
Capítulo 3- Primera Sesión
Estaba ahí desde temprano. Bastante temprano.
Después de todo un día soltando maldiciones bajas, esconderse atrás de Pansy ante el más mínimo disgusto, y estar distraído en clases, ahora estaba, muy contra su propia voluntad, en el invernadero. Sobra decir que entró lo más alejado de todas las macetas, y estaba sentado donde menos tierra había, en el centro del único maldito pasillo que había, claro que después de una buena tanda de hechizos de desinfectantes.
Llevaba 10 minutos esperando.
Si antes ya estaba irritado, ahora estaba molesto.
Esta bien, no todos habían sido criados en la misma doctrina exigente y asfixiante, pero esto le parecía lo más básico de lo básico, todavía que lo citan para una clase que no le gusta, en un lugar que odia con un alfa, este tiene la maldita osadía de llegar tarde a la mendiga clase. No sabía que le daba más ganas de irse, la tardanza del otro o ese lazo del diablo al otro lado del salón que le queda justo enfrente y parece estarlo acechando. Un tentáculo, tallo, lo que sea, de esa cosa se movió, y Theo tuvo suficiente.
Se levantó, listo para irse a la fuga, con cautela y su vista fija en su terror vegetal, para no pasar cerca de la maceta, apenas dio un paso a la salida, cuando casi choca.
Reacciono lo suficientemente rápido como para echarse para atrás y evitar dar de bruces con el Gryffindor que venía a toda maquina, este apenas y se sostuvo de los bordes de la puerta para frenarse a si mismo. Notaba con desaprobación el uniforme hecho un desastre, el cabello desacomodado y la respiración agitada de este, su apariencia desaliñada en general, era obvio que vino corriendo desde Merlín sabrá donde, pero él no esta para hacer esas preguntas. Longbottom alzó la cabeza, hasta ese momento dándose cuenta de quien lo esta esperando, con torpeza se enderezo, comenzando lo que sería una torpe disculpa.
-¡Lo siento! No creí que llegaría tan tarde, de verdad, yo estaba-quiero decir, fui antes de que-
-Fascinante- cortó- ¿Empezamos?
-S-Sí, claro- se aclaró la garganta.
Theo se hizo a un lado y el Gryffindor entró por completo al invernadero, a diferencia de el Slytherin, que iba justo en el centro del pasillo, con las extremidades presionadas contra sus costados, Longbottom entró con soltura, sus brazos extendidos, la punta de sus dedos rozando las hojas de las diferentes plantas alrededor, algunas se alzaban ante su tacto, otras se mantenían indiferentes y unas pocas lo regresaban.
-La profesora Sprout dijo que necesitabas ayuda con tu proyecto...-hablaba bajó, su voz siempre regulada, no se alzaba orgullosa como la de otros de su misma casta, no tampoco los de su misma casa.
-Mmh- emitió como respuesta.
Camino hasta un estante, donde había varias pequeños tallos en bolsas con tierra, Longbottom se agacho un poco para revisarlas, solo para tomar una entre manos y voltearse, quedando frente a Theo otra vez.
-Aquí- extendio la planta, pero Theo, en vez de tomarla, solo le miro con interrogante en la mirada- Oh, este, la profesora Sprout te ha asignado esta planta, es una Puffapod, b-bueno, esta es solo un tallo joven, pero crecerá- volvió a extenderla, y Theo volvió a quedarse tan quieto como una piedra.
Y es que los ojos verdes de Theo estaban fijos en cuan sucio estaba el saco donde estaba metida su proyecto y que tan manchadas estaba dejando las manos de quien la estaba sosteniendo, sus propias manos comenzaron a temblar ante la idea de quedar igual.
-Mmh- es lo único que salió, otra vez.
Neville trago duro, estaba nervioso y mucho. El Slytherin enfrente de él no reaccionaba, serió y quieto como una escultura, sin reaccionar a lo que les estaba diciendo, no quería acercarse más y arriesgarse a recibir un rechazo aun peor que el de hace tres días, pero tampoco podía solo dejarlo ahí, sin darle la instrucciones para los cuidados de la joven Puffapod que estaba en sus manos.
-L-Lo primero...es trasplantarla a una maceta- dejó la plantita en la mesa - podrías ir tomando la maceta- sugirió, sin verle a la cara- yo ire por la tierra.
Theo miro alrededor, había una pila de macetas vacias en una esquina, pero para llegar a ellas...había que cruzar por un montón más de plantas.
Claro que no.
Neville se levanto, tras tomar el saco de tierra que estaba bajo la tierra, solo para ver como Nott sacaba su varita y de un movimiento fluido, una de las macetas de la esquina flotaba hacia donde ellos. Ahora, lo normal sería NO usar magia en el invernadero, ya que la mayoría de las plantas la recientes y reaccionan a ella, no todas de buena manera, pero al forma de Nott de hacerlo, pareció pasar completamente desapercibido, incluso por el arbusto tembloroso, y eso que bastaba una brisa de viento para espantar a esas cosas.
Nott no tocó la maceta, ni cuando la tuvo flotando enfrente suyo.
Al contrario, solo la hizo flotar hasta ponerla en la mesa.
Y luego, quieto.
-Bien- sonrió a como pudo- ahora, esta tierra es especial para las Puffapod- abrió el costal de un tirón- Solo hay que llenar la mitad y después colocarla, llenar el resto y darle agua- Nott estaba por volver a sacar su varita- ¡N-no! -le detuvo, bajando la madera de esta, solo ganándose que los ojos verdes cayeran sobre él con ira recién cargada- Usar tu varita podría hacer que la tierra absorba la magia y que las raíces la rechacen y se pudran- se apresuro a explicar, solo para alcanzar los guantes de piel y extenderlos en su dirección- hay que hacerlo...con las manos.
Y ahora la expresión de Nott era la de alguien cuya familia, linaje, padre, hijos, hogar y vida han sido enormemente insultados, y es que la mente de Theo estaba sonando todas y cada una de sus alarmas.
La idea de dar la vuelta e irse se veía tan bien justo ahora, que estuvo apunto de hacerlo...hasta que recordó que eso conllevaría el fallar herbología, reprobar la materia, bajar su promedio, desilusionar a su padre y...
Vale, demasiado en contra. Tal vez podría negociar otra cosa y- Longobottom lo estaba mirando.
El Gryffindor estaba alerta, con sus ojos avellana sobre su figura y los guantes aun en la mano, pero lo que comenzaba a molestarle, era esa mirada, esa mirada de preocupación falsa, esperando el momento justo donde él se quebrara y mostrara debilidad. No, eso si que no, no quedaría como un ridículo cuando el blandengue entre ambos era el otro.
Con un fuerte respirar, hizo tripas corazón y se quito la túnica, doblándola con maña hasta que liza en un cuadro perfecto, la dejó sobre el banquillo que había limpiado al llegar, y se arremango. Y se puso los guantes.
Se contuvo de hacer un gesto de molestia cuando sintió en su piel las irregularidades del cuero, trató de evitar pensar cuando fue la ultima vez que estos fueron limpiados o lavados, y metio ambas al saco de tierra.
La parte buena es que no podía sentir mucho lo que estaba tocando, bastaba con ver el techo para distraerse lo suficiente para no fallar en algo tan fácil como mover tierra de un costal a una maceta.
-Ya- indicó muy bajó el alfa, por lo que detuvo su movimiento- ahora, quita el tallo y ponlo en la tierra.
Sus manos tomaron la planta, era pequeña, bastante, el verde era todavía muy pálido y con trabajo estaba creciendo lo que parecía una hoja, apenas en un cubito de tierra. Se sentía muy frágil entre sus dedos. Con el mayor cuidado pero rapidez que pudo, quito la tela desgastada, con cuidado la puso entre la tierra ya puesta. Parecía ir todo bastante bien.
Hasta que no fue tan bien.
Desde que la cargo se dio cuenta que las raíces del Puffapod se movía, lo asocio a que estaba muy comprimida, así que no le tomó importancia. Pero al momento de ponerla en la tierra y comenzar a mover con torpeza la tierra, las raices volvieron a moverse, y una de ellas trepo por su guante.
Neville casi tira el costal de tierra cuando Nott pego tremendo salto, alzando las manos. Un parpadeo estaba su lado y al otro a 3 metros, se estrelló con el mueble de atrás, lo que solo logró alterarlo más al mancharse de abono. La Puffapod estaba confundida, por lo que regreso sus raíces a la tierra y sola fue acomodandose en ella.
-Nott, ¿Estas bien? -pregunto preocupado Neville.
-Me tocó- dijo por lo bajó, sus ojos verdes en la mancha de polvo en su brazo- esa cosa me toco.
-Las Puffapod se mueven bastante cuando son trasplantadas y aveces hacen eso, no es-
-¿Y no pudiste advertirme desde el principio? -le reclama, y aunque su voz es moderada, puede sentir la fria ira.
Theo observa como el Gryffindor se tensa, baja un poco la cabeza mientras sus manos se mueven nerviosas,.
-Y-Yo no pensé que-que fueras a reaccionar así.
No sabía que estaba irritandole más; Las débiles excusas y molesta torpeza de Longobottom o lo extraño de su actuar, que en vez de reaccionar enojado de regreso, estaba pidiendo perdón y sometiéndose tan fácil.
Una que le estaba provocando bajar la guardia.
Neville no sabía como calmar la tensión del otro Slytherin hasta que por el rabillo del ojo vio el tallo moverse, se giro por completo, y con ayuda de una pala, coloco un poco de abono, moldeo el resto de la tierra y la aplano.
-Pero mira, ya esta- ofreció rápidamente, tomando a Nott por sorpresa- S-solo necesita que la riegues una vez cada tres días, un poco de abono cuando el tallo crezca más y estar cerca de la luz.
-Mmh- fue todo lo que dijo Theo.
Se quedaron así un momento.
-La profesora Sprout dijo que por ahora basta con que te la diera, la próxima sera sobre el resto de las plantas, por lo que podemos irnos...
-De acuerdo.
Nott se quitó los guantes, con otro movimiento de su varita, la maceta en manos de Longbottom flotó hacia él, se ubico sobre su hombro, con su otra mano alcanzo su túnica y se dirigió a la salida.
Neville suspiró cuando Nott estuvo en el marcó de la puerta.
-Longbottom- cada vello en el cuerpo del susodicho se erizo, incluso el aire se le atasco en los pulmones, alzó un poco la cabeza ante el llamado, la cabeza de Nott ladeada por encima de su hombro, pero sus ojos verdes estaban sobre él- Se más puntual la próxima semana.
Y con eso, Theo se fue, dejando a un nervioso Neville atrás.
Salió del invernadero hastiado, harto y enojado, otra vez serpenteando por los pasillos, la única diferencia es que su túnica estaba en su brazo y una maceta flotaba de cerca tras de él.
Bien, habían sobrevivido a la primera lección.