
Normalidad.
Al abrir los ojos Hermione se sorprendió de que su esposa se abalanzase sobre ella. Quizás no debería, pero la verdad es que no esperaba que Bellatrix llorase encima de ella como una niña pequeña, y se sintió fatal por haberla hecho sufrir. Notó como Andrómeda suspiraba aliviada y después salía de la habitación con una pequeña sonrisa, seguramente en busca de un medimago. Hermione tranquilizó a su esposa que no dejaba de darle las gracias por volver a ella y no abandonarla, y a Hermione se le rompió algo el corazón. Pero estaba de buen humor. Entre todo lo vivido en el otro lado y con saber que estaba de vuelta en casa era suficiente para que nada ni nadie acabase con su buen humor.
-Pff. Ni que pudieras librarte de mí así de fácil, Bella. Ya te dije que estabas atascada conmigo para siempre, y ninguna poción de tres al cuarto me va a hacer perder mi palabra.
Bellatrix levantó la cabeza sorprendida, pero aliviada, y simplemente la miró con toda la cara sucia de tantas lágrimas. Hermione comenzó a limpiarla, pero más lágrimas salían volviendo a ensuciarla.
-Oh, Bella, mi Bella. Siento mucho todo lo que te he hecho sufrir. No quería que nada de esto pasase, y desde luego no quería decir lo que dije la última vez que nos vimos. No volví a casa para darte tu espacio, o eso me decía a mi misma, pero la verdad es que no volví por que soy una cobarde cuando se trata de ti. Pero eres la mujer que amo, aquella a la que prometí amar todo lo que me queda de vida, y eso no va a cambiar nunca, Bella. Ni siquiera aunque me envíen a otro universo donde la Bellatrix de allí me odie o esté casada con otra persona.
Bellatrix al fin dejó de llorar, y como no podía articular ninguna palabra, decidió que las acciones eran lo más importante, así que simplemente se lanzó a besarla como si le fuese la vida en ello. Poco sabía Hermione que de echo era así. Bellatrix estaba volviendo a vivir en ese momento, a respirar tranquila después de sus palabras. Estuvieron así un rato, hasta que se escucharon unas risitas, y un carraspeo. Tuvieron que separarse a regañadientes, solo para que Bellatrix les diese a todos una mirada sucia que prometía dolor. Harry y Ron se rieron más fuerte, igual que Tonks. Susan y Andrómeda sonrieron detrás de su mano, y Neville solo miró a Bellatrix y entrecerró los ojos.
-Te lo dije, bruja. Y no me quisiste hacer caso.
Y después se hizo el ofendido. Hermione por un momento sintió el deber de proteger a su esposa, pero entonces Bella se rió con ganas y ella se quedó en shock.
-No puedes culparme, bebé Longbottom. No es posible tomarte en serio con esos mofletes tan adorables.
Vale, ¿que demonios estaba pasando aquí? Hermione miró a Ron y a Harry por una explicación, pero ellos solo se encogieron de hombros y le dijeron que habían sido diez días muy duros para todos. Hermione no podía luchar contra eso, así que simplemente movió la cabeza y sonrió. Le alegraba saber que aunque Bella y Neville nunca se llevarían bien, harían un esfuerzo de cordialidad por ella. O algo así.
Justo en ese momento el medimago volvió a interrumpirles para explicarles que necesitaba hacerle un chequeo, y Hermione solo tuvo el tiempo de ordenarle a Harry que organizara una reunión con el jefe de inefables, él mismo y Susan, y que la esperasen en el despacho protegido del ministerio para explicarles todo lo que había pasado y lo que sabía. Y que llevasen pergaminos y pluma suficiente para que escribiese un montón de cosas. También y mientras la puerta se cerraba, oyó como Tonks le decía a su madre que se llevase a Bella a bañar y vestir, y que después la acompañaría hasta el ministerio.
Los medimagos la pincharon y monitorearon por todas partes e incluso Madame Pomfrey estuvo allí revisando que todo estuviese en orden. Para cuando terminaron con ella, Hermione estaba un poquito fastidiada, pero no lo dejó ver, o sabía que sería peor. No encontraron nada mal con ella, gracias al cielo, así que la dejaron salir y volver a su trabajo, con las advertencias de venir a verlos si había algún problema o se sentía mal. Hermione pidió que uno de ellos viniese a la reunión, por que al fin y al cabo ellos debían saber que es lo que estaba pasando para poder curar a los demás afectados.
Tonks como dijo, estaba esperando por ella para acompañarla hasta el ministerio, y Hermione estaba tan contenta de volver a ver a su amiga que simplemente la abrazó en cuanto la tuvo cerca. Ella le devolvió el abrazo, y después comenzó a contarle de todo lo que se había perdido en esa semana. Hermione escuchaba bastante divertida como Tonks le contaba las cosas exagerándolo todo muy al estilo Tonks, e intentaba que no se tropezase con las cosas del hospital.
Cuando llegaron a la reunión, Bellatrix ya estaba allí recién duchada, parecía, pero bien y en su ser habitual de nuevo. Tanto Harry como Susan la abrazaron fuerte y Susan incluso le pidió que nunca más le volviese a hacer algo así, gracias. Croaker, el jefe de inefables solo la saludó con la cabeza y le dijo que estaba feliz de tenerla de vuelta. Hermione se preguntó brevemente por la edad del inefable y por saber cuanto llevaba siendo jefe del departamento, pero rápidamente despejó su cabeza, le dijo a Croaker que hiciera los juramentos necesarios para que la información no saliese de los presentes, pidió pergamino y empezó a escribir las pociones antes de olvidarlas. Croaker estaba interesado ahora, ella podía verlo, y sabía que en cuanto les explicase todo estaría aun más interesado. Hermione pensó que al final todos los inefables son como niños en una juguetería.
Harry estaba tremendamente aliviado de que su mejor amiga hubiera despertado sana y salva. Todos lo estaban, ciertamente, y cuando llamó por flu a casa para dar el aviso, Molly que estaba de visita para ver a sus nietos, rápidamente empezó a echarlo para poder darle la noticia a todos. Él la dejó, no solo porque decirle que no lo hiciese sería como decírselo a la pared, sino porque así se evitaba hacerlo él mismo. No es que le molestase hablar con los amigos o gente conocida que se preocupaban por ellos. Es que parecía que nadie entendía lo ocupado que estaba siempre en su trabajo. Y aún tenía que pasar por la reunión, que parecía que iba a ser interesante.
Sí que se sorprendió un poco de todo lo que Hermione les explicó que había pasado, aunque daba gracias de no haber sido él, por que al ver a Riddle lo más seguro es que hubiera atacado irreflexivamente y se hubiera metido en un montón de problemas. Pero lo que no le sorprendía para nada es que Hermione hubiera conseguido averiguar como volver a su tiempo, y de paso ayudar a todos un poco por allí. Tampoco le sorprendió que Snape hubiera encontrado la formula para la poción, al fin y al cabo aunque era un idiota grasiento, el tipo era un genio. Rápidamente entendió por qué todo esto había que mantenerlo en secreto, igual que el resto de los presentes, y se sintió un poco mal por estar aliviado cuando vio lo pálida que estaba Bellatrix.
Bella se había agarrado a Hermione como un náufrago a su salvavidas durante toda la explicación y había dado gracias a Merlín y todos los dioses que recordaba de las historias que Hermione le contaba de los sang… muggles. Bueno, ella creía que lo estaba haciendo muy bien si solo se había puesto pálida y se agarraba fuerte a ella. Sobre todo teniendo en cuenta que quería llevársela bien lejos de todos, encerrarla en algún lugar y no dejarla salir jamás mientras ella vigilaba que nadie entrase a molestarlas. Sí, en comparación no lo estaba haciendo nada mal. Hermione debería estar orgullosa de ella y darle un buen premio.
Pronto la reunión terminó y tanto el inefable como el medimago se marcharon hacia San Mungo para preparar las pociones necesarias para despertar a los demás aurores, Harry y Tonks se fueron para informar a los aurores de todo lo que podían y Susan se fue a preparar una sesión especial del Wizengamot para el día siguiente, para celebrar por fin el juicio de aquél tipo y hablar con los medios para anunciar la recuperación total de la Ministra y que pronto todos los demás estarían recuperados también. Así con suerte la gente volvería a calmarse.
Mientras tanto, Hermione se llevó a Bellatrix a su despacho. Tenía mucho tiempo para compensar a su mujer por todo el sufrimiento, además de unas pocas quejas sobre el sofá, pero era mejor si Bellatrix descubría estas últimas por si sola. Y mucho mejor si lo hacía mientras estaba desnuda y gimiendo por lo que ella, solo ella le hacía. Ah, puede que algunas de las tendencias de Bella se le hubiesen pegado, pero que le iba a hacer, es lo que tiene la convivencia y el amor. Pero antes iba a revisar el despacho para asegurarse de que no había nadie. Por si acaso.
Mientras tanto, en otro mundo, en el despacho del jefe de aurores, Amelia reflexionaba sobre los últimos días y lo que habían traído para ella. Cuando vinieron a informarle de que una mujer desconocida había aparecido delante de sus aurores, Amelia no se esperaba todo el lio que habría a su alrededor. Le había dolido cuando vio el anillo en su mano exactamente igual al que ella llevaba, y del que se suponía que solo había uno. Así que había tenido una discusión monumental con Bellatrix esa misma noche, y se había marchado realmente enfadada para cuidar de la mujer desconocida en el hospital.
Por supuesto, cuando la mujer se despertó y la reconoció fue un shock, pero enterarse del resto de cosas fue aun peor. Ya se hacía una idea de lo que podría estar pasando, al fin y al cabo, la magia era algo curioso, desconocido y peligroso y jugar con ella tenía repercusiones inesperadas. Pero escuchar todo lo demás en la reunión con el ministro, Croaker y el director había sido bastante informativo. Conocer a Snape, no tanto, sobre todo después de meter la pata con Hermione. Pero es que ¿cómo te comportas con la mujer que se supone se casa con tu esposa cuando tu mueres? Aparentemente fatal. Sobre todo si tienes en cuenta que primero la envías a tu despacho y después te olvidas que está allí por que te has encontrado con tu esposa a la que la debes una disculpa e irrumpes en la misma habitación que ella espera, besándote con la mujer que ama, y bueno, disculpándote en la forma en que tu esposa y tu estáis acostumbradas. Con sexo.
Tampoco le extrañaba que las estuviese evitando toda la semana siguiente, la verdad. Ellas mismas estaban haciéndolo, así que era casi un alivio que no buscase la compañía de su esposa aprovechando que Amelia estaba ocupada. Y estuvo ocupada. Hermione tenía muchas ideas, y conocimientos sobre el otro mundo que se trasladaban aquí, y al ministro pareció que le caía bien y le gustaban sus propuestas, así que se pasó el tiempo preparándose para las reuniones del Wizengamot, y deteniendo a delincuentes gracias a los informes de Hermione. Algunos de esos delincuentes se habían estado escaqueando por que nunca encontraban las pruebas necesarias para encarcelarlos, y por fin habían llegado a la conclusión del por qué. Umbridge les estaba ayudando. La verdad, si no supiese que está enamorada de su esposa, Hermione le caería genial. Siendo las cosas como son, la tolerará siempre que sea necesario.
Cuando le avisaron de que Hermione volvería a su tiempo, Amelia suspiró aliviada. Aunque la chica había hecho mucho por todos ellos y por la sociedad mágica en general, y había ayudado con la limpia en el ministerio, Amelia se sentía algo amenazada por ella. Un sentimiento ilógico, claro, pero sentía que si no se protegía de ella, acabaría robándose a su esposa. En consecuencia, los encuentros con Bellatrix al llegar a casa habían sido más bruscos, más feroces. No es que Bellatrix se quejase, por supuesto. A ella le encantaba cuando era posesiva y celosa, así que estaba feliz.
Aun así, después de que Hermione se fuera, las cosas se habían calmado mucho por allí. El ministro estaba algo triste y aunque lo disimulaba bastante bien, no se quejaba tanto de las visitas del director, que se habían vuelto más frecuentes. Snape también la echaba de menos, pero lo demostraba siendo muy gruñón todo el tiempo. A Bellatrix la sacaba de quicio, así que se juntaban poco, pero siempre que lo hacían acababan peleando. Aun no sabe como demonios hizo Hermione para convencerlo de hacer el trabajo y menos de hacerlo tan rápido, pero ya todos tenían a la mujer como una diosa o algo así desde que les entregó a Rita en bandeja de plata. Sobre todo esos dos idiotas. Desde luego, para ser Slytherins eran unos sentimentales. Casi como otra Slytherin que conoce. Su esposa los ha criticado, pero la verdad es que también le había caído bien Hermione y puede entender como la otra Bellatrix se enamoró de ella. Después de la fiesta de despedida, Bellatrix le dijo que era bastante divertida y que era una pena que no interactuasen más. Que la iba a extrañar. Sabía que Bellatrix solo jugaba con ella, pero aun así esa noche tuvo que castigarla mucho. De hecho quizás debería castigarla un poco más. Por si acaso le da por marcharse detrás de la joven de nuevo. Sí, eso sonaba como un buen plan para ella.
Se levantó de su escritorio con los papeles a medio terminar, y se dispuso a marcharse a casa con su esposa. Se tomó unos segundos para agradecerle a Hermione por todo lo que hizo por ellos y por cuidar a su esposa allá donde estuviera, y después desapareció por la chimenea. Después de todo tenía una mujer con la que hablar. Si es que les daba tiempo, claro.
Fin