Juego de Shumil gemelos

Pdv: Rozemyne

Cuando me desperté por la mañana, estaba en mi cama con Cattleya a mi lado profundamente dormida. Estaba algo desorientada, ya que me dormí en el regazo de Ferdinand, mientras él acariciaba nuestros cabellos. 

Al recordar lo sucedido en la sala de conferencias, dolió mi corazón… Porque yo siempre he creído que mi hermanita es tan genial, valiente, lista y fuerte. Mas yo no sabía la historia que había detrás, de esa fuerza y valor que tanto admiro. Pero creo que después de haber escuchado su historia, de cuando vivió en nuestro mundo anterior, mi admiración hacia ella solo creció más.

Aún no puedo creer que ella vivió sola todas esas cosas, y las soportó por amor a su madre. Aunque en realidad, yo no soy tan diferente, ya que hice lo mismo que ella, por el bien de mi familia plebeya en el tejido roto. 

En aquel entonces, tuve que volverme una noble, y alejarme de ellos para poder protegerlos. Es por eso, que entiendo completamente las acciones y decisiones, que  ella tomó en su vida anterior. El problema es, que ahora Cattleya está dispuesta a soportar la carga de nuestra misión y protegerme, todo por mi bien... Y yo no puedo permitir eso, ya que fui yo quien la arrastró a todo esto. Por esta razón, debo hacerme fuerte.

Siempre fui descuidada y por mis acciones egoístas, en mi camino hacia los libros, expuse a muchos peligros a mi familia plebeya, pero sobre todo a Ferdinand. Tomé muchas malas decisiones, y eso llevó al desastre del tejido roto, que por poco mató a Ferdinand, pero definitivamente acabó conmigo... 

No puedo seguir poniendo en peligro a las personas que quiero y que son importantes para mí. Esta vez, debo tener más cuidado con mis acciones, y no esperar a que alguien me proteja. Debo ser como mi hermanita y volverme fuerte y ruda como ella. Yo también quiero protegerlos, como ellos me han protegido hasta ahora ¡Seré una chica ruda y fuerte esta vez!

‘He tomado una decisión. No cometeré los mismos errores del pasado, y aceptar que tomen; mis negocios, mi maná y tomen como rehenes a Ferdinand, a Cattleya o a mi familia plebeya. Me haré fuerte y no permitiré que me lo arrebaten todo como la última vez. Lucharé a su lado, juntos como una familia’. Yo decidí en mi corazón, mientras apretaba mi puño con determinación.

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Pronto Cattleya también despertó. Y cuando se levantó, ella se veía realmente animada y lista para asistir a nuestro entrenamiento matutino. Bueno, ella en realidad saltó fuera de la cama, exclamando. “¡¡¡Estoy motivada!!!”. Con ambos puños en alto.

‘Jajajajaa… Creo que le hizo muy bien hablar de su pasado. Pero eso también se debe al poderoso “Gyu” de Ferdinand, eso fue como una poción nutritiva y reconstituyente juntas. Y yo también recargué mis baterías con el “Gyu” de Ferdinand. Ufufufuu… Por eso, al igual que mi gemela, yo también me siento motivada ¡¡¡Estoy lista para entrenar!!!’.

Entonces nos vestimos con ropa apropiada para el entrenamiento, y fuimos a reunirnos con el abuelo y el hermano Eckhart, en el patio exterior del templo.

El entrenamiento era dirigido por el abuelo Bonifatius y supervisado por el hermano Eckhart para prevenir cualquier accidente. Y como no podíamos usar mejoras físicas, el entrenamiento era muy duro. Pero no dejaré que eso me detenga, ya he tomado una decisión y voy a cumplirla a cabalidad. Por eso, con toda mi determinación, le pedí a mi gemela que me enseñara a pelear como ella. “Hermanita, me enseñarías a pelear como tú? Quiero aprender a combatir”. Yo quería aprender a defenderme por mí misma. 

Y ante mi pedido, Cattleya me miró con ojos brillantes y llenos de orgullo, mientras decía. “¡¡¡Pero por supuesto que si, hermanita, nos convertiremos en las mujeres más fuertes y poderosas de todo Yurgenschmidt!!!”. Ella exclamó con entusiasmo, pareciéndose cada vez más al abuelo Bonifatius.

Quien soltó una estruendosa carcajada. “¡¡¡JAJAJAJA…!!!”. Y luego continuó diciendo. “¡¡¡ASÍ SE HABLA, MIS QUERIDAS NIETAS¡¡¡”. Ya que él había escuchado la enérgica y entusiasta declaración de mi gemela.

Después los dos continuaron riendo estruendosamente, haciendo la misma pose con las manos en las caderas.

“¡Jajajajaa…!”. Cattleya. 

“¡¡¡JAJAJAJAA…!!!”. El abuelo.

Al ver esto, yo quería acunar mi cabeza entre mis manos… ‘Si no supiera que en realidad no tenemos ni una gota de sangre de Bonifatius. Definitivamente creería a pie juntillas, que en las venas de Cattleya corre su misma sangre’. Yo pensé esto entre exasperada y asombrada. Como sea, después del extraño numerito, comenzó el entrenamiento, o mejor dicho el infierno…

“¡Vamos hermanita, estamos recién comenzando!”. Mi gemela exclamó enérgicamente, cuando me detuve para recuperar el aliento.

‘¡¡¡Gaaaaah!!! Moriré antes de convertirme en un rudo’. Yo grité en mi mente, mientras me desplomaba en el suelo.

“VAMOS, ARRIBA MI QUERIDA NIETA, AUN FALTAN CINCO VUELTAS MAS”. Me animó estruendosamente el abuelo.

“Si hermanita, y luego te enseñaré a dar unos buenos golpes ¡Jajajajaa…!”. Ella se rio ruidosamente, y luego continuó exclamando, mientras daba una patada en el aire como un “Karateka”. “¡Te enseñaré a patear traseros!”.

“¡¡¡CATTLEYA!!!”. Todos la regañamos a coro.

Pude ver al hermano Eckhart, negando con la cabeza exasperado, y a Justus doblándose de risa. Este último, se colaba a los entrenamientos para “ayudar” al hermano Eckhart. Pero en realidad, venía porque se lo pasaba en grande con el abuelo Bonifatius y mi salvaje hermanita.

“Jejejejee…”. Cattleya rio avergonzada, y luego se disculpó diciendo. “L-lo siento, me dejé llevar un poquito”.

Una vez que Cattleya, se dejó de tonterías, continuamos con el entrenamiento. Entonces ella me enseñó varios movimientos de lucha cuerpo a cuerpo. Los cuales, el abuelo observó con mucha atención. Y sin poder resistirse, ante el extraño estilo de lucha, él preguntó con interés. “Cattleya, ¿dónde aprendiste a pelear así?”.

“En el mundo de los sueños, abuelo”. Mi gemela respondió.

Pese a la ambigua explicación, el abuelo Bonifatius asintió con la cabeza en comprensión. ‘De seguro el padre Karstedt, lo puso al tanto del mundo de los sueños’. Y sin indagar más profundo, él continuó diciendo. “Repite el último movimiento que hiciste, por favor”. El abuelo pidió, más interesado en el arte marcial, que del lugar de donde lo aprendió.

“Claro abuelo, este movimiento es una palanca de judo de nombre “Tai Otoshi” y es un movimiento de un arte marcial del mundo de los sueños. Pero no solo hay palancas, también existen técnicas de llave para someter a tu oponente; como un “Ashi Garami” por ejemplo”. Cattleya después de explicar esto lo demostró conmigo otra vez… 

‘¡¡¡Noooo!!! ¡Definitivamente no sobreviviré a este salvaje entrenamiento!’.

Pero yo no fui la única que la pasó mal, porque el hermano Eckhart se veía realmente mal a manos del abuelo, ya que intentó todas las técnicas de judo con él. ‘¡Oh! Creo que puedo ver el alma del pobre hermano Eckhart, abandonando su cuerpo’.

A pesar de lo duro que estaba siendo el entrenamiento, yo lo resistí. Si mi hermanita pudo soportar tan duro entrenamiento en su vida anterior, yo también puedo y lo soportaré. Aun así, no deja de ser extraño que esté aprendiendo un arte marcial japonés, en manos de mi gemela. 

Pero ahora entiendo un poco más su mentalidad, ya que el judo es un arte marcial de estrategia y disciplina. Había leído sobre el judo en mi viejo mundo, pero nunca lo practiqué, porque los deportes no eran lo mío, y más importante, eso me habría quitado mi precioso tiempo de lectura.

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Después del entrenamiento con el abuelo, regresamos a nuestros aposentos, donde nos dieron un baño, y luego nos pusieron nuestras túnicas de Sumos Obispas. Una vez vestidas, desayunamos y luego fue hora de nuestras clases de harspiel con Rosina. Cattleya estaba aprendiendo bastante bien con su ayuda. Y como yo había arreglado nuestra canción especial, tal como se lo prometí, ahora se la estaba enseñando para motivarla. 

El problema fue que Rosina, al escuchar la nueva y hermosa melodía en el harspiel, se entusiasmó muchísimo y quiso aprenderla también. Pero para cuando escuchó la letra, ella dijo que no era apropiada para damas nobles de nuestro estatus, por lo que comenzó a arreglarla dejándola irreconocible.

Y mientras la sacerdotisa musical cantaba la nueva versión, con Dioses y Diosas, junto a un montón de eufemismos nobles, pude ver a mi hermanita mirándola al borde de las lágrimas. Ya que Rosina había destrozado por completo, nuestra hermosa canción, y cuando ya no pudo más, exclamó. “¡Pero esa ya no es nuestra canción, es cualquier cosa, menos nuestra linda canción! ¡Por favor, hermanita dile!”. 

Sin embargo, Rosina declaró con firmeza. “Pero por supuesto que es la misma canción, con la gran diferencia que ahora es más apropiada para dos damas nobles de su estatus, mis Ladys”.

Cuando vi a Cattleya, lista para protestar, yo intervine diciendo en nuestro idioma secreto, inglés. “[Hermanita tranquila, podemos usar la versión modificada en público y la versión original en privado. La podemos tocar para nuestra familia del centro, cuando los visitemos ¿Qué te parece esa idea?]”.

Ante mi sugerencia, Cattleya pasó de hacer pucheros, a una radiante sonrisa, mientras asentía enérgicamente con la cabeza. Ella se llenó de entusiasmo, ante la idea de tocar en el harspiel nuestra canción, a nuestra familia plebeya. 

‘Aunque obviamente, todos en la habitación, no entendieron nada de lo que dije. Pero esa era la idea, verdad?’. 

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Una vez terminadas las lecciones de harspiel, teníamos que supervisar el trabajo del taller del orfanato. Pero con la ayuda de Lutz, Gil y nuestros asistentes principales Fran y Fritz, todo estaba en orden. Como Cattleya había perdido un asistente, con lo de la traición de Arno. Ferdinand le designó a Zahm, otro de sus asistentes de confianza, pero esta vez Cattleya, antes de poner a prueba la lealtad del sacerdote gris, se lo consultó a Ferdinand primero. El cual, le dio su autorización, siempre y cuando le informe exactamente de qué se trata la prueba y luego los resultados de la misma, a él primero. A lo que mi gemela no se opuso y estuvo de acuerdo con las condiciones.

Como no había mucho que supervisar en el taller del orfanato. Nos dirigimos a los aposentos del Sumo Sacerdote, para ayudarle con el papeleo, luego almorzar con él y más tarde comenzar con nuestras lecciones, de magia y geografía.

En cuanto entramos a los aposentos de Ferdinand. Cattleya lo saludó enérgicamente, diciendo. “¡Buenos días, Sumo Sacerdote!”. 

En ese momento, pude ver a todos los asistentes grises, y a los Sacerdotes azules, que estaban enterrados en el papeleo, mirar a mi gemela con molestia. Pero Ferdinand en cambio, la miró con una ceja levantada, y luego dijo, mientras se frotaba las sienes con un evidente dolor de cabeza. “Creo que no fue buena idea, poner a Bonifatius a cargo del entrenamiento. Su influencia solo está empeorando la situación”. 

“¡Que! El abuelo es increíble, Sumo Sacerdote. Destrozó por completo al hermano Eckhart, verdad hermano Eckhart?”. Cattleya preguntó volteando a ver al pobre hermano Eckhart, quien se veía lamentable custodiando la puerta. Justus en cambio, soltó una carcajada que no logró reprimir, haciendo que Ferdinand lo fulminara con la mirada. 

Después se puso de pie y nos indicó. “Ustedes dos, síganme”. Dijo guiándonos a la sala de conferencias… 

‘¡Lo sabía! Gracias a las tonterías de Cattleya, en este tejido pasaremos más tiempo en la sala de conferencias, que yo en el tejido roto ¡¡¡Gaaaaah… muchas más reprimendas y jalones de mejillas!!!’. Yo despotricaba por dentro, entretanto seguíamos de cerca a Ferdinand.

Y para cuando estuvimos dentro de la habitación oculta, él nos señaló nuestro banquito. Así que mi hermanita y yo nos sentamos a esperar la reprimenda. La cual nunca llegó, en cambio recibimos dos cajitas de madera con nuestros nombres en ellas. Al ver esto Cattleya y yo nos miramos, y luego preguntamos. 

“¿Qué es esto, Ferdinand?”. Yo pregunté, mientras la recibía.

“¿Nos das obsequios, mentor?”. Cattleya continuó con las preguntas recibiendo su cajita.

Entonces Ferdinand respondió sentándose en su silla en frente de nosotras. “No pregunten y solo ábranlos”. Luego continuó diciendo, mientras agitaba su mano con desdén, como si no fuera nada importante. “Dense prisa, no tengo todo el día”. 

“Ja, tan odioso como siempre, verdad mentor?”. Cattleya dijo esto, haciendo una mueca de molestia.

Y como Ferdinand no se quedaría callado, él la miró con burla y dijo como réplica. “Y tú sigues siendo la misma mocosa descarada y desagradable de siempre”. Luego continuó diciendo con fastidio y en tono de amenaza, mientras extendía sus manos. “Ahora si no quieren los obsequios, entonces devuélvanlos…”. 

“¡¡¡No!!!”. Gritamos las dos al unísono, abrazando protectoramente nuestros obsequios.

“¡No puedes quitárnoslos, mentor!”. Cattleya dijo desafiante.

“¡Si, Ferdinand, ya nos los diste!”. Yo dije negándome a devolver mi obsequio.

Ante nuestras protestas, Ferdinand se veía cada vez más exasperado, por lo que nos regañó. “¡Pues déjense de tonterías y ábranlos ya!”.

“Ok, mentor gruñón”. Cattleya refunfuñó comenzando a abrir su obsequio, así que yo también me apresuré a abrir el mío. 

Y en cuanto lo abrí, lo supe, era una herramienta mágica para niños. Pero esta no era cualquier herramienta mágica para niños, ya que se veía costosa y era de la más alta calidad. Dicho de forma más precisa, son únicas en su tipo, hechas a medida por el mismo Ferdinand…

“Oh, que bonito brazalete”. Cattleya dijo esto, poniéndolo en su muñeca. Y en el momento en el que se lo puso, la herramienta mágica se adaptó perfectamente a su pequeña muñeca. “¡¡¡Wooow!!!”. Ella exclamó cuando la herramienta mágica hizo esta acción.

“No es un brazalete, tonta, es una herramienta mágica para niños. Y deja de sorprenderte por tan pequeña cosa”. Ferdinand la regañó, mientras tomaba la muñeca de mi gemela, revisando que todo estuviera en orden.

“Lo siento, pero eso estuvo genial, mentor”. Mientras Ferdinand y Cattleya sostenían esta discusión, yo me quedé viendo mi herramienta mágica para niños, con un montón de sentimientos encontrados. Estaba feliz por recibir tan importante obsequio. Asimismo sentí gratitud hacia Ferdinand, por hacer nuestras herramientas mágicas para niños. Pero a su vez, sentí tristeza por la yo del tejido roto, que no tuvo nada de esto. 

“¿Hermanita qué sucede? ¿Por qué te ves tan triste?”. Mi gemela preguntó muy preocupada por mi reacción.

Entonces, yo negué con la cabeza enérgicamente y tomé mi herramienta mágica para niños, colocándola en mi muñeca. Luego Ferdinand verificó su correcto funcionamiento, mirándola detenidamente. Y para cuando él las aprobó satisfecho, ambas le agradecimos sinceramente con brillantes sonrisas. “¡¡¡Gracias por el obsequio, Ferdinand!!!”.

Al ver nuestras brillantes sonrisas, Ferdinand desvió la mirada incómodo, luego dijo. “Eso es innecesario. Agradézcanle a su padre, ya que él proporcionó los materiales, yo solo las fabriqué”. Él explicó, tratando de minimizar su participación.

“Solo acepta nuestra gratitud mentor, luego agradeceremos al padre Karstedt”. Cattleya dijo molestando un poco a Ferdinand.

“Mi hermanita tiene razón Ferdinand, acepta nuestra gratitud por las hermosas herramientas mágicas para niños. Se ven bonitas, verdad?”. Yo pregunté felizmente, mientras miraba mi linda herramienta mágica en mi muñeca.

“Por supuesto que se ven bien, si yo las elaboré”. Ferdinand respondió a mi pregunta, todo engreído. Luego continuó diciendo. “Pero más importante, debo informarles que ya arreglé la primera reunión con Elvira, para dentro de tres días. Así que practiquen sus saludos nobles y hagan sus preparativos”.

Cuando Ferdinand nos informó de esto, ambas gritamos. “¡¡¡Siiiiii!!! ¡Por fin conoceremos a madre Elvira!”.

“Tranquilícense par de idiotas”. Nos regañó Ferdinand fastidiado. “Bien eso es todo, volvamos al trabajo”. Y Luego nos echó de su habitación oculta, Por lo que los tres salimos de la "sala de conferencias", para regresar a enterrarnos en el papeleo.

‘Tendremos que preparar obsequios para madre Elvira, Cornelius y la hermana mayor Heidemarie. Ufufufuu…’.

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¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también! 😉 

Bueno, este fue un cotidiano y normal día en la vida de nuestros Shumil 🐰🐰traviesos en el templo🤣. Donde entrenaron con el abuelo, se incluyó un nuevo asistente en el séquito de Cattleya, practicaron una nueva canción en el harspiel. (De la película de Disney “Valiente” Con toda libertad). También, se les entregaron sus herramientas mágicas para niños, y por último ya se fijó una fecha para el primer encuentro con Elvira ¡Que nervios!😬

Espero que se hayan divertido con este capítulo, porque yo me divertí bastante cuando lo escribí, pero también mientras lo editaba.😜✌

Próximo capítulo: “Mi mentor es un científico loco”.

Y sin nada más que decir, travesura realizada Gracias por leer mi fic! 😘