
Chapter 4
Bien, ok, no era broma, Draco cambió a una estrategia defensiva, Snape bajando puntos por cada acercamiento que hace, Crabbe y Goyle empujándolo para alejarlo del rubio, cada vez había más rumores sobre las miles de chicas que se ha cogido, todo es un caos ordenado que no le deja hacer nada.
Solo puede observar a la distancia, con una sonrisa, cómo Draco sigue con su vida, pero él no lo quiere solo ver de lejos, no quiere verlo enamorarse de una bruja, formar una familia y continuar con ese ciclo sin fin.
Él quiere ser esa familia.
Así que, ¿Qué haces cuando ya no sabes cómo seguir? Le preguntas a tu madre.
Lily Potter le dió el regaño de su vida, no lo hechizó solamente porque está prohibido mandarlos por correspondencia sin ser considerados maldiciones. Le bajó la autoestima en segundos solo para volver a reconstruirla en minutos, y sobre todo. Le ofreció ayuda.
Hizo un plan sencillo pero sin fallas, una excursión a una de las casas de la playa de los Potter con el propósito de saber más sobre los muggles.
Se encontraron con el primer obstáculo, Draco no era parte de esa clase.
Lo extendieron a dos casas para resolverlo, solamente Gryffindor y Slytherin entonces, si preguntan, unión de casas, es más manejable que ir todos los de sexto. Etcétera, etcétera.
Pero luego estaba el problema, qué pasaría si no quiere ir.
Lo hicieron obligatorio, por su puesto.
La parte difícil fue esa, ahora solo falta… el resto.
.
"¿Cómo que una excursión?"
"Si, los Potter ofrecieron su mansión"
"Pero… ¿Por qué nosotros?"
"¿Cómo?"
"¿Por qué Slytherin si nos llevamos a muerte con Gryffindor?"
"Obviamente, porque Potter está enamorado de tí"
"Pansy"
"¿Qué? Sabes que es verdad"
Draco bufa, acostándose en su cama, no le gusta para nada esto, estar en territorio enemigo rodeado de enemigos, es una receta para su derrota y por consiguiente, su tortura.
"Vamos, ¿por qué no simplemente le dices que sí?"
Draco la ignora, claro que quiere alguien en quien confiar, con quién reír, con quién llorar, alguien que lo vea como la única cosa importante del universo, alguien que sí le ponga atención.
Pero no de esa manera, no solo por el sexo, no quiere ser reducido a un objeto sexual, claro que Potter ha demostrado que si sabe cosas de él que son personales y por lo tanto que implica ponerle mucha atención a su rutina diaria, también ha echo mucho hincapié en que lo importante es acostarse con él.
Quiere llorar.
Él nunca puede obtener lo que quiere. El amor de unos padres, de un mentor, de un prometido, de un pretendiente, de quién sea.
Tal vez, tiene que ceder, tal vez en lugar de aprender a hacer las cosas por sí mismo debió de haber esperado hasta las 3 de la mañana cuando sus padres regresarán para tener la cena. Tal vez debió de haber negado las clases de su padrino para seguir con las de su mentor personal. Tal vez no debió pelear con su prometido mujeriego y simplemente aceptar un matrimonio lleno de engaños. Tal vez… tal vez tiene que darle una oportunidad a Potter.
"¿Me estás escuchando?"
"No" sorbió su nariz, si bien las lágrimas no salieron su nariz no le hizo caso y empezó a moquear.
"Ay Draco… todo va a estar bien… solo tienes que darle una oportunidad a este viaje, verás que todo saldrá mejor"
.
No está saliendo nada bien.
El viaje fue caótico, demasiadas peleas en el punto de aparición y solo 5 adultos con licencia para aparecerlos, no se podían dar el lujo de separar las peleas, claro que Harry lo intentó pero oh Dios, cómo le calaba cuando alguien decía que se callara, que todo mundo sabía que hacía esto solamente para follar con Draco.
Es decir, no están equivocados, pero el quiere más que una simple follada y a lo que sigue. Quiere hacer a ese rubio su esposa, maldita sea.
Draco se veía molesto todo el rato que tuvo que esperar, pero por el otro lado, se veía encantado de entablar una conversación con su madre en cuando terminaron de transportar a todos, sabía que su madre lograría encantar a la parte intelectual de su casi novio.
"Umh…" se acerca lentamente a su madre que sigue fascinada hablando con su rubio "mamá… me prestas a—" las palabras mueren en su garganta cuando Draco voltea al mismo tiempo que su madre. Joder.
Eso es delineador, tiene delineador, sus ojos están delineados, Dios. Se queda paralizado por unos segundos, completamente perdido en esos ojos grises con un delineado que de alguna manera vuelve a su dios griego aún más atractivo.
"¿Harry, cariño?"
"Ah sí, si me prestas a Draco unos segundos, en lo que le enseño su habitación"
"Harry…"
"Ya se que dijiste que papá lo haría para que Draco no se sintiera incómodo" voltea ver directamente a su madre "pero míralo, está jugando"
Efectivamente, James Potter estaba arrojando arena a su mejor amigo mientras Remus intentaba separarlos.
"Entonces lo hago yo…"
"No porque tienes que llevar a Lavander y a Parkinson, ambas están así de cerca de llorar" mención mientras hace un gesto en el que su pulgar y su índice casi se tocan.
Lily voltea a ver a las chicas quienes sí se ven cerca de hacer un escándalo.
"Bien, pero comportate"
"Si. Por supuesto" le sonríe de la manera más inocente que puede, no funciona porque la pelirroja solo alza una ceja antes de retirarse.
"Bueno. Vamos" extiende su brazo esperando que Draco interlace el suyo, solo que eso no pasa, el rubio solo lo mira de pies a cabeza, sus ojos deteniéndose en su abdomen por algunos segundos de más lo que hace que el estómago de Harry hormiguee.
"No creo perderme si solo caminas enfrente"
"Tienes razón"
Empieza a subir las escaleras hacia la planta principal de la casa, pasando por la sala, por el primer piso donde ya se escuchan algunos chicos reír, antes de llegar al medio del piso donde continúan más escaleras y un elevador está a su lado.
"¿Escaleras o elevador?"
"Si son como los del ministerio, escaleras"
Harry ríe ante eso, los elevadores del ministerio son tan viejos, se tardan tanto que en ese tiempo ya se pudieron haber cocinado tres tartas de melaza desde cero.
"No, no, aquí son rápidos"
"Entonces elevador"
Los dos ingresan y Harry tiene que morderse el labio para controlar sus palabras, le costó mucho en la playa, después de ver ese delineado iba por fin a ver el torso desnudo de Draco pero si madre le distrajo.
Las puertas se abrieron en el último piso y sale con toda la seguridad del mundo, solo hay una puerta y la abre.
"Es más como un penthouse, era la habitación de mis padres hasta que hice un berrinche enorme a los 5 de cuánto quería está habitación, ahora es mía"
Draco hace una mueca ante ello.
"Yo no… no me voy a quedar contigo, eso sería una falta de respeto a tu privacidad, me voy a quedar en el segundo piso. Con Ron, no creo que te interese pero—"
"Un berrinche dijiste" el Gryffindor lo reconoció como lo que era, una oportunidad para hablar, se concentró, desconecta su mente de todo menos de esta conversación, era la prueba de fuego, si se podía comportar sin tocar a Draco, sin hacerle un comentario inapropiado, sin chiflarle o cualquier cosa que su madre dijo que es acoso, tal vez le permita invitarlo a una cita al final del viaje.
"Si, me pegue al candelabro de la mansión hasta que me la dieran, no me podían bajar ni con hechizos"
Draco se rió, es el sonido más hermoso.
"¿Lo intentaron a mano?"
"Por supuesto, no les salió tampoco, me aferré con mis pequeñas manitas" así como me estoy aferrando a ti.
Draco sonrió y por un segundo, el tiempo se paró, su sonrisa, nunca iba dirigida a él hasta ese momento.
"Hmm, no eres tan horrible, ahora, si me permites explorar mi habitación"
"Por supuesto, ya me voy"
Harry brinca de felicidad a lo lejos.
.
Durante esos tres días dejó a Draco completamente solo, él a sus asuntos y Harry a los suyos, fue de las cosas más difíciles del mundo porque sus instintos le pedían a gritos que si bien no lo vigilará que mínimo supiera en dónde está, si en la playa, en la casa, en el pueblo mágico a unas cuadras, pero se resistió.
Fue al cuarto día, mientras se tomaba una taza de té, que escuchó como la silla a su lado, en la terraza era jalada para poder alguien sentarse, iba a reclamar que quería estar solo, que todavía no se sentía lo suficientemente social cuando unas piernas pálidas fue lo primero que vio, hermosas, tan cremosas que se verían aún mejor llenas de mordidas y marcas hechas por las manos y la boca de Harry.
"Buenos días, Harry"
Harry tragó pesado. Otra prueba.
"Hola, Draco, ¿cómo dormiste?" Le pregunta cómo si no hubiera instalado un hechizo de monitoreo para saber si dormía bien o si alguien más ingresaba a la habitación.
"Hm, puedo ver porque tu yo de 5 años hizo lo que hizo" Harry soltó una risita.
"Si, astuto también, nadie escucha nada en es—" carajo, ya está empezando, su padre es James Potter por Dios, viene en sus venas "No, digo, amh, ¿Quieres desayunar conmigo? ¡No como una cita! Bueno si quieres si, es solo qué— Puta madre esto no iba a salir así" el rubio a su lado solo se rió.
"Si. Me gustaría tener una cita contigo"
Y Harry dejó de funcionar.