DAYLIGHT| Remus Lupin

Harry Potter - J. K. Rowling
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DAYLIGHT| Remus Lupin
Summary
''𝐀𝐛𝐫𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐢𝐧𝐚𝐬 𝐲 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐦𝐞 𝐯𝐞𝐫 𝐭𝐮 𝐫𝐨𝐬𝐭𝐫𝐨. 𝐍𝐨 𝐬𝐞𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐧 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐚𝐫 𝐚 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧.¿𝐒𝐞𝐫𝐢𝐚 𝐦𝐮𝐲 𝐢𝐧𝐬𝐞𝐧𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐚𝐥 𝐩𝐞𝐝𝐢𝐫𝐭𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐫𝐫𝐞𝐠𝐥𝐞𝐬 𝐭𝐨𝐝𝐚 𝐭𝐮 𝐦𝐢𝐞𝐫𝐝𝐚 𝐚𝐬𝐢 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐚𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞?'' -𝐓𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫 𝐒𝐰𝐢𝐟𝐭┌──❀*̥˚Remus Lupin x Sybill TrelawneyRemus Lupin x Sirius BlackSirius Black x Sybill Trelawney┌──❀*̥˚ ¿Y si Heather se quedaba con Conan? ¿Y Augustine con Betty?
Note
┌──❀*̥˚Sybill Trelawney es la protagonista de este fic, pero la versión que van a leer de ella es mía.┌──❀*̥˚ esto es un FANFIC de Remus Lupin, personaje de las novelas literarias y películas de J.K. Rowling.┌──❀*̥˚solo me pertenece la trama de este universo alternativo.┌──❀*̥˚ estoy leyendo All The Young Dudes, pienso tomar un poco de inspiración de ahí también.┌──❀*̥˚ ¿Y si Heather se quedaba con Conan? ¿Y Augustine con Betty?
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Gold Rush

A Remus no le disgustaba la música. En absoluto. Mucho menos la que provenía del mundo muggle. Hasta que el pop tomó forma humana en una hipnótica reina del baile: Sybill Trelawney.

 

See that girl, watch that scene:

digging the dancing queen.

 

Fue a mitades de octubre de 1976 que Gryffindor había ganado el primer partido de la temporada de Quidditch. Un partido feroz contra Slytherin, que incluso dejó a su buscador, Regulus Black, en la enfermería durante todo el fin de semana. Pero a pocos en el colegio les importaba la serpiente, mucho menos a Sirius, que había sido quien golpeó la bludger que lo derribó.

El sábado, apenas el partido había acabado, todos en Hogwarts hablaban sobre una fiesta que habría el domingo en Hosmeade para celebrar. Un rumor que había comenzado desde las bocas de James y Peter y rápido se esparció por cada rincón. Todos estaban invitados a celebrar con el equipo de Gryffindor en Las Tres Escobas.

Era, precisamente, catorce de octubre. El aire comenzaba a enfriarse, pero aún no helaba. Madame Rosmerta los recibió con puertas abiertas y música alta y acorde. Alumnos de Gryffindor, Hufflepuff e incluso los ex-antipáticos Ravenclaw habían asistido para pasar un buen rato vitoreando al equipo de los leones. Remus parecía ser el único que no fue cautivado -ni calentado- con la calidez que emitía las fuentes de entretenimiento, como par de soles radiantes.

 

You're in the mood for a dance and when you get the chance…

You are the dancing queen, young and sweet.

 

Sirius le dio en mano un segundo vaso con cerveza de mantequilla a Remus y se apoyó contra la pared, a su lado. Él quiso comentar acerca de la música que sonaba, pero Sirius tenía toda su atención puesta en lo que pasaba frente a sus ojos. Pandora Lovegood y Sybill Trelawney bailaban juntas, muy esplendidas con risas contagiosas y túnicas de colores estridentes, ‘‘dancing queen’’ de ABBA.

James invitó, mostrándole la palma abierta de su mano, a subir a una silla y luego a la mesa, a Sybill terminando por desconcertar a Remus. Después subió James e intentó seguirle los pasos, aprendiéndoselos casi al instante, aunque parecía gustar más no sabiéndoselos.

— ¿Hasta hace un par de meses ella no le caía mal? —comentó con el ceño fruncido, a nadie en específico, pero Peter se rio mientras de dejaba caer en la pared al otro lado de Remus.

— Sí, le amargaba la vida hasta que confirmó que por más que su abuela haya sido una gran vidente, Sybill, no puede predecir a dónde irá la quaffle.

— ¿Él creía eso? —preguntó con burla, y Peter asintió, otra vez.

— Es que ella se lo dijo el año pasado cuando James preguntó cuál era su secreto y desde entonces lo molestaba con eso. Resulta que, simplemente, es buena guardiana.

¿Qué se sentiría haber crecido siendo como ellos? Como James, o como Sybill. Incluso cuando estuvo a punto de caerse de aquella mesa cuadrada de madera, ella, tuvo cierta chispa que encantó a quienes los miraban con la misma mueca que Remus. Tan tentadores, que todo el mundo los quiera y aplauda por ser bellos y simpáticos. ¿Qué se sentiría ser como el oro mismo? Relucientes, brillantes.

— Creo que estoy enamorado de Sybill —suspiró Peter, provocándole una carcajada a Remus.

Intentó encontrar la mirada de Sirius, una vez más, para burlarse cómplices de su amigo, pero Sybill también lo tenía hipnotizado a él. Remus la observó más detenidamente con intriga más que por gusto. Tal vez el secreto se encontraba en su cabello alborotado, lleno de bucles, que se movía armoniosamente con la introducción de la segunda canción pop que sonaba aquella tarde. O sus ojos enormes de color celeste, que parecían invitarte a nadar en ellos. Tal vez en sus reconocidas familias, hablando de oro. Tal vez… no había ningún secreto y estaba a la vista de -casi- todos. Él no lo sabía, pero estaba seguro de que había algo, y que Remus se lo estaba perdiendo.

 

There's not a soul out there. No one to hear my prayer.

Gimme, gimme, gimme a man after midnight.

 

Como fuera, Sirius la miraba deslumbrado, y la petición que Sybill cantaba parecía estar a punto de ser cumplida. Obtendría un hombre antes de la medianoche, y no necesariamente a James. Podría haber sido cualquiera. Cualquiera. Pero, eligió guiñarle un ojo a Sirius mientras le sonreía con genuino encanto. Como si se tratara de un hada, o una sirena. Confirmó que Sirius se dejaría llevar por la curiosidad cuando lo escuchó reírse por lo bajo. Como James había hecho al subir, Sirius, la ayudó a bajar de la mesa y la invitó a la barra, comprándole algún trago que Remus no vio.

Lo que sí vio, fue que la besó.

...

— Por hablar de algo más alegre —dijo Dumbledore desde su atril, bajando a Remus de su nube de recuerdos—, este año estoy encantado de dar la bienvenida a nuestro colegio a dos nuevos profesores. En primer lugar, el profesor Lupin, que amablemente ha accedido a enseñar Defensa Contra las Artes Oscuras.

Pocos aplaudieron, y sin mucho entusiasmo.

Con la cabeza gacha, Remus, miró a su alrededor. Sólo los que habían estado con él en el tren aplaudieron con ganas, Harry Potter entre ellos. Sybill Trelawney, sentada lo suficientemente alejada de él, pero en la misma mesa junto a los demás profesores, lo miraba fijo, como si Remus estuviera en su entrecejo, y no aplaudía. Supuso, las sonrisas anchas y chocolates compartidos en el Expreso fueron cosas de una sola vez. Tal vez, ella también recordaría alguna cosa de sus años en Hogwarts.

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