
UNICA PARTE
Para Severus, el día no pintaba de la mejor manera. Se había despertado tarde, con dolor en la espalda baja y las piernas, calambres en su vientre y molestias en el pecho, lo que hacía difícil para él usar la carpeta¹, ya que presionaba su pecho de manera incómoda y solo generaba más dolor del que ya sentía.
Aunque quiso quedarse en cama todo el día hecho una bolita y con una compresa caliente presionando en su vientre, sabía que no podía hacerlo; tenía tareas que entregar y clases a las que asistir.
No quiero... No me quiero levantar... - pensó mientras mordía su labio inferior y sobaba uno de sus pechos.
Al final, decidió levantarse, dejando que su cuerpo se acostumbrara a estar en una posición diferente antes de ponerse de pie. Una vez que sintió que la habitación dejaba de dar vueltas, Severus se levantó con mucha lentitud en un intento de evitar forzar sus piernas a soportar su peso de manera rápida.
Cada paso era un desafío, pero se obligó a seguir adelante. Se tomó un momento para respirar profundamente y reunir fuerzas antes de dirigirse hacia el baño para enfrentar el día que se extendía ante él. El agua caliente de la ducha parecía aliviar un poco sus dolores, aunque solo fuera temporalmente.
Con determinación, se vistió lentamente, cada movimiento medido y calculado para evitar cualquier exacerbación de su malestar. Se aseguró de colocar la toalla sanitaria correctamente, temiendo que un descuido pudiera causar un accidente, lo cual lo hacía sentir muy nervioso.
A pesar de todo, se armó de valor y salió de su habitación, enfrentando el mundo exterior con la esperanza de que el día mejorara. Pero lamentablemente eso no ocurrió, porque ni siquiera había salido de su habitación cuando sintió como algo bajaba, dejándole una extraña y horrible sensación. Esto lo obligó a dar media vuelta y regresar al baño, donde revisó su ropa y luego la toalla; una vez estuvo satisfecho, se limpió muy bien y salió casi corriendo de ahí.
Cuando llegó al comedor se encontró con la escena de su padre y Orión besandose en lugar de ver lo que se encontraba en el fuego- ¿Que se les está quemando? -fue lo que dijo, lo que provocó que ambos hombres se separarán de golpe y Orión regresará su vista hacia lo que sea que estaba en la estufa.
- Severus, ¿Cómo te sientes? -su padre parecía avergonzado, lo cual le causa bastante risa... Y se hubiera reído si no hubiera sido por el dolor que le atravesó en ese momento en el vientre.
Debió de haber hecho una mueca pues su padre rápidamente se posicionó a su lado y lo empezó a inspeccionar- ¿que sucede?, ¿te duele algo?
Severus no se sentía ni con las ganas de hablar por el intenso dolor que estaba sintiendo, así que lo único que logro hacer fue asentir mientras un pequeño gemido de dolor salía de sus labios. Casi al instante Orión apareció y, junto con su padre, empezaron a asaltarlo con un millón de preguntas.
- ¿Que es lo que te duele, Sev? -pregunto Orión mientras acariciaba mi cabello con gentileza- ¿Quieres que le llame a tu mamá?
- N-no... Solo -mordí mi labio inferior, tratando con todas mis fuerzas de no derrumbarme ahí mismo- Es solo que, hoy me visito Andrés y me esta provocando cólicos -dije con calma, esperando que mi respuesta sea suficiente para no seguirlos preocupando.
- ¿Y así piensas ir a clase?, pues no señorito -su padre lo tomó en brazos y lo llevo hasta su habitación, siendo seguidos de cerca por Orión- te quedarás aquí a descansar, por las clases no te preocupes, le llamaré a tu profesor y le explicaré las cosas.
Asintió, sintiéndose aliviado pues juraba que no sería capaz de estar pendiente de la clase con el malestar que estaba sintiendo en ese momento.
Con tranquilidad se acomodo en su cama, claro, sin hacer mucho movimiento pues temía tener un accidente. Así fue como se encontró semi acostado en su cama, jugando con su celular hasta que recordó que tenía que avisarle a sus hermanos y a su novio que ese día no iría a clases.
Con calma se dirigió a la aplicación de mensajes y después de eso busco el grupo que tenía con sus hermanos. Una vez lo encontró abrió el chat, el cuál ya tenía mensajes preguntando por él.
(Ignorar la hora que sale arriba de la imagen, plis)
Resopló, divertido por el intercambio de mensajes entre sus hermanos, ¿pero que se le podía hacer?, así que ignoro el resto de mensajes y se centro en buscar al otro contacto que le preocupaba. Pues como Sirius había dicho, James debería de estar preocupado pues él jamás faltaba a clases y de hacerlo tenía que tener un buen motivo, pues su novio sabía que ni la más alta fiebre o el peor resfriado del mundo lo detendrían de ir a clases.
Con una sonrisa en el rostro, Severus dejo su celular en la mesita de noche cerca de su cama y se dispuso a darse una pequeña siesta... O eso creyó hasta que recordó que no le había comentado nada a su mejor amiga, Lily... Mucho menos a Lucius y Narcisa quienes se creían sus padres.
Por lo que rápidamente tomo su celular y comenzó a buscar como loco el grupo que tenía con estos, pues sabía que si no se reportaba estos serían capaces de armarle tremendo berrinche cuando regresará a clases.
Negó con la cabeza y salió del chat para así poder tomar su tan anhelada siesta, sentía el cuerpo pesado y una sensación horrible en su pecho y piernas, así que decidió que por ese día no se levantaría por nada en el mundo.
Así fue como se quedó dormido y solo despertó cuando su papá Orión lo sacudió con suavidad para avisarle sobre el almuerzo, cómo no había desayunado el esperaba que pudiera comer algo y así no estar con el estómago vacío.
Así, agradeciéndole el gesto se levanto con rapidez y corrió hacia el baño, esperando no hacer un desastre en su ropa como le había pasado con anterioridad. Odia menstruar, odiaba no poder completar el tratamiento hormonal. Pero sabía que no podía hacerlo hasta estabilizarse.
Después de todo, él sabe que es riesgoso tomar un tratamiento cuando no está bien de salud. Sobre todo con los sangrados que tiene constantemente durante su periodo, algo que sin duda lo ha dejado traumado de por vida. Paso un rato en el baño, perdido en sus pensamientos hasta que recordó que su comida estaba servida y que el gato de Regulus solía robarle la comida, así que se apresuró a salir del baño, fijándose de que no se había manchado ni que necesitaba un cambio.
Una vez se lavo las manos, salió prácticamente corriendo del baño para encontrar al dichoso gato en su cama, ya casi robándole un poco de la carne que su papá le había dado- ¡Eh, eso no!
El gato se espanto con su grito y salió corriendo de su habitación, por lo que Severus decidió que lo mejor era comer con sus padres, pues sabía que el gato no se arriesgaría a quitarle la comida ahí. A paso lento se dirigió al comedor, dónde encontró a su padre en el celular y a su papá revisando unos documentos, probablemente de su trabajo.
- ¿Los interrumpo?, es que no quiero comer solo -ambos hombres dirigieron su mirada a él en cuanto hablo, lo que lo incomodó un poco, pues nunca se acostumbraría a ser el centro de atención.
- Que va, cariño. Claro que no nos interrumpes, -su papá empezó a organizar sus papeles y los dejo en el sitio designado para Sirius- tu padre en este momento está hablando con tu maestro para pedirle permiso, así que cuando el termine de hablar empezamos a comer, ¿vale?
Asentí a lo dicho y dejé mi plato de comida en mi sitio, que está al lado izquierdo de mi padre, pues el derecho lo ocupaba Orión, a su lado se encontraba el sitio de Sirius y el que estaba a su lado correspondía a Regulus.
A él aún le resultaba gracioso como fue que decidieron sus lados del comedor, pues él quería estar al lado de su padre, por lo cual solo tuvo que escoger uno de los dos lados. El pleito fue entre sus hermanos, pues en ese entonces ninguno de los dos era cercano a su papá, lo que ocasionó algunas discusiones entre ellos por tratar de ver quien estaría al lado de Orión.
Para ambos aún era dolorosa la indiferencia que habían recibido del hombre cuando más lo habían necesitado y por eso les resultaba difícil perdonarlo, pues lo que tuvieron que pasar con su madre fue algo que los marco de por vida. Aún así, Regulus fue el que terminó ganando, por lo que Sirius termino sentándose al lado de Orión. Al principio todo fue tenso, con Sirius ignorando magistralmente la existencia del hombre y este intentando todos los medios por conseguir aunque sea una palabra de sus hijos.
Sabe que fue doloroso para ambas partes, vio en primera fila la expresión de tristeza, arrepentimiento y dolor que se formaba en la cara del hombre, y también vio la incomodidad y el dolor de tener que ignorar a su propio padre que sentían los hermanos. Pero con el tiempo y el esfuerzo que puso Orión fueron capaces de arreglar su relación y de fortalecerla.
Gracias a eso sus hermanos ahora se turnaban para ver quien se sentaba junto a Orión, pues sabían que quien lo hiciera recibiría discretamente un poco más de todo, desde el plato principal hasta el postre, también estaba el hecho de que, quien sea que se sentara a su lado, recibiría constantes muestras de cariño.
No se dio cuenta del tiempo que invirtió al pensar en sus hermanos, pues desde hace unos minutos sus padres lo habían estado llamando para así empezar el almuerzo. Cómo ambos adultos vieron que el menor estaba sumido en sus pensamientos, decidieron que le darían un pequeño empujoncito para sacarlo de ahí, lastima que no contaron con que el chico se asustaría y casi botara su comida.
- ¡¿Por qué asustan?! -Severus se sostuvo su pecho, pues su corazón latía salvajemente con ese mini susto.
- Lo sentimos, cariño. Pero tú padre terminó la llamada hace 10 minutos y llevamos ese mismo tiempo hablándote, pero parecía estar tan sumido en tus pensamientos que no nos prestabas atención -fue la corta explicación que le dio su papá, por lo cual el chico se avergonzó un poco por no prestar atención.
- Perdóname a mi, no me di cuenta de lo metido que estaba en mis pensamientos, gracias por hablarme -Severus le sonrió a Orión, lo que le valió un pequeño sonrojo de parte del hombre mayor.
Sabe que este aún tiene problemas con el hecho de que Severus pareciera no sentir nada negativo hacia él, y es que Severus no sentía que tuviera algo malo, después de todo, ese hombre hacia a su padre muy feliz y eso era todo lo que le importaba.
Así que, con una sonrisa en sus labios comenzó a comer. Cómo siempre, todo estaba delicioso, su padre siempre había cocinado de manera exquisita, pero parece ser que desde que él "sazón" de Orión apareció en sus vidas, todo parecía saber celestial.
Severus estuvo disfrutando de sus alimentos hasta que recordó la conversación que había tenido con su dulce novio- Papá, ¿puedo pedirte algo?
- Claro, tesoro, ¿que sucede? -pregunto el Black de manera calmada, creyendo que su hijo de en medio necesitaría algún consejo o algo así.
- Uh-, no, no contigo papá -en un acto de nerviosismo, Severus empezó a jugar con su comida, moviendo el tenedor de un lado al otro mientras se llenaba de valor para preguntar- Quiero que James venga a casa, para pasar un rato con él y de paso me deje sus apuntes... Y si se puede, que se quede a dormir...
El peli-azabache bajo la mirada, demasiado nervioso como para poder sostenerle la mirada al hombre más alto. Sabía que a su padre no le agradaba su novio, es más, dejo varias veces en claro que no les daba su bendición, algo que lo lastimó profundamente.
- ¿A qué vendrá? -fue la tranquila respuesta que le dio Tobías, por lo que Sev decidió levantar la mirada y enfocarse en su papá Orión.
- A verme, me entregará los apuntes de las clases de hoy y también pasará un rato conmigo, -en un intento por calmar sus nervios tomo un vaso y lo relleno con agua hasta la mitad, agua que se tomó de un solo tragó.
- Sabes que ese chico no me agrada, -empezó a decir su padre, lo que hizo que frunciera el ceño sin querer- pero está bien, que el chico venga y se quede aquí un rato.
- ¡¿Enserio!? -Severus no pudo evitar levantarse de golpe de la silla, sorprendido por recibir una respuesta afirmativa de su padre tan rápido, creyó que tendría que involucrar a su papá para conseguir el permiso, pero tal parecer ser que ese no fue el caso- ¿también puede quedarse a dormir?, digo... Podríamos hacer una pijamada con Siri, Reggie, James y Rem.
- Eso suena fantástico cariño, ¿por qué no le dices eso a tus hermanos y a tu novio?, -cualquier cosa que su padre fuera a decir era invalida en ese momento, después de todo, la palabra de Orión Black Snape era absoluta en esa casa. Su padre podía aparentar tener el control, pero quién realmente lo tenía era su esposo y eso todo mundo lo sabía- eso sí, hazme el favor de terminar tu comida antes de avisarles, ¿si?
- ¡Si papá! -tomó un tenedor y empezó a comer con ganas, demasiado entusiasmado por el hecho de conseguir dos cosas a la vez, pasar tiempo con su novio y divertirse con sus hermanos y amigos.
- Severus, -escuchar la voz grave de su padre lo hizo encogerse del miedo, llevaba tantos años sin escucharlo hablar con ese tono que casi lo había olvidado. Sin embargo, aquí está él, casi temblando de miedo solo porque su padre le había hablado con el mismo tono de voz con el que solía hablarle cuando estaba enfadado- diles a tus hermanos que compren palomitas, se que a ti te gusta ver películas en las noches. Pueden hacer eso en la sala, les dejaremos permanecer despiertos hasta las 2, no más. Puede que tú no vayas a ir a la escuela, pero ellos si.
- ¿No iré mañana?, ¿por qué? -fue lo único que dijo, bueno, más bien lo único que captó entre todo el revoltijo de palabras que soltó su padre.
- ¡¿Crees que te dejare ir así?!, -su padre parecía bastante impactado con lo que dijo, como si le estuviera diciendo que dejaría la escuela o algo así- no planeo dejarte salir de esta casa hasta que tú periodo haya terminado o este por terminar.
- Oh... Está bien. -fue todo lo que dijo Severus, demasiado sorprendido por lo dicho, aunque ya se lo esperaba de su padre, quien era un poco demasiado protector con él, algo por lo cual sus hermanos se burlaban.
- Bueno, ya terminé. Iré a escribirles a los chicos para avisarles, ok? -con un asentimiento de sus padres se levanto de la mesa y fue a dejar su plato al trastero, dónde aprovecho para lavarlo y dejarlo escurrir el agua.
Una vez hecho, se fue hacia su habitación, dónde entro al baño para revisar si todo estaba en orden, una vez lo hizo solo se lavo las manos y tomo su celular para escribirle a sus hermanos.
(Ya le saben, ignoren la hora y la batería, plis)
Ignoró el último mensaje de su hermano y busco el chat que tenía con su novio, pues si se quedaba más tiempo en el grupo, terminaría cometiendo una estupidez y el jamás cometía estupideces.
Una vez listo, dejo su celular aún lado y se volvió a recostar en su cama, sintiéndose un poco mejor del dolor que no hasta hace poco era insoportable, ahora se podría decir que era ligeramente manejable, pero solo cuando no se movía y mantenía su vientre presionado.
Estuvo así durante unos minutos hasta que se levanto de la cama y fue al baño, dónde aprovecho la oportunidad para cambiarse por una toalla nocturna, una vez estuvo satisfecho regreso a su cama y tomo su celular, dónde puso un poco de música para dormir.
… La cual funcionó, porque unas tres horas después Severus se estaba despertando, pues sintió pequeños pinchazos en su pie, lo cual le provocaba cosquillas. Cuando pudo ser medio consciente de su alrededor levanto su torso y vio al culpable de sus cosquillas, que resultó ser el gato de Regulus, quien parecía divertirse al morder su pie.
- ¿Que... -Severus volvió a recostar su cuerpo en la cama mientras se frotaba un ojo, sentía su cuerpo pesado y a su vez la horripilante sensación de dolor en sus piernas, las cuales parecían estar tensas- Uhhhhhh... -Estiró su cuerpo cual gato y como se sentía demasiado perezoso como para levantarse en ese momento solo tomo su celular para comprobar la hora- ¡es tarde!
Se levanto apresuradamente de la cama y salió corriendo a su baño, dónde se sacó la ropa y tomó un rápida ducha para quitarse la pereza y así mismo limpiar un poco su cuerpo del sudor, una vez listo salió y se puso ropa cómoda para estar en casa, un momento después salió de su cuarto rumbo a la sala, dónde se encontró a sus padres organizando el lugar para que ellos pudieran estar cómodos.
- Lo siento... Me dormí, -Severus acarició sus manos en un gesto nervioso, que rápidamente fue detenido por Orión- ¿puedo ayudar en algo, papá?
- Está bien, cielo. Tu padre y yo ya casi acabamos, -Orión acarició su cabello y deposito en este un suave beso- Puedes empezar a poner en cuencos los dulces para que disfruten.
El chico asintió y se dirigió a la cocina, dónde saco cuatro tazones hondos y los relleno con chocolates, marshmallows y unas cuantas gomitas, cuando ya estuvo listo tomo su celular y busco el chat que tenía con Remus, el enamorado de su hermano mayor.
¿Sirius creía que le iba a escuchar un jodido audio de 1 minuto y medio de puros regaños?, pues no, no lo iba a hacer. Así que dejo el celular a un lado y tomo dos tazones y los llevo a la sala, los dejo en la mesa y fue por los otros dos tazones, el cuál uno estaba vacío pues ahí pondrían las palomitas.
Una vez todo listo, se dejó caer en el sillón a la espera del resto, algo que no se hizo muy largo ya que el timbre empezó a sonar pasada media hora. Con calma, se levanto del sillón y fue a abrir la puerta, grande fue su sorpresa al ver a Narcissa, Lucius y Lily detrás de la puerta.
- ¡Chicos!, ¿que hacen aquí? -Lily lo miro de la misma manera que antes observaba a su novio, James, cuando esté solía coquetearle,- ¿que sucede?
- ¡¿Y tienes el descaro que preguntar?! -fue lo que dijo Lily mientras se cruzaba de brazos y hacia un puchero,- ¿no nos ibas a invitar o que?, ¿acaso nosotros no somos tus amigos también?
- ¿Que?, ¡No!, osea -Severus soltó un suspiro y se llevó la mano a la mejilla,- sabia que ustedes iban a estar ocupados y no quería molestarlos.
— Por más dulce que sea eso, querido, — empezó a decir Narcissa, mientras lo observaba con una pequeña sonrisa en sus labios, — deberías de habernos preguntado, se siente feo saber que somos los únicos a los que no invitaste.
— Oh... Lo siento, no fue mi intención — murmuró Severus mientras bajaba la cabeza, demasiado avergonzado como para seguir viéndolos.
— Está bien, a cambio, déjanos entrar y empecemos a ordenar para cuando vengan los otros. — fue la corta respuesta dada por Lucius, quien entró como dueño a su casa y se dirigió a la sala, dónde para sorpresa de todos ya estaba ordenada y lista para ver un maratón de películas.
— Mis padres la arreglaron para que así solo nos sentemos y veamos las pelis.
Narcissa estuvo a punto de decir algo cuando tocaron el timbre, por lo que Severus se encamino de nuevo a abrir la puerta para checar quien era. Grata fue su sorpresa al ver a su novio cargando un montón de bolsas llenas de chucherías, así como un ramo de flores, más específicamente girasoles y un oso de peluche.
— ¡Hola, cariño!, — James extendió el ramo hacia su novio, esperando a que lo tomara y así mismo, le dejara entrar, — conseguí muchas cosas para que te sientas cómodo, tus dulces favoritos, varias compresas calientes, pastillas para el dolor y toallas sanitarias.
Severus no pudo evitar sonreír con amor mientras observaba a su novio entrar y procedía a ordenar todo cerca para que él no batallará en medio de las películas por encontrar algo.
Ninguno de los dos se dio cuenta que detrás de ellos estaban Lily, Narcissa y Lucius sosteniendo una paleta con el número 10 en ella...
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Después de unos 15 minutos, el timbre volvió a ser tocado, para que después se escuchara el sonido de unas llaves chocando entre si y luego la puerta siendo abierta.
— ¡Ya llegamos, familia! — gritó Sirius mientras Regulus y Remus entraban detrás de él, ambos cargando bolsas llenas de mas chucherías.
— Ya era hora, se tardaron un montón. — Severus se acercó a sus hermanos y les quitó las bolsas, para que no durarán ni 5 segundos en sus manos porque James ya estaba a su lado y se las había arrebatado.
— Pedimos perdón, había tráfico. — fue la corta respuesta de Regulus, quien abrazo a Severus y dejo un pequeño beso en su mejilla derecha — ¿Están en casa nuestros padres?
— Si, deben de estar en la cocina o en su habitación.
— Bueno, iré a hacer palomitas. — Regulus tomo uno de los paquetes que se encontraban en una bolsa y se dirigió a la cocina, en cambio, los demás se dirigieron a la sala, dónde se sentaron algunos en el piso y otro en los sillones que se encontraban ahí.
Mientras tanto, Sirius, que vio los platos en la mesa, empezó a rellenarlos con las chuches que habían comprado, para después tomar uno que quedó vacío y llevárselo a Regulus para que ahí pusiera las palomitas.
Cuando ambos hermanos regresaron, vieron a sus amigos en las siguientes posiciones: James y Severus en el sillón para dos personas, bien abrazados y con una manta sobre ellos, Lily, Narcissa y Lucius reclamaron el sillón de tres piezas, por lo que Regulus decidió tomar uno de los dos sillones para 1 persona que quedaban solos.
Al mismo tiempo, Remus tomo el otro sillón, dejándolo a Sirius sin asiento hasta que su novio dio unas cuantas palmaditas en el regazo, por lo que felizmente se fue a sentar en sus muslos.
— Entonces, ¿que película vemos? — pregunto James mientras encendía el televisor y metiéndose a Disney+ para buscar alguna película interesante.
— Quiero ver la dama y el vagabundo, — dijo Lily mientras tomaba unas cuantas gomitas y se las empezaba a comer, — Aunque también quiero ver El Rey León.
— Mejor veamos una de Marvel. — dijo Sirius mientras acariciaba el cabello de su novio.
— No, que aburrido. — contestaron al mismo tiempo Lucius y Narcissa.
— ¿Entonces? — dijo Severus mientras se acurrucaba entre los brazos de James, sintiéndose por primera vez en el día completamente relajado.
— Yo estoy bien con cualquiera que ustedes escojan. — Remus decidió intervenir en ese momento, pues parecía que James estaba a punto de estresarse porque no escogían nada.
Después de eso decidieron ver las películas que estuvieran en la plataforma y las que más les llamara la atención sería la que verían. Estuvieron viendo la pantalla por un largo rato hasta que decidieron ver el teléfono negro, que decía ser de terror pero a la mayoría le pareció más de suspenso
.
Después de esa película, decidieron ver las películas de "Como entrenar a tu dragón", las cuales las vieron en una diferente app. Llegaron hasta la 1 de la madrugada viendo películas, pero ya no eran todos los que estaban atentos, pues Lily y Regulus fueron los primeros en quedarse dormidos después de ver la primera película de como entrenar a tu dragón.
Sirius y Remus se habían metido en su "burbuja del amor" nada más termino la primer película que vieron, mientras que Narcissa y Lucius decidieron acostarse después de la segunda película, pues ambos tenían que madrugar y no querían trasnochar demasiado.
Dejando así solo a Severus y James despiertos, ninguno de los dos quería seguir comiendo palomitas o algún dulce, pues ambos ya sentían el sueño llamarlos, por lo que se levantaron y empezaron a ordenar todo. Limpiaron lo mejor que pudieron y luego de despertar a Regulus para que se fuera a dormir a su habitación, ambos se dirigieron a la de Severus.
Una vez dentro, James se dirigió al baño, dónde se lavo los dientes y la cara. Así mismo, preparó otra compresa y dejo una toalla sanitaria para que su novio no tuviera ningún problema para cambiarse.
Cuando Severus entro y vio todo preparado no pudo resistirse y regresar para abrazar con fuerza a su novio y dejar un beso en sus labios. Una vez regreso al baño, hizo sus necesidades, cambio su toalla y se lavo los dientes y cara, camino hasta su cama y se dejó caer en esta, con James siguiéndolo.
— Sabes que si mi papá te llega a ver aquí te va a matar, ¿verdad? — pregunto Severus mientras se acurrucaba entre los brazos de James, suspirando por el agradable calorcito que su pareja desprendía de su cuerpo.
— Está bien, no me importa morir si puedo estar así contigo. — James depósito un beso en la frente de su novio y, después de una ligera acomodada, ambos quedaron profundamente dormidos.
… Eso hasta que, a las 5 de la mañana, Severus se despertó con la horrible sensación de humedad entre sus piernas, lo que lo hizo levantarse de prisa y de empujar a su novio en el proceso.
Cuando llegó a su baño, encontró que su pijama estaba empapado de la parte trasera y de la parte interna de los muslos, lo que lo llevo al llanto. Mientras se desvestía y entraba a la regadera para enjuagar su ropa y limpiar la sangre en su cuerpo, pudo escuchar a James mover varias cosas, lo que solo lo mortifico más y lo hizo llorar aún más fuerte.
— ¿Sev?, ¿mi amor? — la dulce y cálida voz de su novio lo hizo querer levantarse y abrir la puerta para que James lo abrazara y lo arrullara, pero no quería verse patético delante de su novio, por lo que lo ignoró. — Está bien, cariño. Solo quiero saber dónde está la ropa de cama, aparte, deje ropa frente a la puerta, para que puedas cambiarte.
Cómo James no recibió respuesta, decidió hurgar en el armario hasta encontrar la ropa de cama. Cómo no encontró nada, decidió ir a buscar al cuarto de los padres de Sev, donde toco la puerta y espero a que alguno de los dos le abriera.
Cuando lo hicieron, se encontró cara a cara con Tobías, pero en ese momento no le importaba nada más consolar a su novio, así que decidió hacerle frente al adulto y con voz firme habló: — señor, lamento molestarlo, pero Severus está mal.
— ¿A qué te refieres?, ¿que tiene mi hijo? — dijo Tobías mientras su ceño se fruncía aún más y esperaba a que el joven frente a él hablara.
— ¿Tobías?, ¿que sucede? — detrás del gran hombre apareció Orión, quien al ver a James no pudo evitar ladear un poco la cabeza por la curiosidad que sentía al querer saber que traía al chico a su habitación a las 5 de la mañana. — ¿James?, ¿sucedió algo?
— Si, Severus mancho las sábanas mientras dormíamos y se encerró en el baño. — dijo el chico con un poco de temor, pero para él, nada era más importante que su novio
.
Sin embargo, ninguno de los dos adultos dijo algo por saber que ambos dormían juntos, sino que Tobías entro nuevamente a la habitación y luego salió con una mudada de ropa de cama nueva, mientras que Orión se encamino hacía el baño de Severus, donde vio la ropa que James preparó para su hijo y no pudo evitar morir de ternura.
— ¿Severus, dulzura? — dijo Orión mientras tocaba la puerta y esperaba unos segundos, cuando Severus abrió la puerta, pudo ver cómo el agua goteaba por los mechones de su cabello y como sus ojitos estaban rojos de llorar. — ¿Que sucedió, amor?
Orión abrió sus brazos y Severus se acercó para ser consolado por su padre, mientras tanto, James y Tobias se encargaron de cambiar las sábanas y el cubrecama, ninguno de los dos dijo una palabra, pero eso estuvo bien para ambos.
Una vez todo estuvo listo, James decidió acercarse a paso lento a su novio y, una vez estuvo lo suficientemente cerca, dejo una mano en su hombro — cariño, ¿cómo estas?, ¿te sientes mejor?
Cuando Severus lo observo, James le brindo una cálida sonrisa y dejo un pequeño beso en su frente, — ¿quieres que te traiga una compresa?
— No... Gracias, — Severus mordió su labio y desvío su mirada, demasiado avergonzado por lo que habia sucedido — lo siento.
— ¿Por qué te disculpas, cariño? — James tomo las mejillas de su novio entre sus manos y las acarició con ternura, — no debes disculparte conmigo por estás cosas, sabes que no me molestan.
Fueron suficientes esas palabras para que Severus rompiera de nuevo en llanto, pero está vez ninguno de sus padres se acercó a consolarlo, sino que dejaron que James lo hiciera.
— Te dije que era un buen muchacho. — murmuró Orión mientras ambos adultos salían de la habitación en silencio y se dirigían a la suya.
— Supongo que tienes razón, puedo ver porque Severus escogió al muchacho. — Tobías deslizó una de sus manos por la espalda de su esposo hasta posarla en su espalda baja — Pero sigue sin agradarme, nada más subió de puntos.
Orión no pudo evitar reír por los comentarios de su esposo, pero no podía pedir más, después de todo, sabía que Tobías estaba confiando a su único hijo en las manos de un adolescente cuyo historial con su retoño estaba lleno de baches.
Mientras tanto, James y Severus se encontraban de nuevo en la cama, bien arropados y con James apretando su agarre en Severus para que no volviera a escapar.
Aunque eso no fue necesario, puesto que Severus se quedó quieto desde el momento en el que entró y se acomodo debajo de las sábanas.
— Está bien, cariño, estarás bien. — fueron las tranquilizantes palabras que su novio le dedico y las cuales lo llevaron al mundo de los sueños nuevamente, pues sabía que estaría seguro en brazos de James.
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Una semana después, Severus estaba de vuelta en clases, pues su periodo había terminado. Tuvo altos y bajos, con varios llantos y gritos de por medio.
Pero no es que se esté quejando, después de todo, fue consentido hasta decir "ya basta" por sus padres y su pareja, así mismo, fue visitado constantemente por sus amigos y también tuvo varios momentos junto a sus hermanos. Así que, ahora estaba listo para recuperar su lugar como primero de la clase.
Puede que el siguiente mes vuelva a pasar por lo mismo, puede que no, quien sabe. Lo único de lo que está seguro es que, a partir de ahora ya no tiene que tener miedo de lo que pasará en el futuro.