Juego de Shumil gemelos

Harry Potter - J. K. Rowling 本好きの下剋上 - 香月美夜 | Honzuki no Gekokujou | Ascendance of a Bookworm Series - Kazuki Miya
F/M
Multi
G
Juego de Shumil gemelos
Summary
¿Qué pasaría si Myne tuviera ayuda desde el principio? Si los Dioses le dieran una hermana gemela? Myne podrá esta vez salvar el jardín de los Dioses, con la ayuda de su nueva hermana? Podrá Yurgenschmidt sobrevivir al par de Shumil alborotadores?En los múltiples tejidos de Dregarnuhr y Ventushte, existió uno dónde ésta historia ocurrió.Donde los Dioses han adquirido un nuevo hilo para reparar el tejido roto.
Note
¡Hola a todos! 😉Primero que nada, quiero decir que cuando comencé éste fanfic, no tenía pensado en hacer una historia romántica entre los personajes principales. Quería centrarme en la comedia y aventura principalmente. Pero a petición de mis lectores, eso cambió y al final resultó en una comedia romántica. Jajajajajaa...Lo otro que quería mencionar, es que en ésta historia, hay muchas ideas de mis lectores, que han contribuido y enriquecido la trama de éste fanfic. Por eso muchas gracias, por su buena onda y apoyo. 😘Por último y no menos importante, quería mencionar, que para escribir éste fanfic, me inspiré y tomé muchas ideas de otros fanfic, que he leído. Entre ellos está, "Un Shumil en piel de lobo", amé éste fanfic. Y para la creación de las gemelas, me inspiré en los gemelos Weasley, de "Harry Potter" y un poco en la película "juego de gemelas".Bueno, de todo lo anteriormente mencionado, resultó ésta historia. 🤭 Espero les guste y la disfruten.
All Chapters Forward

Una charla con Sylvester

 

Pdv: Ferdinand

 

En la noche del día del chequeo médico, pedí reunirme con Sylvester para hablar con él, con respecto a las hijas de Karstedt. Como ya había asegurado que todos los que conocían el verdadero origen de las niñas, guardaran el secreto para que jamás nadie supiera quién era su verdadera madre. Ahora solo me faltaba Sylvester.

‘Tenía que asegurarme, de que esta verdad quedara para siempre bajo el sudario de Verbergen’.

“Para que mi esquivo hermanito, pidiera verme~. Debe ser un asunto realmente importante, ¿no?”. Preguntó Sylvester con tono burlón y una sonrisa desagradable en su rostro. 

Era obvio que como siempre, no se estaba tomando en serio el asunto en cuestión. Por eso yo dije con total seriedad. “Sylvester, no empieces con tus tonterías de siempre. El asunto del que hablaremos hoy, es importante”. 

Pero como él no era el único presente en esta reunión, ya que Karstedt también estaba presente, dijo en apoyo desde un costado. “Sylvester, en esto Ferdinand tiene razón. El asunto tiene que ver con la seguridad de mis hijas”. El hombre estaba nervioso por la posibilidad de que Verónica o Trudeliede se enteren de la existencia de las niñas.

Es por esto que para esta importante conversación, nos habíamos reunido en mi mansión, en la noche del mismo día en que les había realizado el chequeo médico a las gemelas. Como este asunto era apremiante, no podía posponerlo por más tiempo. Por esta razón, le había pedido a Sylvester que nos reuniéramos esa misma noche, fuera del castillo para hablar de mis nuevos planes, lejos de las miradas de los espías de Verónica. 

“Oh, veo que se pusieron de acuerdo, ¿eh? Está bien, es un asunto serio, entendido. Es solo que extraño a mi hermanito y es difícil poder conocerlo últimamente”. Él dijo esto con reproche, pero luego entrecerró los ojos y me miró con sospecha. “Mmm… Entonces esta reunión, ¿se la debo a las hijas de Karstedt?”. El idiota continuó bromeando, mientras me miraba, con diversión. 

Luego continuó con sus tonterías en ese tono burlón y desagradable. “Vaya~ hermanito, es extraño que te intereses en algo más que no sea el trabajo o esas cosas aburridas de investigación”. Sylvester dijo esto último agitando su mano con desdén como si le aburriera solo mencionar las palabras “trabajo” o “investigación”, luego continuó diciendo. “¿No que detestas a las mujeres en general? ¿Por qué el interés en ellas?”. 

“¿Qué estás insinuando, Sylvester? Que Ferdinand, tiene algún otro interés en mis hijas?”. Karstedt preguntó esto, con el ceño fruncido muy molesto.

Y antes de que el idiota, hiciera enojar más al ya estresado Karstedt, yo intervine. “Sylvester, te estás comportando de forma demasiado desagradable. Las hijas de Karstedt son mis protegidas, y que creas que tengo otro tipo de interés en ellas, además de educarlas, es absolutamente repugnante”. Yo dije esto, mirando con disgusto a Sylvester.

‘Siendo exacto, yo si tenía otros intereses en educar a ese extraño par de Shumil, además de apoyar a Karstedt, como; estudiar la rareza de su maná, ese idioma en el que hablaron hoy y todos esos extraños conocimientos de ese mundo del que tanto hablan. Pero nada como lo que está insinuando este idiota’. Mientras pensaba en esto, Sylvester continuó hablando estupideces.

“¿Qué? ¿Ya son oficialmente tus protegidas? Oh, todavía no las conozco, y ya siento lastima por esas pobres niñas, mira que conseguir un Erwachlehren tan irracional como tú. Aunque en el futuro, ellas si sean más de tu agrado, ¿no, hermanito~?”. 

“¡Sylvester! Es de mis hijas de quienes estás hablando”. Exclamó Karstedt realmente molesto con su Aub. Y no lo culpo, ya que esta vez Sylvester se estaba extra limitando en sus burlas de siempre.

“Está bien, está bien, Karstedt. Me disculpo, solo estaba bromeando un poco con Ferdinand. Siempre está tan serio, que no puedo evitar molestarlo”. Dijo mi tonto hermano mayor agitando sus manos a la defensiva, mientras se disculpába apresuradamente con su enojado primo. 

Y yo masajeé mis sienes por el dolor de cabeza que estaba resultando ser, esta reunión. “Ya terminaste con tus tonterías, Sylvester? Ahora, ¿podemos pasar a asuntos más serios?”. 

“Adelante Ferdinand, cuéntame, a qué se debe esta reunión? Por sus rostros tan serios y preocupados, veo que es un asunto importante”. Sylvester preguntó por fin poniéndose serio. “Pero lo que no entiendo es porqué? A caso, no deberían estar felices de haber encontrado tan pronto y con bien a las niñas?”. Él continuó preguntando extrañado por nuestra actitud.

Viendo esto, yo comencé a ponerlo al día, con todos los acontecimientos que han ocurrido, desde nuestra última reunión. Como él sabía por Karstedt, que las encontramos con vida, ahora solo faltaba explicarle el resto, como; su delicada salud y su cantidad de maná. La cual es suficiente como para ser bautizadas como archinobles…

“¡Espera Ferdinand! Estás diciendo que ambas niñas tienen suficiente maná, como para ser bautizadas como archinobles? ¿No que su madre las descartó, porque no tenían suficiente maná? ¿Cómo es eso posible?”. Sylvester continuó haciendo pregunta tras pregunta, en completa incredulidad y aturdimiento.

“Eso es correcto, Sylvester. Lo que te acaba de explicar Ferdinand, sobre mis hijas es cierto. Ellas son realmente asombrosas, verdad?”. Se jactó Karstedt de sus hijas inflando el pecho con orgullo, mientras continuaba diciendo. “También son increíblemente listas y talentosas, verdad?”. Él preguntó buscando mi confirmación.

‘No cabía duda de que el hombre, había sido conquistado por las gemelas, hasta se está pareciendo un poco al padre adoptivo de las niñas, Gunther…’.

Con esto en mente, yo respondí. “Si, pero eso no es lo realmente importante, ni de lo que quería hablarte en éste momento, Sylvester”. Yo dije para dirigir la conversación, al punto al que quería llegar. “Elvira, ya ha aceptado bautizar a las niñas como suyas, y no solo eso, también las pasaremos por sus hijas biológicas”.

“¡¿Q-qué?! ¿Elvira aceptó eso? ¿En serio las pasarán por sus hijas? Pero, ¿cómo harás eso, Ferdinand?”. Sylvester hizo un montón de preguntas en rápida sucesión, con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

“Es simple en realidad, Sylvester. Ella dijo que siempre quiso tener una hija, y ahora puede tener dos. Eso, y porque yo se lo pedí”. Yo respondí a Sylvester lo mismo que les dije a las gemelas. 

Luego continué hablando de mis planes. “¿Cómo lo haré? Pues es más sencillo de lo que crees. Primero usaremos su historia verdadera, pero con ciertos cambios, como; en vez de ser hijas de Rozemary, serán hijas ocultas de Elvira. Aunque para esto, tendrán que tener un año más del que tienen, para hacer coincidir los tiempos y hacer la historia creíble. Lo siguiente, es ocultar el hecho de que se criaron con plebeyos, y diremos que Elvira me las confió a mí, para que las protegiera y cuidara en el templo. Como Bezewanst ya no está, es fácil hacer creer a todo el mundo, que esto es así, correcto?”. 

Mientras le explicaba los detalles de la historia de portada a Sylvester, él me miraba con incredulidad y sorpresa, pero estuvo de acuerdo en todo. “Entiendo, y tienes razón en querer ocultar los orígenes de las niñas, y en especial el hecho, de que fueron criadas por plebeyos, solo eso destruiría su reputación desde el principio… Aunque haberse criado en el templo, no mejorará mucho su reputación”. Sylvester dijo esto último no muy convencido, pero luego asintió con la cabeza resuelto. “Aún así, sigue siendo mejor a que todos se enteren, de que se criaron con plebeyos. Me imagino que las alejaste de los plebeyos, inmediatamente después de encontrarlas, verdad Karstedt?”. 

Ante esta pregunta de su Aub, Karstedt se puso rígido y un poco pálido, luego negó con la cabeza diciendo. “No pude hacerlo, Sylvester. No quiero que me odien. Sé que tendrían todo el derecho de odiarme… Mas no lo hicieron, me aceptaron como su padre, porque prometí no dañar a su familia adoptiva y no separarlas de ellos… yo les di mi palabra e hice un juramento, no puedo fallarles… no de nuevo”. Karstedt dijo esto con una expresión de culpa y resignación en su rostro. 

“Oh, vamos Karstedt, son solo niñas, en un par de años se olvidarán de ellos. Pero si no tomas medidas ahora, más difícil será separarlas de ellos en el futuro”. Sylvester habló con elocuencia, aunque tomando el asunto muy a la ligera.

Aunque por alguna razón que desconozco, esto me molestó e incomodó mucho más, de lo que me atrevería a reconocer. Y como siempre, tomé esos sentimientos y los oculté en el fondo de mi mente, eran inútiles e innecesarios. Porque si lo pensaba fríamente, Sylvester tenía toda la razón. Sin embargo, después de presenciar lo mucho que las niñas aman a su familia adoptiva, y ellos a ellas, ahora no puedo estar de acuerdo con esa idea. Además…

“Eso no es posible, Sylvester”. Yo dije con firmeza.

“¿Y eso porqué sería, Ferdinand?”. Él preguntó algo sorprendido con mi oposición a su idea.

“Sencillo, las niñas no lo permitirían, ellas encontrarían la forma de volver con ellos. Tú no las has conocido aún, pero cuando lo hagas lo entenderás”. Yo dije tratando de explicar las razones de Karstedt, para permitir que sus hijas permanezcan cerca de su familia adoptiva.

Mas esto no convenció a Sylvester, quien dijo agitando su mano con desdén, mientras daba una solución muy sencilla. “Me extraña esto de ti, Ferdinand. Lo entiendo de Karstedt, quien desea agradarle a sus hijas, ¿pero tú? No sería más simple, hacerlos firmar un contrato mágico que les prohíba llamarlos familia y que les prohíban acercarse a ellos?”. Cuando él, expuso esta idea e hizo esta pregunta, yo recordé mis propios planes, de separar a las niñas de su familia adoptiva, un poco complicado y culpable.

“Lo más probable, es que estén enojadas contigo, pero son niñas, con el tiempo se les pasará. Y para que no te odien, puedes comprarles vestidos y cosas bonitas, con eso de seguro terminarán amándote”. Terminó de decir Sylvester, como si fuera la cosa más fácil del mundo, algo que él en su posición de padre, debería saber mejor que yo, que las cosas no son tan sencillas como parecen.

‘Solo con recordar la mirada desafiante de Cattleya, cuando hizo jurar a Karstedt. Y esa mirada de desprecio que le dio… yo en el lugar de Karstedt, no sé si hubiera actuado diferente…’. Pensándolo bien, estoy siendo demasiado blando con esas niñas.

Entretanto yo pensaba en esto, Karstedt miraba a su Aub con el ceño fruncido, y los puños apretados sobre la mesa del comedor, donde habíamos estado hablando. Y después de una pausa, él dijo con la voz más venenosa que le he escuchado decir. “Me amarán, ¿cómo te ama tu hija a ti, Sylvester?”. 

“¡Oye Karstedt! ¿Qué estás insinuando? ¿Que mi hija no me ama? Pues soy el mejor padre del mundo, por supuesto que mi hija me ama…”. Se defendió rápidamente Sylvester, desvaneciéndose al final, no muy seguro de esto.

“¿Es eso así~? Pues no pareces muy convencido de lo que dices, Sylvester. Siquiera la conoces? A caso, ¿sabes cuál es su actividad favorita? ¿Su color favorito? O ¿Su comida favorita? ¿Te ha hecho algún regalo para demostrar tal afecto? Y más importante, ¿te ha preparado comida deliciosa?”. Karstedt dijo con superioridad y en un tono burlón, mientras se jactaba de todo lo que sabía de sus hijas, y de los obsequios que le habían hecho. 

“¡Claro que conozco a mi hija! También sé lo que le gusta… Eerrm… el noble color de Geduldh… los vestidos y los dulces, a todas las niñas les gustan esas cosas femeninas… ¿no?”. Respondió Sylvester más en un tono de pregunta, que de afirmación.

“¡Que! Estás diciendo que en menos de dos días, conoces más a tus hijas, ¿qué yo a la mía? Y ¿que has recibido regalos de ellas? Y ¿Qué además te prepararon comida, ellas mismas? ¿En serio crees, que te voy a creer eso, Karstedt? Jajajaja…”. Se burló Sylvester de Karstedt, pero al ver la expresión de orgullo y suficiencia en el rostro de Karstedt, se detuvo de súbito, luego se volvió hacia mí preguntando. 

“Ferdinand, es obvio que Karstedt está mintiendo, verdad? Es imposible que conozca todas esas cosas de sus hijas, en tan solo 2 días”. Él dijo esto alarmado, esperando que yo lo negara. 

‘Pero la realidad es, que incluso yo conocía todas estas cosas de las hijas de Karstedt, como; que les gustan los libros y la investigación o que a Rozemyne le gusta el pastel de Potatoffel y los bizcochos y a Cattleya los alfajores y la Pizza, o que a Rozemyne le gusta el azul y a Cattleya el violeta, eso entre otras cosas’. 

Mientras yo respondía todas estas cosas en mi mente, Sylvester continuó preguntando. “¡Por los Dioses! Solo tienen 5 años, por supuesto que no pueden cocinar ellas mismas. Y mucho menos algo delicioso, verdad Ferdinand?”. Para cuando preguntó esto último, yo me quedé en silencio, recordando la deliciosa comida que prepararon el par de pequeños Shumil para Karstedt y para mí. Aunque estaban haciendo un estudio de mercado, aún así no era necesario que lo prepararan ellas mismas, pero lo hicieron, tal como lo hacen para su familia adoptiva. 

‘Viendo esto, me doy cuenta que no solo Karstedt ha recibido obsequios de las gemelas, si hasta yo, había recibido algunos de estos obsequios de ellas’.

“¡E-espera! ¿Entonces es cierto? P-pero, ¿cómo niñas tan pequeñas? Y ¿cómo mi Charlotte cocinaría o sabría como cocinar algo, si tan solo tiene 4 años? Eso es imposible”. Sylvester trató de defender a su hija. 

Pero eso era ridículo. Comparar a una niña noble normal que lo tiene todo, con las hijas de Karstedt, que han tenido que sobrevivir desde el momento en que nacieron, luchando y trabajando duro cada día para obtener todo lo que tienen, necesitaban o querían. Eso es simplemente estúpido y no hay punto de comparación. 

“Sylvester, comparar a tu hija con las de Karstedt, es completamente ridículo. Dejen esta tonta discusión para otro momento, no tengo tiempo para estas tonterías. Más importante. Sylvester, necesito pedirte que jamás le digas a nadie sobre el verdadero origen de las niñas. Será un secreto que hemos prometido guardar, todos los que conocemos la verdad”. Yo pedí esto a Sylvester en completa seriedad, ya que esto no era un juego.

“¡Ah, eso! Por supuesto que tienes mi palabra, Ferdinand. Guardaré el secreto… Eerrm… Bueno, ya se lo conté a Florencia… Pero no te preocupes hermanito, le pediré que no hable con nadie, sobre el origen de las niñas”. Él aseguró esto con confianza.

Y yo no pude evitar sentirme nervioso, por el hecho de que tantas personas supieran sobre el origen de las gemelas. Sylvester no me preocupa demasiado, ya que no creo que haga nada en contra de su caballero comandante, escolta principal y su familia, pero Florencia... No me fío de las damas nobles, sobre todo del tipo de damas como ella. 

Lo único que puede detener a Florencia, de hacer algo en contra de las talentosas y excepcionales hijas de Karstedt, es convertirlas en las hijas de Elvira. Si esto es así, entonces Florencia en el futuro, si se ve amenazada ella o sus hijos por las gemelas, no podrá moverse en contra de ellas, y arriesgarse a perder el apoyo y protección que le brinda la facción de Elvira.

‘Aunque no me extrañaría que en el futuro, la dama noble desvíe el acoso de Verónica hacia mis protegidas. Que lo haga conmigo, no me importa, pero las pequeñas niñas no soportarán los ataques de esa viciosa mujer. Tendré que estar atento a esto en el futuro’. Con estos pensamientos, yo dije poniendo fin a la reunión. “Confío en que hagas lo que has dicho, Sylvester. Por ahora, eso es todo de lo que necesitaba hablar contigo. Entonces me retiro de regreso al templo, tengo mucho trabajo que hacer. Karstedt, tú te encargas de Sylvester”. Yo dije esto, despidiéndome y poniéndome en pie para retirarme. 

“¡Espera, Ferdinand! ¿Te irás tan pronto? No hablarás conmigo hermanito? ¡Vamos! No seas malo con tu hermano mayor, todo lo que haces últimamente es trabajar”. Me reclamó Sylvester con reproche en una actitud bastante infantil de su parte. ‘Algo muy poco noble, e indigno de un Aub’. 

Ante estas tonterías, no pude evitar presionarme el puente de la nariz totalmente exasperado, luego pregunté con brusquedad. “¿Y de quién crees que es la culpa?”. 

“Ferdinand, me disculpo por cargarte con más trabajo… Pero no tengo a quien más recurrir para proteger a mis hijas...”. Karstedt se disculpó con una expresión de dificultad en su rostro.

“Eso es innecesario Karstedt, solo preocúpate de preparar las habitaciones del Sumo Obispo, para que tus hijas las ocupen lo más pronto posible. Yo me encargaré del resto”. Con esto dicho, yo me despedí, y para cuando Karstedt se llevó a rastras a su señor, me retiré de mi mansión con rumbo al templo.

 

********************************************

¡Hola nobles y plebeyos, brujas, magos y Muggles también! 😉

 

Jajajaja 🤣 Parece que el Aub Gremlin, da más problemas que nuestro par de Shumil 🐰🐰 traviesos. 

Este punto de vista de Ferdinand lo dividí en dos, en el cual se narra todo lo sucedido en el ducado y los preparativos del ingreso en el templo de las gemelas, así como silenciar a todos los que conocen sus verdaderos orígenes. Espero hayan disfrutado de esta primera parte, y espero estar subiendo el siguiente en estos días.

Próximo capítulo: “Reunión con los comerciantes”

Y sin nada más que decir, travesura realizada. ¡Gracias por leer mi fic! 😘

 

Forward
Sign in to leave a review.