
Tres ancianas tejen los calcetines de la muerte.
De repente un portal brillante se abrió y atraves de el salieron dos personas que todos conocían muy bien.
—¡Hagrid!
—¡Luna!
El portal se cerró y ambos invitados se acercaron a saludar.
—Lamento la tardanza, los Nargles se habían robado mis zapatos,pero ya me los devolvieron.
—Ah claro…nos alegra oir eso.
Luego de asegurarse de que ambos estaban al tanto de la situación y que en el exterior todo estaba en calma,era hora de continuar.
—Es mi turno — Remus tomó el libro - Tres ancianas tejen los calcetines de la muerte.
Un titulo que generaba muchas preguntas y pocas respuestas.
Grover no podía engañarme. Cuando le mencionaba el nombre Dodds, vacilaba una fracción de segundo antes de asegurar que no existía. Pero yo sabía que mentía.
Los gemelos se burlaron del pobre Grover quien se notaba que hacia su mejor esfuerzo para mentirle a su mejor amigo. La pregunta era ¿Por qué?
El clima seguía enloquecido, cosa que no mejoraba mi ánimo. Una noche, una tormenta reventó las ventanas de mi habitación. Unos días más tarde, el mayor tornado que se recuerda en el valle del Hudson pasó a sólo ochenta kilómetros de la academia Yancy. Uno de los sucesos de actualidad que estudiamos en la clase de sociales fue el inusual número de aviones caídos en el Atlántico aquel año.
—Es sin duda extraño que continúe mencionando tanto los cambios climáticos, y si toma un párrafo para relatarlo debe ser importante.
Hermione rápidamente copió a Kingsley y sacó un pergamino para anotar palabras y sucesos importantes, así como teorías.
…Le llamé viejo ebrio. No estaba seguro de qué significaba, pero sonaba bien.
Una sonrisa se deslizó por los labios de Sirius.
…Echaría de menos a Grover, que había sido un buen amigo, aunque fuera un poco raro; me preocupaba cómo sobreviviría el año siguiente sin mí.
-aww - las chicas arrullaron al ver cómo se preocupaba por su amigo, el joven Percy era muy considerado.
…Estaba a tres pasos de la puerta cuando oí voces dentro. Brunner formuló una pregunta y la inconfundible voz de Grover respondió:
—… preocupado por Percy, señor.
La atención de todos se centró en la voz de Remus y la llamativa frase que salió de sus labios.
—Oh oh
—Ahora no se irá.
Me quedé inmóvil.
-Es comprensible,no todos los días escuchas a tu mejor amigo y a tu profesor hablar sobre ti - Bill soltó una pequeña risa.
Los que habían pasado por esa experiencia, que eran varios presentes en la sala, sabían que no era algo lindo.
—… solo este verano —decía Grover—. Quiero decir, ¡hay una Benévola en la escuela! Ahora que lo sabemos seguro, y ellos lo saben también…
—¿Que es “una benévola”?...— Hestia se mostró confundida por el término. Los demás se encogieron de hombros sin saber que decir.
—”Ellos”...mortífagos, estoy seguro. — Harry apretó el puño y una teoría comenzaba a formarse en su cabeza. Percy era un mago muy poderoso que a sus doce años podía hacer magia sin varita ni palabras, era obvio que el señor tenebroso buscaría acabar con alguien así.
—Si lo presionamos tan sólo empeoraremos las cosas —respondió Brunner—. Necesitamos que el chico madure más.
George estaba a punto de decir algo pero decidió mantener la boca cerrada.
—Pero puede que no tenga tiempo. La fecha límite del solsticio de verano…
-Fecha limite para que? - Moody miró con sospecha al libro,no creía que fuera la fecha en la que entraría a una escuela de magia.
—Tendremos que resolverlo sin Percy. Déjalo que disfrute de su ignorancia mientras pueda.
Harry a veces desearía poder haber hecho, de repente se enteró de su linaje y acabó año tras año arriesgando su vida para detener a un mago que queria matarlo.
—Señor, él la vio…
—Fue producto de su imaginación —insistió Brunner—. La niebla sobre los estudiantes y el personal será suficiente para convencerlo.
—¡Entonces Percy no está loco! — Ginny exclamó con una sonrisa.
—¿Qué será esta llamada niebla?— se preguntó Luna con un tono soñador.
—No lo sé,pero sea lo que sea es demasiado fuerte. Incluso más fuerte que el hechizo Obliviate. Esa magia no solo logró borrar los recuerdos de Percy y todos los que conocieron a la señora Dodds, si no que incluso reemplazaron dichos recuerdos con otros completamente falsos. —La voz del viejo amigo de Dumbledore, Elphias, se escuchó en la sala.
Los demás asintieron dándole la razón, preguntándose el origen de una magia tan fuerte.
—Señor, yo… no puedo volver a fracasar en mis obligaciones. —Grover parecía emocionado—. Usted sabe lo que significaría.
—No has fallado, Grover —repuso Brunner con amabilidad—. Yo tendría que haberme dado cuenta de qué era. Ahora preocupémonos sólo por mantener a Percy con vida hasta el próximo otoño…
Molly se escandalizó. —¡¿Cómo qué mantenerlo con vida?!
—Bueno…si tenemos en cuenta la criatura que lo atacó en el museo, sería normal que el profesor haya dicho algo así —Charlie se rascó la cabeza con duda intentando calmar a su madre.
…Una sombra cruzó el cristal iluminado de la puerta del despacho, la sombra de algo mucho más alto que Brunner en su silla de ruedas, con algo en la mano que se parecía sospechosamente a un arco…
-Oh…—Hagrid por un segundo pensó en aquellos amigos suyos que habitaban en el bosque prohibido, pero rápidamente descartó la idea.
—Pobrecito, la niebla todavía lo confunde — La abuela de Neville suspiró.
….—Percy —me dijo—, no te desanimes por abandonar Yancy. Es… lo mejor.
-Mala elección de palabras - murmuró Hestia.
—Vale, señor —murmuré.
—Lo que quiero decir es que…—Meció su silla adelante y atrás, como inseguro respecto a lo que quería decir—. Verás, éste no es el lugar adecuado para ti. Era sólo cuestión de tiempo.
Teniendo en cuenta como el chico parecía querer a su profesor,era seguro que no se lo tomaría bien.
—Vale —le dije temblando.
—No, no me refiero a eso. Oh, lo confundes todo. Lo que quiero decir es que… no eres normal, Percy. No pasa nada por…
—Gracias —le espeté—. Muchas gracias, señor, por recordármelo.
—Percy…
Pero ya me había ido.
-Pobrecito - suspiró más de una,era un niño muy tierno y parecía ser muy sensible.
-Si su escuela tiene otra de esas criaturas malvadas es comprensible que haga algo para que Percy abandone la escuela. Aunque claro…un poco más de tacto no hubiera estado mal. —McGonagall negó con la cabeza.
...Al final no pude aguantarme y le dije:
—¿Buscas Benévolas?
Está vez nadie pudo aguantar las risas..
—¿Qué oíste? —preguntó.
—Oh… no mucho. ¿Qué es la fecha límite del solsticio de verano?
-Osea que lo oíste todo - rió Fred junto a su hermano.
—Mira, Percy…—Se estremeció—. Sólo estaba preocupado por ti. Ya sabes, por eso de que alucinas con profesoras de matemáticas diabólicas…
—Grover…
—Le dije al señor Brunner que a lo mejor tenías demasiado estrés o algo así, porque no existe ninguna señora Dodds, y…
—Grover, como mentiroso no te ganarías la vida.
Las risas continuaron, era divertido escuchar como el pobre Grover hacia intentos por ocultar la verdad y Percy lo detenía sin darle oportunidad alguna. Incluso Snape levantó mínimamente la comisura de sus labios.
—Mira, toma esto, ¿de acuerdo? Por si me necesitas este verano.
Grover Underwood
Guardián
Colina Mestiza
Long Island, Nueva York
(800) 009-0009
La mano de Hermione se movia a la velocidad de la luz anotando lo recién leído por Remus. No podía dejar pasar ningún dato.
—¿La escuela queda en Long Island? — murmuró Neville con curiosidad. No podía esperar a escuchar como era. Sería un castillo también?
—Incluso tenemos en número de teléfono de Grover — se asombró Harry.
Los gemelos y Ron se miraron. ¿Y si…?
—Lo siento,no tengo teléfonos muggles aquí — les sonrió Sirius a los chicos adivinando sus intenciones, para luego reír so ver sus rostros decepcionados.
…—O por si me necesitas
—¿Por qué iba a necesitarte? —Lo pregunté con más rudeza de la que pretendía.
—¡Percy!
—Grover —le dije—, ¿de qué crees que tienes que protegerme exactamente?
Y eso querían saber los que no conocían la historia.
…Se produjo un súbito y chirriante frenazo y empezó a salir un humo negro y acre del salpicadero.
En el otro lado, cruzando los cuatro carriles de asfalto resplandeciente por el calor de la tarde, un puesto de frutas de los de antes.
-¿Por qué habría un puesto de frutas en medio de la nada? - murmuró Fleur pensativa. Pero era algo bueno para los viajeros supuso.
No había clientes, sólo tres ancianas sentadas en mecedoras a la sombra de un arce, tejiendo el par de calcetines más grande que he visto nunca. Me refiero a que tenían el tamaño de jerséis, pero eran claramente calcetines. La de la derecha tejía uno; la de la izquierda, otro. La del medio sostenía una enorme cesta de lana azul eléctrico.
Un jadeo de sorpresa salió de Hermione capturando las miradas de todos.
—Mione que sucede? — preguntó Ron extrañado.
—No puede ser…esto no es posible. Ellas no existen — murmuraba en voz baja —Yo…Remus continúa leyendo por favor, solo necesito escuchar un poco más antes de estar segura.
Las tres eran ancianas, de rostro pálido y arrugado como fruta seca, pelo argentado recogido con cintas blancas y brazos huesudos que sobresalían de raídas túnicas de algodón.
Lo más raro fue que parecían estar mirándome fijamente.
Todos podían estar de acuerdo en que la situación se estaba poniendo rara.
Me volví hacia Grover para comentárselo y vi que había palidecido. Tenía un tic en la nariz.
—¿Grover? —le dije—. Oye…
—Dime que no te están mirando. No te están mirando, ¿verdad?
—Pues sí. Raro, ¿eh? ¿Crees que me irán bien los calcetines?
—No tiene gracia, Percy. Ninguna gracia.
-Ninguna gracia - concordó Dumbledore quien ya se estaba haciendo una idea de quienes eran aquellas mujeres. Lo había leído hace tiempo en un viejo libro de su oficina.
Al otro lado de la carretera, las ancianas seguían mirándome. La del medio cortó el hilo, y juro que oí el chasquido de las tijeras pese a los cuatro carriles de tráfico. Sus dos amigas hicieron una bola con los calcetines azul eléctrico…
—¡No puede ser! — exclamó la castaña hija de muggles sobresaltado a más de uno.
—Entonces…ya estás segura? — Ginny colocó una mano sobre dónde se ubicaba su corazón.
—Sí…esto puede ser raro pero…creo que ellas son las Moiras.
—Moras? — Ron había escuchado mal aligerando algo la tensión del ambiente.
—Moras no, Moiras. También se las conoce como la parca,las destinos,etc. Ellas tres son las diosas del destino en los antiguos mitos griegos, eran las encargadas de determinar la vida de una persona. Decidían cuánto tiempo vivirías y el día en que morirías, una vez que una de ellas cortaba el hilo tu vida acababa.
El resto se quedó en silencio por unos segundos. Las Moiras, era increíble llegar a pensar que hubiera existencias tan poderosas. Incluso decidían el curso de tu vida con una bola de hilo y unas tijeras.
—Pero ellas son…solo mitos. — Percy intentó sonar seguro.
—Seguiré leyendo, así lo sabremos. —Remus rompió el silencio.
…Cerró los ojos e hizo un gesto con los dedos que habría podido ser una señal de la cruz, pero no lo era.Era otra cosa, algo como… más antiguo.
—Grover, el hilo que la anciana cortó… ¿significa que alguien va a morir?
Su mirada estaba cargada de aflicción, como si ya estuviera eligiendo las flores para mi ataúd.
Eso no tranquilizó a nadie.
-Suponiendo que estás destino sean reales, ellas han cortado un hilo mientras veían al pequeño Percy. Y según lo que dijo Hermione… — Hagrid no quiso terminar la frase.
-Pero si el nos ayudará en nuestra lucha,no creo que esté muerto - Snape habló lentamente luego de varios minutos.
El resto asintió quedándose más tranquilos. Molly rápidamente fue en busca de comida para todos. Una lectura no se podía continuar con el estómago vacío.
Así se tomaron un momento para comer y discutir estos nuevos acontecimientos entre ellos antes de seguir con el libro.