Balada en la Torre de Astronomía

Harry Potter - J. K. Rowling
Gen
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G
Balada en la Torre de Astronomía
Summary
Donde Draco aprende a tocar un instrumento y Harry lo descubre.Día 4 Música
Note
Honestamente, no sé casi nada de Harry Potter más de lo que he aprendido de los fanfics y lo que recuerdo de haber visto de las películas hace ya varios años, una disculpa por el ooc

Los Malfoy tenían una biblioteca realmente extensa en su mansión, tanto que no se comparaba con muchas de las múltiples escuelas de magia, con ejemplares únicos o las primeras ediciones firmadas por los autores y con dedicatorias, otros, resguardados con mayor cuidado para evitar a los curiosos invitados, libros de magia considerada prohibida debido a los efectos desconocidos o maldiciones sin investigación suficiente como para tener un hechizo que pudiera revertirlo. Para el quinto año escolar, Draco tuvo que tomar clases en las vacaciones de verano como castigo por bajar sus notas al estar distraído molestando a sus compañeros, así que como advertencia, Narcissa le dio lecciones privadas de violín, primero tuvo que entender cada nota, antes de formar acordes, para luego entender lapsos de piezas cada vez más complicadas, cada error le valía un reglazo en la mano que se había equivocado de nota, calaba menos que el ardor de la humillación, incluso cuando el castigo había quedado claro, el heredero Malfoy siguió exigiendo lecciones, meramente por orgullo, ya había sido obligado a aprender, pues ahora sería el mejor.

Aprendiendo piezas difíciles, hasta tocar con fluidez y elegancia, hermoso, a comparación de sus primeros y desastrosos intentos. Cuando llegó el final del verano y las hojas de otoño comenzaron a caer, Draco ya buscaba más retos, incluso aprendió un hechizo para evocar un violín mágico, imitando las notas para poder tocarlas en el aire usando los movimientos de sus dedos, para no dejar de practicar en su regreso a Hogwarts, ya que, definitivamente no iba a unirse a la banda escolar, de solo pensarlo le daba asco y vergüenza simultánea, además, seguía en el equipo de quidditch y no iba a cambiarlo.

Un par de días antes de abordar el expreso, el rubio platinado fue a la biblioteca de la mansión para buscar algún libro con piezas viejas y complejas, buscando un reto que lo entretuviera en sus ratos libres, perdiéndose en la inmensidad de los pasillos hasta encontrar una zona descuidada, bufó al ver que los elfos domésticos habían hecho un pésimo trabajo en ese lugar, distrayéndose al notar un pergamino bajo uno de los libreros negros, de aparente origen desconocido, apenas pudo usar un hechizo traductor hasta que notó lo que en verdad era, una pieza musical, con una sonrisa traviesa, se escondió el papel en el saco murmurando un par de hechizos para que se conservara intacto y sin nuevos dobleces. Y así, la perversa composición llegó a Hogwarts, pasando las pesadas noches donde el frío calaba los huesos, manteniendo su calor corporal con magia, Draco estaba ensayando la complicada pieza musical en la torre de astronomía. Se notó mucho su cambio de actitud al regresar, más que nada porque ya no tenía tiempo que perder, entre las clases, el deporte y el violín, no le daba abasto para molestar a Potter y sus allegados, lo cual, llamó la atención del elegido, ser ignorado olímpicamente de un momento a otro lo hizo sentir incómodo, incluso intentó provocar una agresión que no resultó como esperaba, Harry siguió al rubio una de esas tardes antes del toque de queda, encontrando una escena que si bien no le impactó, lo dejó desconcertado un buen rato, ver a Draco frustrado, jugando con la posición de sus manos mientras hace tocar un instrumento invisible, cada que una nota sonaba incorrecta, la repasaba chasqueando la lengua, pasando su mano con desesperación a su cabello hasta conseguirlo, una mala noche para ser un mirón, pues Malfoy logró descifrar la pieza con una sonrisa maniaca antes de tocar el soneto completo, con una satisfacción tan marcada en sus ojos hizo sonar la balada con los ojos cerrados solo para abrirlos al final con la respiración agitada, mirando con ilusión el cielo estrellado, buscando un reloj para saber cuanto tiempo le quedaba antes de tener que escabullirse para evitar a Flich y su gata.

Sin notar los efectos que cayeron en Harry por la melodía, pues este, sin importarle nada, salió de su escondite, con una expresión adormilada, Draco evidentemente lo reprendió y se portó altanero, sintiéndose más ligero luego de haber logrado tocar la composición de manera correcta, pero no recibió respuesta, el chico de ojos verdes solo se le quedaba viendo como esperando algo, intentó hacerlo entrar en razón un rato hasta sentirse preocupado, descubriendo así el nombre de la partitura, la canción de Hamelin.