Laureles del pasado

EPIC - Jorge Rivera-Herrans (Albums)
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Laureles del pasado
Summary
Los dioses siguen aquíTodos esperan por su regreso, pero algunos son impacientesAlgunos quieren paz y otros venganzaAlgunos quieren ser venerados y otros temidosAlgunos viven y otros sobrevivenTodos esperanHasta que dos fuerzas se conectanUna con más poder que el otro¿Quien caerá y quién vencerá?¿Un dios no tiene debilidad?¿Es una debilidad ser mortal?Los mitos se vuelven realidad, los hombres se vuelven leyenda, la historia de nuevo comienza
Note
¡¡¡IMPORTANTE LEER!!!Hola este es mi primer fanfic de EPIC y antes que nada quiero recalcar unas cositas.1. Aquí voy a escribir sobre personas reales que en este caso seran el cast de EPIC, voy a ser lo más respetuosa posible al escribir sobre ellos así que CLARAMENTE no escribiré algun shippeo entre ellos excepto el que está mencionado en las tags, además no se de su vida privada solo se que Talya y Jorge son pareja y Luke está casado (apenas me enteré que Steven Dookie también esta casado) así que por respeto a ellos no se les shippeara con ningun personaje real o ficticio excepto por los antes mencionados.2. No los conozco y claramente no se cuales serían sus personalidades exactas así que aquí me tomé un poco de libertad creativa, respetando a cada uno por supuesto, si NO te gusta leer tipos de historias así ahórrate el hate y deja de leer.3. Soy estudiante de universidad trataré de publicar cada semana pero no prometo nada (para este punto solo espero terminarlo).4. Voy a ir aumentando las tags conforme vaya avanzando la historia, si no las puse ahora es para evitar spoilers, pero serán pocas y en caso de que se mencione algún tema delicado pondré advertencias al inicio del capítulo y durante el capítulo.5. Me basaré principalmente en EPIC, pero también me basaré en lo que se de mitología griega, una que otra cosa de Percy Jackson y Circe de Madelline Miller (con Circe solo en una cosa pero es importante) y me daré un poco de libertad creativa, tenganlo en cuenta.6. NO SE ACEPTAN COMENTARIOS DE HATE HACIA LA HISTORIA, MI PERSONA O ALGUN MIEMBRO DEL CAST7. CLARAMENTE NO HABRA +18 ASI QUE NI PREGUNTEN POR EL8. Hay versión en inglés en mi perfil, sigo aprendiendo inglés y a veces me cuestan unas cosas pero lo intento, bueno ahí lo tienen por si quieren.Y eso sería todo, espero que disfruten está historia que a mi ya me encantaPor cierto hay más notas al final
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Chapter 2

Era una tarde tranquila, aún era invierno y quedaba un poco de nieve en las calles, pero no iba a durar mucho, cada vez el clima se volvía más loco y el sol más intenso al punto de que ni siquiera calentaba sino quemaba, afortunadamente dos personas no se debían preocupar por ello.

No por ahora.

Jorge aún no podía creer el impacto que tuvo EPIC en su vida y en la de muchos, obtuvo varios seguidores desde que lanzó a TikTok los primeros borradores, pero conforme fue lanzando saga por saga cada vez eran más las personas que se unían y en el fondo siempre agradeció que nunca hubiera toxicidad en el fandom, ahora que todo había acabado podía ver mejor el impacto que tuvo su musical.

Y es que de verdad le puso alma y corazón a EPIC, todas esas horas componiendo melodías, escribiendo letras, las veces que tuvo que descartar alguna canción porque no era lo que buscaba, cuando creyó que había terminado de escribir EPIC solo para darse cuenta que debía hacer el final de nuevo (cosa de la cual no se arrepiente) al final todo valió la pena.

Además, no todo fue tan malo, conoció a personas increíbles y talentosas, tuvo momentos maravillosos con ellos y convivieron tanto juntos que para este punto para él ya eran parte de su familia.

 Y claro no podía faltar ella.

Talya, su súper amorosa novia que de no ser por EPIC tal vez nunca la habría conocido, su voz era tan maravillosa que en cuanto la escucho sabía que debía estar en el musical si o si, le pidió una audición para Circe, empezaron a grabar su parte, se volvieron muy buenos amigos, luego una cosa llevo a la otra y ahora tenía a la chica de sus sueños como su novia.

Aún con los momentos de estrés habían salido cosas buenas de ello. No podía quejarse la vida había sido buena con él.

—¿En qué tanto piensas?— unos brazos rodearon su cintura por detrás y él tomo sus manos entre las suyas.

—En muchas cosas en los últimos meses, en EPIC, en nosotros—

—¿Nosotros?—

Talya tenía su cabeza recargada en su hombro y para él se veía tan linda que no pudo evitar darle un beso en la mejilla. Ella solo le sonrió.

—No te pongas así cuando llegue Troy, no querrás hacerlo sentir mal tercio—

A cierto, hoy venía Troy.

—Tratare— y le dio otro beso rápido.

Talya giro sus ojos en broma y se fijó en lo que sostenía en una mano.

—¿Son tus bocetos de EPIC?—

El abrió la libreta que estaba llena de melodías y notas.

—Si, son de las primeras melodías que compuse—

Había encontrado su vieja libreta que, si mal no recuerda, consiguió cuando seguía en la universidad, era amplia, con los pentagramas ya plasmados, pero aún así no tardó casi nada en llenarla y aún llena no quería tirarla, a final de cuentas fue parte de sus inicios y le generaba nostalgia verla.

Talya le dio un beso en la mejilla y se separó de él.

—Debo ir por unas cosas, vuelvo enseguida—

—Está bien, ten cuidado—

—Lo tendré—

—Te amo— dijeron al mismo tiempo.

Ella salió del cuarto y luego de la casa.

Jay seguía con la libreta en mano y aunque quería hojearla un poco más sabia que tenía cosas por hacer, dejo la libreta al borde de la cama y salió de su habitación, pero poco antes de cerrar la puerta sintió una mirada detrás suyo, volteo pero no encontró nada así que cerró la puerta.

La verdad no había mucho que arreglar, solo tenía que hacer que su sala se viera presentable para cuando llegara a Troy.

Jorge no veía al cast muy seguido en persona, pero todos mantenían el contacto y los que vivían más cerca se visitaban más seguido, fue una sorpresa que Troy le llamara diciendo que tenía que arreglar unos asuntos cerca de ahí y que aprovecharía en darle una visita. Y él no se negó.

En poco tiempo lo que tenía que arreglar quedó arreglado y ahora ya no tenía nada más que hacer, decidió sentarse en el sillón y descansar un rato.

Hasta que finalizó EPIC no se había dado cuenta de lo acelerado que vivía así que ahora descansaba todo lo que no pudo en los últimos años. Llegó a pensar hace mucho que en cuanto el musical acabara pasarían unos meses y el mundo no recordaría EPIC, se alegró darse cuenta de lo equivocado que estaba, aún cuando habían pasado solo dos meses el fandom dejó bien en claro que no dejarían morir el musical en un buen, buen tiempo, además seguía subiendo contenido de EPIC y los audios originales del live de Ítaca así que el fandom tenía contenido para un buen rato.

Disfrutaba en paz la brisa que se colaba por la ventana abierta, la calidez que sentía al menos dentro de su casa y el silencio que solo era interrumpido por esa risita traviesa que sonaba en el cuarto del fondo del pasillo, todo era paz y tranquilidad.

“Espera ¿Qué?”

Jorge abrir los ojos cuando cayó en cuenta de que estaba solo y alguien estaba riéndose, se levantó del sillón y trató de volver a escuchar el sonido sin éxito, atribuyó que solo fue su imaginación.

Hasta que lo escucho de nuevo.

Pensó que tal vez Talya ya había llegado y le estaba jugando una broma, pero de ser así la hubiera escuchado llegar y la risa de su novia no era así, sonaba más a la risa de Troy cuando fingía ser Hermes, pero su amigo no llegaría hasta dentro de una hora.

Lentamente se asomó por el pasillo que llevaba a las últimas habitaciones, lugar donde escuchó la risa, caminó lento hasta la última habitación mientras caminaba sintió la rara sensación de ser observado. Abrió la última puerta, se asomó dentro y…

Nada.

No había nada fuera de lo normal.

Todo estaba justo como lo dejó, aunque no recordaba haber dejado la ventana abierta, no le tomó mucha importancia, vio la habitación como si esperara que alguien se materializara de la nada y lo asustara, pero nada pasó y era claro que nadie se escondía ahí, se vería a simple vista.

“Tal vez estoy más cansado de lo normal”

Salió de la habitación y cerró la puerta, checo rápidamente las demás habitaciones y el baño solo por si acaso y al igual que en la primera habitación no encontró nada, regresó a la sala aun confundido por lo que pasó, pero pensó que solo fue su imaginación.

No notó el par de ojos que lo observaban desde afuera.

——— … ———

Tal y como dijo Troy llegó aproximadamente una hora después.

Les contó en qué había estado trabajando aparte de su saga de los horóscopos, su canal de Twitch y algunos proyectos futuros. Jay aprovechaba cada que los veía porque no sabía cuándo los volvería a ver y generalmente era hasta muchos meses después.

—Me alegró que te este yendo bien—

—Gracias Talya, ¿Y ustedes? ¿Cómo les ha ido?—

—Ya sabes, trabajando en esto y aquello— respondió Talya primero.

—Sigo checando cosas de EPIC y aún analizo todo lo que ha pasado—

—Te entiendo, siento que todo está pasando muy rápido—

—Dímelo a mí, todavía no me creo que lo logré, pero qué puedo decir fue afortunado—

Y por el momento si que lo era.

—Definitivamente—

De la nada la ventana de la sala se abrió por un fuerte viento que la azotó, Talya se paró rápido y cerró bien la ventana.

—¿La abriste?— le preguntó a Jay

—No, tenía frío y la cerré estoy seguro—

“Que raro”

Talya vio por la ventana como varios árboles se movían violentamente por el fuerte viento que se desato.

—¿Por qué de repente hay tanto viento?—

—El clima ha estado loco últimamente— mencionó Troy —De camino aquí hace mucho viento y hacía sonidos raros pasó tan rápido que hasta imaginé que oí una risita—

Jay se tensó cuando escuchó eso.

—¿Una risita?—

—Si, me asusté cuando la escuché, sonó como si alguien se hubiera reído a mi lado, claro que eso no era posible, iba solo—

—¿Y cómo era?— Troy lo miro confundido —La risa—

Talya se quedó cerca de la ventana observando la extraña conversación.

—Pues sonó como la risa que hago para Hermes—

Jay le estaba dando vueltas al asunto en su cabeza, acaso ¿Era posible que fuera la misma risa que él escuchó?

—También la escuchó— dijo en voz baja

—¿Cómo que “también”?— tal vez no tan baja.

El timbre sonó.

Los tres volvían voltearon a ver la puerta con confusión, aunque Jorge la vio más con miedo.

—Yo voy— se ofreció Talya y se dirigió a la puerta.

—Espera— Jay se paró rápidamente.

Para Talya y Troy, Jay se comportaba extraño y ya les estaba preocupando.

—Yo abro—

Talya no estaba segura pero aún así cedió.

—Okay—

Jay antes de abrir la puerta se asomó por la mirilla, no logró ver nada ni a nadie, abrió la puerta y tal como antes la entrada está vacía al igual que la calle, no había nadie cerca.

—¿Quién es?— pregunto Talya desde el interior.

—No hay… nadie—

Los nervios de Jay empezaron a aumentar, algo estaba mal.

—Tal vez fue un niño que nos quiso hacer una broma—

La ventana se volvió a abrir bruscamente por el viento, esta vez Troy se levantó y cerró la ventana.

—¿Por qué se abrió?—

—Estaba abierta— contesto Troy.

—Pero ¿cómo? Estoy segura que la cerré—

“¿Qué está pasando?”

Un golpe seco se escuchó del último cuarto del corredor. Todos guardaron silencio, era imposible que sonara algo de ahí si estaban los tres solos, se miraron entre sí y por un momento creyeron que fue su imaginación, hasta que lo escucharon de nuevo.

La tensión empezó a crecer y Jay se acercó al corredor, camino lentamente hacia el último cuarto de nuevo sintió que lo observaban estaba tan concentrado en la puerta que no se dio cuenta que Troy iba detrás de él, Talya no tardó mucho en seguirlos por detrás con una sartén que agarró de la cocina. Solo por si acaso.

Al llegar a la puerta Jay tomó el picaporte y lo giró lentamente, sentía una sensación de tensión y miedo, pero en el fondo sentía algo familiar y conocido, no era como un deja vu, pero sabía que sintió esto antes y una parte de él le dijo que no temiera a lo que había atrás de esa puerta y nunca lo supo, pero Troy y Talya sintieron lo mismo.

Abrió la puerta y…

Nada.

Nada fuera de la normal, todo estaba bien, no había nadie.

La habitación no era tan grande como para que alguien se escondiera en ella, la opción de que alguien hubiera entrado a la casa quedó descartada y pronto asumieron que el ruido fue debido a la libreta y la guitarra tirada al lado del escritorio.

—No hay nadie—

En cuanto dijo eso Talya y Troy soltaron el aire que no sabían que estaban reteniendo, la tensión disminuyó de inmediato y pudieron estar un poco más tranquilos.

Camino hasta su guitarra, que supuso dejó mal recargada en la pared y la recogió.

—¿Son de EPIC?— Troy preguntó señalando la libreta que sostenía Talya.

—Sí, de los primeros bocetos—

—Wow— Talya le pasó la libreta para que lo hojeara un rato —Lo tenías todo planeado—

—Mucho de eso no se ocupó, pero fueron las bases—

Troy pasaba las páginas y tarareaba unas cuantas notas, siguió así hasta que reconoció una melodía que no tenía nombre.

—No sabía que escribiste “Wouldn’t you like” desde ese entonces—

Jay lo miró confundido.

—No lo hice, primero escribí “Dangerous” y eso fue mucho después—

Talya se asomó para ver la partitura y Troy la volvió a ver en caso de ser un error, pero no lo era.

—Pero Jay, la melodía está aquí—

—Tiene razón— Talya lo vio igual de confundido que él.

Cuando iba a ver si era cierto notó algo por el rabillo del ojo, algo que no era suyo, unas gafas de sol con tonos cafés y naranjas, parecidas a las que Troy utilizaba para interpretar a Hermes.

“¿Siempre estuvo eso ahí?”

Las sostuvo entre sus manos y miro a Troy confundido.

—¿Son tuyas?—

—¿Qué?—

—Las gafas ¿no son tuyas?—

Troy dejó la libreta en la cama y se acercó para ver mejor los lentes.

—Se parecen— los tomó y los examinó mejor, eran iguales a simple vista, pero el cristal era un poco más oscuro y en los costados tenía detalles en dorado que asemejaban un par de alas —Pero no son las mismas—

Talya se acercó a ellos, aún con la sartén en mano.

—No recuerdo haber comprado unas de estas— ahora ella sostuvo los lentes mientras trataba de recordar si siquiera los había visto antes —Se ven muy de los 70’s—

—Querrás decir los 80's—

La tensión reapareció de inmediato, los tres intercambiaron miradas asustados, ninguno de ellos había dicho eso voltearon lentamente hacia atrás y pudieron ver al desconocido que les había hablado y otra vez sintieron algo diferente, como si ya hubieran vivido esto, como si algo en su interior les dijera que no debían tener miedo porque el no les haría daño y por un momento de verdad lo creyeron… Hasta que volvió a hablar.

—Hola—

—AHHHHHHHHHH—

Los tres gritaron y por acto reflejo Talya estampo la sartén contra la cara del desconocido.

El chico se tambaleó hacia atrás y se agarró la cara para cubrir la posible herida que tenía, Jay no supo en qué momento quedó frente al extraño, tomo la sartén y movió a Talya detrás suyo.

El chico no tardó en recuperarse del golpe, creyó que le fallaba la vista porque en vez de ver una herida solo vio un pequeño rasguño en el labio y en vez de sangre parecía haber un líquido dorado.

—Uff tiene fuerza— dijo señalando a Talya —Yo que ustedes no la hago enojar—

—¿Quién eres?— Jay seguía apuntando con la sartén por si trataba de hacer algo.

—Ay una disculpa, ¿Dónde están mis modales? Me presento— se aclaró la garganta y dijo las palabras que sin saberlo marcarían su futuro —Soy Hermes, mensajero de los dioses, Dios griego y parte de los Doce Olímpicos—

“Genial, un loco se metió a la casa”

El muchacho era tonto si creía que le iban a creer esa mentira.

Jay vio como Troy sacaba lentamente su teléfono para llamar a la policía, tenía que darle tiempo a su amigo.

Puedo notar mejor al tipo frente a él y mientras más lo veía más creía que el tipo estaba loco, parecía poco más joven que él, la piel bronceada, cabello negro con un corte que hacía que un lado de su cabello fuera más largo que el otro, aunque este era cubierto por un casco que de frente parecía tener una estrella de cuatro picos y en la parte superior el emblema de unas alas doradas, no pudo ver sus ojos el casco se lo impedía, vestía una capa que se sostenía de un collar, la capa cubría un hombro y parte del brazo, el otro extremo estaba unido a un brazalete en su muñeca, una parte de una túnica cubría su parte inferior hasta poco más arriba de sus rodillas y unas sandalias que tenían unas alas blancas en los costados (muy realistas por cierto). Definitivamente el chico se tomó muy en serio su cosplay.

Aún si no podía ver su mirada sabía que esta era de completa burla, pero la sonrisa que le daba era más genuina, de verdad parecía feliz de verlos como si los conociera de toda la vida, pero aunque se notara feliz sabían que algo más se escondía en su expresión, solo que aún no sabían que.

Troy estaba marcando al 911 y moviéndose un poco más atrás de Jay para que el desconocido no notara lo que trataba de hacer.

—¿Cómo entraste aquí?— se atrevió a preguntar Talya

El tal Hermes soltó un suspiro cansado.

—¿No escucharon lo que dije? Soy un Dios puedo entrar a donde sea—

—¿Cómo? Estaba todo cerrado—

Hermes pudo ver que claramente no le creían, pero lo harían, se acercó unos pasos más a ellos y aunque tenían una sartén para protegerse, por si acaso retrocedieron.

—No necesito una entrada para poder entrar—

Troy logró completar la llamada y espero no tardarán en contestar.

—911 ¿Cuál es su…?—

Hermes movió la mano y la llamada se cortó.

—¿Pero qué…?—

—Eso no te va a servir de nada dawling—

Troy odiaba admitirlo, pero el tipo ya le estaba empezando a asustar cada vez más.

—¡¿Hackeaste mi teléfono?!—

—En teoría no, pero debo admitir que sus aparatitos son muy fáciles de manipular para un Dios como yo—

—¡YA DEJA DE CREERTE UN DIOS!— Jay no esperaba gritar, pero la situación ya lo estaba superando —Sal de aquí si no quieres que te saque yo—

Hermes soltó una carcajada sonora, ahora sí se estaba burlando en serio.

—Quisiera ver que lo intentaras—

—Hablo en serio —

—También yo dawling—

Por unos segundos que parecieron eternos, Jay sostuvo la mirada con la del supuesto Dios, estaba asustado pero no podía dejar que se diera cuenta, el chico fue el primero en separar la mirada y otra vez suspiró.

—¿Saben qué? Esto no nos llevará a nada, así que se los demostraré—

No entendieron a qué se refería con “demostrarlo” hasta que vieron cómo se elevaba varios centímetros del suelo.

“¿Qué cara…?”

De la nada tomo a Jay por los hombros y lo elevo junto con él empezando a dar vueltas en el aire.

—Woohoo, ¿No es esto emocionante dawling?—

Jay estaba paralizado del miedo y del shock de ver a alguien volar, no entendía cómo del suelo pasó a dar vueltas en el aire con un tipo que se reía como loco, no tardó en reaccionar y empezó a empujar a Hermes lejos de él.

—¡Suéltame!—

—¿Por qué? Si nos estamos divirtiendo—

Talya, que también estaba en shock, reaccionó y tomó la sartén que Jay tiró al ser elevado y le gritó al Dios.

—¡Oye! Suéltalo ahora—

—Bueno, pero no te enojes— paro de dar vueltas y alejo a Jay de sí —Ya que—

Soltó a Jay y aunque no era mucha la altura no se esperó ser soltado de repente, Troy dejó de ver al chico volador y fue junto a Jay.

—¿Estás bien?— dijo Troy mientras ponía una mano en su hombro.

—Eso creo—

Los tres voltearon a ver de nuevo a Hermes que seguía volando frente a ellos, vieron sus alas aletear ahora sabiendo que eran de verdad y otra vez les volvió a dar esa sonrisa burlona y absurda.

—¿Y bien? ¿Ahora sí me…?—

Fue interrumpido por Talya que le volvió a arrojar la sartén en la cara, aunque por el casco el impacto fue menor.

—¡¿Y eso por qué fue?!—

—¿Qué demonios eres?— gritó Talya en respuesta.

—Primero no es “¿Qué?” es “¿Quién?”— Hermes descendió hasta que sus pies volvieron a tocarlo el suelo —Y segundo, soy Hermes, Dios mensajero, uno de los Doce Olímpicos, ¿Qué no me escucharon la primera vez?—

Ahora los tres se encontraban lo más alejados posible de él mientras procesaban todo, ¿Un Dios?, ¿Cómo un Dios griego podía hacer acto de presencia en pleno siglo XXI?, era ilógico e imposible y sin embargo lo tenían frente a sus ojos.

Jay no sabía si temerle o no, los dioses eran conocidos por dar castigos severos si se les ofendía, pero este no parecía ser el caso de Hermes no llegó con la intención de hacerles daño, ya lo hubiera hecho de ser así, si los asustó pero solo por diversión. No le tenían confianza, pero por ahora podían estar tranquilos.

—¿Por qué estás aquí?—

—Ah, que bueno que preguntas dawling—

Hermes desapareció de su vista y los chicos lo buscaron con la mirada.

—Aquí atrás—

Los chicos soltaron un grito de nuevo y se alejaron de Hermes.

—Tranquilos no muerdo—

—Dinos que quieres— Troy ya se estaba hartando de la situación y la actitud del Dios.

—Son muy buenas— Hermes sostenía la libreta donde estaban las primeras melodías de EPIC, los tres se preguntaron en qué momento la tomo —Todas son muy buenas canciones, no soy tan experto en esto como Apolo, pero seguro el diría lo mismo—

Cerró la libreta y se la lanzó a Jay que apenas la pudo atrapar.

—¿Entonces estás aquí por eso? ¿Por el musical?—

—Si y no—

—No ofendimos a nadie ¿Verdad?— Talya también tuvo una época en la que le encantaba la mitología griega y esperaba que ningún Dios se hubiera ofendido, sobre todo si era parte de los Doce Olímpicos—

—Pues no que yo sepa, al menos a mi no—

—Espera ¿Zeus no te envió?—

Con la sola mención de Zeus, Hermes hizo una expresión casi de asco, pero se pudo notar como en su mirada había miedo y enojo.

—No, a él no lo he visto desde hace años— por unos segundos se quedó pensando, inquieto sobre lo que él podría estar haciendo ahora que sabía lo que hizo, los chicos lo notaron y él volvió a sonreír como si nada —Pero que curioso que lo menciones, de hecho, él es una de las razones por las que vine, díganme ¿Qué tanto saben de los dioses?—

Aunque a los chicos les gustará la mitología griega varios de los datos que sabían eran de los más básicos.

—Pues solo lo básico y uno que otro mito—

Hermes se estremeció al escuchar la palabra “mito”.

—Historia— corrigió Hermes —De mito no tienen nada—

Eso sí sorprendió a todos, sobre todo a Jay.

—Espera ¿Me estás diciendo que todos los monstruos, lugares, dioses, todo lo que se menciona en la mitología griega, es real?

—Bueno tienes a un Dios frente tuyo ¿Qué más pruebas quieres?—

A Troy y Jay se les fundió el cerebro por tanta información así que Talya decidió seguir preguntando.

—Pero si todo es real ¿Por qué desaparecieron de la nada?—

—No fue tan de la nada y tampoco fue porque quisiéramos— Hermes no quería hablar del todo de ello, fueron tiempos difíciles para el Olimpo y los mortales, pero no tenía de otra —Miren es una larga historia, pero es necesaria que la sepan, sé que esto es raro para ustedes, pero primero déjenme hablar y luego me dicen que opinan al respecto—

Los tres se miraron entre ellos, no estaban seguros de confiar en él pero parecía no haber otra opción más que escuchar lo que tenía que decir.

—Entonces si nos hablas sobre lo que pasó y por qué estás aquí ¿Nos dejaras en paz?— Jay solo quería que se fuera.

—Pues eso dependerá de lo que elijan después—

“¿Elegir?”

No sabían a qué se refería, pero si esa era la única forma de que el Dios se fuera, entonces lo harían, al menos era mejor que un castigo, se sentaron en la cama y esperaron a que el Dios comenzará su relato.

—Gracias, les aseguro que esto les encantará—

Para hacer su historia más interesante flotó algunos centímetros del suelo, el trio se tardaría un poco en acostumbrarse a eso.

—Bien, pues empecemos por el principio— y así comenzó su relato.

——— … ———

Antes de los dioses existieron los que se conocieron como Titanes, seres inmensos con enorme poder que representaban las inmensidades de la Tierra o el espacio, entre Titanes también hubo guerras, la más conocida entre Urano y su hijo Cronos, uno representaba el cielo mientras el otro representaba el tiempo, algo tan basto e infinito, indestructible por así decirlo, Cronos salió victorioso de esa batalla y antes de encerrar a su padre en lo más profundo del Tártaro, Urano dicto una profecía dónde Cronos sería derrocado por uno de sus hijos, le quitaría el trono y lo desterraría al Tártaro, tal como él lo hizo con su padre. Cronos, celoso de que le arrebataran su poder, tomo una decisión, apenas sus hijos salían del vientre de su esposa Rea, él se los comía, así lo hizo uno por uno, hasta que su esposa se canso de ver morir a sus hijos a manos de su esposo, logró engañarlo con su último hijo, dándole una piedra envuelta en mantas y escondiendo a su hijo en una cueva, su hijo Zeus.

Fue criado en secreto y entrenado para enfrentarse a su padre, no fue fácil, pero con ayuda de Metis, hija del Titán Océano y la Titanide Tetis, logró darle una poción a Cronos obligándolo a vomitar a sus hermanos, logrando que todos pelearán contra él, se formó una guerra que duro diez años conocida como la Titanomaquia. No fue fácil, pero al final lograron vencer a Cronos que fue exiliado al Tártaro, destinado a estar preso por cadenas irrompibles y custodiado por monstruos feroces, solo y casi olvidado.

Zeus tomó su puesto como rey del Olimpo y se repartió el mundo junto con sus hermanos, Zeus protegería la tierra, Poseidón el mar y Hades el Inframundo. Después pasarían muchos siglos, muchas historias, muchos héroes se alzaron y otros cayeron, monstruos se crearon y otros se vencieron, los mortales fueron haciéndose más fuertes hasta el punto de atreverse a desafiar a los dioses, de dejar de ser hombres y convertirse en algo más.

Zeus muchas veces quiso matarlos a todos, por según él ser incompetentes, pero por más que quisiera él no podría, porque a final de cuentas los necesitamos, porque la única forma de matar a un Dios es olvidar por completo a ese Dios, que no haya creyentes ni historias, ni nada que le haga saber al mundo de su existencia. El ser olvidado talvez sea de los mayores terrores de un Dios.

Así que aún con sus faltas, él los dejaba vivir o solo los castigaba por un rato para, ya sabes, divertirse con su sufrimiento. Si lo admito Zeus a veces ocupaba a los mortales como su entretenimiento, pero sabía ser justo cuando era necesario, al menos la mayoría de las veces. Los demás dioses también llegaron a cometer errores con los mortales, varios aprendieron de ellos y otros no, al final nuestra relación con los mortales se mantuvo pacífica.

Pero los mortales también son codiciosos, vengativos y a veces desagradecidos, varios armaron un complot contra los dioses, no sabemos que hicieron, pero fuera lo que fuese nos condenó a los dioses, de repente los mortales dejaron de creer en nosotros, en las leyes del Olimpo y quisieron alzarse sobre todos, mataron inocentes, destruyeron nuestros templos, ofendiendo a los dioses y volviéndose tiranos. Tratamos de contenerlos lo más que pudimos, pero eran demasiados, cada vez que bajábamos a la tierra en vez de rendirnos respeto nos consideraban una amenaza. Zeus sintió esto como una traición y nos prohibió ayudar a los mortales de cualquier manera, las cosas se fueron poniendo peor, guerras, plagas, terremotos, sequias, tormentas, todo fue desmoronándose poco a poco, los mortales comenzaron a dejar de creer en nosotros al ver que no hacíamos acto de presencia y en cuanto menos lo notamos todo acabó.

Roma conquistó y Grecia cayó.

Los Dioses solo podíamos ver cómo masacraban a nuestros creyentes uno por uno, algunos sacrificaron su vida con tal de mantener nuestras historias vivas, aún así no fue suficiente, menos creyentes, menos rezos, menos poder. Llegó el punto en qué ni el mismo Olimpo nos consideraba dignos de pisar su suelo y poco a poco nos desterró a todos, primero a los dioses más bajos, luego a nuestros hijos y por último a los Olímpicos. Perdimos mucho, Ares perdió su fuerza en batalla, Apolo su habilidad de sanar, Atenea no pudo transformarse en su forma búho y su combate también se vio afectado, yo no pude volar.

Los escritos que sobrevivieron y los pocos creyentes que teníamos fueron suficiente para mantenernos con vida, seguíamos siendo inmortales, pero sin ningún poder, ni dominio, ni siquiera con el derecho de llamarnos Dioses.

Así fue durante un largo tiempo, hasta que de un tiempo acá las historias griegas se convirtieron en algo más relevante, se reescribieron historias, las aventuras y las canciones volvieron a ser relatadas y los dioses conocidos, durante un tiempo creí que sería suficiente para recuperar nuestra gloria, solo quería un poco más de poder para volver a ascender al Olimpo. Me equivoque, la mayoría de los relatos eran erróneos incluso los escritos más antiguos fueron alterados, no había fuente confiable sin contar que cada quien escribió lo que quiso y generó muchas, muchas versiones de los mitos, retratándonos como algo que no somos o con acciones que no hicimos, nos cansamos y perdimos la fé en qué alguna vez volveríamos a ser lo que fuimos.

Hasta ahora.

Hace un día algo sucedió, un montón de energía divina fue liberada y mis poderes despertaron al absorberla, no había sentido tal poder desde hace siglos, milenios quizá y me dio la suficiente energía para cambiar objetos y volver a volar, sabía que esto no era normal, digo estaba feliz por regresar, claro pero no era normal tanta energía de repente, necesitaba respuestas y en parte eso me guío a ustedes.

——— … ———

Los chicos estaban confundidos y con muchas preguntas en su mente, pero Jay tenía una en especial que le emocionaba preguntar.

—Espera ¿Quieres decir que mi musical fue la razón de que recuperaras tus poderes?—

¿De verdad su musical tuvo tanto impacto como para traer de vuelta a los dioses? ¿Tanta energía liberada por una creación suya?. No era egocéntrico, pero saber que habías logrado algo tan grande como ello al menos en términos celestiales suponía que era algo especial.

—Ah no, tu musical no fue la razón— bueno al menos lo creyó por algunos segundos —Solo fue una muy pequeña parte de la razón—

Jay tenía que admitirlo, sí le dolió un poco que Hermes dijera eso, Troy y Talya se dieron cuenta de esto, Troy le puso una mano en el hombro como apoyo emocional y Talya le dio una mirada de pocos amigos a Hermes, esté se dio cuenta de lo que causó.

—No me malentiendas, tu musical ayudó mucho y en serio estoy agradecido con todos ustedes por esta oportunidad— aunque se había equivocado pudieron notar que su gratitud era sincera —Pero seré honesto, esa energía no me habría alcanzado para volar, solo me hubiera dado un poco más de fuerza y velocidad pero nada más—

Jay aún se sentía un poco ofendido por lo que dijo Hermes, pero también entendió que estaba agradecido por su trabajo, aún si este solo le daba un poco de energía. Pero entonces aún había una pregunta que contestar.

—Entonces si el musical no te devolvió tus poderes ¿Qué lo hizo? y ¿Qué tenemos que ver nosotros en esto?—

Hermes suspiro pesadamente, sabía que tenía que decirles el porqué de su visita y aún cuando fue difícil para él relatar la caída del Olimpo, extrañamente ahora esto me parecía más difícil de decir.

—Bueno antes de venir aquí tuve que ir a otra parte, a un lugar que hace años me esperaba—

——— … ———

Habían pasado unas cuantas horas desde que volvió a volar, pero para él fueron de las horas más largas y felices de su eterna vida, sentir el viento en su pelo, la sensación húmeda al atravesar las nubes, el calor de Helios contra su piel, había estado tanto tiempo pegado a la tierra que casi se había olvidado de la sensación que era volar, solo podía describirse como libertad pura.

Se preguntó si Eolo estaba igual que él y había vuelto a su isla en el cielo, si Apolo había recuperado sus habilidades curativas y proféticas o si Ares y Atenea volvían a tener sus habilidades en batalla, no lo sabía aún pero algo le dijo que no tardaría mucho en averiguarlo.

Pudo haber usado su velocidad y hacer el camino más corto, pero sinceramente no quería eso, quería disfrutar lo más que pudiera antes de que eventualmente volviera a tocar tierra, incluso se dio el tiempo de ver desde las alturas algunos monumentos antiguos al llegar a Grecia.

Grecia, su hogar, el lugar de su gente. Le dolió ver la mayoría de los activos palacios y templos hechos ruinas, las estatuas que alguna vez los adornaron incompletas ya sea por el tiempo o por mortales que las vandalizaron, la Grecia que conocí había muerto hace mucho tiempo, pero aún se sentía la energía de lo que alguna vez fue la Antigua Grecia débil pero perseverante. Tuvo que seguir su camino preguntándose ¿Qué pensarían el resto de los Dioses si estuvieran ahí? ¿Qué pensarían sus tantos hermanos y hermanas, primos y tíos sobre lo que le pasó a su pueblo?.

Al acercarse más a Grecia sentía más su divinidad despertando y tratando de localizar el Palacio de los Dioses, no fue hasta casi llegar a Atenas, capital de Grecia y antiguamente protegida por su hermana Atenea, que sintió un tirón dentro de sí que lo hizo detenerse, vio las nubes encima suyo y algo en su interior supo que por fin lo había encontrado. Se elevó sobre las nubes con velocidad y espero por fin visualizar ese lugar que hace tantos años lo expulsó y ahora lo esperaba con los brazos abiertos.

Ahi sobre las nubes, reflejando los últimos rayos del sol se encontraba imponente, el Olimpo.

Hermes sintió la conexión inmediata con el lugar y para él a simple vista no había cambiado nada, todo seguía tal cual lo recordaba, al menos físicamente.

 Sus alas revolotearon y aletearon fuertemente, ellas también sentían la conexión.

—Lo sé, volvimos—

Se apresuró a llegar al borde donde empezaban los pisos de mármol con detalles de oro, iba a gran velocidad, pero se detuvo a centímetros de entrar al Olimpo. No quería tocar el suelo, no cuando tenía tan poco tiempo de estar en el aire, pero el propio Olimpo le daba la bienvenida y lo invitaba a acercarse a lo que era suyo, Hermes sintió como la energía divina le recorría el cuerpo apenas se posó en el suelo de mármol.

Otra vez era bienvenido en el Olimpo.

Empezó a caminar por los pasillos Olimpo, pasando su mano por las paredes al pasarlas, recordando cómo era todo hace mucho tiempo y aunque sus alas estaban quietas sentía su emoción de estar ahí.

El Olimpo solo podía ser considerado como un lugar magnífico, ni el más hábil de los constructores o artesanos podría hacer o replicar una obra tan grandiosa como lo era el Olimpo. Todo era hecho de mármol sólido, pero había patrones de oro en el suelo y en las paredes estaban talladas las historias hazañas tanto de Dioses como de héroes, Hermes toco los tallados sintiendo el relieve del mármol contra su mano, viendo cómo se iluminaba apenas los tocaba sabiendo que un Dios estaba presente. Los pedestales se alzaban imponentes aún si solo sostenían pequeñas estructuras ya que en el Olimpo no había techo, por la falta de nubes encima nunca llovía, de día podían ver a Helios elevarse y calentar con su potente luz, alumbraba los adornos de oro haciendo que se reflejarán en las paredes y pisos haciéndolos ver más hermosos de lo que ya eran y en la noche se podía ver el manto estelar en todo su esplendor, miles de constelaciones y estrellas en un manto negro mientras la luz blanca y tenue de Selene alumbraba los objetos de plata y daba una luz que generaba paz y tranquilidad. No faltaba mucho para volver a ver las estrellas más allá del cielo.

Recorrió los vastos pasillos vio los enormes jardines llenos de todo tipo de flores y plantas que sin importar la época o que estaban a metros de altura nunca perdían su vitalidad vio las fuentes de agua cristalina con detalles hermosos y piedras incrustadas, en la punta de algunas había la estatua de un Dios, Diosa o criatura. Estaba tan concentrado viendo cada detalle que pudiera que no se dio cuenta de a dónde se dirigía todo este tiempo.

Frente a él había una puerta enorme de caoba, en ella estaba esculpida una de las historias más antiguas jamás escritas, La Titanomaquia, la guerra entre Dioses y Titanes, específicamente más sobre la pelea entre Cronos y sus hijos, se podía ver cómo Poseidón empuñaba su tridente y controlaba los mares, Hades portaba su casco que lo hacía intocable al igual que empuñaba su bidente a punto de apuñalar a un Titán, Hestia aún siendo de las más pacíficas lanzaba ráfagas de fuego hacia los Titanes, Deméter los apresaba con lianas y obligaba a los Titanes a postrarse en el suelo, Hera sostenía su espada dorada y aún si no tenía mucha experiencia en combate era fuerte, tenía convicción suficiente para empuñar su espada contra los Titanes y en el centro Zeus con su rayo en alto a punto de lanzarlo contra Cronos que se encontraba por encima de todos, aún si solo era madera esculpida se mostraba amenazante. A Hermes nunca le gusto esa puerta, solo con ver la figura de Cronos le daba escalofríos, ignoró la incomodidad que le daba y abrió el portón.

Tal y como recordaba, el salón era enorme en forma de círculo rodeado por pedestales que sostenían una cúpula transparente, la única parte techada del Olimpo, el suelo era de oro y plata, los pilares estaban cubiertos por enredaderas y flores y las paredes tenían piedras preciosas incrustadas que asemejaban el mar y la tierra, hasta el fondo sobre dos escalones en forma de semicírculo se encontraban doce tronos de mármol y detrás de estos, vitrales donde se mostraban parte de los dominios del Dios a quien correspondía el trono.

Para Hermes esto era el paraíso.

Observó los dos tronos centrales, los de Zeus y Hera, reyes del Olimpo, Zeus siempre a la derecha y Hera a la izquierda como su acompañante, Poseidón a la derecha de su hermano, Deméter a lado de su hermana, a la derecha de Poseidón se encontraba Ares quien a su lado, por supuesto, estaba su esposa Afrodita, a lado de Deméter se encontraba Atenea, junto a ella Artemisa, la diosa de la caza, a su izquierda su gemelo Apolo y en el borde izquierdo Hefesto y en el borde derecho Dionisio, en medio de Dionisio y Afrodita se encontraba su trono, con un vitral que tenía una figura que se asemejaba su forma, alada, con una bolsa llena de pergaminos y de fondo el vasto cielo.

Sin pensarlo se acercó a los tronos, subió los dos escalones y miró su trono fijamente, estaba nervioso, sabía lo que significaba sentarse ahí, pero eso era lo que más quería, tocó la parte superior del trono y sentío como el Olimpo le decía que no temiera que este era y siempre fue su propósito, decidió creerle. Le dio la espalda al trono, apoyó las manos en los costados y se sentó en el, de inmediato sintió como el contacto con el Olimpo crecía, la conexión antes perdida se restablecía. Al momento de entrar solo lo consideraba un invitado, ahora lo veía como lo que era.

Un Dios.

Quiso disfrutar más el momento de pertenencia al Olimpo, pero algo más lo llamó, algo fuerte. Noto que la energía venía de la sala privada de los Dioses, un lugar donde se discutían temas con base a los mortales y ciertos Dioses, Semidioses y otras criaturas, increíblemente casi nunca la ocupaban, pero ahora la energía que desprendía era muy potente, más potente que nunca. Se levantó de su trono y se dirigió a la sala.

Lo primero que notó fue que la puerta estaba semiabierta, no sabía que había pasado después de ser exiliado del Olimpo, pero algo le decía que no debería estar así, vio la luz dorada que se colaba por la puerta, luz que sabía no pertenecía ahí. Tuvo precaución al abrir la puerta, no sabía si lo que había dentro estaba vivo y no sabía que era importante, muy importante.

La sala permanecía tal como se había dejado, una mesa de piedra circular con doce tronos mas simples que los anteriores, no había centro en la mesa para que se generara un espacio donde se pudiera ingresar, generalmente Zeus era el que hablaba ahí, pero lo que más llamó su atención fue la esfera dorada que flotaba en el centro, tenía el tamaño de un melón y parecía tener un líquido dorado dentro, Hermes pocas veces vio una de estas tan cerca, pero sabía lo que era y lo peligrosa que podía ser, una llamada del destino.

—Una profecía—

Camino hacia ella y la tocó, apenas ser tocada el líquido en su interior se empezó a mover y relató la profecía.

——— … ———

Los Dioses se alzan de nuevo

La gloria vuelve al Olimpo

El mundo es diferente

Pero su magia sigue presente

Aquellos que la acepten, la tendrán

Aquellos que no, solo seguirán

El Olimpo se vuelve a alzar

Y tal vez está vez durará

——— … ———

Hermes se tranquilizó al escuchar esas palabras, tal vez no volverían a ser considerados como lo fueron hace mucho tiempo, pero había vuelto a obtener parte de sus poderes y el Olimpo lo había aceptado, eso era mucho más de lo que llegó a esperar.

Pero la profecía no paró ahí.

——— … ———

El Titán del tiempo ha de regresar

Su venganza tiene que lograr

Dioses que le temieron se unen a él

Para que su gloria dure y sea eterna

Y aunque un conflicto se va a presentar

El Titán no vencerá

                      VENCERÁ

Los Dioses seguros están

                                          NO LO ESTÁN

——— … ———

¿Qué?

¿Acaso escucho bien? ¿Hablaba de… Cronos? ¿El Titán loco que devoró a sus hijos solo por mantener su poder?

Todas esas preguntas daban vueltas en su cabeza, pero lo que más le inquietaba era ese eco. Una profecía debía ser clara y concisa sobre el futuro, está no lo era, la última vez que hubo ese tipo de profecías lo perdió casi todo.

——— … ———

Almas antiguas se unen al juego

Nuevos destinos se trazan por ellos

Contra él han de pelear

Si quieren volver y conservar su hogar

Si se es rápido no todos pelearán

                                                   TODOS LO HARAN

Si se es listo no fallaran

                                 FALLARAN

Si se es confiable no dudarán

                                            DUDARÁN

Si hay suerte nadie morirá

                            TODOS MORIRAN

El destino ya no solo depende de los dioses

Los mortales son más fuertes cada día

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Busca aquello que se cree un mito

Con ello aseguraras tu destino

Al final la decisión es tuya

Tú futuro es tuyo

Pero el destino está escrito

                                AÚN NO

——— … ———

Hermes estuvo en shock un buen tiempo.

Supo al instante a qué mortales se refería a la profecía, pero una cosa era querer investigar por qué su musical tenía una buena parte de energía divina y otra era decirles que tendrían que pelear contra posibles dioses y titanes, era una locura, no eran guerreros y aún así los necesitaba, pero ¿Para qué?, la profecía no se lo dejo claro.

Además, esa advertencia…

Pero la verdadera pregunta era ¿Qué Dios sería tan tonto como para hacer un trato con Cronos?, claramente era una maldita trampa, ¿Quién estaría tan desesperado por poder como para hacer algo…?

Oh no

—Zeus—

——— … ———

—Y bueno, eso fue lo que pasó—

“¡¿QUÉ?!”

—Sin palabras eh—

Jay estaba teniendo un colapso mental, hace solo unas horas vivía su vida era feliz y tranquila y ahora tenía a un Dios diciéndole que eran parte de una profecía y tenían que ayudarlo o sino un titán loco volvería y destruiría el mundo.

Le gustaba más su vida hace unas horas.

—Miren sé que es mucho que procesar, pero esto es algo serio no solo para mí, también para ustedes— eso hizo que los tres reaccionaran y le prestaran atención —Son parte de una profecía, creo que saben lo que eso significa, prácticamente es destino, difícilmente se puede cambiar, así que no importa que tenga que pasar, pasará, créanme es mejor que lo acepten de una vez a que traten de pararlo—

Una profecía los había elegido y el futuro en parte dependía de sus decisiones ahora.

—Pero no siempre pasan— Troy habló después de todo lo que supieron —Algunas no se han cumplido ¿Verdad?—

Ni Hermes sabía si está profecía era totalmente exacta, no quiso mencionar los extraños ecos en ella, ni las posibles peleas, como dijo la profecía si esto era rápido no habría necesidad de pelear ni involucrar a más mortales.

—Ha habido casos, pero son muy pocos, además aún si no se cumplen, eso no quiere decir que estemos libres de amenaza, sobre todo la amenaza de un Titán—

Tenía razón, Odiseo era la prueba de ello, tal vez evitó la profecía de ser asesinado por el hijo de Héctor pero a cambio tardó diez años en alta mar para regresar a su hogar.

—Escuchen si hacemos esto rápido no tendremos que involucrar a todos los demás—

Jay alzó la mirada al escucharlo.

“¿Los demás?”

—Cuando dices “los demás” ¿Te refieres a…?—

—Todo el cast o al menos la mayoría—

—Okay esto será un desastre—

Jay concordaba con Troy, esto sería un desastre.

¿Pero siquiera tenían opción? ¿Por qué razón el destino los eligió? ¿Por qué sentía que había algo más que solo el musical para ser elegidos?

—¿Sabes por qué nos eligió a nosotros?—

Hermes no se esperaba esa pregunta, no quería contestarla.

—Supongo que por el musical—

Mentiroso

—Y si vamos contigo ¿No será peligroso?—

—Si hay peligro los protegeré, pero dudo que pase algo—

Mentiroso

—Y otra cosa, esto es más curiosidad mía—

Tenia que preguntar esto, algo le decía que necesitaba una respuesta a esta pregunta.

—Dijiste que algo paso y los mortales dejaron de creer en ustedes… ¿Sabes al menos un poco de qué lo causó?—

—No—

MENTIROSO

MENTIROSO

MENTIROSO

Jay no estuvo satisfecho con la respuesta, pero la acepto, por ahora.

—¿Nos puedes dar unos minutos? Creo que es mejor si discutimos esto a solas—

—Emm claro no hay problema—

Se encerraron en otra habitación, aún cuando estaban seguros que Hermes tenía la oreja pegada a la puerta, nadie dijo nada por uno minuto, aún debían procesar todo lo que habían pasado, Dioses, profecías, Titanes, era una locura. Jay rompió el silencio.

—Y bien ¿Qué opinan?—

Troy fue el primero en responder.

—Yo digo que no, no es nuestro problema—

—Pero pronto lo será— dijo Hermes tras la puerta.

Troy golpeó la puerta y le gritó al Dios del otro lado.

—Oye ¿Qué no sabes qué es la privacidad?— suspiro pesadamente y dirigió su mirada a sus amigos —¿Confían en él?—

Jay no sabía si hacerlo o no, Hermes era engañoso por naturaleza, pero estaba seguro que no jugaría con algo tan serio como esto, sonaba muy preocupado y hasta diría que asustado, aun así sí sentía que les ocultaba algo, algo importante, no sabía qué pensar. Vio a su novia y se dio cuenta que hace un rato que no hablaba para nada, seguía pensativa e indecisa, pero la notaba más segura que él.

—¿Talya?— la llamó y ella pareció reaccionar, no estaba segura de sus palabras, pero aun así se atrevió a hablar.

—Dudo que esto sea una broma suya— concordaba con ella —Y dudo que nombrará a Cronos de esa manera si esto no fuera serio— no quería decir lo siguiente, pero tenía que —Sí es cierto lo que dice y Cronos busca venganza, entonces nadie estará a salvo—

Hermes ya lo había dicho él solo quiere ver sangre ser derramada y dudaban que mostrara piedad ante cualquiera, si él volvía todo lo que conocían y querían sería destruido.

 Los tres sabían de que eran capaces los Dioses, no querían saber de qué era capaz un Titán.

—Jay ¿ Tú qué opinas?—

Opinaba que esto era una locura y tal vez una muerte asegurada si aceptaban, pero...

—Tiene razón en algo, si hay una profecia involucrada lo que tenga que pasar, pasará— y aunque una parte de él no quería hacer esto y la otra parte le decía que no tenía opción —¿De qué sirve resistirnos ahora sí luego pasará?—

Todos lo pensaron, analizaron sus opciones y no eran muchas, nunca eran muchas cuando se trataba de los Dioses, pero algo se repetía constantemente en su cabeza.

“Si hacemos esto rápido no tendremos que involucrar a todos los demás”

Eso dijo él, si lo hacían rápido probablemente no correrían mucho peligro. No estaban seguros de su decisión, nadie lo estaba, pero tal vez era lo mejor para todos, se vieron entre sí, supusieron lo que pensaba el otro, asintieron y abrieron la puerta.

Cómo supuso Jay, Hermes tenía la oreja pegada a la puerta y casi se cae al abrirla.

—No espiaba ni nada—

Para ser el Dios del engaño, esa fue una pésima mentira.

Jay fue el primero en hablar.

—¿Qué tan rápido se acabará esto si te acompañamos?—

Hermes mostró una sonrisa apenas hizo la pregunta, está sin duda era de felicidad.

—¿Lo harán? Gracias, gracias, gracias—

Quiso abrazar a Jay, pero este lo detuvo.

—Primero responde la pregunta—

Hermes se alejó un poco desanimado, pero aún conservaba so sonrisa.

—Pues mínimo unos tres días—

—¡¿Tres días?!—

—O tal vez cuatro… o cinco—

Se les pasó por la mente negarse a ir, pero Hermes se apresuró a convencerlos.

—Por favor, esto será simple, solo me ayudarán a juntar al resto de los Dioses y conseguir el artefacto que no solo impedirá que Cronos regrese, sino que también me dará suficiente poder para seguir volando por muchos siglos más—

Bueno si lo decía así sonaba fácil, pero nada era fácil con los Dioses —Espera ¿Qué artefacto?—

Hermes soltó un quejido de cansancio, ya se estaba hartando de tener que explicar todo.

—Me tardaré más si se los explico ahora, prefiero hacerlo en el camino—

Jay se estaba arrepintiendo, sabían muy poco de lo que pasaba y Hermes parecía estarles ocultando información importante, Hermes supo que dudaban, sabía leer el comportamiento de las personas, una habilidad más suya que divina.

—Por favor, confíen en mí—

Confianza.

Muy difícil de tener y muy fácil de romper. No le tenían plena confianza, pero solo esperaban no la rompiera apenas pudiera.

—Ok, iremos—

Tan pronto lo dijo abrazo a los tres fuertemente.

—Gracias, en serio gracias—

En parte el abrazo era cálido, se sentía hasta familiar, pero Hermes olvidaba que tenía una fuerza superior.

—No respiró— Troy apenas pudo hablar mientras golpeaba el hombro de Hermes para que lo soltará.

—Ups lo siento— se separó de ellos y empezaron a toser por la falta de aire, Hermes hizo aparecer la sartén y se la entregó a Talya —Tu arma mi lady—

Talya seguía recuperándose de la asfixia, pero no le negó la sartén.

—Gracias—

Hermes solo le dio una sonrisa.

—Bueno, vámonos—

—Espera— Jay hablo apenas recupero el aliento —Hay un par de cosas que aclarar antes, primero solo haremos lo que tengamos que hacer y nos regresas aquí, segundo si vemos que esto se vuelve muy peligroso nos regresarás de inmediato y por último, en cuanto acabemos con esto te irás y nos dejarás de molestar, ¿Hecho?—

Jay extendió la mano esperando que el Dios aceptara sus términos. La expresión de Hermes fue confusa, no podía ver su mirada y no sabía con exactitud en qué estaba pensando, pero al final no importó, le terminó dando de nuevo su sonrisa burlona y extendió su mano.

—De acuerdo, es un trato—

Y así sellaron su trato, tal vez algo mucho más importante que un simple trato, pero eso se vería después, por ahora ambos esperaban haber tomado la decisión correcta.

Veremos cuánto tiempo duran así.

 

 

 

 

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