The Missing parts of History [Traducción]

Harry Potter - J. K. Rowling
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The Missing parts of History [Traducción]
Summary
En retrospectiva, Harry podía admitir que tocar cosas al azar en Grimmauld Place no había sido una buena idea. Sin embargo, era un poco tarde para eso.Varado en el tiempo, sin camino de regreso a casa, Harry tuvo que aprender a hacer frente a su vida mientras vivía en los años 50.Por extraño que parezca, Orion Black no se parecía en nada a lo que esperaba. Abraxas Malfoy tampoco. O sus amigos, en su mayor parte.Honestamente, tratar de mantenerse al día fue agotador.
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Chapter 48

Junio de 1955                     
Parte 4


Jugueteó con sus mangas. El salón estaba vacío, pero había cosas fuera de lugar y oía correr agua y salpicaduras, probablemente en el retrete.

-¿Por qué no te sientas y te relajas un rato? Yo iré a hablar con él-.

Dejó a un lado la vergüenza y asintió. Orion se había ofrecido a hacer esto por él, incluso si realmente debería ponerse las pilas y hacer las cosas por sí mismo.

-Déjanos cuidar de ti ahora-.

Cierto, no estaba haciendo nada malo. Orión se había ofrecido y... de todas formas, no creía que fuera capaz de decir nada si lo intentaba.

Mirando el libro de pociones cerrado sobre la mesa, cogió una de sus novelas románticas de la estantería y se sentó a esperar mientras Orión se alejaba. Sintió la fría magia de un encantamiento silenciador, el suave chasquido en sus oídos al cambiar la presión del aire, impidiendo que le llegara el sonido.

Desde aquí, aún podía ver un poco a Orión, pero no a Hadrian. Ah, eso probablemente fue hecho a propósito.

Lee, Abraxas, ocúpate de ti mismo. No pienses en nada más.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-¿Qué estás haciendo?-.

-Tenemos que hablar-. Frunció el ceño, la ansiedad creciendo en él como una ola en cresta. -No se trata de ti-.

Miró a Orión. Sus hombros tensos, sus ojos tensos, la forma en que no podía dejar de mirar en la dirección de la sala de estar. Abraxas, suministró su cerebro. Cruzó los brazos sobre el pecho.

-¿Y bien?-.

-Druella le atacó, probablemente le echó pociones en el té-.

-Voy a necesitar más que 'probablemente'-.

-Alguien echó en el té de Abraxas dos pociones, la Poción de la Lujuria y la Poción Amortiguadora del Ingenio, aunque no sé qué recetas se usaron. Sabemos que Druella sabía perfectamente lo que estaba pasando, pero no tengo pruebas de que lo hiciera ella sola, si ordenó ella misma que pusieran las pociones o cómo las consiguió siquiera-.

-Por favor, dime que ella no...-. No pudo terminar la frase, un gruñido surgió en su garganta. No debería haber ignorado su maldito instinto ayer.

-No, Abraxas es el Heredero de su Familia y, por motivos de seguridad, tiene un floo de emergencia instalado en sus habitaciones. Lo usó para llegar hasta mí. Me di cuenta de lo que pasaba bastante rápido y lo encerré en mi habitación hasta que se disiparon los efectos-.

No es suficiente. -¿Qué no estás diciendo?-.

-Él no está bien, Hadrian. Lo está bloqueando. Yo...- Orión respiró hondo. -La poción... Bueno, se centró en mí en cuanto me vio y las pociones le empujaron a intentar tener sexo conmigo, obviamente. Tuve que decírselo, le habría dado un ataque de pánico si se hubiera enterado por su cuenta una vez que recuperó suficientes recuerdos de ello. Se culpó a sí mismo, Rian, y apenas habla, no ha sido capaz de alcanzar el tacto en absoluto. Es... un desastre. Uno con el que no sé cómo lidiar todavía-.

-Yo sí. Él no va a volver, así es como debes lidiar con ello-.

-Eso no es suficiente-.

-Es un comienzo. Seguramente puedes usar esto para presionar por el divorcio-. Dijo. Esto... Esto no estaba bien, tenía que haber leyes que pudieran usar para esto.

-Podriamos pero... No haria nada, el Ministerio se basa en Leyes de Familia, mayormente, no al reves. Abraxas no cree que su padre estuviera involucrado, algo que no puede decir y que pertenece a su familia le hace creer eso, pero no creo que a Brutus Malfoy le importe. No es la primera vez que utiliza algo malo que ocurre como "lección" o que intenta culpar al propio Abraxas-.

-¿Así que Druella se saldrá con la suya porque sus objetivos finales son los mismos? ¿Aunque sus métodos no lo sean?-.

-Es posible, sí-. Orión dijo, apretando los dientes tan fuerte que debe doler.

-Entonces la matamos-.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Se quedó boquiabierto. Había salido de la nada y no esperaba que Hadrian se lo dijera con tanta naturalidad, sin emoción, sólo con lógica y aceptación. Esperaba que estallara. Que montara en cólera y se enfadara, y él estaba dispuesto a hacerle parar y pensar. No había esperado los calculadores ojos verdes, la magia enroscada lista para atacar, la furia apenas contenida en cada fibra de su cuerpo, ya que todo lo que podía ver en su rostro era una calma mortal. Oh, oh dioses de la Magia.

(¿Cómo pudo olvidar que Hadrian venía de una época de guerra creciente? ¿Que él era la única persona que se preparaba para la que estaba por venir? ¿Que lo único que había conocido toda su vida era el dolor, la pérdida y la lucha? No se engañaría a sí mismo pensando que Hadrian no iría directamente a la guerra en el momento en que empezaran los primeros susurros, era demasiado personal, Hadrian podría pensar que sólo se estaba entrenando para evitar accidentes, pero Orion sabía que no era así. Lo vio en la forma en que Hadrian se rompía los huesos y volvía a sus ejercicios tan pronto como se curaban, cómo siempre pedía más, cómo no se detenía cuando una persona normal se habría rendido. No se hace tanto por un "y si...". Se alegraba de que Hadrian estuviera de su lado, de verdad, no quería ser su enemigo).

-Si lo hacemos sin un plan en mente, será Abraxas quien pague el precio. Sin un Heredero en su lugar, sólo se vería obligado a un segundo matrimonio, que reiniciará el ciclo-.

-¿Qué? ¿Mejor un enemigo que conozco que uno que no? ¿En serio?-.

-No me mires así. No estoy diciendo que no lo hagas...- Resopló, en todo caso, quería hacerlo él mismo. -...Estoy diciendo que no deberías precipitarte. Abraxas es lo primero en esto-.

Hadrian entrecerró los ojos, pero asintió con la cabeza. -Mi punto se mantiene, él no va a volver-.

-Él no quiere. Esperaba que no te importara que se mudara aquí permanentemente, aunque siguiera teniendo libre uso de Grimmauld para cuando necesitara tiempo a solas o más espacio para trabajar. Pero...-

-Bien, sí, hazlo-.

-No había terminado. No hay forma de que detengamos la comunicación entre sus parientes y él, porque eso es ilegal. Y si su padre lo convoca oficialmente...-

-¡Será mejor que no se atreva...!-.

-No podemos secuestrar a Abraxas, Hadrian-. Intentó dominar el temperamento del adolescente con más lógica.

-Joder, mírame. Es nuestro, no voy a permitir esto-.

Orión temía que pronto se produjera algún tipo de explosión, pero no pasó nada, Hadrian se limitó a ir al estudio y ni siquiera se puso un amuleto silenciador. Sabía que Hadrian tenía mucha práctica conteniendo sus sentimientos, pero hubiera preferido que Hadrian no se encerrara en su mente, Abraxas ya estaba bastante mal ahora mismo y le hubiera gustado que el adolescente fuera a hablar con Abraxas primero. Aun así, comprendió que el adolescente necesitaba tiempo para desahogarse por su cuenta, así que fue al salón y se sentó junto al rubio, lo suficientemente cerca como para que Abraxas pudiera apoyarse en él si quería.

-¿Qué ha pasado?-.

-Necesita superarlo. Está bien, probablemente matará a Druella uno de estos días, espero que se calme lo suficiente como para no hacer algo de lo que se arrepienta-.

-¿Matar?-.

-Sí. Olvidé lo poderoso que era y por un momento pensé que iba a asaltar tu mansión sólo con su varita-.

No dijeron nada más mientras Orión se sentaba al lado del rubio a esperar, su amigo parecía alarmado. Fuera lo que fuera lo que Hadrian iba a hacer ahora, esperaba que el adolescente lo pensara bien y no hiciera nada imprudente.

Ni diez minutos después, Hadrian salió, sacó un cuchillo limpio de la cocina y se lo dio a Abraxas, junto con un frasco.

-Llénalo con tu sangre-.

-Hadrian...- Dijo, alarmado.

-Estoy trabajando en algo. Abraxas-. Indicó Hadrian.

Abraxas se abrió la palma de la mano sin decir palabra y dejó que la sangre cayera libremente sobre el frasco y... mira, Abraxas debía estar realmente fuera de sí si ni siquiera había pedido información adicional. Había un límite para confiar en una persona. La Magia de Sangre -(había pensado un poco en ella a Hadrian, sólo para algunas formaciones de Runas)- tenía muchos usos y era extremadamente difícil y peligrosa. Orión no podía pensar en nada que Hadrian supiera que pudiera ser útil en su situación y eso lo estaba poniendo nervioso.

Hadrian selló el vial con un gesto de la cabeza y volvió a marcharse sin decir nada más. Abraxas selló su propia herida sin pensárselo dos veces, limpió la sangre derramada y volvió a su libro.

Realmente quería saber qué estaba pasando.

-¿Brax?- El rubio lo miró. -¿Por qué has hecho eso?-.

-Es Hadrian, siempre tiene una razón-. El rubio se encogió de hombros, sin inmutarse. Así que resulta que Abraxas sí confiaba ciegamente tanto en Hadrian. Joder.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

No sabía cuánto tiempo había trabajado en la forja, ni en las runas, ni cuánto había esperado para que la sangre hirviera y se convirtiera en un hermoso rubí, y luego cuánto tiempo había vuelto a trabajar en la forja para conseguir las piedras preciosas que realmente necesitaba en los tamaños que realmente necesitaba.

(La sangre de Abraxas. Había guardado las sobras para devolverlas y se había asegurado de que no se derramara nada en ningún sitio).

Sólo sabía que seguía enfadado, que imaginar que el metal que golpeaba era la cabeza de Druella no funcionaba para ayudarle a calmarse, que tenía hambre y estaba cansado y que necesitaba terminar esto hoy.

El trabajo de hechizo sólo le llevó otra media hora, tejiendo y encantando y haciendo que se aferrara a las cinco joyas y a las runas.

De todos modos, no importaba.

Se quitó el equipo protector para el laboratorio -(no iba a preocupar a Abraxas ahora por no usarlos, y mucho menos por algo tan sencillo)- y salió a grandes zancadas hacia la sala de estar. Abraxas estaba mirando los armarios, probablemente porque Hadrian debería haber empezado a preparar la cena hacía una hora, pero estaba demasiado ocupado. Orión estaba sentado en el sofá, pero notó cómo sus ojos lo seguían. Cierto, Orión estaba enfadado, por supuesto que lo estaba, Hadrian no se había explicado en absoluto.

No había mirado al rubio, antes, demasiado concentrado en lo que tenía que hacer. A pesar de su pelo perfecto, su túnica perfecta, su maquillaje perfecto y su sonrisa perfecta, podía ver que Abraxas no estaba bien. Su piel un tono apagado, sus ojos más apagados, sus manos temblando donde estaba parado mirándolo.

Su lenguaje corporal era el de un ciervo a punto de huir.

Con dos pasos largos más, estaba frente al rubio, atándose la banda de plata alquímica a la muñeca derecha sin que interfiriera con la funda de la varita.

-¿Qué...?-.

Tomó su mano y la levantó, llamando su atención, y la de Orión, y cortando la pregunta.

-Esta es una Llave de Sangre de Emergencia que se activará con tu voluntad. Si, por alguna razón, te dan pociones o te maldicen o te encantan de alguna manera en contra de tu voluntad, un solo segundo deseando irte te traerá a mí, no importa qué, aunque sea el maldito Imperio, no importa lo que hagas, un segundo y estarás aquí mientras la lleves puesta. Así que no te lo quites nunca-. Se detuvo para respirar. Orión se había acercado a ellos, pero Hadrian no podía verlo, ya que se había quedado detrás de él. Le hizo una seña al Rubí convertido en Esmeralda que estaba a la derecha, sin que Abraxas supiera ese detalle. -Esto es... una alarma, si quieres. Se activará si algún tipo de poción, amuleto, maldición o runa que altere la mente se utiliza en ti sin tu conocimiento y permiso y por alguna razón no has sido capaz de activar el Traslador lo suficientemente rápido por tu cuenta y...-

Hadrian se subió la manga para mostrar otro brazalete, justo debajo de la Protección de Oclumancia, con una sola piedra azul y otra verde, y luego se las indicó a Abraxas.

-...Si la piedra de alarma se activa en tu brazalete, la mía brillará y me sobresaltará minuciosamente, me dirá que estás en peligro y que eres incapaz de escapar por ti mismo. Mi brazalete es una especie de Traslador invertido que luego activaré manualmente en cuanto pueda. Me avisa de lo que está pasando para que pueda encontrar un lugar seguro al que llevarte-. Señaló la segunda piedra de su brazalete y la tercera del de Abraxas. Dos zafiros idénticos. -La magia que une ambas piedras azules te atraerá hacia mí sin importar dónde estés, ni con qué ni con quién. Podemos lidiar con eso después de ponerte a salvo-.

-¿Tú qué...? ¿Por qué?-.

-Me niego a verte herido. Orion dijo que podrías verte obligado a volver y... no puedo. Lo mejoraré con el tiempo, esto fue muy apresurado, y dale uno a Orion también, no es malo tenerlo. Como está ligado a tu sangre, pasará cualquier guardia que intente impedir que funcione un Traslador normal, así que... sí. Siempre quise que alguien viniera y me alejara de mis parientes. Pensé que yo podría ser esa persona para ti, si alguna vez lo necesitas. ¿Te parece bien?-.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Para Orión, la última frase de Hadrian fue algo más parecido a "nadie vino a por mí, pero no permitiré que te pase lo mismo". Lo sintió en el alma, tirando dolorosamente de su fibra sensible.

(Hadrian era el tipo de persona que tenía derecho a estar amargado, a odiar al mundo, a negarse a establecer vínculos con los demás, a ayudarlos o a preocuparse por ellos. Hadrian era el tipo de persona que miraba lo que podía ser y elegía ser amable en su lugar. No era un comportamiento aprendido, nadie le había enseñado, simplemente era quien era).

Orión lo vio a cámara lenta, congelado en su lugar. El momento en que Abraxas se quebró. Cómo su rostro se contraía de dolor, las lágrimas brotaban de sus ojos y luego caían una tras otra, sollozos que se le escapaban incontrolablemente.

(Seguridad, sin importar cuándo, sin importar dónde, sin importar qué. Eso era lo que ofrecía Hadrian. Eso era lo que le había faltado a Orión esta mañana).

Los hombros de Abraxas temblaban mientras se convertía en un lío de sollozos y llanto, intentando en vano detener sus lágrimas con las manos.

En el fondo de su mente, Orión sabía que Hadrian estaría en las celdas del Ministerio esperando un juicio (que perdería, porque los Lords no estaban en contra de los sobornos) si alguien se enteraba de que le había puesto un Traslador Ilegal, basado en Sangre, al Heredero de la Familia Malfoy. Un solo uso, eso era todo lo que necesitaba para arruinar la vida de Hadrian, ya que su magia estaba ligada a él demasiado estrechamente como para poder evitarlo.

Abraxas se agachó, con la cabeza sobre los hombros de Hadrian mientras sus manos agarraban la camisa del adolescente, tan fuerte que probablemente se rompería, mientras sus escudos de oclumancia se rompían y dejaban de bloquear la tormenta emocional.

Abraxas estaba asustado, más que dolido. Al final no había pasado nada, y su relación con los tres miembros de su Familia ya estaba tan deteriorada que Abraxas había recurrido a ellos para llamarlos suyos. No se había sentido realmente herido -(quizá un poco, pero ése no era el problema principal)- por sus acciones, pero sí sumamente asustado. No intentaba minimizar lo que le había sucedido, pero ¿cómo es posible que te hagan daño personas de las que ya esperas tan poco? Puede escocer, y puede ser amargo y causar daños duraderos y probablemente incluso problemas de confianza y un montón de otras cosas, sí. Pero Abraxas ya lo había dicho, ¿no? Deberían haberlo visto venir.

Abraxas no había creído a su familia por encima de esas cosas. Ni siquiera había intentado defenderlos, cosa que uno haría cuando no cree en los hechos.

Orión deseaba poder ayudar a Abraxas, pero nunca había pasado por cosas así a manos de quienes se suponía que debían cuidarlo, así que no podía relacionarse, no sabía qué era lo mejor en una situación así. Se acercó a ellos y los abrazó. Hadrian frotó la espalda de Abraxas, le agarró el cuello, canturreó suavemente, murmuró palabras tranquilas en sus oídos mientras Abraxas lloraba. Les besó la coronilla.

No estaba bien, y Abraxas tendría miedo durante mucho tiempo. No estaba bien, pero tampoco era el desastre de la noche anterior.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Las cosas habían tardado unos días en volver a la normalidad. No del todo, eso era imposible, pero Abraxas ya estaba un poco más asentado.

Cada vez que parecía que no le iba bien, jugueteaba con el Traslador, suspiraba y seguía con la actividad que tuviera entre manos. Hadrian no creía que fuera la mejor solución, pero había ayudado un poco y tomaría lo que pudiera conseguir. Al menos hasta que se le ocurriera otra cosa.

Abraxas seguía hablando muy poco, y no había podido dormir con ellos, optando por ir directamente a Grimmauld, donde podía estar solo. Esperaba estar durmiendo de verdad, y después de la primera noche casi había echado a Orion y le había dicho que se quedara también en la casa del pueblo.

Podía arreglárselas durmiendo solo, Abraxas era más importante.

Miró a Orión, sentado frente a él en el despacho pero inmerso en su propia lectura. Hizo girar su estilográfica en la mano.

-¿Orion?-.

-¿Sí? ¿Qué necesitas?-.

-Sé que no puedo matar a Druella, pero eso no significa que quiera dejarla sola-.

-Yo tampoco, lo estoy investigando-.

-No, no lo entiendes. Hay muchas maneras de morir. No tienes que, necesariamente, perder la vida. Morir es fácil, rápido. Doloroso sólo mientras respiras-. Orión tragó saliva, dejando su pluma a un lado. -Y entonces pensé... '¿Cuánto tiempo puedo hacerla sufrir hasta que realmente ella misma ruegue por la muerte?' Eso sería mejor, creo. Ha estado hiriendo a Abraxas, de una forma u otra, ¿durante cuánto tiempo? ¿Diez años? ¿Once? Y eso es sólo el tiempo que han estado oficialmente casados. Así que, ¿por qué debería tener un final rápido e indoloro?-.

-¿Tu punto?-.

-Arruinarla-. Oyó a Orión maldecir en voz baja. No le importó. -Ella se preocupa por su vida. Pero no su vida real, sólo su vida social, su reputación, sus conexiones, sus títulos, su dinero. Así que quítaselo todo, déjala sin nada. Eso es mejor que matarla, ¿verdad?-.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Exhaló lentamente, mirando a Hadrian. Parecía que hablaba más consigo mismo, una fantasía que quería hacer realidad. Se lamió los labios, tenía la boca seca. Entonces, Hadrian le miró fijamente, con unos profundos ojos esmeralda cargados de magia desatada.

-Ella no tiene por qué darse cuenta, por supuesto. Si lo hiciera, podría detenerlo. Pero no lo hará, porque sólo habla con sus amigos igualmente ricos y con los mismos derechos. A ella no le importa la gente normal, pero, verás, yo aprendí algo en Hogwarts, más que magia o amistad y todo eso. Un rumor es imposible de matar una vez que se ha encendido. Y la gente normal nunca deja que los rumores mueran. Para cuando se entere de algo, estará en boca de todos, en oídos de todos. Mientras una persona lo sepa y lo saque a relucir, volverá una y otra vez-.

-¿Vas a usar lo que pasó?- Preguntó, receloso.

-No, claro que no. Eso perjudicaría a Abraxas. Pero... la gente en un podio tan alto tiene muchos esqueletos en el armario. Sólo es cuestión de encontrarlos y sacarlos sutilmente. Uno tras otro-. Con un gesto de la mano, Hadrian transfiguró tres pergaminos en una docena de piezas de dominó de diferentes tamaños, luego las organizó de menor a mayor, e hizo caer la primera, arrastrando a todas las demás. -Sólo una cosita. Luego otra. Y otra. Todas pequeñas, una docena, un centenar. Para cuando la alcance, será demasiado grande para que pueda controlarlo, su vida habrá terminado mucho antes de que tenga la oportunidad de darse cuenta. Sus amigos, sus contactos, el apoyo del que está tan orgullosa, incluso su dinero, ya que la gente como ella intentaría utilizarlo todo para silenciar a los disidentes. Lo perderá todo poco a poco, sin entender por qué, en un lento descenso hacia la locura. Sólo entonces podrá morir. ¿Sabes por qué?-.

Negó con la cabeza, embelesado. Siempre había pensado en el chantaje como algo para usar contra alguien. Pero no así. Con el chantaje, amenazabas a alguien para que hiciera tu voluntad. Lo que Hadrian quería era sólo venganza. Sin segundas oportunidades, sin publicidad de sus acciones. Sólo pura ruina.

Él quería esto.

-Ella se creó un personaje. Hizo creer a todos que el malo era Abraxas. Si ella muriera ahora, le harían recordarlo para siempre, o le culparían directamente. Pero el primer secreto que salga no será nada, y el segundo, y todos los siguientes. Uno tras otro con tiempo suficiente para que uno pierda fuerza, pero no para que desaparezca de la mente de la gente. Al común de la gente no le importará mucho, pero los inteligentes, los que fueron a Hogwarts o comparten algunos de sus círculos y saben lo que hizo, empezarán a cuestionarlo. Poco a poco-.

-Hadrian-. Jadeó, al ver el hermoso cuadro que Hadrian le estaba pintando.

-Su reputación se desmoronará con sus dudas, porque la gente inteligente siempre pide segundas opiniones, para asegurarse de que tienen razón. El rumor se olvidará en favor de la confirmación, en favor de Abraxas, que para entonces no necesitará decir ni una palabra. Abraxas es una víctima, su víctima. Pero ahora mismo, nadie lo creería. Si su padre la está protegiendo, ¿cómo podría haber hecho algo malo?-. preguntó Hadrian, sarcásticamente. -'Él debe estar tratando de hacerle daño' pensarían entre una miríada de otras cosas. Él sería el villano de la historia. Pero...-

Hadrian lo miró de nuevo, deshaciendo la transfiguración. -¿Qué sucede cuando ocurre lo contrario? ¿Cuando Abraxas es el que se queda callado y lo sufre? Si a la gente le gusta ver subir una estrella, Ry, más le gusta verla caer-.

Tragó saliva. Podría llevar años, pero... Hadrian ya era consciente de ello. Brillante, despiadado Hadrian. Joder, pero le quería.

-Sabes que esto puede volverse en nuestra contra-.

-Nadie necesita saber que estamos involucrados en primer lugar-.

-Alguien también podría decírselo directamente a Druella antes de que todas nuestras piezas estén en su sitio-.

-Pero algo tan pequeño como lo que intentamos será desestimado, ella se cansará de oír reclamaciones tan pequeñas y las ignorará por principio. La gente hablará, después de todo. Si el Lord y las Damas tuvieran que preocuparse por meros rumores todo el tiempo, perderían la cabeza tratando de seguir el ritmo. Será una bola de nieve creciente que ella ignorará de buena gana. Así es ella, ¿no? Ella es la mejor, y todos los demás no merecen su tiempo. Será su perdición-.

La sonrisa inocente de Hadrian escondía una bestia muy poderosa, estaba seguro. Era puntiaguda y estaba justo en el lado correcto de la genialidad demente. Le había parecido extraño lo rápido que se había calmado la ira de Hadrian para que Abraxas se sintiera cómodo y atendido. Ahora lo sabía mejor, Hadrian había estado rumiando sobre lo que podía hacer. Había tomado la advertencia de Orión de no lastimar a Abraxas y la había seguido.

Hadrian estaba buscando sangre. Y bueno, ¿no lo estaba él también?.

-¿Qué necesitas?-.

-¿Me estás diciendo que no has mirado en ella, nunca?-.

-Por supuesto que lo he hecho-. La sonrisa de Hadrian se tornó depredadora, se sentía, por una vez, como una liebre a punto de ser cazada. -Buscaré más, si quieres-.

-Todo, Orión. No quiero que le quede nada para cuando acabemos con ella. Esto también nos da tiempo para que la Poción esté lista para ser usada. Abraxas no se verá forzado a un segundo matrimonio mientras tenga un hijo. Podemos preocuparnos por lo que pasará con el niño una vez que estemos seguros de que lo aceptará-.

-No creo que ella quiera usarlo-.

-Bueno, a Abraxas aparentemente no se le dio una opción, así que ¿por qué lo haría? Si tanto quiere darle un heredero a la familia Malfoy, ¿por qué se negaría? Es algo que Abraxas puede usar como arma ahora, es su turno, después de todo-.

-Se va a sentir humillada si es así-. Dijo, pero en realidad no le importaba. Hadrian se burló, divertido.

-¿Y? No es como si tuviéramos que preocuparnos por ella. Quiero decir, no voy a obligar a nadie a quedarse embarazada en absoluto, pero esa... mujer obviamente quiere. No creo que recurriera a algo tan vil y despreciable como la violación conyugal si no fuera así. Estoy seguro de que le estoy haciendo un gran favor-.

Le gustaría reiterar, una vez más, que tener afición por el poder y la inteligencia no era algo malo. Se levantó para ir a ver sus archivos. Druella era la esposa de Abraxas, por supuesto que tenía todo y cualquier cosa que se pudiera averiguar sobre ella. No veía la hora de poner todo esto en marcha.

-Ah, ¿Orion?-.

-¿Sí?-.

-¿Puedes intentar hablar con Brax de nuevo? Quiero saber todo sobre su padre, incluyendo su participación y las acciones que tome en el futuro. Su madre también-. Un estruendo le recorrió la espina dorsal.

Inclinó la cabeza, instintivamente, en señal de confirmación. Así, Hadrian parecía más un rey, reclinado en su silla y tramando vengarse de sus enemigos, que un simple adolescente.

No creía que Hadrian pudiera seguir siendo considerado un "adolescente", a pesar de su edad.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿


-¿Qué quieres cenar?- Se encogió de hombros. -Voy a hacer sopa, la sopa es fácil. ¿Pollo o verduras?-.

Tarareó, pasando a la siguiente página de su libro. -¿Podemos tomar la de pollo?-.

-¡Claro!- Hadrian le sonrió.

Estaba tranquilo, Orión no había dicho que volvería hoy. Los negocios de su Familia estaban en pleno apogeo, iba a haber una auditoría para ver si las acusaciones eran ciertas o sólo un error contable. Si no lo era, iría a juicio. El pobre también necesitaba un descanso, había estado inmerso en pilas de pergaminos tan altas como él casi todos los días.

Vivir con Hadrian era raro en todos los sentidos. Era saber que ya no se iría, pensó. No hacían nada diferente, en general. Orión tenía cuidado de no tocarlo y Hadrian no esperaba que hablara. Hacía ambas cosas, en realidad, sólo que a veces era difícil.

Apreciaba que no lo presionaran, apreciaba el esfuerzo que Hadrian estaba poniendo en aprender sus señales silenciosas y cómo a Orión no le importaba que se fuera y durmiera en su cama en Grimmauld Place.

(El hombre, de alguna manera, había destruido su propia sala de estar, así que en su lugar utilizó el floo del despacho. Honestamente, todavía estaba en reparaciones porque toda la magia involucrada en la explosión seguía interrumpiendo el trabajo del elfo).

Se aseguró de poner la mesa, porque no era justo que Hadrian lo hiciera todo. Y le sacó otra sonrisa. Bien, esto estaba bien, él estaba seguro aquí.

-He estado pensando...- Arqueó una ceja. -No me mires así, es sólo que Orión dijo que tendrías que comprar tus cosas de nuevo, pero no entiendo por qué eso sería necesario...-.

-No quiero ir... A la mansión, quiero decir... Podría, nada me lo impide pero...-

-Sí, por supuesto, pero ¿no tienes elfos domésticos por docenas? No es que hayas dejado de ser el Heredero de tu familia, y ninguno de tus padres sabe aún que te has mudado. ¿Por qué no llamas a uno mientras estás en Grimmauld y les pides que te traigan tus cosas?-.

Era una buena idea en teoría, pero no quería lidiar con esa pelea. Era estúpido y la mayoría de las cosas podían ser reemplazadas.

-Mis padres intentarían la carta de 'si te mudas, trae tus propias cosas', creen que les debo todo-. Dijo, amargado. Se alegró de que toda la frase hubiera salido sin baches, de verdad, hasta él se estaba cansando de no hablar correctamente cuando decía algo de verdad.

-¿Pero no compraste tú mismo la mayoría de tus cosas, ya que tu madre no hubiera querido que te las dieran en primer lugar? No cojas nada de lo que te hayan dado y problema resuelto-.

Se animó. Claro que no podía llevárselo todo, pero las cosas que más le gustaban eran suyas, por decirlo de alguna manera. Tendría que hablar con Orión y preguntarle si le parecía bien. El apartamento no tenía espacio suficiente para guardar sus cosas (no es que no se llevara algunas) y llamar a un elfo doméstico para que entrara en propiedad ajena sin permiso era una falta de modales. Cuando sus padres se dieran cuenta, ya no podrían hacer nada.

-Gracias-. Dijo. Hadrian canturreó y siguió cocinando.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Quería hablar contigo-. Dijo Orión, viniendo de detrás de él y poniendo las manos en las caderas. Había estado estudiando sus Warding Arrays y, sin ver si estaba bien, seguía dando vueltas alrededor de la mesa para ver si podía conseguir un ángulo diferente. Era frustrante, representado estar hecho de runas, Warding era mucho más difícil en general. -Quería hacerlo antes de que las cosas se fueran un poco al infierno, pero pensé que también podría sacarlo a colación por si volvía a ocurrir-.

-¿Qué?-.

-Creo que estabas desarrollando algún tipo de condicionamiento por accidente, y quería asegurarme de que lo sabías y estabas más o menos de acuerdo con ello-.

-¿Un qué? No lo entiendo-. Se dio la vuelta, apoyándose en la mesa. Orión le dejó, colocando de nuevo las manos en las caderas y acercándose un paso.

-¿Recuerdas que empezamos a abrazarte y a acurrucarnos en enero? Porque parecía que necesitabas algún tipo de consuelo y luego se convirtió en algo-.

-Oh, ¿esto es como lo de la codependencia?-.

-Sí, pero peor, porque puede que ni te des cuenta. Te dije que 'te calmaras' y en vez de eso te fuiste a abrazar, no creo que ni siquiera te hayas parado a cuestionar tus propias acciones-.

-¿Y eso es malo?-.

-En realidad no, pero no quiero que se me vaya de las manos. O que te des cuenta y te enfades o algo-. Orión se encogió de hombros. -Si pasó con algo tan simple como eso, podría repetirse con otras cosas-.

-Sigo sin ver cómo podría ser malo...-

-Tú relacionas estar tranquilo con venir a nosotros, imagínate que eso te lo quitan de repente. Tu cerebro no sabría cómo afrontarlo y te quedarías atrapado en cualquier emoción que sintieras. Es algo tan básico, pero podría alterar la forma en que reaccionas a tus propias emociones con bastante facilidad-.

-Pero Abraxas ya no quiere mimos y no ha pasado nada-. Orión resopló.

-Porque sabes que no te restringe de ninguna manera. Si se lo pidieras, probablemente volvería a hacerlo-.

-No quiere que le toquen-.

-Exactamente-. Dijo Orión, riendo entre dientes. -Quieres consolarlo respetando sus límites, y yo sigo aquí si lo necesitas. No dije que fuera algo importante, o muy desarrollado. Sólo puse un ejemplo de un caso extremo-.

-Vale, vale, lo entiendo. Tendré cuidado. Aunque me gustan los abrazos-.

Orion se inclinó, besando su sien suavemente. -Está bien. Sólo recuerda quejarte si cambias de opinión-.

-¡Oh, yo también quería hablar contigo de algo!-.

-Adelante entonces, ya que estamos en ello-.

-Necesito que consigas los recuerdos de Abraxas-.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-¿Por qué?- Dijo. Abraxas había dejado claro que su estrategia para lidiar con aquella noche era olvidarla lo mejor posible -(todavía se estaba discutiendo el asunto de conseguir un Sanador Mental, pero Orión podía entender que Abraxas se sintiera incómodo con ello y estuviera yendo despacio al respecto, hasta ahora Abraxas le había permitido buscar sus perfiles para que pudieran estudiarlos juntos)- y Hadrian lo sabía. No era lo más saludable, pero Abraxas estaba funcionando bien y adaptándose a vivir solo sin muchos problemas. Claro, Orión y Hadrian estaban aquí, así que Abraxas no estaba realmente solo, pero era un gran paso, y uno muy repentino. Orión estaba muy orgulloso de sus avances.

-Porque Abraxas ya explicó cómo los recuerdos se descomponen con el tiempo. Ya ha pasado algún tiempo y bueno, si alguna vez surge, podrían ser útiles. Además, extraer recuerdos los embota un poco, así que no es que vayan a estar en primer plano de su mente-.

-Todavía pueden hacerle retroceder. Y no son suficientes para un juicio completo si llega el caso-.

-No creo que lo sean. Abraxas no sabe quién lo drogó, sólo que lo drogaron, y el Escaneo Médico que le hiciste para conservar la prueba de las pociones no sería aceptado porque ni tenías un sanador contigo ni tú mismo eres uno. Aun así, ver que Druella sabía lo que estaba pasando y se aprovechó de ello en lugar de ayudar a Abraxas y pedir ayuda, además de toda la información que estamos obteniendo sobre ella, seguro que será un duro golpe-. Hadrian hizo una pausa, frunciendo el ceño. -Puede que nunca se utilice, pero si sale a la luz quiero estar preparado. No puede jugar a la esposa obediente y perfecta y que luego la vean llevándose a su marido por la fuerza mientras él intentaba literalmente huir de ella-.

-Lo intentaré, pero me niego a angustiarle. Si dice que no después de que le haya contado todas las razones por las que podemos necesitarlos, no presionaré-.

-Es todo lo que pido-. Se levantó para darle a Orin un beso en la mejilla antes de zafarse del medio abrazo y centrarse en su trabajo. Ya se había distraído bastante.

Como a Orión le gustaba decirse a sí mismo y a ellos Un paso cada vez.

Abraxas podía no estar bien, y tendría días malos a menudo, e incluso cuando las cosas mejoraran probablemente seguiría teniendo crisis nerviosas por ello -(Merlin sabía que aún las tenía)-, pero al menos Abraxas no estaba solo y nunca lo estaría.

Druella estaría tan ocupada intentando mantener su vida en orden que no tendría tiempo suficiente para preocuparse por su marido ausente. Si Nott respondiera a todas sus preguntas, podría ocuparse del padre de Brax. Su madre en realidad no importaba, se le podía decir que se mantuviera alejada después de que Abraxas ascendiera a Lord Malfoy, y ya estaban trabajando en conseguir que Druella se instalara en un infierno propio. El plan era hacerlo tan lento e insoportablemente doloroso que se arrepintieran de cada una de sus elecciones vitales.

Realmente, se habían metido con la persona equivocada. No es que Hadrian tuviera mucho, solo Abraxas, Orion y su vida juntos.

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