Esa sensación que solo dan sus besos
James no sabía que eso pudiera conseguirlo un beso.
Una de sus sensaciones favoritas era volar en escoba,
sentirse libre unido con el viento,
encima del mundo, donde pudieran verle,
pero no alcanzarle.
Pero en sus sueños más profundos,
en sus noches más humildes,
deseaba que pudieran llegar a él,
que alguien quisiera llegar a él.
Pero no para verle,
no para decir que lo habían logrado,
sino para ser con él.
Y cuando se permitía volar
con su imaginación más que con su cuerpo,
la persona que estaba ahí arriba con él era ella,
Lily Evans.
Pero ni en todas sus madrugadas en la cama,
ni en todas las tardes en el aire,
había podido adivinar lo que iba a sentir si Lily le besara.
Porque era como no tener suelo bajo los pies,
como arroparte en invierno y salir al sol en verano,
era mucho más de lo que habría creído posible.
Y sí, a James le encantaba volar en escoba,
con el viento en la cara y el mundo bajo sus pies,
pero nunca se había sentido tan cercano a tener alas,
como cuando besó a Lily.