
Chapter 1
Han pasado ya 10 años de la derrota de Voldemort.
La Segunda Guerra Mágica, termino un 2 de mayo del 2000, dejando detrás de si muertes de almas inocentes. Y aunque es un hecho doloroso para la comunidad Mágica, me siento feliz de no haber perdido a nadie de mi familia.
Aquel 18 de junio de 1998, cuando Bellatrix le lanzo un diffindo a Sirius y casi cae por el velo, Remus actuó de manera rápida y lo tomo en brazos antes de que cayera.
Durante la batalla en Hogwarts Remus casi pierde la vida, pero Nymphadora se interpuso entre el y la maldición asesina, salvándolo.
Así es como hoy nos encontramos aquí, un 30 de abril del 2010 en Grimmauld Place, junto a los Weasley, los Lovegood y algunos conocidos mas para festejar el cumpleaños de Teddy, hijo de Sirius y Remus.
A pesar de que solo hay un par de niños, (solo el y los hijos de Bill), Fred y George se encargan de que todos suelten un par de carcajadas.
Mientras me encontraba con mis divagaciones, se me acerco Teddy para preguntarme muy quedamente.
-Harry, ¿Tía Ginny y Tía Luna no llegaran cierto?- sus ojos se veían decaídos, y su voz estaba cargada de decepción.- Ellas dijeron que llegarían, dijeron que me traerían un...
Teddy fue interrumpido por el crepitar de la chimenea, de la cual salió una muy sonriente Luna.
-¡Tía Luna! ¡Llegaste!-los gritos de Teddy se escucharon por todo Grimmauld Place y mas de uno se cubrió los oídos- creí que te habías olvidado de mi cumple- Antes de que Luna pudiera contestar, Ginny, quien acababa de salir de la chimenea, contesto.
-¿Cómo demonios lo íbamos a olvidar si todos los días nos llamas por red flu para recordárnoslo? ¡Durante un mes!- fue lo que dijo mientras rodaba los ojos y le revolvía el cabello.- Maldito mocoso no nos dejas disfrutar de nuestra Luna de Miel.- le dejo un sonoro beso en la mejilla, la cual quedo roja por su labial y le dio su regalo.
Luna se quedo abrazando a Teddy, Ginny fue a saludar a quienes nos encontrábamos en la sala.
Ya estábamos todos en casa, o eso es lo que me gustaría decir. Después de que Ginny se casará con Luna, Ron y Hermione se alejaron de la familia. Al parecer, aunque Herms sea muy inteligente, es de mente cerrada.
Estaba totalmente “asqueada” cuando supo que algunos varones del mundo mágico podían procrear. El matrimonio de Ginny y Luna fue la gota que derramó su paciencia, no quería a sus futuros hijos cerca de tales personas. No sorprendió a nadie cuando Ron estuvo de acuerdo con ella e insulto a Ginny por eso. Fue un golpe duro para la señora Weasley, pero eso no cambia el echo de que acepte a Luna.
La fiesta de Teddy había finalizado hace unas horas, ahora me encontraba en la sala de Grimmauld Place junto a los gemelos Weasley, Luna, Ginny y Neville, quien llegó casi al finalizar la fiesta debido a que se encontraba ocupado con sus labores de maestro de Hogwarts.
Y…¿Cómo les fue en su luna de miel?.- pregunto Neville mientras movía sus cejas de manera sugestiva y tomaba un poco del Whisky de Fuego que llevaron los gemelos.
Fue muy lindo, aunque los nargles se llevaron algunos de los recuerdos que quería traerle a Teddy.- Luna se encontraba recostada y bostezaba de vez en cuando.
Si, aunque las cosas en E.E.U.U. están raras. Antes de venir, en los noticieros muggles se estuvo hablando de una enfermedad.- dijo Ginny mientras acomodaba a Luna entre sus brazos.- Hace que las personas se comporten extraño.
-¿Extraños como?
-¿Cómo idiotas?
-¿Cómo Ron?
-¿O como Malfoy?.- Bombardearon de preguntas los gemelos.
-No lo se, es lo único que supimos antes de venir a acá. Creo que es hora de que nos vayamos, Luna está por caer dormida.- dijo Ginny con un tono burlón mientras veía a Luna cabeceando.
-Por supuesto, espero que vengan seguido, Teddy las suele echar mucho de menos.- dije con una sonrisa mientras las veía irse por la chimenea.
-Entonces…¿podemos quedarnos a dormir aquí?.- pregunto George mientras se servía más Whisky de Fuego.
-No veo por que no, sólo no haga tanto ruido, Monny se pone de mal humor si no duerme bien.- dije mientras me ponía de pie y me iba a mi habitación.
Hoy Lunes 3 de Mayo, tuve que levantarme realmente temprano para ir a Saint Mungo para mis consultas.
Al llegar, la sala de espera estaba casi vacía, sólo un par de personas que iban a un chequeo regular.
Iba hacia mi consultorio cuando un joven llegó a mi pidiendo ayuda.
-Señor Potter, por favor ayúdeme, mi padre se encuentra en cuidados intensivos, hoy despertó y no se que le sucede, quiso morder a su enfermera y su rostro se ve extraño.- la desesperación y angustia eran palpables en su voz. Tomo mi brazo y me llevo a rastras de tras de el, o al menos eso era lo que tenía planeado hacer, varias explosiones se escucharon en el pasillo seguidos de gritos de ayuda.
Me zafe de su agarré y corrí hacia donde venían los gritos, una enfermera se sujetaba el cuello y sus ropas estaban manchadas de sangre, delante de ella se encontraba un paciente, lucia extremadamente pálido y sus ojos levemente hundidos.
-¿Papá? ¿¡QUÉ HACES!?.- el joven a mi lado gritó mientras se acercaba a su padre y lo guiaba a su habitación. Antes llegar, se voltio e intento decirme algo, pero su padre lo mordió del cuello.
Me quedé en shock y cuando quise reaccionar se encontraba mordiendo su rostro.
Le lance al hombre un desmaius, pero seguía mordiendo a su hijo, así que lo petrifique.
Un par de médicos habían llegado y se encontraban atendiendo a la enfermera, mientras yo me acercaba rápidamente al Joven.
Ambos fueron llevados a habitaciones para tratar sus heridas mientras el hombre era llevado a su habitación aún petrificado.
Cerré las heridas del cuello y el rostro de manera casi perfecta, sólo quedaron un par de cicatrices.
Lo deje descansar mientras iba a ver a la enfermera.
No puede ser que llevando 2 años trabajando aquí aún no recuerde su nombre.
Al llegar me encontré con uno los Medimago que la atendieron.
-Buenas tardes Alfred.- salude al entrar.- ¿Cómo se encuentra?
-Harry, hicimos lo mejor que se pudo. Perdió demasiada sangre, ni siquiera las pociones restauradoras de sangre sirvieron. El cuerpo será entregado a su familia en unos momentos. ¿El joven como se encuentra?-. Dijo mientras se quitaba la capa y se sentaba en un sofá, delante del cuerpo cubierto con sábanas blancas.
-Bien, pude detener el sangrado y ahora se encuentra dormido…-. Antes de que pudiera seguir hablando llegaron Autores a pedir testimonio sobre lo sucedido.
-Señores, les haremos algunas preguntas, esperamos que todo se solucione de buena manera. ¡Weasley! Encárgate del Señor Potter.- Dijo el jefe de Aurores así como entró a la habitación y daba un cabeceo hacia mi.- Usted, por favor sígame.- y se llevó al Alfred consigo.
Un breve e incómodo silencio se extendió por la habitación mientras Ronald me miraba y yo me levantaba de donde estaba sentado.
-Por favor, sígame a mi consultorio.- dije sin verlo.
Al salir deje la puerta abierta para cuando llegaran por el cuerpo.
-¿Qué fue lo que pasó Potter? Se supone que eres el héroe del mundo mágico, ¿por qué no lo evitaste?.- Cuestionó apenas abrí la puerta de mi consultorio.
-Mira Weasley, si vas a interrogarme espero que lo hagas con profesionalismo.- Antes de que pudiera seguir hablando, alce mi mano para que guardará silencio.- Cuando yo llegué el chico al que atendía hace unos minutos, llegó a mi pidiendo que fuera con su padre, fue cuando lo encontré en el pasillo, había mordido a su enfermera. Intente detenerlo con un desmaius, pero no sucedió nada, así que lo petrifique.- dije a pesar del disgusto que me producía estar a solas con el.
Cuando estaba por continuar con su interrogatorio, de nuevo se escucharon gritos.
Ronald salió corriendo de mi consultorio y yo detrás de él, cuando la vimos, era la enfermera que acabada de fallecer, delante de ella se encontraba una mujer mayor y de tras de está, dos pequeños.
-Hija, ¿Cómo es esto? ¡DIJERON QUE ESTABAS MUERTA!-. La mujer cubría a los niños con su cuerpo.
¿Mamá? Abuela ¿Por qué mamá luce extraña?.- antes de la anciana pudiera contestar, la ‘enfermera’ se lanzó sobre ella con la boca abierta, lista para morderla.
Ronald se interpuso entre ambas mujeres y la enfermera lo mordió el hombro, yo le lancé un Petrificus Totalus y la levite a su habitación.
Al salir selle la habitación para evitar que saliera de nuevo y me dirigí hacia Ronald para detener el sangrado de su hombro.
-Harry muchacho, ¿qué le sucede a mi hija?.- me pregunto la anciana al borde del llanto.
-No lo se, pero le prometo que investigare…
-Se supone que ella estaba muerta, me llamaron por eso, cree que sea alguna enfermedad. ¡POR FAVOR AYUDELA!.
-Lo haré, se lo prometo.- Cuando la mujer y los pequeños se fueron caí en cuenta de algo.
Cuando atendía a Ronald, observe que en la mordida, le faltaba carne. Busque por el suelo pero no vi nada.
-¿Qué haces?.- ¡Joder! Olvide que el seguía aquí.
-Busco algo. Es tuyo de echo.
-¿Qué cosa? No he perdido nada.
-Si lo haz echo.- dije mientras señalaba su hombro.- amenos que se lo halla tragado.
-Sabes que, continúa tu sólo con tus delirios, me largo de aquí.- y se fue.
Que poco profesional de su parte, ni siquiera terminó con su interrogatorio.
A los pocos segundos que se fue, el jefe de Aurores llegó seguido de Alfred y el Director del hospital.
Hablamos un poco de lo sucedido y entramos a la habitación de la enfermera para volver a hacer un chequeo en presencia del Jefe de Aurores.
-Potter, revierte el hechizo-. Me ordenó el Director.
Cuando lo hice, Aleida (nombre de la enfermera, el cual se encuentra bordado en su túnica) comenzó a emitir sonidos extraños, a mirar por la habitación, cuando se quiso parar Alfred la retuvo y yo lancé un hechizo de diagnóstico.
-Su corazón no late, aunque aún hay actividad cerebral.- vi como Alfred hacia leves gestos de dolor y la volví a petrificar.- ¿Estas bien?.
-Si, sólo me estaba rasguñando.- dijo mientras se tomaba del brazo y pequeñas gotas de sangre caían al suelo.
Antes de que pudiéramos hacer o decir algo más, de la varita del autor salió un rayo verde directo a Amelia.
-Su familia esta esperando un cuerpo al cual sepultar.- fue su única respuesta ante nuestros rostros sorprendidos.- Además, Señor Potter, usted mismo acaba de decir que se encuentra muerta.- terminó de decir para salir de la habitación.
Aún sorprendido por el actuar del Jefe de Aurores fui hacia Alfred para tratar sus rasguños.
-Les pido por favor absoluta discreción sobre esto.- dijo el Director con voz plana.
-Si señor.- respondidos de inmediato, cuando el se fue y termine de atender a Alfred, me fui hacia mi consultorio.
Antes de llegar decidí hacerle una visita al Joven de la mañana.
Se encontraba aun recostado, lancé sobre el un hechizo de diagnóstico, sus signos vitales eran bajos así que le administre unas pociones restauradoras de sangre.
Cuando vi que eso era suficiente, fui a mi consultorio.
Había un par de personas, le pedí a Kenia, mi secretaria que me diera la lista de los pacientes para comenzar con las consultas.
Son las 5 de la tarde, hace poco que finalizarán las consultas y ya es hora de irme a casa.
-Harry, ¿estarás ocupado hoy?.- pregunto Kenia mientras se recargaba en su escritorio, intentando lucir sexy al parecer.
-Si, muy ocupado. Hasta mañana Kenia.- dije rápidamente y me dirigí a las chimeneas para tomar polvos Flu e irme a casa.
Tengo que hablar con Sirius y Remus sobre lo que pasó hoy, y jugar un poco con Teddy.
Poco sabía yo que una sola noche sería suficiente para desatar el caos en las calles de Londres.
Tanto Muggles como Mágico.