
Lily no se equivoca, (pero) está enamorada.
Lily Evans no se equivoca.
Lily Evans no se equivoca cuando dice que James Potter es un arrogante.
Lily Evans no se equivoca cuando le pone nombre a lo que le ocurre en el pecho.
Porque le ama, porque le odia,
porque si le sonríe una vez más,
su control se va a ir como el agua por el desagüe.
Una noche más tumbada en su habitación y el techo da vueltas,
o tal vez es su cabeza que no deja de girar,
porque ella no sabe cuál fue el principio,
y no ve que vaya a tener un final.
Llega la mañana siguiente y no ha dormido,
pero cuando le ve no se siente cansada.
le escucha hablar y la madrugada no se le ha hecho tan pesada,
huele su colonia y las horas despierta valen la pena.
Su risa estridente no le molesta a los oídos,
sus bromas no le resultan tan tontas,
pero Lily Evans no se equivoca,
y James Potter no necesita que le alimenten el ego.
Lo que ella quiere alimentarle es el alma. Y lo odia.
Vuelta a empezar, tumbada en su habitación,
con el techo dando vueltas,
pero metida hasta el fondo en esa espira,
que todos parecen llamar amor.