Constelaciones & Estaciones

Harry Potter - J. K. Rowling Harry Potter and the Cursed Child - Thorne & Rowling
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Constelaciones & Estaciones
Summary
Miré a Draco, sus ojos brillaban con una intensidad que siempre me había parecido fascinante.- Draco- comencé - Siempre he encontrado algo increíblemente interesante en ti. Me gusta cómo tus ojos brillan cuando hablas de algo que te apasiona. Esa luz en tus ojos, es como si estuvieras mirando a las estrellas- .Draco sonrió, su dulzura y gentileza siempre me habían cautivado.- Eres como una estrella, Draco. Brillante, hermoso, y siempre iluminando mi camino. Me recuerdas a las noches estrelladas, llenas de belleza y misterio...- Miré a Draco, y luego al cielo.- Somos como el sol y la luna, Draco. Diferentes, pero de alguna manera, perfectamente alineados. Tú eres la luna, tranquilo y sereno, y yo soy el sol, ardiente y apasionado. Y aunque estamos separados por el cielo, siempre encontramos la manera de encontrarnos. Y al igual que las constelaciones y las estaciones, nuestro amor cambia y evoluciona, pero siempre permanece. Siempre estaremos juntos, Draco, a través de todas las constelaciones y todas las estaciones.
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La tormenta interior


Han pasado varias semanas desde que Apolo y yo tuvimos nuestra conversación en el jardín sobre los miedos y las inseguridades que nos atormentaban. Desde entonces, nuestra relación ha florecido aún más, fortalecida por la confianza y el amor mutuo que compartimos.

Sin embargo, a pesar de la aparente calma que rodea nuestro mundo exterior, en el interior de Apolo sigue ardiendo una tormenta de preocupaciones y dudas. Desde el incidente en la biblioteca con Potter, su confianza en sí mismo se ha visto sacudida, y cada día lucha contra la sensación de no ser lo suficientemente bueno.

Puedo verlo en sus ojos, en la forma en que a veces se aleja de mí, perdido en sus pensamientos oscuros. Me duele verlo así, pero sé que debo ser paciente y comprensivo, estar allí para él en cada paso del camino.

Una noche, mientras estábamos en la sala común de Slytherin, noté que Apolo estaba particularmente callado, perdido en sus pensamientos mientras tocaba su guitarra. Me acerqué a él, sintiendo el peso de su preocupación en el aire a nuestro alrededor.

— Apolo —lo llamé suavemente, colocando una mano en su hombro para llamar su atención. Levantó la mirada, sus ojos llenos de una mezcla de tristeza y anhelo.

— Draco —susurró, su voz apenas un murmullo en la quietud de la sala común.— ¿Crees que soy lo suficientemente fuerte? ¿Lo suficientemente valiente?

Su pregunta me tomó por sorpresa, pero rápidamente tomé su mano en la mía, transmitiéndole todo mi apoyo y amor.

— Apolo, eres la persona más valiente y fuerte que conozco —le aseguré con sinceridad—. Has pasado por tantas pruebas y tribulaciones, y aún así sigues adelante con determinación y coraje.

Él bajó la mirada, como si no estuviera seguro de si creerme o no.

— Pero a veces siento que no soy suficiente —admitió, su voz apenas un susurro en la oscuridad de la sala común—. Que no estoy a la altura de tus expectativas, de lo que esperas de mí.

Mis ojos se llenaron de tristeza al escuchar sus palabras. Quería borrar todas sus dudas y temores, mostrarle cuánto lo amaba y lo admiraba. Pero sabía que no podía hacerlo solo con palabras; debía demostrarle con hechos que era suficiente, que era amado y valorado tal como era.

— Apolo —comencé, buscando sus ojos con determinación—. Tú eres todo lo que siempre he querido y necesitado. No necesitas ser perfecto, solo necesitas ser tú mismo. Y eso es más que suficiente para mí.

Él me miró, sus ojos brillando con gratitud y amor. Nos abrazamos con fuerza, aferrándonos el uno al otro como si nuestras vidas dependieran de ello. En ese momento, supe que aunque la tormenta interior de Apolo pudiera rugir con ferocidad, juntos encontraríamos la calma y la paz que tanto ansiábamos.

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Con el paso de los días, el final del curso se acercaba rápidamente, y con él, las esperadas vacaciones de invierno. A medida que los exámenes finales llegaban a su fin y el bullicio del castillo disminuía, Apolo me hizo una propuesta inesperada que me tomó por sorpresa.

Una tarde, mientras paseábamos por los terrenos del castillo, bajo el hermoso camino de nieve, Apolo me tomó de la mano y me miró con una sonrisa nerviosa en el rostro.

— Draco, he estado pensando... ¿te gustaría venir a casa conmigo este verano? —preguntó, su voz ligeramente temblorosa.

Quedé atónito por un momento, procesando sus palabras. ¿Ir a casa con él? ¿Conocer a sus padres? La idea me emocionaba y me llenaba de nerviosismo al mismo tiempo. Pero sobre todo, me hizo sentir increíblemente feliz de saber que Apolo quería compartir ese aspecto de su vida conmigo.

— Apolo, sería un honor —respondí con una sonrisa, sintiendo una oleada de afecto por él. —Me encantaría conocerte más a fondo y conocer a tus padres.

Él asintió, su expresión radiante de alegría. Nos detuvimos bajo la sombra de un viejo roble, abrazándonos con cariño mientras nos sumergíamos en la emoción de lo que el verano nos deparaba.

Con el final del curso, nos despedimos del castillo de Hogwarts y nos dirigimos hacia el hogar de Apolo. Las calles de Londres estaban animadas con la energía del invierno, y la anticipación de lo que vendría llenaba el aire con una sensación de emoción.

Al llegar a la casa de los Dubois, fui recibido con calidez y hospitalidad por parte de Liam y Alice, los padres de Apolo. Su hogar era acogedor y lleno de vida, y me sentí como en casa desde el momento en que puse un pie dentro.

Durante una cálida tarde de inviernos, mientras Apolo y Liam estaban ocupados decorando una de las habitaciones, Alice y yo nos encontramos sentados en el acogedor salón de su casa. El aroma tentador de las especias flotaba en el aire mientras ella preparaba algunos aperitivos, y el sonido suave de la música llenaba el ambiente con una atmósfera relajante.

Me senté frente a ella, observando con curiosidad mientras trabajaba con gracia en la cocina. Su cabello castaño caía en suaves ondas alrededor de su rostro, y su sonrisa amable iluminaba la habitación.

— Señora Dubois, ¿le gustaría un poco de té? —pregunté, mostrando respeto y cortesía hacia la madre de Apolo.

— Sí, por favor, Draco. Gracias —respondió con una sonrisa, aceptando amablemente mi oferta.

Mientras ella preparaba las tazas de té, aproveché la oportunidad para entablar una conversación con ella, deseoso de conocer más sobre la mujer que había criado a mi amado Apolo.

— Señora Dubois, debo decir que es un placer estar aquí con usted y con Liam. Su hogar es realmente encantador —comenté, buscando romper el hielo y establecer una conexión con ella.

Ella me miró con una sonrisa afectuosa, sus ojos brillando con interés. —Gracias, Draco. Nos alegra mucho tenerte aquí con nosotros. Siempre es un placer recibir a amigos de Apolo en nuestra casa.

La charla fluyó fácilmente entre nosotros, y pronto nos encontramos inmersos en una animada conversación sobre una variedad de temas, desde la magia hasta la música y la cocina. Descubrí que Alice era una mujer increíblemente talentosa y apasionada, con una amplia gama de intereses y una energía contagiosa.

— Señora Dubois, me alegra mucho conocerla mejor. Realmente admiro su dedicación a su familia y su pasión por la vida —dije con sinceridad, expresando mi respeto y admiración por ella.

Ella asintió con gratitud, su sonrisa reflejando el afecto que sentía hacia mí. —Gracias, Draco. Apolo es muy afortunado de tenerte a su lado. Eres una persona especial, y estoy feliz de que seas parte de nuestras vidas.

Durante las siguientes semanas, exploramos la ciudad juntos, compartiendo momentos de risas y complicidad mientras nos sumergíamos en la cultura mágica y no mágica de Londres. Pero lo más importante, aprendí más sobre Apolo y su familia, descubriendo las raíces que lo habían moldeado en la persona maravillosa que era.

Con cada día que pasaba, mi amor y admiración por Apolo crecían aún más, y supe que había encontrado a alguien especial con quien compartir mi vida. Juntos, enfrentaríamos el futuro con valentía y determinación, sabiendo que mientras estuviéramos juntos, podríamos superar cualquier desafío que se nos presentara.

Y así, mientras el sol se ponía sobre el horizonte y el verano llegaba a su fin, nos aferramos el uno al otro con la certeza de que nuestro amor era eterno y que juntos, éramos invencibles.

~×~

 

Mientras disfrutábamos de la charla animada y la cálida compañía en el salón de la casa de los Dubois, Apolo se giró hacia su madre con una expresión de preocupación en el rostro.

 

— Mamá, ¿cómo has estado? ¿Tu salud ha estado bien? —preguntó, mostrando su preocupación por ella.

 

Alice sonrió con dulzura, poniendo una mano en la de Apolo para tranquilizarlo. —Estoy bien, cariño. De hecho, tengo algunas noticias emocionantes que compartir con todos ustedes —anunció con una chispa traviesa en los ojos.

 

Apolo y yo intercambiamos miradas de sorpresa y anticipación, sin saber qué esperar. Miré a Liam, cuya expresión nerviosa era evidente mientras se aferraba a su copa de vino con un ligero temblor en las manos.

 

— ¿Qué sucede, mamá? ¿Estás bien? —insistió Apolo, su preocupación aumentando ante la reacción de su padre.

 

Alice respiró profundamente antes de anunciar la noticia con una sonrisa radiante. —Apolo, Draco, queridos, estoy embarazada.

 

El silencio llenó la habitación por un momento mientras absorbíamos la impactante revelación. Apolo parecía atónito, sus ojos anchos con asombro, mientras que Liam apenas podía contener su emoción, aunque su intento de beber un sorbo de vino casi resultó en un desastre.

 

Sin poder contener mi alegría, me levanté de mi asiento y me acerqué a Alice y Liam, abrazándolos con entusiasmo. —¡Felicidades, señora Dubois, señor Dubois! ¡Qué emocionante noticia! Estoy muy feliz por ustedes.

 

Apolo se unió al abrazo con cuidado, su rostro iluminado por una sonrisa brillante. A pesar de su sorpresa inicial, estaba claro que estaba lleno de alegría por la noticia de tener un hermano o hermana en camino.

 

Con risas y abrazos, celebramos juntos la nueva adición a la familia Dubois. Y mientras la noche continuaba y la conversación se volvía cada vez más animada, supe que este sería un verano inolvidable, lleno de amor, alegría y nuevas bendiciones por venir.

 

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