Un ramo de peonias y rosas.

Murder Drones (Web Series)
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Un ramo de peonias y rosas.
Summary
Nori y Yeva, han sido mejores amigas desde su adolescencia, prometieron cuidarse, apoyarse y estar ahí para la otra.Nori Thorne, una chica de carácter rebelde y juguetón, que provoca que la gente a su alrededor se aleje de ella debido a su forma de vivir la vida al límite, encontró la calma que no sabía que necesitaba en Yeva.Yeva Zorkova, es una persona de carácter tranquilo a tal punto que la gente se aleja por qué la consideran rara, ella encontró aquella chispa de vida que no sabía que necesitaba en Nori.Pero... ¿Qué pasaría si la vida pone a prueba su amistad?.Especial de San Valentín, historia ubicada en el capitulo 12.
Note
Este es un especial por el 14 de febrero, ojo este especial es una especie de spi-noff y es la primera parte.

Este especial está ubicado en el capítulo 12.


—¿Entonces... Ya contarás esa historia? —previo Tessa con impaciencia.

—¿Sabía que tener paciencia es de conocimientos? —comentario el chofer, viendo por el espejo retrovisor como la castaña inflaba sus mejillas en un puchero —Tranquila señorita Tessa —

—¿Cómo puedes pedirme paciencia?, si literalmente me dijiste que me ibas a contar una historia y de repente te callas y ya no dice nada, ¡No es justo! —

—Jajaja, los jóvenes de ahora ya no saben qué es tener paciencia, me recuerda un poco a la señora Portero —

—¿A Nori?, ¿Y ella qué tiene que ver con esto? —

—Pues... La historia que tanto mujeres por escuchar se trata de ella y del señor Doorman —

Ante la mención de los señores, Tessa abrió su boca sorprendida y con un chillido de emoción se acomodo en el asiento, lista para escuchar la historia.

—Adelante mi querido abuelito, ya puedes empezar a hablar —

El chofer solo río ante el apodo, sin desapegar su vista de la carretera empezó a hablar.

—Vera hace algunos años atrás...


—Malditas hijas de puta, ojala les caiga un rayo —murmuro Nori con enojo, limpiando con un paño su casillero. Detrás de ella un grupo de 6 chicas se acercaban, con sus risas estruendas rompiendo el silencio en el que estaba la castaña.

—Jajaja, ¿Qué pasa Nori?, ¿Un mal día? —

La mencionada no concurso, en cambio seguió limpiando su casillero, el grupo de chicas solo la observaron con enojo, no les gusto ser ignoradas.

—Ahg, ¿Es que acaso en ese agujero del que saliste, no te enseñaron modales? —pregunto, la que parecía ser la líder del grupo, Nori se detuvo un momento pero luego retomo su labor de limpiar. La chica harta de ser ignorada, tomo a la castaña del hombro, haciendo que esta la mirara —¿No escuchas, pequeña pedazo de mierda? —

—Perdona, pero no hablo con ella —contestó, lo siguiente que sintió Nori fue un golpe en su mejilla derecha, la castaña, sostuvo el área afectada, sintiéndose impotente de no poder devolver el golpe.

—Aww, miren a la huérfana, no puede defenderse —

Las demás chicas empezaron a reír, Nori solo endureció su rostro, apretando sus labios.

—¿Que, no dirás nada? —

—Me dan lastima —respondió la castaña, con una pequeña sonrisa.

—Eres una... —murmuro con enfado la líder, quien golpeo el estomago de la castaña, Nori Inmediatamente se encorvó sobre sí misma y las demás chicas empezaron a patearla, la castaña, cubrió con sus brazos su cabeza, los golpes no paraban y el cuerpo seguía encorvado, tratando de proteger los órganos vitales, no sabe en que momento Nori recibió un golpe en los labios, ocasionando que empezaran a sangrar.

Después de unos minutos dejaron de golpearla, cansadas y aburridas de no recibir respuesta por parte de la castaña.

—Tsk, vámonos —ordeno la líder, dándole la espalda al cuerpo tendido en el suelo, las demás siguieron su ejemplo, dejando sola a la victima.

Nori con dificultad se levanto, miro a su alrededor, sus matonas no estaban, en el suelo había un pequeño charco de sangre, su boca tenia un sabor metálico, con asco escupió saliva, sintiendo su cuerpo débil y con dolor.


El camino a casa fue tranquilo, algunas personas la veían con lastima, otros con una mueca de enojo y algunos con indiferencia.

«Dejen de mirarme así, malditos chismosos » —pensó con cansancio. Su caminar era lento, debido a los golpes que recibió hace horas atrás, después de 15 minutos llego a un edificio pequeño de departamentos, que amablemente una monja del orfanato en el que estaba logro conseguir.

Al entrar no vio a la arrendadora en el lobby, lo cual la alegro mucho, pues no quería preocupar a la señora por volver nuevamente golpeada, rápidamente se dirigió a su apartamento, subió las escaleras y entro al cuarto #5.

Viéndose sola, fue que por fin pudo llorar, su espalda pego contra la puerta y lentamente se deslizo hacia abajo.

—Ojala todos ustedes murieran —exclamo con voz quebrada —¿Por que sigo con esto? —

Después de unos minutos estando sentada en el frío suelo ,se levantó, se dirigió a la pequeña cocina y de uno de los cajones del gabinete, sacó un cuchillo mediano.

Lo observo por algunos segundos antes de encaminarse hacia el baño, una vez allí bajó la tapa del retrete y se sentó.

Sus dedos acariciaban la fría superficie del metal, mientras el reflejo de sus ojos le devolvía la mirada, sus amatistas estaban apagadas.

Con firmeza sostuvo el mango de madera, mientras que su mano libre alzaba la falda, hasta la altura de los muslos, sin vacilar acercó la punta y con lentitud permitió que el filo le hiciera daño a su piel.

La sangre cálida, empezó a bajar en una pequeña cascada hasta perderse, un gemido de satisfacción nació desde la garganta de Nori, mientras seguía el mismo procedimiento en su muslo izquierdo.

«Unas más para la colección » —pensó amargamente, observando como las recientes heridas estaban por encima de las viejas cicatrices.

La castaña se quedó sentada por un rato más, con su mirada perdida en el techo, oliendo como el líquido carmesí llenaba el ambiente y la sangre poco a poco iba secándose.


—Alumnos, les quiero presentar a Yeva Zorkova, ella viene de Rusia, así que espero que se comporten —dijo el adulto señalando a la menor, el salón inmediatamente se llenó de murmullos de curiosidad hacia la chica —¡Ya silencio! —

Nori, quién no había estado prestando atención, enfocó su mirada al frente, sintió que sus mejillas se calentaban al verla.

«Es bonita » —pensó

—U-un gusto conocerlos-s a todos, espero que podamos llevarnos bien —saludo con un acento ruso y con dificultad.

—Bien... Ahora, siéntate al lado de Nori —

La mencionada levantó una mano, ayudando a la chica a ubicarla, Yeva con una elegancia casi enigmática camino hacia ella.

El tiempo parecía ir lento mientras la castaña observaba con detenimiento a la rusa, su cabello era negruzco, llegando a sus hombros, su piel blanquecina y sus ojos rubíes, hacían que ella fuera el centro de atención.

Yeva aún con su rostro inexpresivo, tomó asiento, sintiéndose incómoda por las miradas de los demás alumnos del aula.

«Sera un año muy extraño» —pensó con cansancio la rusa, mientras de su mochila, sacaba una libreta y la ponía encima de pupitre, lista para tomar apuntes de esa clase.


Tres meses después.

En el tiempo que estaba en aquella escuela, Yeva podía considerar que sus compañeros eran amables, y su compañera de escritorio no sabía en qué escalón ponerla, para ella, la castaña era complicada de leer.

—Gracias por tu ayuda con matemáticas —murmuro Nori, pasándole una pequeña caja de chocolates.

—No hay problema —contesto, un poco confundida, pues según sabe, su compañera era buena en esa materia.

—Bueno alumnos, en esta ocasión harán equipos para un proyecto de ciencias —

Un gemido colectivo lleno el salón, ocasionando que el adulto, mirara a sus alumnos con enfado.

—Tómense esto enserio chicos, este proyecto vale el 50% de su calificación final, sus compañeros de equipo serán los que tienen a lado suyo —

Yeva, alzó una ceja con escepticismo y Nori se puso nerviosa.

—Bueno... Supongo que seremos compañeras de proyecto —dijo Nori con una ligera sonrisa.

—Supongo que si —

—Mmm, ¿Te parece bien reunirnos en la biblioteca? —

—Si —contesto la pelinegra.

—Yei... Bueno... ¿Alguna idea para el proyecto? —pregunto Nori con nerviosismo.

Yeva no contesto, en cambio, se puso sus audífonos, ignorando la pregunta, Nori, sintió sus mejillas arder por la vergüenza, las palmas de sus manos sudaban y su corazón estaba acelerado.

«Dios, quedé como una estúpida » —pensó la castaña.

El día pasó rápidamente, la pelinegra observó su teléfono percatándose de que llegaba tarde para reunirse con su compañera de proyecto.

A pasos apresurados se dirigió a la biblioteca de la escuela, rezando con que Nori, todavía se encontrase ahí.

Estaba por llegar cuando vio un grupo de 6 personas rodeando a alguien, asustada y desconcertada, se oculto detrás de la pared.

—¿Siquiera vas a defenderte?, es totalmente aburrido cuando no lo haces —

—...—

—Vamos Nori, ¿Qué pasó con aquella chica que antes nos daba pelea? —preguntó con dulzura una de las acosadoras —Oh, es cierto, si causas más problemas te quitarán esa estúpida beca que te dieron —

—Que sentido tiene que estés esforzándote, lo máximo a lo que puedes aspirar en esta vida es ser una mera prostituta —comento una chica, ocasionando que el resto riera.

—Vamos Nori, no tienes por qué avergonzarte, sí en un futuro en eso terminas trabajando, ¿Quién sabe a lo mejor ahí encuentres un buen partido? —

—Oh tal vez por fin puedes encontrarte con tus padres —dijo otra chica.

Nori, sentía su garganta cerrada, sus ojos empezaban a picar, señal de que las lágrimas pronto correrían por sus mejillas, se forzó a sí misma a respirar, en un intento de controlar el impulso de golpearlas, no quería decepcionar a las monjas que con tanto esfuerzo habían pagado una parte de sus estudios en esa escuela y mucho menos decepcionarlas por su comportamiento tan problemático.

Yeva en cambio, observaba con furia la escena, quería salir de su escondite y defenderla, ¿Pero siquiera era posible?.

«Son 6 personas, no podría hacer mucho» —pensó con tristeza.

Después de 5 minutos, aquel grupo se fue, Yeva, sintiéndose culpable, salió lentamente de su escondite, solo para ver que en el suelo yacía Nori, aparentemente noqueada.

Дерьмо [Mierda] —dijo asustada, acercándose rápidamente y checando que la chica respirara, un gemido de alivio salió de sus labios al percatarse que estaba respirando —Я должен отвезти тебя лечиться, но куда? [Debo llevarte a curar, ¿Pero donde? ] —


—Ahh, mi cabeza —murmuro Nori, sintiendo pequeñas punzadas en las sienes, sus ojos los sentía pesados.

Se levantó con suavidad, viendo a su alrededor, las paredes de un violeta suave y los cuadros de paisajes nevados, la asustaron.

—¿Dónde carajos estoy? —

—Estas en mi casa —dijo una voz, la castaña vio hacia el frente, ahí, sosteniendo una bandeja, estaba la pelinegra —Intenta no hacer mucho esfuerzo —

—Mmm —

—¿Te duele algo más? —pregunto la de ojos rubíes.

—¿Por qué no hablas en ruso? —

—¿Qué? —

—Antes de desmayarme, te oí hablar en ruso —

—No es tu incumbencia —

—Lo se, pero es curioso, ¿Sabes? —

—¿Y a ti qué te importa en qué idioma hable? —exclamó con enfado la peli negra.

—Es que... Me gustó cómo hablabas en ruso... Se escuchó sexy —

Yeva frunció el ceño, claramente molesta por el comentario de la castaña.

—Estas loca —

—Gracias por el cumplido —

—Ahg, como sea, ¿Por qué no te defendiste? —

—¿Qué viste? —pregunto la castaña con voz sería.

—...—

—¿Te gustó el espectáculo entonces? —

—Yo... —

—Mira, agradezco bastante que me hayas traído a tu casa y tratado mis heridas, pero lo mejor es que me vaya, cada quien hace una parte de la investigación y lo juntamos después en la escuela —

Yeva iba a insistir en que se quedará pero observó como la castaña le dio una mirada fría, sintiéndose culpable, se hizo a un lado, permitiendo que Nori pasará a su lado.


Una semana había pasado desde aquella incomoda interacción, Nori hablaba lo justo con Yeva, ya no existían aquellos pequeños intentos por parte de la castaña en entablar una conversión con la rusa.

Yeva por algún motivo se sentía mal y no sabia el por que, la campana sonó, avisando a los alumnos el comienzo de las clases, la pelinegra con un poco de desespero, camino al salón, viendo como Nori ya estaba en su asiento, con su corazón palpitando, se acerco con cautela.

—Buenos días —

—Hola —contesto la castaña seca.

—Yo... ¿Cómo estuvo tu fin de semana? —

—Normal —

La pelinegra hizo una mueca de incomodidad, mientras tomaba asiento a su lado, observo de manera discreta a su compañera, sus cabellos castaños largos, llegando a un poco mas abajo de sus hombros, su piel blanca y sus peculiares ojos morados, la hacían ver hermosa a su percepción, pero algo llamo su atención.

Debido a la posición en la que estaba la castaña, las mangas de su camisa se alzaron, permitiendo ver pequeñas cortadas, Yeva abrió sus ojos sorprendida.

—Nori... ¿Tu...? —

—¡Buenos días alumnos!, espero que todos estén bien, como siempre, la escuela esta organizando un concurso de arte —dijo la mujer con alegría, un gemido colectivo de fastidio se extendió por el salón, los pocos alumnos que estaban interesados entre ellos Nori, prestaban atención a la mujer —Este año será un poco diferente, ya que bueno, esta vez los trabajos serán en parejas —

—¿Podemos elegir a nuestros compañeros? —pregunto un alumno.

—Por esta ocasión no, dejaremos eso a la suerte —

La mujer, saco de su maletín un pequeño bote con pequeños papelitos.

—Cada uno de ustedes sacara un papel con un nombre y ese será su compañero, ojo alumnos, no se podrá cambiar a la persona con quien les toque —

De a poco los alumnos fueron pasados, algunos agradecidos por el compañero que les tocó, otros enfadados, Nori empezaba a perder la paciencia, ninguno de sus compañeros había sacado el nombre de ella o Yeva.

Después de unos minutos dos papelitos quedaron, Yeva y Nori, ya se hacían a la idea de que ambas serían compañeras nuevamente.

—Bueno, parece que la señorita Thorne y Zorkova, harán el trabajo juntas —anuncio la maestra, la castaña enojada tomo sus cosas y salió apresurada del salón, y antes de que la maestra pudiera reclamar, la campana escolar sonó.

Los alumnos empezaron a murmurar el comportamiento infantil de Nori, mientras tanto, la rusa se sintió mal, sus ojos comenzaban a picar, pero se obligó a respirar, esto con el fin de calmarse.

La tarde cayó rápidamente, y Yeva estaba en el jardín de un parque cercano a la escuela, estaba intentando dibujar el paisaje que tenía enfrente, pero los resultados no eran lo que ella quería.

Frustrada aventó el blog de dibujo, tomo unas bocanadas de aire y se paró a recoger lo que aventó, cuando escucho varias risas escandalosas, rodó los ojos con fastidio, el grupo era grande, de aproximadamente unas 12 o 13 chicas, algunas vestidas con el uniforme de la escuela y otras con ropa informal, a su alrededor había latas de cerveza, se iba a ir cuando de repente.

—¿Qué les parece la rusa? —

—Siendo honestas es una rara —

—Coincido, es súper extraña, hasta da miedo —dijo una chica.

—No me sorprendería si algún día, la policía viene y se la lleva —

—¿Por qué dices eso? —

—¿No la has visto?, esa... Persona, si es que así se le puede llamar, no habla, tal vez hasta tenga una puta arma en su mochila —

—¡Si!, tal vez incluso este lista para matarnos a todos —

—¿Y si es una puta?, según se en Rusia hay buenas prostitutas —

—Pff, solo vela, apenas tiene senos y con esa cara de muerta que tiene, lo mas seguro es que espanta a los hombres —

—Deja eso, lo mas seguro es que ningún hombre quisiera meter su pene en su vagina, si tiene suerte tal vez se acueste con un viejo decrepito —

—Para ella seria una bendición si fuera tocada por un hombre —

El grupo río de manera escandalosa, Yeva de manera lenta, se alejo, asegurándose de ser vista por el grupo, sentía rabia, vergüenza y tristeza, no sabía que sus "compañeras" pensaran eso de ella.

«Así debió sentirse Nori» —pensó con amargura.


—Entonces... ¿Te parece bien esta idea para el cuadro? —

—Si, como sea —murmuro suavemente la castaña.

Ambas mujeres estaban en la biblioteca de la escuela, cada una con ideas para el cuadro que debían pintar para el concurso, Nori no sentía entusiasmo, cosa que la rusa noto enseguida junto con la maestra.

—Quieres al menos poner empeño en esto —exclamo con enojo Yeva.

—Lo estoy haciendo —

—No lo haces, solo me estas ignorando y dando respuestas vagas —

—Agradece que al menos te estoy contestando mujer —dijo con humor, dándole una pequeña sonrisa.

—Eres un caso —

—Gracias por el cumplido —

El silencio reino por unos minutos, antes de que Yeva volviera a hablar.

—Lo siento —

—¿Mmm? —

—¡Que lo siento, lo siento por no hacer nada ese día! —grito, provocando que Nori se exaltara.

—¿Enserio? —

—¡Si! —

—Meh, como si me importara —respondió, rodando los ojos con fastidio, poniendo su cabeza en una de sus manos.

—¿Que? —pregunto con incredulidad, su rostro hizo una mueca de confusión.

—¿Estas sorda?, dije que no me importa carajo —

—Estas mintiendo, ¿En serio crees que voy a creer que no te importan las palabras que esa bola de estúpidas te han dicho? —

—... —

—Y reitero, ¿A caso te importa?, por que ese día, no parecías muy dispuesta a defenderme o a irte a avisar a alguien —

—Se que fue mi error... Y lo siento por eso... —

—Solo aléjate de mi ¿Quieres? —pidió la castaña con fastidio, mirando a su compañera.

—Oh, si no te afecta, entonces ¡¿Como diablos explicas esto?! —

Yeva, tomo uno de los brazos de Nori y alzó la maga de su camisa, revelando pequeñas cortadas en las muñecas, no eran lo suficientemente profundas como para llamar la atención.

—Eso no prueba nada —exclamó la castaña con arrogancia mientras le daba una sonrisa.

—¿Ah no?, pues mira —dijo la pelinegra, tomando el borde de la falda de su compañera y alzándola rápidamente, debido a que Nori, intentó evitar dicha acción, ambas mujeres terminaron en el suelo, la de ojos rojos estaba encima de la castaña, forcejeando.

Yeva con dificultad logro su cometido, viendo con horror y tristeza las múltiples cicatrices que tenía en los muslos.

Con cuidado acercó su mano y con la yema de los dedos acarició una de las marcas recién hechas, sacándole un quejido a la castaña.

—Ahora dime, ¿De verdad no te importan sus palabras? —

Nori, no dijo nada, al contrario las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas decían mucho, la rusa sintiéndose mal por sus acciones, se paró ofreciéndole su mano para ayudarla.

—Mi nombre es Yeva Zorkova, un gusto conocerte —

—Esto debe ser una broma —dijo con humor, aceptando la mano.


El año escolar pasó rápidamente, ambas adolescentes se habían vuelto inseparables, Nori aprendió que Yeva solo hablaba en su idioma natal con gente de confianza, de a poco fue aprendiendo ruso con el fin de solo hablar en ese idioma con ella.

También supo que la rusa era adoptada.

Yeva aprendió que Nori, tenía esa personalidad rebelde debido al acoso por parte de los alumnos, muchas veces había reportado los abusos pero nunca le hacían caso, debido a que la mayoría (por no decir) todos los alumnos venían de familias adineradas y que también era una fan del romance, para mala suerte de ella.

Ahora ambas tenían 17 años y las cosas parecían ir bien, Nori mejoro su comportamiento y Yeva ahora era un poco más sociable.

Итак, бургеры или пицца? [Entonces, ¿Hamburguesas o pizza? ] —pregunto la rusa.

—Sushi —

Это не то, что я спросил [Eso no fue lo que pregunte ] —

—Lo se —

нори [Nori ] —

—¡Yo llevo alcohol! —grito con entusiasmo la castaña.

Это закончится плохо [Esto acabará mal] —


La noche cayó y en una habitación parcialmente iluminada por la televisión, se encontraban dos chicas, riendo ante las situaciones de la película en cuestión.

—¿En serio Yeva?, ¿Por qué está película? —dijo la castaña con una gran sonrisa.

Это справедливо, ты заставил меня увидеть гордость и предубеждения [Es lo justo, tu me hiciste ver orgullo y prejuicio] —

—Lo se pero... Esta película es una mierda —

не жалуйся [No te quejes ] —respondió la pelinegra con humor.

—Bien, tu ganas —

Ambas mujeres se quedaron en silencio, viendo la película, las botanas iban acabándose de a poco, junto con la botella de ron que Nori había llevado.

Las mejillas de ambas tenían un tono parecido a las fresas maduras, el ambiente era diferente.

—¿Ya te habían dicho que eres guapa? —pregunto Nori, con su voz ligeramente temblorosa.

ты всегда говоришь мне [Siempre me lo dices] —

—Si, ¿Pero alguien más te lo ha dicho? —

Yeva se quedó callada, aparte de Nori y se su madre adoptiva, nadie más le había dicho que era bonita.

La pelinegra suavemente negó con la cabeza, captando el interés de su amiga.

—Son unos imbéciles, mira que no apreciar tu belleza —

Что ты планируешь? [¿Qué estas planeando?] —pregunto nerviosa, viendo como Nori, se acercaba lentamente a ella.

Primero Nori miro los ojos rojizos de Yeva, con cuidado, llevo su mano derecha a una de las mejillas, acariciándola suavemente, ambas mujeres fueron acercando sus rostros, hasta que sus labios se tocaron.

El sol entraba por la ventana, dando directamente a los ojos de Yeva, quien con un gemido lastimero, se despertó, miro a su alrededor, llevando una de sus manos a su cabeza debido a la resaca que tenia.

Что я делал вчера? [¿Qué hice ayer?] —murmuro preocupada, viendo sus manos, para posteriormente ver a su compañera que le daba la espalda, dormida. Un fuerte sonrojo apareció en su rostro al recordar lo que ayer hicieron ella y Nori —Я должен поговорить с ней [Debo hablar con ella] —


Un año después.

Querida Nori:

¿Cómo sigues con tu tratamiento?, ¿Estas bien?, el doctor me ha dicho pronto saldrás de la clínica, has mostrado un gran avance en tu tratamiento... Y la verdad estoy orgullosa de ti, ya que significa que quieres vivir... Yo... Se que sigues herida por lo de ese día, no debí gritarte esas cosas... Mucho menos desear tu muerte...

—Como si eso fuera a mejorar las cosas Yeva —dijo con frustración, haciendo bolita la hoja de papel —¿Y dime que mas vas a decirle?, "Oh  matrioska, lamento mucho decirte que eras una jodida aberración solo por tener sexo conmigo y también lo siento por decirte que ojala te mueras", si como no, estoy soñando si espero que me perdone —

Después de aquella noche, las cosas entre ambas se habían puesto incomodas, Yeva evitaba a la castaña a toda costa, al principio Nori concluyo que Yeva necesitaba pensar las cosas ya que, sabia que ambas estaban ebrias al tener relaciones, pero al pasar los días se dio cuenta que algo mas pasaba.

Después de dos semanas, Nori sintiéndose herida y enojada, empezó a discutir con la rusa a mitad del patio de escuela, donde Yeva sin medir sus palabras, expreso lo confundida, asustada y hasta cierto punto asqueada de haber tenido relaciones con ella, al final la palea termino con la de ojos rojos gritando a todo pulmón: 

"Ojala te mueras, cosas como tu no deberían existir" 

Al darse cuenta de sus palabras inmediatamente llevó sus manos a su boca, por otro lado la castaña estaba decepcionada y avergonzada, de sus ojos salían cascadas, inmediatamente salió corriendo de ahí, escuchando las risas estruendosas de los espectadores que se encontraban.

Después de ese incidente, la escuela las expulsó a ambas, la rusa intentó por todos los medios posibles encontrar a su amiga, quien gracias a su terquedad, logró encontrarla justo a tiempo, antes de que las pastillas que se había tomado hicieran efecto en su sistema.

Una vez que ya no corría riesgo, fue internada inmediatamente en un psiquiátrico, para mala suerte de la castaña, sus únicos tutores se habían deslindado de ella, argumentando que ya era mayor de edad y por lo tanto el orfanato ya no tenía por qué hacerse cargó, aunque Yeva, sospechaba que se debía a la bisexualidad de esta.

Por otro lado los padres adoptivos de la rusa se deslindaron de ella, cuando se enteraron del escándalo por la cual fue expulsada de la escuela, fue difícil, pero la maestra de artes amablemente, les ayudo.

«Ojala me perdones Nori » —pensó con amargura, saliendo del edificio de apartamentos rumbo al hospital psiquiátrico donde su amiga se encontraba.

El camino parecía largo, sus manos sudaban, su estómago se sentía raro, era como si quisiera vomitar, los nervios eran visibles, a medida que se acercaba a su destino.

Yeva llegó puntual, ese día en particular, era de visitas, nunca faltaba a una con el fin de poder conversar con la castaña, aún que nunca lo lograba.

Las puertas se abrieron, permitiendo que los familiares entraran, como todas las veces anteriores se sentó en una de las mesas alejadas del resto, esperando pacientemente, para su sorpresa un guardia estaba escoltando a su amiga.

Sus cabellos antes largos ahora eran cortos llegando a la altura del rostro, tenía un mechón largo, siendo adornado por un pequeño accesorio de plástico, tenía una bata de color gris y de su cuello colgaba un carnet de identificación.

—No causes problemas 002 —dijo el guardia, dejando a las dos mujeres "solas".

Ambas se sentaron, no tenían nada que decir, el ambiente era pesado, Nori tenía la mirada baja. Yeva la vio con lástima, sintiéndose culpable por sus acciones del pasado.

—Yo... —

—Solo olvida lo que pasó ese día, no tiene importancia recordar el pasado —murmuro con suavidad, antes de pararse y ser nuevamente escoltada. Yeva se quedo ahí, sentada, sintiendo un frio recorrer su espalda, por las pocas palabras que le dirigió, supo que ya no quería que ella fuera.

La de ojos rubíes salió derrotada del recinto, se abrazó a sí misma, sintiéndose culpable, ¿Cómo era posible que su antes amiga la perdonará de manera fácil?, sabía que la había cagado en grande, lo mejor en esos momentos era que el tiempo sanara sus heridas y no molestarla.

Dos años pasaron para que ambas se volvieran a encontrar, pero ¿Realmente deseaban verse?.