concentró en terminar el capítulo que había comenzado y algo llamó su atención entre esas líneas -Espera ¡Creo que he encontrado algo! La diadema de Rowena Ravenclaw…