Cielo nocturno
El aire fresco de la noche acaricia suavemente mi rostro mientras me encuentro junto a Apolo en la Torre de Astronomía. Estamos envueltos en mantas, nuestros cuerpos cercanos para compartir el calor y la compañía, mientras nuestros ojos se pierden en el resplandor estrellado del cielo nocturno.
Apolo y yo nos hemos refugiado en este lugar sagrado, lejos del bullicio de Hogwarts y de los problemas que nos rodean. Aquí, bajo el manto estrellado, encontramos un refugio donde podemos ser nosotros mismos, libres de preocupaciones y juicios.
Apolo está a mi lado, escuchando atentamente cada palabra que sale de mi boca mientras explico con entusiasmo los misterios del universo. Le señalo las constelaciones, los planetas y las estrellas, compartiendo con él el conocimiento que he acumulado a lo largo de los años.
-Y esta constelación aquí es Orión, el cazador. ¿Ves esas tres estrellas alineadas en el medio? Es el cinturón de Orión -le explico, señalando hacia el cielo estrellado con emoción palpable en mi voz.
Apolo asiente con fascinación, sus ojos brillando con admiración mientras absorbe cada detalle con atención.
-Es increíble todo lo que sabes sobre las estrellas, Draco. Me encanta escucharte hablar de ello -me dice con una sonrisa cálida que ilumina su rostro.
Una oleada de felicidad me invade al escuchar sus palabras. Es reconfortante saber que Apolo valora mi pasión y mi conocimiento, incluso cuando a veces siento que estoy demasiado obsesionado con el tema.
-Me alegra que te guste, Apolo. A veces siento que estoy demasiado obsesionado con esto, pero tú siempre me escuchas y me apoyas -le confieso, sintiendo un nudo en la garganta por la emoción.
Apolo toma mi mano con ternura, sus ojos brillando con amor sincero.
-Nunca me cansaré de escucharte hablar sobre lo que amas, Draco. Es parte de lo que me hace amarte aún más -me dice, y puedo sentir el amor resonando en cada palabra que sale de su boca.
Un cálido hormigueo recorre mi cuerpo ante sus palabras, mi corazón latiendo con felicidad y gratitud por tener a alguien tan especial a mi lado.
En ese momento, envueltos en el silencio tranquilo de la noche y la majestuosidad del universo, Apolo y yo nos sentimos más unidos que nunca. A pesar de los desafíos y obstáculos que hemos enfrentado juntos, nuestro amor sigue brillando como las estrellas en el cielo, eterno e inquebrantable.
Juntos, bajo el manto estrellado, encontramos paz y felicidad en los brazos el uno del otro. A medida que la noche avanza, Apolo y yo nos sumergimos más y más en la conversación, compartiendo sueños, esperanzas y temores bajo el manto estrellado. Hablamos de nuestro futuro juntos, de los lugares que queremos explorar y de las aventuras que deseamos vivir.
El tiempo parece detenerse mientras estamos allí, perdidos en nuestro propio pequeño universo de amor y complicidad. Me siento completamente en paz, como si nada más importara en el mundo excepto el momento presente y la persona que tengo a mi lado.
Pero a pesar de la calma que siento en este momento, no puedo evitar recordar los desafíos que hemos enfrentado en el pasado. Las palabras hirientes de Harry, las miradas de desaprobación de los demás, los obstáculos que parecían insuperables en nuestro camino hacia la felicidad.
Sin embargo, al mirar a Apolo, todas esas preocupaciones se desvanecen. Su presencia a mi lado me llena de una sensación de seguridad y fortaleza, recordándome que juntos podemos superar cualquier cosa que la vida nos depare.
-Draco -me llama Apolo, interrumpiendo mis pensamientos-. Quiero que sepas que nunca me arrepentiré de elegir estar a tu lado. Eres lo mejor que me ha pasado y haré todo lo posible para hacerte feliz.
Sus palabras me llenan de emoción y gratitud, y no puedo evitar abrazarlo con fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo contra el mío.
-Y yo a ti, Apolo. Eres mi luz en la oscuridad, mi fuerza cuando me siento débil. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar -le digo con sinceridad, mis ojos brillando con amor y afecto.
En ese momento, bajo el manto estrellado, sellamos nuestras palabras con un beso tierno y apasionado, prometiéndonos el uno al otro que siempre estaremos juntos, pase lo que pase.
El tiempo sigue su curso, las estrellas brillan en el cielo y nosotros seguimos abrazados, perdidos en el amor y la belleza del universo que nos rodea. Y en ese momento, sé que no hay ningún lugar en el mundo en el que preferiría estar que aquí, junto a Apolo, bajo las estrellas.