Fracasos

Harry Potter - J. K. Rowling
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Fracasos
Note
Este fic participa en el mini- reto de noviembre para El Torneo de los Tres Magos del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black. (2015)Reto: La trama debe girar en torno a una poción.Poción: Polyjuice /MultijugosGeneración: FundadoresPalabras: 442

Fracasos. Uno tras otro. La piel le ardía y definitivamente su cabeza estaba a punto de estallar. No podía hacerlo, el humo de los fogones y los vapores de los ingredientes que había hervido durante horas le causaban urticaria. No le gustaba estar detrás de un caldero. 

No sólo no le gustaba, no se le daba. Para él no había mejor solución a los problemas del mundo que un hechizo; simple, firme y definitivamente menos tedioso y aburrido que menear horas interminables un brebaje asqueroso. 

Pero esta vez era cuestión de orgullo. La expresión de suficiencia de Morgana y la aprobación de Rowena le perseguían. ¿En qué momento logró convertirse en un pájaro? ¡Un pájaro! Recordaba perfectamente el trino que emitió y su suave vuelo. Con su actitud, debió ser un cuervo. 

En cuanto ella recobró su forma natural, huyó a encerrarse en la mazmorra. Salazar seguro le pasaría la cuenta cuando lo encontrara. Él no había logrado nada semejante… aún. 

Éste sería su último intento. Tal vez no pudiese transformarse a sí mismo en un animal como ella, pero haría algo mucho mejor: se convertiría en la copia de otra persona, en una copia de ella. Si sus teorías no estaban desencaminadas, al transformarse en ella también sería capaz de ser un pájaro. 

No pudo ser más profético cuando comenzó a mezclar: lengua de pájaro, ¡sanguinaria! Eso es lo que ella sería. Sanguijuelas sedientas de poder había en muchos lugares. Ella también debió ser alumna de Slytherin. Los celos le carcomían por dentro, parecía que el ajenjo loco que había echado al caldero antes le estaba devorando el cerebro poco a poco.

La tonalidad de los ojos dorados que tenía enfrente le recordaban a sus ojos. Detestaba trabajar con las moscas hediondas. Un sonido lo sacó de sus pensamientos. Tomó su varita y se volvió a la puerta. Salazar estaba ahí, observandolo con resignación y decepción: su mejor alumno, un fiasco en el arte de su casa.

«Limpia tu desastre antes de que te envenenes». 

Resignado antes de irse, paseo su varita sobre el fuego pensando en hacer desaparecer el líquido espeso que había formado. Pero no, su orgullo era primero: volvería a terminarla; después de todo las pociones eran como los hechizos ¿no? A la primera podrían no dar el resultado que deseabas, pero daban uno y… ¿la intención es lo que cuenta?

Pero Merlín olvidaba las ofensas de Morgana a su orgullo con rapidez. Al final del día ya había olvidado su campaña y su brebaje se consumió a fuego lento. Siglos después alguien encontraría sus notas y realizaría lo que él jamás fue capaz de terminar: una poción.