
Capítulo 1
El inicio de su quinto año debería de ser como los demás. Llegando tarde. Pero no, este año no sabe ni siquiera él cómo se las ingenió para escapar de donde los Dursley y refugiarse en un hotel de mala muerte en algún lugar de los suburbios de Londres. El dinero no era un problema, ya que, de su año anterior había alcanzado a cambiar algunos galeones por libras.
Ahora se encontraba en su "cómoda" cama pensando en que haría ahora. El dinero que tenía le alcanzaba, pero necesitaba unas cuantas cosas, además quería comprar su material escolar lo más pronto posible para evitar el caos del callejón. Si es que alguien de las personas que lo vigilaban (porque claro que lo sabía) ya se habían dado cuenta de su ausencia lo más probable es que estén esperando que llegue donde los Weasley's, pero que lástima porque ese no es su plan, así que tendrá que esperar unos días para poder aparecerse en el callejón.
Lo que no dejaba de rondar en su mente era en las palabras que había escuchado en su último día antes de las vacaciones. Hasta el momento no lo podía creer, aunque si se lo esperaba. Las palabras de Ronald diciendo en cómo se desearían de él, en cómo por fin tendría la gloria que siempre deseó. Las palabras de Hermione diciendo cómo usaría su imagen después de su muerte… para convertirse en Ministra de Magia. Dolía. Demasiado.
“¿Qué haremos si Potter no quiere Hermione? Últimamente está demasiado distante con nosotros, no podemos dejar que se descarrie, unos pocos años más y ya nos podremos deshacer de él.”- dijo Ronald.
“No te alarmes Ron. Hemos pasado cuatro años diciéndole a Potter que és lo que tiene que hacer, no nos fallará ahora de la nada. Tenemos que apegarnos al plan y hacer lo que nos diga el profesor Dumbledore y la profesora McGonagall.
Aunque la verdad igual espero que este calvario termine pronto, estoy demasiado aburrida de siempre tener que preocuparme por él y sus malditos problemas. Pero en fin, vayamos a descansar y durante el verano mantengamos el contacto mediante lechuzas para saber que haremos el próximo año.”- dijo Hermione con notable cansancio.
Esas palabras seguían rondando su mente una y otra vez, e incluso las veía en sus sueños. Tenía que pensar en un plan ahora mismo, ya que, a partir de ahora sus movimientos eran clave para alejarse de ellos y no caer en sus manipulaciones, incluso tal vez pusieron compulsiones sobre él. Apenas pudiera tenía que ir a Gringotts y comprobar que todo estuviera bien con él.
Ya habían pasado tres días desde que vivía encerrado en ese hotel, encontraba que rea tiempo más que suficiente para poder salir libremente del hotel, así que ahora mismo se encontraba colocándose sus “ropas” para poder salir. Una vez se encontró listo salió del hotel informando a la dueña que saldría por unas horas. Esta solo le hizo una mueca y se giró hacia otro lado. La mañana en Londres era fría y húmeda, en cuanto tomó el autobús se relajó en los asiento y disfruto de la vista por 20 minutos.
En cuanto llegó al Caldero Chorreante se camufló con unos borrachos que se tambaleaban demasiado hasta llegar a la pared de ladrillos. Una vez puedo llegar puso la contraseña en los ladrillos y se adentró en el callejón, caminó con cuidado y llegó a su destino: El banco de Gringotts.