I can run, but I can't hide (From my family line)

Harry Potter - J. K. Rowling
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I can run, but I can't hide (From my family line)
Summary
Andrómeda siempre supo que las cosas que quería tenían un precio alto debido a quién era. También era consciente de que no podría tenerlo todo, por eso eligió entre las opciones que tenía para conformarse con una y pretender que la pérdida del resto no dolía.Su posición era demasiado precaria para permitirse ser ambiciosa, así que decidió cegarse a cualquier alternativa manipuladora, ella no sería como los demás Black. Por eso construyó una familia nueva, pero nunca pudo dejar de extrañar a sus hermanas y primos.Al final, fue una de las dos sobrevivientes de su familia, con su nieto huérfano y sin la energía necesaria para intentar reconciliarse con su hermana menor.En su lecho de muerte Andrómeda Black estaba siendo asechada por las dudas y arrepentimientos de una vida entera, segura de que tomo las decisiones correctas, pero sabiendo que los momentos de añoranza y amargura por lo que perdió nunca la dejaron.¿Si tuviera una segunda oportunidad de hacerlo todo sería capaz de cambiar las cosas?O Andrómeda Black vuelve al pasado después de morir con un millar de arrepentimientos, decidida a cambiar el futuro para salvar a la mayor cantidad de miembros de su familia posibles.
Note
Realmente no sé qué es esto o si vaya a continuar escribiendo las demás partes (tampoco creo que lo llegue a leer nadie, pero necesito poner esta obsesión en algún lado), fue una idea que llego a mi mente luego de ver un edit de las hermanas Black en Tiktok y que me dejo pensando ciertas cosas del fandom de la era de los merodeadores relacionadas a la representación y trato que se les da a las mujeres.Básicamente es mi debut delulu en un fandom donde 90% del contenido es fanon y la cosa se calienta de manera violente muy rápido y muy seguido si te gustan (o no) ciertos personajes o ships.Cabe aclarar que de continuar la mayoría, sino es que todos los personajes, van a comportarse de manera OOC (Out of Character/fuera de personaje), en guerra avisada no muere soldado (más o menos).Este es mi primer fanfic y la primera vez que escribo algo en años, perdón por las faltas de ortografía y la mala redacción.El link del edit en cuestión:https://www.tiktok.com/@lupinloon/video/7228642390842576170?lang=es Todos los derechos y créditos de los personajes y el mundo de Harry Potter le pertenecen J.K. Rowling, solo la trama de este fanfic y algunos OC son de mi autoría. Créditos a los respectivos autores de las imágenes usadas.
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Oclumancia e introspección

Sabía que comenzar a ordenar su mente nuevamente para poder crear barreras contra otros legeremantes no sería fácil, especialmente teniendo en cuenta que su núcleo mágico aún se encontraba parcialmente sellado, pero sus pocos avances hasta el momento eran frustrantes.

 

Cuando por fin pudo conseguir un momento a solas para iniciar su entrenamiento se encontró así misma caminando dentro de los pasillos de lo que fue en algún momento una hermosa biblioteca. Un lugar que había construido con dedicación y empeño, cada centímetro estaba milimétricamente planeado para verse como ella quería, lleno con los recuerdos de toda una vida, de casi un siglo de la historia de Andrómeda, la familia que perdió, la vida que construyo y las consecuencias que la guerra dejo en su puerta.

 

Había esperado que el lugar estuviera mal, desordenado o ligeramente fuera de lugar, no que estuviera completamente en llamas, literalmente en llamas. Era como si un huracán hubiera pasado por un incendio para luego continuar su camino esparciendo el caos por todos los confines de su mente. Las paredes estaban cubiertas de hollín, parte de los estantes altos de madera pulida estaban quemados, destrozados o volcados, haciendo de su ordenada biblioteca un laberinto inconmensurable.

 

Lo libros de tapa dura y encuadernado delicado que había llenado de recuerdos de su día a día estaban desparramados en el suelo sucio, algunos estaban hechos pedazos y otros carbonizados por el fuego abrazador que parecía querer consumirlo todo. Aun sabiendo que todo estaba en su mente, y no podía dañarla realmente, no podía evitar sentir el terrible calor que hacia allí, al menos había logrado controlar la tos inicial que la ataco no más entrar y que casi la lleva a salir de golpe del lugar por el miedo que le provoco.

 

La opresión constante en su pecho no venía de la tos o del humo que seguía inhalando, aunque este estuviera provocándole una sensación de quemazón en la garganta. Estaba consciente de que ese dolor venia de ver el daño que su viaje en el tiempo y la inestabilidad de su núcleo mágico le causaron al fruto de más de setenta años de vida y trabajo cuidadosamente curados. Puede que no todo lo que se encontraba en su cabeza fuera bueno, pero eran suyo, era su mente la que se estaba quemando hasta las cenizas y ella no quería perder nada, quería que todo se quedara en su lugar así fuera doloroso tropezarse con algunas memorias.

 

Tuvo que reprimir su impulso de intentar arreglarlo todo y se concentró en tomar el control suficiente como para apagar el fuego, eso era lo máximo que podía permitirse hacer sin quedar completamente drenada. Dedicarse a salvar lo que pudiera de la vieja estructura mental que construyo no era la mejor idea en ese preciso momento, le tomaría demasiado tiempo y energía.

 

Además, si alguien llegaba a traspasar las débiles barreras mentales que poseía hasta el momento se encontraría con algo que no tenía por qué existir en la mente de una infante casi recién nacida. Lo más adecuado sería crear un frente falso más acorde a sus necesidades, eso le ofrecería la protección que necesitaba mientras que fortalecía su magia mental, ya se encargaría luego de recuperar y reconstruir su biblioteca volviendo a poner todo en orden.

 

El proceso fue lento y tortuoso porque al inicio necesitaba estar despierta y a solas para asegurarse de que todo se hacía como ella quería, no podía dejar nada al azar, pero su estado físico actual era un gran impedimento. El cuerpo de infante en el que se encuentra no posee mucha resistencia y a menudo se queda sin energía, obligándola a dormir más de lo que le parecía necesario. Por otro lado, necesitaba actuar tan natural como fuera posible para no levantar sospechas de nadie, así que no podía arriesgarse a practicar oclumancia frente a otros. En consecuencia, acabo siendo marcada como una niña callada, calmada y que nunca causaba problemas a la hora de irse a dormir.

 

Luego de lo que pareció una eternidad acabo con la construcción inicial del frente falso, lo necesario para despistar a cualquiera, dejando la entrada a su antigua biblioteca refundida en la parte del inconsciente que almacena los miedos y fobias de una persona, pocos legeremantes se adentraban en dichos lugares, usualmente más concentrados en conseguir información con más relevancia.

 

En su primera vida allí fue donde Andrómeda decidió guardar los libros de memorias que sabia la pondrían en aprietos con su familia, confiando en que la atmosfera pesada guiara a cualquier polizonte en dirección a las memorias cercanas. Dentro de las cosas que atesoro se encontraban las compañías, no amistades, nunca podría permitirse ese lujo, que comenzó a frecuentar a partir de su segundo año en Hogwarts en conjunto con algunos de sus amigos sangre pura y luego de su tercer año también guardo todo lo relacionado con Ted en ese mismo lugar.

 

Especialmente sus citas en Hogsmeade, esos pocos momentos de libertad y felicidad eran suyos y de nadie más, su familia no tenía el derecho de inmiscuirse en ellos para luego usarlos en su contra. Su tía Walburga nunca fue de acobardarse ni respetar nada, por lo que fue un milagro que nunca tomara los libros correctos para ver lo que hacía con Ted, lo que sabía de Sirius y los amigos que ambos tenían, los dioses parecían sonreírle en pocas ocasiones, siendo esta una de ellas.

 

Con un plan más sólido en mente y su tapadera lista se puso nuevamente en marcha, había tenido que rebuscar entre el desastre por incontables días para encontrar los recuerdos adecuados para volverse a enseñar oclumancia, en esta ocasión de una mejor manera o al menos eso esperaba ahora que tenía experiencias previas que la ayudarían. Eso y las viejas memorias de las lecciones con sus tíos Orión y Walburga, no había nada de utilidad en las pocas lecciones que sus padres le dieron, los recuerdos estaban demasiado teñidos de miedo y ansiedad para serle de alguna utilidad, por lo que tuvo que seguir buscando con más ahínco.

 

Lastimosamente no logro encontrar todas las memorias que tenía planeadas en un inicio, lo cual le había provocado un ataque de rabia tan intensó y duradero que no le permitió comenzar cuando al fin encontró algo de utilidad porque estaba exhausta nuevamente. El cansancio parecía ser su compañero más fiel debido a su constante actividad mágica y mental, estaba comenzando a sentirse cada vez más impaciente por crecer para evitar que cosas mínimas como estas tomaran un lastre tan grande en su estamina.

 

Irónicamente, la memoria más importante y educativa que logro encontrar era la de una calurosa tarde de verano en que su tía le explico de manera tajante, dándole una mirada decepcionada, el por qué no servía como oclumante o legeremante. Eso no quiere decir que fuera una incompetente en magia mental, algo que históricamente les era fácil a los Black, sino que, en los estándares sentados por sus mismos familiares, ella se estaba quedando por debajo de las expectativas, algo inaceptable.

 

Su generación lo tuvo especialmente difícil al tener a Walburga como su principal profesora, la mujer era una legeremante efectiva y contundente que no tenía que esforzarse demasiado para lograr abrirse paso en mentes ajenas, no importaba que tan preparadas estuvieran sus víctimas o sus alumnos. Por su lado Orión se inmiscuía de vez en cuando para enseñarles las bases para proteger su mente y repeler intrusiones indeseadas, con su capacidad para sellar de manera hermética su mente y tener un control casi perfecto de sus emociones era él quien lograba resistirse por más tiempo a Walburga.

 

Al final del día el conocimiento personal que su tía tenía sobre su marido acababa por jugarle en contra a Orión, porque Walburga Black era despiadada a la hora de utilizar los puntos débiles o sensibles que conocía para desestabilizarlo, coronándose como una vencedora invicta contra todos los demás miembros vivos de su familia.

 

Con tales maestros a su disposición y las expectativas tan altas que estos tenían, el fallo era una certeza humillante que siempre los impulso a tratar tercamente de volverse mejores, con un éxito moderado en la mayoría de los casos, solo Reggie y Cissa lograron progreso real digno de reconocimiento. Pero su hermana era demasiado inteligente para darle esa información de manera gratuita a sus mayores, guardándose ese detalle para sí misma hasta el final de sus días.

 

No pudo evitar fruncir el ceño mientras veía nuevamente el desastre que tenía por mente, para evitar más confusiones y pérdidas de tiempo se había dedicado en las últimas horas a vaciar uno de los estantes que parecía menos dañado para luego llenarlo de los libros de memorias que creía era más importantes para sus planes a corto plazo.

 

Ahora que había terminado estaba recostada contra este, debatiéndose entre abrir o no el libro que tanto había estado rastreando, no estaba segura de querer enfrentarse a una versión más tosca de su tía en un tiempo que recuerda a medias con algo de cariño. No por las lecciones que les impartieron en esas vacaciones, sino por los buenos momentos que tuvieron en conjunto, incluso sus padres se comportaron decentemente durante esa temporada en la casa de campo en Varenna.

 

Lastimosamente las lecciones que obtuvo de Walburga en esos días eran lo mejor que había encontrado para formarse como oclumante y legeremante y no podía dejar que la nostalgia la detuviera de cumplir sus metas, los sentimentalismos de este tipo eran una debilidad que podría matarla a futuro. Con las manos temblorosas y los hombros tensos abrió el viejo libro para sumergirse en la memoria.

 

Su tía le dijo en repetidas ocasiones que su incompetencia para la oclumancia venía de su incapacidad para controlarse y sobre ponerse a la voluntad ajena cuando no tenía el control absoluto de la situación. Aparentemente, su necesidad por aferrarse al control, aunque fuera de su mente, la hacían inútil, puesto que, aún con una biblioteca mental construida con detalles medidos de manera milimétrica, no soportaba tener a alguien hurgando en su cabeza, viendo dentro de sus libros de memorias y sintiendo cosas que para ella eran privadas.

 

“Ser un buen oclumante,” había dicho Walburga luego de hacerla trizas en cuestión de minutos en la sesión practica de ese día. “no es sinónimo de tener una mente blindada al punto de ser impenetrable, Andrómeda. Eso es una inversión de tiempo y energía ineficiente e ingenua, que solo llevaría a que otros sospecharan de lo que intentas esconder con tanta fiereza. Y eso, niña tonta, es atención que no quieres sobre tu persona.”

 

La luz de la tarde se colaba por los ventanales de la casa de campo, tiñendo todo a su alrededor con un leve tono naranja pastel. Esa misma luz de tonalidad cálida no suavizaba ni un poco las facciones de su tía, la hacía ver aún más hermosa, como salida de una pintura, pero no lograba opacar esa diligencia férrea que siempre se reflejaba en su rostro.

 

“Un buen oclumante sabe organizar su mente de manera cuidadosa de una forma que pueda priorizar el resguardo de lo más importante y guiar la experiencia de todo aquel que entrara en su mente, invitado o no.”  Su tono era nivelado e indiferente, cualquier rastro de emoción había sido limpiado completamente, esos fríos ojos azules estaban nuevamente bajo un escudo de oclumancia. “El exceso de organización sin barreras que lo protejan equivale a servir en bandeja de plata todo el conocimiento que poseemos. Ahora intenta entrar en mi mente.”

 

Se sintió soltar un suspiro y salió de esa memoria cerrando el libro con delicadeza, no quería presenciar en primer plano como su yo más joven fallaba durante horas en entrar a la mente de su tía, ya tenía todo lo que necesitaba.

 

No importa si los recuerdos se encuentran en estantes, bibliotecas o laberintos, lo que importa es como los construya, pues las intenciones y sentimientos de ese instante siempre dejarán una traza que otros conocedores del tema podrán sentir y aprovechar.

 

Eso la llevaba a su dilema actual, pues no sólo necesitaba una nueva biblioteca mental convincente que contuviera sus recuerdos más recientes vistos desde la nostalgia (para hacerlos ver felices desde el punto de vista de un infante), sino que también necesitaba crear una especie de trampilla que resguardara la entrada de la biblioteca llena de sus recuerdos antiguos, esta debía ser solida en caso de emergencias, pero discreta.

 

Poner la entrada en el medio de su inconsciente fue una buena decisión, pero no sería suficiente si llegaba a estar en peligro durante la guerra. El caos e intensidad de la zona tendrían que ser alimentados de manera cuidadosa y constante si quería que sirvieran como un frente consistente, de hacerlo correctamente esta parte de su mente siempre estaría llena de emociones desbocadas que podrían herir a alguien con su intensidad.

 

También tendría que poner una versión más adecuada de su inconsciente frente al inconsciente real, porque si alguien lograba llegar así de lejos en su mente podría toparse con información aún más delicada que no poseía el mismo contexto de los recuerdos de su segunda biblioteca mental.

 

La construcción de toda una mente falsa iba a ser una completa pesadilla, pero era algo necesario, ya que jugar la carta de ‘Soy una vidente’ era demasiado arriesgado en comparación a pretender que era una oclumante nata. Su familia mantendría esto último como un secreto del que aprovecharse y al ser más común no sentirían la necesidad de alardear al respecto, era la opción más segura.

 

Que los dioses se apiaden de su pobre existencia, está situación iba a matarla del estrés antes de que pudiera volver a hablar.

 

 

(···✦❇✦···)

 

 

El principal problema que venía con querer todo hecho de manera rápida, pero prolija mientras su paciencia tendía de un hilo era que su buen humor y tolerancia para con la situación en la que se encontraba y para soportar a otras personas eran casi nulos. Lo cual no habría sido gran cosa si no fuera porque se encontró pasando poco tiempo a solas, con su tía Walburga y Bellatrix acaparando la mayor parte de sus horas dentro de la guardería o cualquier otra parte de Grimmauld Place en la que los padres de Andrómeda no estuvieran.

 

¡Inclusive su elusivo Alphard se mostraba más seguido que en su vida pasada para pasar tiempo con ellas!

 

No tanto como para superar al tío Orión, pero seguía siendo un cambio tan notable como el de sus tíos, que parecían haberlas tomado a ella y a Bella como hijas subrogadas de la noche a la mañana. A su madre solo la vio durante lo que supone fueron los primeros uno o dos meses de su vida, hasta que se aseguraron que estaba sana y Druella se negó a seguir amantándola porque ya no era necesario. De Cygnus solo había visto sombras y escuchado su voz fuera de la guardería, indiferente a la existencia de sus dos hijas. Ambos parecieron esfumarse de Grimmauld Place poco después de que Druella dejara de alimentar a Andrómeda, lo cual era extraño teniendo en cuenta la tendencia de ambos a arrastrarlas con ellos sin importar el lugar o la compañía.

 

Debido a su corta edad física sus únicas actividades diarias se reducían a comer, dormir, ser bañada y embardunada en menjurjes, tomar el sol en el jardín trasero de la mansión y acompañar a Bella, Orión y Walburga a estar en el planetario del tercer piso durante las lecciones de Bella. Estas están repletas de repasos de las constelaciones y de los mitos que las rodean, en algunas ocasiones se crean pequeños desvíos del tema debido a que su hermana comienza a bombardear a sus tíos con preguntas acerca de la historia de la Hogwarts, las cuales usualmente tienen una tangente acerca de la familia Black en ellas.

 

Detesta estar desconectada de lo que pasa en el resto de la casa debido a que su movilidad todavía depende principalmente de su tía y de Kreacher, y en ausencia de estos se la pasa confinada en la guardería, incluso más que Bella, que ya es llevada a las comidas familiares y ciertos eventos. Además, no sabe que pasa a su alrededor realmente porque los adultos casi no hablan cuando la tienen a ella cerca, pero es claro que algo grande paso si ellos no pueden tocar temas ‘adultos’ sin acabar en una pelea. Por el momento no puede usar legeremancia por miedo a ser muy obvia en sus intentos, no quiere terminar con alguno de ellos en su cabeza cuando su nueva biblioteca aun no luce del todo convincente.

 

La ignorancia es irritante, pero es mejor que una muerte segura por andar de curiosa.

 

Especialmente teniendo en cuenta que su núcleo mágico aún estaba parcialmente sellado y los ritos de protección aún estaban siendo aplicados en ella debido a la inestabilidad de su magia, no tenía mucha más opción que mantenerse quieta, practicar su oclumancia e intentar parecer normal.

 

Incluso cuando le era difícil quedarse quieta durante las ceremonias en las que su tía la colocaba dentro de pentagramas reforzados con runas y objetos de dudosa moral y procedencia para hacer que las protecciones ancestrales de los Black se apeguen a ella también. No es como si la magia oscura que componía los ritos la incomodara, durante su primera vida se acostumbró a esta, pero estar marcada con runas hechas en sangre y vestida como un cordero listo para ser sacrificado le ponía los nervios en punta.

 

Para este punto era obvio que su tía no iba a lastimarla, o eso quería creer, pues Andrómeda misma había hecho estos mismos ritos con Dora cuando esta había nacido y sabía que estos eran una barrera de protección bastante eficiente para los que compartían su sangre. Eso junto con el miedo de que su hija estuviera desprotegida cuando el clima político estaba tan inestable la llevo a ir en contra de los deseos de Ted, la pelea entre ambos fue épica y ella nunca se disculpó, a pesar de las preocupaciones que su marido tenía acerca de exponer a su hija a magia tan oscura a tan corta edad.

 

No podía decir que estaba orgullosa de la manera en que se comportó cuando su marido continúo expulsando excusas que sonaban más como el razonamiento de Dumbledore que como palabras propias nacidas de la mente de Ted.

 

Quiso reírse en su cara y gritarle que un poco de magia oscura nunca había matado a ningún Black, que la hija de ambos estaría bien meramente porque tenía la sangre de Andrómeda corriendo por sus venas, pero eso habría ofendido a su esposo y habría sonado demasiado como lo que estaba intentando evitar al huir con él.

 

Los Black no fueron la primera ni la última familia que creo maneras de proteger a los suyos desde que nacían, los Gaunt, Peverell, Nott e incluso los Weasley habían tenido este tipo de prácticas durante generaciones. Estos y algunas otras familias terminaron por dejar de lado estas prácticas durante tiempos de paz, perdiéndolas en el proceso, o fueron demasiado estúpidos como para hacer que su legado perdurara debido a su ego.

 

Al final acabo por reírse falsamente en la cara de su esposo luego de comentar acerca de la hipocresía de Dumbledore, que estaba más informado en el tema que Ted, y le aclaro a su esposo que no estaba pidiendo su permiso, porque estaba en su derecho a proteger a su hija con cualquier conocimiento que tuviera.

 

Cuando su hija acabo siendo una aurora y parte de la Orden del Fénix se sintió validada en su preocupación y en haber forzado su voluntad para aplicar las ceremonias en Dora. Especialmente cuando vio como Moody y Dumbledore se aprovechaban de su condición como metamorfomaga, pero no era solo eso, sino la manera en la que la enviaban a ciertas misiones que estaban por encima del nivel de su hija con menos refuerzos de lo necesarios.

 

Dumbledore era un anciano decrepito lleno de hipocresía, por todo lo que el viejo director se quejaba de las tradiciones sangre pura que involucraban magia oscura, este nunca dudo en aprovecharse de estas, mediante Sirius en la primera guerra contra Voldemort y mediante su hija en la segunda, para ayudar a la Orden. La presencia de Sirius llevo a que cualquier Black y aquellos cercanos a ellos tendieran a evitarlo o tener más cuidado en su presencia. Esto mismo paso con Nymphadora y ella misma durante ambas guerras, lo cual los llevo a los tres a un falso sentido de seguridad que se desvaneció de golpe no mucho después de que su primo escapara de Azkaban.

 

La batalla del departamento de misterios le recordó dolorosamente que las protecciones puestas en ellos no estaban allí para evitar que otros Black los hirieran. En el momento en el que miembros de su familia se enfrentaban quedaban vulnerables debido a que la magia puesta en ellos se anulaba inmediatamente, nivelando o desnivelando el panorama según las habilidades que tuvieran. Era como estar nuevamente en la primera guerra contra Voldemort, que dejo a la casa Black vulnerable, siendo la primera ocasión en la que los Black peleaban para bandos opuestos, ni siquiera Iola Black Hitchens y Phineas Black se atrevieron a alzar sus varitas contra la familia a pesar de tener motivos e ideales completamente opuestos.

 

Aún recuerda lo asustada que se encontraba mientras corría por los pasillos de San Mungo para ver a su hija y a su primo luego del incidente, buscando primero a Dora. Sabiendo en su corazón que Sirius entendería que la pusiera como prioridad, era su hija después de todo y nadie de la Orden les quería decir mucho a ella o Ted de lo que había pasado la noche anterior, avisando solamente de manera general que los heridos serían trasladados al hospital y que sus familiares deberían ir a verlos.

 

Ver a su hija, pálida en la camilla mientras varios medimagos la atendían, le quito al menos una década de vida en segundos, lo único que logro calmarla fue la rapidez con la que terminaron con su trabajo, dejando que ella pasara para revisarla por sí misma, consolando a su hija que se encontraba histérica a pesar de los filtros calmantes que le habían suministrado. Los médicos le aseguraron que ella se encontraba bien, algo desorientada por un golpe en la cabeza, que la mantendría algunas semanas en reposo, pero saludable a pesar de las circunstancias.

 

No tuvo gran oportunidad de calmar a su hija, que se encontraba balbuceando disculpas llorosas, cuando los cuchicheos del personal médico se colaron en la habitación. Su cuerpo y su mente se negaron a procesar lo que escuchaba, no fue hasta que Ted entro a la habitación en compañía de Kingsley con una mirada llena de pena que comenzó a caer en cuenta de lo que había pasado. El auror se había levantado rápidamente a pesar de sus heridas y había querido avisarle personalmente a Andrómeda sobre la muerte de Sirius.

 

No tiene muy claro que paso exactamente luego de las condolencias y explicaciones dejaran los labios del auror, solo recuerda sentir varias manos intentando retenerla y líquidos siendo forzados en su sistema, posiblemente fueran filtros calmantes concentrados que ayudaron a dejarla inconsciente en minutos. Ted se negó a comentar al respecto, pero las miradas que Kingsley y las medimagas le dieron luego de eso le decían lo suficiente, para ellos había dejado de ser la señora Tonks y había vuelto a ser una Black.

 

Dora fue la única que tuvo el coraje para hablar con ella de eso, en un intento por darle su pésame para que compartieran el duelo por Sirius. Aparentemente ella se había separado de su hija para intentar salir de la habitación con su varita firmemente en mano, con solo un comentario corto acerca de pedir respuestas como explicación para los demás presentes.   

 

Era dolorosamente obvio que en ese momento su mente decidió priorizar la violencia y rabia por sobre la tristeza y dolor que le trajo la muerte de su primo, al punto de desasociarla de la realidad de las cosas lo suficiente como para que intentara irse a buscar a Cissa o Bella para que le rindieran cuentas por el asesinato de Sirius, aun sabiendo que iba a perder su propia vida en el intento. Porque era obvio que ninguna de sus hermanas le mostraría piedad si se aparecía tan descaradamente frente a ellas, así como no se la dieron a Sirius cuando este intentaba proteger al hijo de los Potter.

 

El dolor y la soledad que trajo la muerte de Sirius eran tan pesados que ni siquiera pudo llegar a sentir satisfacción al ver como Narcissa, Bella y ella fueron las últimas Black en pie después de esa noche, tres mujeres, y que los vástagos de dos de ellas eran la única oportunidad que su noble y ancestral casa tenía para revivir de entre las cenizas, lo cual no ocurriría. El niño de su hermana era un Malfoy y su Dora había sido una mestiza, igual que el hijo que dejo, sus ancestros se levantarían de entre los muertos para quemar el legado Black hasta las cenizas antes de permitir que uno de ellos tomara el liderazgo de su familia.

 

El paso de los años no aminoró su duelo, no pudo siquiera asimilar la muerte de Sirius cuando la guerra exploto, llevándose a Ted en su inicio y a su hija en el final, dejándola con un nieto que estaba igual de solo en el mundo que ella. De haber sido una persona diferente, de haber amado menos a su nieto, no habría podido sacar las fuerzas para volver a criar a un niño pequeño desde cero.

 

No podía negar que la ayuda ocasional de Ginny Weasley y Harry Potter era bienvenida, pero nunca podría dejarles la carga completa de criar a un niño ajeno. No iba a ser ella quien les pusiera más peso sobre los hombros a dos jóvenes que ya tuvieron que pasar por lo inimaginable desde niños y merecían disfrutar de la poca juventud que les quedaba.

 

Esto la llevo a tener que endurecerse, volviendo a sus raíces como parte de la familia Black, para poder navegar un mundo que se encontraba en reconstrucción luego de la catástrofe, uno en el que muchos creían que podían meterse con Teddy por ser huérfano. Al final del día había cosas que ni siquiera ser el ahijado del elegido y salvador del mundo mágico pudo evitarle, en muchos casos lo hizo peor, pues la fama de su padrino lo ponían más cerca del ojo del huracán mediático del mundo mágico.

 

Porque si había algo que la sociedad mágica nunca perdería seria la hipocresía y necesidad de ser cizañeros, especialmente cuando tenía que ver con el estatus de sangre y los magos o brujas que no eran del todo humanos, porque la sociedad mágica podía pretender adorar a Remus Lupin por ser uno de los 50 caídos de la batalla de Hogwarts, pero los prejuicios contra la licantropía nunca podrían dejarlos de lado. No importaba que Nymphadora también tuviera que ver con la existencia del niño y que los exámenes en San Mungo salieran negativos, para ellos Teddy siempre estaría ‘manchado’.

 

A pesar del cansancio y la soledad se negó a buscar consuelo en nadie, no importo cuanto rogaran los miembros de la Orden para que se abriera con ellos y se relacionara más socialmente. Nada importaba cuando sabía que solo su hermana menor podría entenderla y ellas estaban perdidas para la otra desde hace décadas. Es por eso se sorprendió inicialmente cuando el niño Malfoy al que Narcissa dio a luz se atrevió a tocar su puerta luego de que el juicio de esta terminara. Todo se debía a que Cissa estaba muy enferma y su hijo creyó que tener devuelta a su única familia viva sería bueno para ella.

 

Tenía que darle algo de crédito al niño por haber tenido el valor de ir a buscarla, pero ni sus ruegos iniciales, ni los reclamos por piedad filial o la enfermedad repentina de su hermana la harían volver al lado de alguien que solo escupiría sobre la memoria de la hija, esposo y primo de Andy, así como en la existencia de su nieto. Narcissa nunca la buscaría o le pediría que volviera a su lado tampoco, especialmente en un momento de debilidad, eso sería casi un ruego y los Black no ruegan.

 

En aquel entonces no pudo evitar canalizar cada gramo de enojo y crueldad que tenía en su cuerpo para blindarse ante los ojos grises que le suplicaban silenciosamente desde un rostro casi idéntico al de su hermana. Su voz tembló ligeramente cuando se negó volver a ver a su hermana, enviando al chico devuelta con su madre, amenazándolo de manera velada con no ser tan misericordiosa la próxima vez que un extraño de su calaña se asomara por su casa.

 

Su desprecio y dureza ante el chico no venían de un desinterés por conectar con Narcissa o un odio desmedido por el niño que en otra vida habría sido su sobrino, en otro momento tal vez se habría visto más abierta a la propuesta, pero en ese entonces las muertes de Sirius y Dora aún estaban muy frescas para ella, por lo que le fue más simple aferrarse a la ira. Especialmente cuando ceder ante la añoranza significaría traicionar las memorias de su primo y su hija, algo que ella nunca haría por el amor y respeto que les tenía.

 

No tuvo más opción que alzar su varita contra él cuándo siguió insistiendo en que su madre la extrañaba, que sería bueno para ambas reunirse, y se atrevió a avanzar en dirección a la casa. No piensa repetir las palabras despectivas y cortantes que le dirigió, que si bien harían que Sirius e incluso Walburga y Bella estuvieran orgullosos, eso no significaba que ella se sintiera de la misma manera.

 

Finalmente logro ver el primer vestigio de sangre Malfoy cuando el chico retrocedió de manera aterrada y se marchó para no volver. Luego de ese encuentro incomodo no volvió a saber de su hermana o del hijo de esta, ya que se mantuvieron en un autoexilio los primeros años luego de la guerra, lo que fue un movimiento inteligente por parte de ambos. No creía que hubiera muchos dudaran en intentar matarlos por sus acciones, voluntarias o no en la guerra. Lo último que supo de ellos por años fue que Draco consiguió casarse y tener un heredero con nombre tradicional Black, lo cual posiblemente tuviera a Arcturus y Walburga retorciéndose en sus tumbas ante la ofensa repetida, Sirius posiblemente estuviera igual, siempre odio que un Malfoy tuviera un nombre Black. En ese momento deseo que les fuera bien de ahora en adelante, más por el niño que por nada, pero luego se enteró por Teddy que las tragedias seguían a los Malfoy con la muerte de la esposa de este.

 

Quizás la madre de su esposo tuvo razón cuando le dijo a Andrómeda que todo lo que se hacia en la tierra se pagaba en esta de una forma u otra.

 

 

(···✦❇✦···)

 

 

No pudo evitar soltar un suspiro cansado, aun cuando sabía que su tía la miraría raro y con algo de diversión por dicha acción. La mujer parecía encontrar interesantes sus actitudes desafiantes o hastiadas. No es como si Andrómeda quisiera ser difícil o mostrar actitudes que pueden serle tiradas en cara en el futuro, pero se encontraba algo aburrida con la constante repetición de las ceremonias que su tía práctica en ella.

 

Cualquiera persona estaría harta de todo si le estuvieran dando baños en agua infusionada, pociones y luego embardunadolos con aceites a diario. En su caso inicio con esta rutina siendo repetida cinco veces al día durante varios meses y esta era la primera semana en la que solo tenia que pasar por todo el proceso solamente dos veces al día, gracias a los dioses.

 

Walburga fue la que se hizo cargo de hacerlo todo, aun cuando los baños podrían hacerlos los elfos domésticos o cualquier otro miembro de la familia, ella realmente parecía contenta cuidando a Andrómeda. Bellatrix, que parecía vivir eternamente en las faldas de la mayor, siempre estaba allí durante el proceso y en algunos casos se le permitía entrar en la bañera para que ambas jugaran juntas en el agua, no que Andy jugara mucho al inicio, cediendo solo para no hacer sentir mal a su hermana una vez que se volvió obvio que su movilidad era mejor.

 

Aun así, hoy es uno de esos días en los que la irritación hace demasiados estragos en su humor y no se encuentra con ganas de seguir siendo sumergida en aguas cargadas con olores intensos que le provocan dolor de cabeza. Pero no quiere darle motivos a su tía para molestarla por su mal genio, por lo que se deja hacer a pesar de todo.

 

O esa era su intención hasta que la mujer decidió pasarle una mano húmeda por la cara para limpiarle el rostro y el cabello sin aviso alguno, ahogándola ligeramente porque se trago parte del agua. Esta vez ni siquiera se molesto en intentar contener su mal humor y soltó un chillido agudo y comenzó a jalar la mano de su tía para intentar morderla con los pocos dientes que tenía, lo cual no es de mucha utilidad porque la mujer ya conoce sus tácticas por lo que evita que logre su objetivo.

 

“Deja de comportarte como un gremlin, Andrómeda, sabes bien que necesito que el agua toque todo tu cuerpo, de otra manera el haberte bañado seria completamente en vano.”

 

Sus consecuentes chillidos de indignación y otros intentos fallidos son respondidos con risas por parte de Walburga y Bella, que parecen encontrar sus intentos de agresión divertidos. Desearía al menos poder rasguñar a la mujer cuando sigue pasando cantidades pequeñas de agua por su cabeza, pero luego de la primera vez que lo logro termino con un corte y limado de uñas luego del baño.

 

“Bueno, creo que es hora de sacarlas, no queremos que te lastimes la garganta en un acto de rebelión.” El comentario es hecho de manera algo burlona y va acompañado de una sonrisa ladeada que le deja claro que la mujer solamente la esta sacando de la tina porque el agua se esta comenzando a enfriar y no porque se rinde ante sus quejas. “¡Kreacher!”

 

“¿Si, Señorita Walburga?”

 

El sonido de la aparición del elfo no tardo ni un segundo en hacerse presente en el baño de la guardería, seguido por la voz de este.  La pequeña figura de Kreacher no traspaso el marco de la puerta, esperando ordenes de su tía.

 

“Necesito que vigiles a Bellatrix mientras yo me encargo de terminar de arreglar a Andrómeda.” Walburga hablo sin despegar la mirada de las niñas en la tina, invocando con un movimiento de su varita un par de toallas para secarlas a ambas y con otro movimiento de varita dreno la bañera. El elfo se movió cerca de donde se encontraban las tres, murmurando acerca de cuidar a la pequeña señorita. “Bella, no quiero que te muevas ni le des problemas a Kreacher, ya vuelvo, ¿me entiendes?”

 

“Está bien, tía.” Su hermana articulo su aceptación mientras era envuelta por su tía en una de las toallas y luego sentada en uno de los bancos que siempre estaban en los baños.

 

Luego fue su turno de ser envuelta en una toalla, siendo llevada directamente a la habitación, siendo depositada en el cambiador mientras que su tía escogía que ropa ponerle para la noche. Unos minutos después se encontraba seca, vestida y metida en su cuna, a diferencia de Bella, quien estaba sentada frente a un tocador con su tía arreglando su cabello de manera delicada.

 

“¿Hoy va a estar el tío Al con nosotros para cenar?” La pregunta fue hecha mientras la niña miraba a la mujer a través del espejo, moviendo sus pies de manera rítmica.

 

“No, esta noche solo seremos Andrómeda, tú y yo en el comedor, Alphard y Orión tienen una reunión importante con algunos socios y no podrán acompañarnos.”

 

“Los amigos pueden quedarse con el tío Al, pero yo quiero al tío aquí con nosotras.” El ceño fruncido de la pelinegra menor era marcado cuando volvió a hablar con tono irritado.

 

“Yo también quiero que tu tío Orión cene con nosotros, pero todos tenemos responsabilidades que demandan nuestra atención de vez en cuando, para mañana todo volverá a la normalidad y todos pasaremos el día juntos.”

 

“¡Pero yo lo quiero aquí hoy!, ¿qué pasa si el tío se termina yendo para siempre como las hermanas de mama?”

 

Las hermanas de Druella se habían marchado una semana después del nacimiento de Andrómeda, la menor de ella estaba impaciente por dar a conocer el nuevo incidente que había ocurrido en la familia de matrimonio de su hermana.

 

“Eso no pasara Bella, y si llegara a hacerlo yo misma iría a buscar a mi marido para traerlo devuelta con nosotras, ¿está bien?”

 

“Como el tío no está para verme… ¿Puedo tener pastel de crema y fresas doble hoy?” La pregunta fue hecha voz baja, tanteando sus oportunidades de obtener lo que quiere, y le arranco una risa a su tía, que termino con su cabello y dejo un beso en su coronilla.

 

“Solo si te terminas toda la comida que Kreacher nos preparó, incluso las partes que no te gustan.”

 

Mientras escuchaba la respuesta emocionada de Bellatrix no pudo evitar rendirse levemente ante su realidad actual, en la cual Walburga Black es el menor de los males si la compara con Druella y Cygnus. Puede que aún no confié del todo en ese cambio radical que hizo al ser toda amabilidad y buenos tratos con ella y con su hermana, pero esta ternura y suavidad son una ventaja sobre sus padres que planea usar hasta que su tía las descarte a ella, Cissy y Bella cuando Sirius nazca en algunos años.

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