El Tapiz Familiar de un Malfoy

Harry Potter - J. K. Rowling
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El Tapiz Familiar de un Malfoy
Summary
Barty Crouch ante el caos del mundo mágico huira con Regulus... utilizando una identidad falsa, y protegiendo al pequeño Malfoy de toda la maldad que sus padres lo quieren alejar... logrando obtener una familia.Pero todo se desmoronará cuando su hijo vuelva al mundo mágico y se haga amigo del famoso niño que vivió.Dependerá de Barty seguir ocultando ante los ojos de su hijo y de los demás; más aún cuando Draco descubra la verdad de su nacimiento.
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Linaje Malfoy

Cuando Regulus en 1979 estaba a punto de no volver nunca a causa de los inferi, Barty lo pudo socorrer llevándoselo junto con él a la mansión Malfoy. Su salud era inestable había quedado en un coma mágico, Barty se encargó de compartirle su magia en cada momento, mientras que Severus intentaba hallar la cura para despertarlo del coma.

Una semana después, con ayuda del matrimonio Malfoy para el mundo mágico el heredero Black había muerto en una misión del señor oscuro.

En el velorio del pequeño Black la matriarca de la ancestral casa Black se encargo de despotricar en reiteradas veces que su hijo nunca sirvió ni como un heredero digno.

Nadie podía darle la contraria si es que querían seguir con este teatro.

Un mes después, Regulus había despertado, sin embargo... perdió la visión y sin ningún recuerdo.

Para sus amigos ese era su salvavidas para alejarse de todo y comenzar de cero, Lucius se encargó de darle una identidad falsa a pesar de que Barty estaba en contra de todo eso, desde ahora en adelante era Reagan Ross hijo de padres muggles.

El matrimonio Malfoy le dio una pequeña cabaña lejos del mundo mágico y de Londres donde se ocultaría, pero para que estuviera a salvo alguien debía estar a su lado en cada momento. Siendo Barty el que cuidaría de Regulus.

Fingir la muerte de Crouch fue más difícil, él padre de este lo vigilaba en cada momento, era milagro que esta ahora no descubriera lo que hacia su hijo. Al mismo tiempo tenían Bellatrix detrás de ellos a cada momento.

Empezaron a creer que nunca lo lograría, pero en el mínimo descuido de ambos se consiguió.

Barty tres meses después de la supuesta muerte del heredero Black... murió, en un enfrentamiento con un auror novato.

Y ese mismo día, Lucius encontró a su hermano menor Abraxas, el pequeño que había desaparecido días después de nacer.

Abraxas tenía una cabellera tan rubia, casi igual a la de su hermano, era ver una copia del heredero Malfoy, pero desordenada y rebelde.

¿Su historia? No era un misterio para nadie del mundo mágico, la esposa del patriarca Malfoy había caído al borde la locura en su segundo embarazo y en uno de sus tantos momentos paranoicos había abandonado a su bebe recién nacido en el mundo mágico o eso lo que creían.

El patriarca Malfoy en sus últimos días antes de morir le conto a su hijo Lucius que él había matado a su segundo hijo por nacer sin magia, no podía permitir tremenda aberración en su familia y que mejor idea que echarle la culpa a su esposa desquiciada.

Aunque Lucius quería revivir a su padre para volverlo asesinar, debía agradecerle que gracias eso su amigo poseía una nueva vida.

Algunas preguntas y rumores encabezaron el circulo social de los Malfoy, Lucius se encargo de callar la boca de toda mediante pruebas mágicas de sangre y el tapiz familiar con ayuda de pociones y encantamientos de Severus, mientras que Narcissa aclaraba que su cuñado no era un tema de conversación para aquellos que solo buscaban manchar el honorable linaje Malfoy.

Ni el señor oscuro y el mundo mágico volvieron hablar de su ahora hermano Abraxas.

Poco después, Barty se llevó a Regulus a vivir a esa pequeña cabaña que se encontraba bajo encantamientos. El intento hacer que el pequeño Black recuperara sus recuerdos a pesar de que sus amigos le dijeran que no lo hiciera. Es su amigo no podía mentirle, pero Regulus se negó a saber su pasado.

Para el pequeño Black estar ciego y sin recuerdos debía ser su castigo por haber cometido errores.

Por ello, le hizo prometer que nunca mencionaría su pasado y eso lo cumplió, lo que más quería era verlo feliz y no triste.

Con los meses la convivencia de ellos causo que empezaran a tener sentimientos del uno por el otro, Barty intento alejarse un poco, pero mediante más lo hacia sus sentimientos por su amigo salían cada vez más a flote. Intento negarse a estar cerca de él, sin embargo, cuando fue Regulus el que dio el primer paso de declarársele y besarlo, él no pudo decir que no deseaba tanto este momento.

En junio de 1980 se casaron en una pequeña boda que organizaron, donde solo se encontraban los Malfoy (Lucius y Narcissa), Severus y Pandora, esta última se había enterado de que Regulus seguía con vida después de tanto que le insistía a Barty por saber que tanto lo entretenía para no venir a visitarla... De ahora en adelante eran esposos, Abraxas y Reagan Malfoy Ross.

La pequeña celebración del nuevo matrimonio se vio interrumpida por el nacimiento del futuro heredero y un alterado Lucius siendo jaloneado por Narcissa hasta la mansión Malfoy.

Por primera en toda la vida nunca habían visto a Lucius moverse de una forma tan extraña para celebrar el nacimiento de su primogénito causando una risa a todos los presentes y a un Regulus que a pesar de no ver sentía cada objeto o persona a su alrededor.

Era un bebe hermoso que alegraba con su bienvenida la oscuridad que se estaba por avecinar al mundo mágico.

Sin embargo, Barty se percató como el rostro de alegría de Lucius cambio a uno de preocupación, se acercó a preguntarle, pero él solo le hizo señas para que lo siguiera a su despacho. Una vez solos el pelirrubio hizo aparecer entre sus manos una esfera, no le quiso dar importancia, aunque cuando él la sostuvo entre sus manos vio que se trataba de una profecía.

La profecía revelaba el corto tiempo de vida de los Malfoy y que el pequeño Draco era una pieza importante para lo que vendría, una de las dos caras del rey se alzaría sobre todos.

Barty intentó convencerlo de que podría hallar una solución, no siempre una profecía era tan certera, pero las soluciones a los Malfoy se les acababan, habían contratado los mejores videntes y todos afirmaban que su línea de la vida era corta.

El pequeño Draco necesitaba una familia para cuando sus padres dejaran de existir, y Severus no era una opción. El señor oscuro se daría cuenta, él era como la mano derecha después de la loca de Bellatrix y el mismo Lucius. Los únicos que quedaban a salvo eran el mismo Barty y Regulus, nadie sospecharía de ellos habían perdido todo rastro de la marca tenebrosa.

Barty estuvo a punto de contradecirse, pero no podía permitir negarle una familia a un ser que apenas comenzaba.

Lucius y Narcissa eran como unos hermanos que nunca pudieron tener ni él y regulus, una vez se fueran ellos quien cuidaría a ese pequeño ser.

—Te prometo que lo cuidaremos como un hijo— murmuró entre lagrimas abrazandolo —pase lo que pase siempre estaremos para él.

No le dirían a nadie el nombre del pequeño heredero.

Por ahora.

Los días se convertían en meses, y la profecía parecía no cumplirse, los Malfoy intentaban pasar el mayor tiempo posible con su hijo, debían aprovechar cada hora, cada día y semana como si fuera el ultimo día. Hasta que...

Un 31 de octubre de 1981 despertó gritando de una pesadilla. Esperaba que fuera una jodida pesadilla. Su sueño parecía tan real, Narcissa y Lucius habían sido atacados, no logro ver el rostro de la persona había arrastrado los cuerpos de sus amigos para lanzarlos entre las llamas del fuego.

Dejo su pensamiento de lado cuando un Regulus alterado le dijo que sentía que alguien estaba intentado romper los escudos de la cabaña. Barty se levantó inmediatamente agarrando su varita, ayudo a su esposo a esconderse, prometiéndole que si el no volvía que solo tocara el trasladador y huyera a donde el lo llevara.

Regulus le dio un pequeño beso, él es su ancla.

No se perdonaría perderlo.

No podía.

Bajo por las escaleras con sumo cuidado, no veía la sombra de nadie cerca suyo, cuando de un momento a otro la puerta principal de la cabaña fue derribada, con su varita apunto a la persona que estaba ingresando ya que no lograba visualizarla.

Guardo su varita al percatarse que era el elfo de los Malfoy, trayendo entre sus brazos al niño.

Barty sabia que la profecía se había cumplido, habían muerto.

No podía derribarse ahora más que nunca, su familia lo necesitaban.

Seguiría con él plan de Lucius.

En el funeral del matrimonio Malfoy, todos estuvieron con atuendo elegantes negros sosteniendo entre sus manos narcisos, como hermano de Lucius recibió distintos saludos y pésame de los patriarcas de cada familia sangre pura. La loca de Bellatrix no dejaba de mirarlo y mostrarle una sonrisa sádica. Algunas sangres puras como los Nott y Lestrenge no dejaban de insistirle que ahora que la familia de su hermano había muerto él debía casarse y dar un nuevo heredero.

Nadie sabia que él ya estaba casado o que él pequeño Draco seguía con vida.

Cuando estuvo a punto de contradecirlos, vio aparecer a la misma persona de su pesadilla a lo lejos, corrió a perseguirlo para ver su rostro, pero fue interrumpido por Severus. Volteo para ver en la dirección que se había ido la persona, pero ya no había nadie.

Decidió no darle importancia.

Severus le conto la muerte de uno de los integrantes de la familia Potter y que Sirius Black los había traicionado, sentía pena por ese niño, a pesar de conocer a Potter perfectamente, ese niño no se merecía eso esperaba que él niño fuera feliz con quien lo cuidara.

Era momento de él hacer feliz a su familia.

✦ ˚ ✦ ˚ ✦ ˚ ✦ ˚

1990 Firenze, Italia.

Dos meses después de la muerte de los Malfoy, Abraxas decidió llevarse a su esposo e hijo, lejos de Londres y del mundo mágico.

Y que mejor lugar que Italia, habían hecho tantos recuerdos juntos, amaba a su esposo e hijo. Con el tiempo su matrimonio se fortaleció cada vez más, su esposo a pesar no ver no le gustaba depender de nadie, se aprendió cada rincón de la mansión con ayuda de dobby; cada mañana mientras él tocaba el piano su Reagan cantaba, y su hijo bailaba al compás de la música junto con un dobby de vestimenta colorida, él pequeño elfo tenia su propia habitación su esposo le había enseñado a escribir y leer.

Mientras que su dragón era muy noble de corazón, no se dejaba intimidar por nadie, cuando tenía seis años unos niños muggles se burlaron de él por tener dos padres él solo los reprendió, pero cuando se metieron con su papá Reagan él actuó por impulso y golpeo a varios de sus compañeros de la escuela muggle, desde ahí nadie se metió con él. Y por azares del destino hizo su primer amigo muggle en esa pelea.

Se llamaba Elio, tenía la piel pálida y unos ojos plateados como la luna, su cabello era cenizo con algunos mechones negros. Le recordaba a un amigo con él cual perdió el contacto, de un momento a otro dejo de escribirle y responderle sus cartas; él niño amaba demasiado a su madre, su padre les pegaba a ambos, intento convencer varias veces al niño y la madre que abandonaran aquello que llamaban hogar; pero la mujer se negaba abandonar aquello, amaba a su esposo a pesar de todo, y el niño no pensaba abandonar su madre con su papá.

Decidió dejar todo como esta.

No le prohibiría a su hijo ver a su amigo, en cambio si él pequeño Elio necesitaba ayuda en algo ellos estarían para ayudarlo.

-¡Padre!... otra vez escribiendo- murmuro Draco ingresando, corriendo a toda velocidad a su despacho -... si no te apuras papá nos dejara sin tajadas de pie de limón.

-Ya voy dragón- dijo mirando a su hijo, dándole toda la atención -anda bajando tu.

-No, no, no... ese truco ya me losé, soy muy joven para morir en manos de papá- estuvo a punto de refutar con su hijo, pero se formó el rostro de su esposo entre las llamas de la chimenea.

-Dragón, Abraxas sino bajan en este mismo momento, les juro por merlín que subo a bajarlos a las fuerzas.

Hijo y padre se miraron, olvidaron todos sus modales y bajaron corriendo los más antes posible, no querían verlo molesto.

Cuando llegaron al comedor, padre e hijo lo vieron sentado junto a dobby, intentaron acomodarse sin hacer mucha bulla, pero él elfo los termino delatando.

-amito Draco, amo Abraxas siéntense los estábamos esperando- ante esas palabras Reagan reacciono.

-Siéntense los estábamos esperando- les mostro una sonrisa falsa, sabían que estaba molesto -dobby por favor saca la tajada de pie que queda.

Draco creía estar escuchando mal, su papá acaba de decir una tajada. Pero no fue una broma cuando vio al elfo poner solo una tajada pequeña en la mesa. Draco con la mirada le hizo señas a su padre para que hablara con su papá, padre e hijo se miraban para ver quien era él que hablaría primero, para suerte del niño por no decir trampa, su padre hablo primero.

-auch... Reggi, amor somos dos donde está la otra tajada- ocasionando que su hijo se palmeara la frente.

-Me las comí, debieron bajar antes- dijo pausadamente -...deberán compartir esa tajada.

-Pero papá, me prometiste esta vez darme dos tajadas- dijo poniendo una carita tierna, que según con eso convencería a su papá.

-Dragon, por más que me pongas esa cara no puedo verte, pierdes tu tiempo mi niño.

-¡Pero papá! - el niño pelirrubio analizo sus palabras antes de hablar -... sabes de mis dos padres tu eres el mejor -ocasiono que padre se sorprendiera y su papá se riera.

-Tú... -murmuro su padre lanzándole una mirada asesina, Draco estaba empezando a sudar del miedo hace poco le había dicho a su padre que él era su favorito.

-Abraxas, compórtate no molestes a Dragon- sintió que se quito gran peso den encima cuando su papá hablo hasta que -... tu eres mi favorito amor- dijo su papá dándole un pequeño beso a su padre.

Draco estaba empezando a sentir vergüenza, no sabía que era peor que sus padres le lanzaran una mirada asesina o ver besarse a sus padres. Y para la mala suerte de él dobby había desaparecido después del primer beso de sus padres.

-¡Papás! - por fin pudo tener toda la atención de sus padres.

-Dobby- el mencionado por su papá apareció en un santiamén -... por favor entrégale la otra tajada que escondiste- los ojos de Draco brillaron ante esas palabras.

Decidió aprovechar el momento en que sus padres se zurraban en sus odios para comer la segunda tajada. Paro a la mitad de la segunda tajada cuando vio a sus padres levantarse de sus asientos y dirigirse a las escaleras, esperaba que no fuera lo su mente se imaginaba, se sentía tan impuro en qué momento perdió su mente inocente.

-A este paso Dobby, me sorprende que no tenga más hermanos- el elfo no entendió esas palabras, pero si sus padres.

-¡Te estoy escuchando Dragon! - se callo al escuchar la voz de su padre, mejor seguiría comiendo.

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