¡Sal de mi esquina! - Au Wenclair Tercermundista

Wednesday (TV 2022)
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¡Sal de mi esquina! - Au Wenclair Tercermundista
Summary
Reto del Culto a Saint Emma, organizado por Kimmeneith // OS con los siguientes elementos: Enemies to lovers | Cajera de alguna tienda de conveniencia) | Músico ambulante.

Merlina odiaba su vida a veces.

Y podría decirse que no tuvo un crecimiento negativo, sus padres siempre fueron muy atentos con ella, cumplieron y alentaron muchos de sus intereses, protegieron cada aspecto de su crecimiento y todo con la finalidad de que su futuro, que parecía asegurado, se construya sin contratiempos.

Quizás era eso lo que le molestaba tanto, el sentir que aunque siempre pudo tener acceso a las cosas que le apasionaban, nunca había podido saborear el rechazo, la ansiedad de no poder cumplir una meta o incluso la inevitable agonía de no tener un rumbo definido en su vida.

Se veía extirpada de aquella parte de las emociones que le impedían alimentar con mayor detalle sus proyectos y para lo que aspiraba a ser, una escritora de renombre.

Y la desesperación podía ser una mala consejera, pero Merlina había agotado recursos cuando decidió aceptar un trabajo de medio tiempo en una tienda de conveniencia, sentía que de algún modo someterse al sufrir mundano del trabajador mal pagado ayudaría en algo y tomaría nota de cada uno de esos momentos para ayudar a mejorar ese lado de ella.

Así de perfeccionista se consideraba.

La primera mañana llegó en taxi desde su casa, pero tomó nota que quizás debería aventurarse con el transporte público para los días siguientes, cuando ingresó a la tienda fue recibida por el administrador, este se encontraba bastante entusiasmado puesto que le habían recomendado que le contratara ya que entre sus muchas cualidades, Merlina era una persona bastante bien organizada y eso era algo que le faltaba a ese lugar.

Luego de repasar sus responsabilidades principales y comenzar con el inventario del espacio se preparó para atender la caja.

—Una cosa más —el administrador se dirigió a ella antes de retirarse— Hay algunas personas problemáticas fuera de la tienda... a veces la policía viene y los bota pero como es un punto muy concurrido por el cruce de avenidas, siempre vuelven. Mi consejo es, que no intentes darles pelea, no se gana nada con esa gente, aunque molesta a la clientela, ya muchos se han acostumbrado.

—Entiendo —aunque Merlina asintió, le incomodó un poco notar que su "jefe" se resignó con ese comentario, quizás habían contratado anteriormente a gente de carácter débil y por eso no intentaba hacer mucho al respecto.

Las primeras horas de la mañana transcurrieron sin problema, aunque era notorio que lo suyo se alejaba mucho de la "sonrisa corporativa" que debía mostrar al atender a los compradores, estos no parecían inmutados, parecía ser bastante común que los empleados de esa tienda trataran con indiferencia a todo mundo.

Alrededor de la una decidió cerrar para poder tomar su refrigerio y fue hasta la puerta para cerrar y colgar su letrero de cerrado, no lo había notado ya que las puertas se sellaban en automático y el ruido del aire acondicionado muteaba mucho del sonido externo, pero fuera y más precisamente al lado de la puerta había un pequeño tumulto de gente alrededor de una chica que sostenía una guitarra mientras cantaba una canción que jamás en su vida había escuchado.

—¡Debí tirar más fotos de cuando te tuve! ¡Debí darte más beso' y abrazo' las vece' que pude!

La gente coreaba y algunos comenzaban a lanzarle monedas al pequeño recipiente de plástico que tenía, Merlina frunció el ceño incómoda, así que esa era la amenaza de la que el administrador no se podía deshacer.

Fue hasta la parte interior de la tienda y trayendo consigo un balde de agua sucia, cruzó la entrada y apuntando directamente a la chica alzó la voz.

—La acera no es para perder el tiempo —y comenzó a dejar caer el agua hacia adelante— ¡permiso!

—Ewwwwww —la joven músico saltó a un lado agarrando a tiempo su envase de monedas mientras la gente se quejaba circulando y despejando el lugar— ¡¿Qué te pasa?! ¡Casi me ensucias!

—Entonces la próxima, ¡sal de mi esquina!

Merlina dio mediavuelta y se metió a la tienda para ir por su refrigerio con un gesto de satisfacción, quizás asustarla así le bastaría para no tener que verla merodear por ahí de vuelta.

Claramente Merlina se había equivocado.

Un par de horas después cuando la tienda volvía a abrir para atender al público y Merlina volvía al ritmo de la mañana con una sentimiento de justicia popular instaurado en el pecho, comenzó a notar un pequeño alboroto en la entrada.

Luego de despachar al último cliente se asomó y el murmullo, el ruido, todo comenzaba a hacerse más grande, al abrir las puertas notó completamente fastidiada que la misma chica que horas antes había logrado exiliar de la esquina ahora estaba sosteniendo su guitarra que había conectado a un parlante de dios sabrá sacado de donde y cantaba a todo pulmón mientras miraba a Merlina a los ojos.

—¡¡Ingrata!! ¡No te olvides que si quiero! ¡Pues si puedo hacerte daño! ¡Solo falta que yo quiera lastimarte y humillarte! Ingrataaaaaaa

Merlina se sintió avergonzada por primera vez en su vida, sintió el ardor en sus mejillas atacar sin furia mientras la joven de cabellera rubia la señalaba y cantaba a toda voz, las personas a su alrededor comenzaban a murmurar.

—¿Es su novia?

—¿Le trajo serenata?

—Que romántico, la fue a buscar a su trabajo

—Yo también quiero vivir ese sueño don Pool.

Como la chica siquiera cantando la canción sin planes de detenerse y la gente no dejara de mirar a ambas, Merlina tuvo que optar por una estrategia distinta. Y tomándola del brazo la jaló dentro de la tienda, la gente abucheaba y algunos silbaban.

—¡Que vivan las novias!

—¡Viva el amor!

—¡Fuerza lesbiana! 

Cuando la joven ingresó a la tienda arrastrando su parlante y la guitarra consigo tenía una sonrisa satisfecha de oreja a oreja, Merlina quería darle una cachetada por el atrevimiento de ponerla en vergüenza ¡en su primer día de trabajo! Pero respiró hondo y se contuvo.

—Entonces... ¿quieres mi número?

—¡Estás loca! —fue todo lo que pude responder mientras la músico se reía con despreocupación— ¿Ya viste todo el alboroto que causó tu numerito afuera?

—¡Hey! Yo no fui la que estuvo tirando agua sucia en primer lugar, esto fue enteramente tu culpa.

—¿Mi culpa? Se supone que es ilegal trabajar en las calles.

—Que sea ilegal no me detiene de ganarme el pan, cada quien se las arregla como puede ¿no crees?

Merlian quiso decir que no era justo, pero el historial de vida acomodada no se lo permitió ni por un ápice.

—¿No hay otra esquina donde puedas ir a hacer tu música?

—No todas las esquinas tienen a la chica más bonita que he visto hasta ahora.

—Espera ¡¿estás coqueteando conmigo justo AHORA?!

—Ok, ok, tampoco te enojes. Mira, empezamos con mal pie ¿cómo te llamas? Yo soy Enid Sinclair, músico de calle y ocasional guitarrista de algunas bandas los fines de semana.

—¿Y a mi para que me sirve esa información?

—Te sirve para que sepas que Oscar, tu jefecito, me deja tocar mientras no cause alboroto. Su hijo Javier es baterista y está conmigo en una banda, el no juzga mi estilo de vida y yo no lo delato por llevarse packs de Coca Cola y marcándolos como pérdida a fin de mes.

Merlina se recostó en el mostrador de la caja, de todas las cosas que le podían haber pasado al elegir una vida menos acomodada para ganar experiencias, esa era la más extraña en la que pensaba terminar metida.

—Entonces... ¿cómo te llamas, trencitas?

—Merlina Addams y no vuelvas a llamarme así o haré trizas las cuerdas de tu guitarra la próxima.

—¡Calma, calma! No hay que ponernos violentos... aunque —Enid acomodó su guitarra tras la espalda y le guiñó un ojo— chiquitas y peligrosas son mis favoritas.

Merlina quiso contestar pero Enid ya estaba dando media vuelta para salir de la tienda.

—¡Volveré mañana! —comentó al aire— Prometo que esta vez la serenata si te va a gustar, trencitas.

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OFF:

No tengo mucho que decir, es lo más random que he escrito desde el reto Tercermundista que hice el año pasado jajajajaj

Gracias al Culto de Saint Emma por animarse a promover esta actividad y sobre todo a Kimenkx por su iniciativa.

¡Reto cumplido!