Vieja rutina

Harry Potter - J. K. Rowling
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Vieja rutina
Summary
Que sus hijos volvieran a ser niños por culpa de George Weasley no es lo que Marcus se imaginó que pasaría cuando llegara a casa después de un largo día de entrenamiento.

Jamie paso corriendo enfrente de él, Marcus está seguro en cuanto abrió la puerta y entró, que era él.

Jamie pasó corriendo enfrente de él, riendo sin notar su presencia como siempre lo hacía, siguiendo su camino hacia la otra habitación y tal vez eso era normal, era Jamie, su hijo.

¿Que tiene que haya pasado corriendo enfrente de él?

Su hijo ya no vive más en la casa desde que entró al equipo de Kenmare Kestrel como bateador…desde hace como siete años, pero los visita muy seguido, su hijo ama la compañía, tiene todo lo Gryffindor que Marcus odia de ellos y que al mismo tiempo adora por Oliver.

Y por eso mismo el mayor no se pierde ningún verano sin regresar como lo era ahora.

Pero aquí lo curioso es que el que vio era Jamie (tenía que recordárselo) pero no podía ser Jamie porque su hijo mayor tenía veintiséis años cumplía veintisiete en octubre y al que acaba de ver corriendo por el maldito pasillo era tan solo un niño, probablemente no más de tres años o cuatro y eso significaba que sería la versión de Jamie, su hijo, que conoció hace probablemente veintitrés años.

Mismo cabello rubio y ojos grandes azules que aún tenía que vigilar para que no atentará con su vida riendo por el lugar.

O tal vez ese último entrenamiento fue demasiado pesado y el cansancio lo estaba haciendo volverse loco imaginandose a un niño muy parecido a su hijo metido a la casa.

Oliver a veces le gustaba decir que le encantaría ver nuevamente a Jamie de cuando era niño pero eso solo despertaba pesadillas en Marcus no queriendo pensar en más hijos o en qué Oliver haya conseguido a un niño muy parecido a uno de los suyo y este haciendo una broma.

—¡Jamie!.

Cómo si algo se confirmara, como si alguien hubiera leído sus pensamientos, se escuchó otra voz de dónde el niño había venido y Marcus regresó a ver a George que se detuvo cuando miro al pelinegro.

Una combinación de decepción y temor al notar su presencia dando un paso hacia atrás, lucía agitado como si en realidad él fuera el que hubiera estado entrenando todo el día y no Marcus.

—¡¿Por qué eres tú el que llega primero?! Solo practique respuestas para Oliver.— Se quejó el pelirrojo y Marcus se sintió atacado de ser tratado así en su propia casa.

Esto claramente no es lo que se imaginó que pasaría cuando llegara a casa después de un largo día ¿Qué diablos hacía George Weasley en su casa?

Ah decir verdad no quería una respuesta, ni siquiera la buscaría porque solo necesitaba un mal comentario o trato de cualquiera de los pelirrojos para decirles algo el triple de hiriente, cosa que estuvo apunto de hacer, antes de que otra voz se escuchará por el lugar y Marcus volvió a girar su cabeza.

—¡Papá!.— Grito una pequeña niña de cabello negro corto la cual Marcus reconoció y miro aún mas confundido ante la extraña situación olvidando por un momento al pelirrojo.

Esa era Eleanore (o tal vez una niña muy parecida a Eleanore) ese inconfundible cabello corto de cuando tenía tres años, más arriba de sus hombros junto con ese fleco mal cortado.

Oliver había tenido la increíble idea de cortarlo diciendo que no quería volver a batallar en peinar a una niña pequeña después de Hannah, cuando el cabello de su hija mayor no se comparaba en nada con lo lacio y moldeable del cabello de Eleanore, viendo el fleco de nuevo vaya que sí lo habían cortado mal.

Pero volviendo a la niña que corría hacia el, sus mejillas estaban llenas de lágrimas llamando por su papá, Marcus ni siquiera lo tuvo que pensar y instintivamente dejo caer su bolsa de entrenamiento al suelo y la cargo una vez que estuvo lo suficiente cerca como siempre lo habia hecho cuando veía a alguno de los cinco llorar en esa época.

Eleanore solía llorar bastante cuando era más pequeña y cuando la alzó fue tan familiar y al mismo tiempo tan pero tan raro, había pasado un tiempo desde que cargaba a alguien en brazos, a alguien tan pequeño, ella fue la última con la que lo hizo, había pasado si mal no recordaba como diez años y era el mismo peso que recordaba a esa edad.

Mismas dimensiones, misma sensación que estrujaba su interior sin evitar verse preocupado mientras esos ojos grandes grises lo miraban llenos de lágrimas y juntando sus labios en un puchero.

Cómo si estuviera aliviada de encontrar a alguien familiar antes de estampar su rostro escondiendose en el cuello del pelinegro y gimoteando.

Pasó una mano en los cabellos cortos de la menor, específicamente el mismo largo de cabello y el mismo aroma que parecía una combinación del shampoo de Oliver con un toque floral y con chocolate.

¿Qué diablos estaba pasando?

Rectificaba.

¿Por qué tenía a Eleanore de tres años en brazos?

No eso no.

¿Por qué tenia a Eleanore de tres años en brazos llorando?

—¡¿Que diablos hiciste Weasley?!.— Dijo entre dientes apunto de matarlo con la mirada al recordar a la única persona que estaba ahí.

—¡Juro que es temporal!.—Se apresuró a decir primero alzando sus manos en defensa y eso no tranquilizó al pelinegro que ni siquiera podía alzar su varita en modo de amenaza hacia el otro.

En cambio solo cerró la puerta con su pie casi estampandola con fuerza para acercarse a George peligrosamente.

No era un si o un no, pero era más que claro que estaba aceptando que hizo algo.

—Oliver me dijo que Jamie venía.—Comenzo a explicar.—Iba solo a practicar una poción anti edad con el pero al parecer lo puso en las bebidas de todos.

Marcus suspiro pesadamente por qué eso definitivamente se escuchaba a algo que haría a él, no necesitaba especificar quién de los tres, ya sea Oliver dejando que George viniera sin supervisión de un verdadero adulto.

Porque sí, ni sabía si podía llamar así a la persona que tenía enfrente.

George viniendo ante la más mínima oportunidad a su casa a molestar o Jamie aceptando una idiotez como lo que acababa de escuchar, Marcus estaba seguro que ni siquiera a Malfoy se le había ocurrido tremenda idea.

Está era perfectamente la razón por la cual odiaba tener a George Weasley en su casa, solo, con otras personas que pudieran seguir sus tontos juegos, como lo era cualquiera de sus hijos.

La niña, que ahora sí podía confirmar que era Eleanore se movio en sus brazos balbuceando algo y restregando su cabeza en donde estaba negando.

—¿Ellie?.—Pregunto suavemente tratando de ver su rostro sin mucho éxito.

—Pero hey hombre tienes que admitir que hiciste buena decisión en no adoptar a los cinco juntos y con la misma edad, es un trabajo realmente pesado.—Interrumpio George en tono de de broma acercándose a Marcus y poniendo una mano en su hombro.

Marcus solo frunció el ceño volteandolo a ver y por primera bendita vez de todo el tiempo que se vienen conociendo George pareció entender el silencio acompañado apartando su mano y retrocediendo unos paso.

Se preguntaba si podía golpearlo aún con Eleanore en brazos, al menos la haría reír, definitivamente si lo mandaba a San Mungos podía convencer a Adrián para traspapelar su emergencia y que no lo atendieran rápido.

Adrian se estaría burlando de todo esto.

Marcus puso los ojos en blanco de tan solo imaginar el dolor de cabeza que este problema era mientras cargaba protectoramente a la menor que seguía abrazándolo.

Estaba muy cansado para pelear y dejar que Weasley muriera sin atención médica, solo quería llegar a casa y dormir, tal vez si encontraba a sus otros hijos podría convencerlos de dormir.

—Espera.—Hizo una pausa recordando algo.—Dijiste ¿Todos?... ¿Ethan está aquí?.—George solo asintió a la pregunta lentamente y Marcus trataba de tragarse alguna mala palabra que pudiera tener en este preciso momento, en frente de uno de sus hijos.

Y literalmente tiene a una aferrada fuertemente a el como si esté fuera a desaparecer, se preguntaba a qué hora llegara Oliver para ayudarlo en todo esto o para detener un homicidio.

—¿Cuantos años tienen?.—En realidad no le importaba eso, porque fácilmente podría decir cuantos años tenía Eleanore pero prefirió mantener la boca del pelirrojo ocupada moviendo su vista a donde se había ido Jamie.

Ya no podía escuchar su risa, lo cual era una mala señal, no escuchar a Jamie era bastante mala señal y tampoco podía escuchar a Ethan, eso no era tan raro pero solo significa que Jamie no estaba con él, ¿Porque no estarían los dos juntos?.

Ugh tenía que retroceder muchísimos años en actitudes para buscarlos y encontrarlos.

Empezó a caminar sin esperar alguna respuesta, será mejor encontrar a uno de los dos o de los 5 o a quien sea le vendría bien en este momento.

—¿Tres?.—dijo dudoso George con una mueca sin saber realmente.—Crei que la edad variaría dependiendo de lo que tomarán pero yo no conocí a Jamie y a Ethan a esa edad por lo que no estoy muy seguro

Marcus soltó un quejido tratando de apartar los brazos de Ellie que parecía poder cortarle la respiración como una boa en acecho.

—Eleanore.—Volvió a decir en una pequeña advertencia y la pelinegra soltó un quejido para aflojar su agarre alzando su cabeza recargar su barbilla en el hombro de Marcus mirando al pelirrojo que los seguía por detrás.

—Aparte Ellie no parece reconocerme y a ella la conocí desde bebé.—Agrego George ante el odio reconocible de su ahijada hacia el.

Marcus en verdad no necesitaba ver totalmente lo que pasaba detrás de él, sólo miró un poco de reojo y ocultó una sonrisa a la actitud de su hija.

—Oh creeme Weasley ella te reconoce, pero de seguro sabe que hiciste algo.—Dijo tan acostumbrado a esto y George pareció confundido por un momento mirando fijamente a Eleanore.

George conoce a Eleanore desde bebé, si Marcus tuviera que elegir a alguien para cuidar a la menor de sus hijos, no tendría de otra que elegir al gemelo porque era quien más la conocía junto con Johnson y si algo saben ambos es que Eleanore tiene el pequeño poder de saber manipular a las personas para ponerlos en contra de alguien que hace algo que a ella no le gusta.

Los privilegios de los hermanos menores.

Aunque tal vez Marcus no necesitaba que Eleanore se lo dijera dos veces para mirar con enojo al otro pelirrojo que pareció ignorar cualquier actitud de ambos para reír al entender.

—Brujita traicionera.

Habló cariñosamente pasando una mano para alborotar el cabello de la menor que rápidamente volvió a esconder su rostro y Marcus podía sentir una risa de donde estaba.

También lo elegiría porque así como era fácil hacerla enojar, el único que podía hacerla definitivamente reír por muy enfadada que estuviera al no lograr lo que quería era el.

—¡Jamie!.—Llamo Marcus a su otro hijo para que saliera de donde quiera que esté entrando a la cocina.

Pésima idea, Jamie nunca les hacía caso cuando le llamaban, ni siquiera a la fecha parecía hacer caso.

Trata de quitarle la diversión a un niño hiperactivo llamándolo por su nombre, el niño posiblemente se atreve a huir cada vez más lejos si le es posible, como un perro que tienes encerrado en la casa.

Le molestaría si fuera a otro niño, como por ejemplo su hermana cuando él tenía diez años y nunca estaba cuando le hablaban haciendo peleas innecesarias con su padre, pero se trataba de Jamie, se había olvidado tanto de la rutina de hace veinticuatro años que hasta podría decir que extraño el hacer esto de buscarlo en la casa hasta que saliera.

Busco alrededor sin ninguna señal del menor y Marcus dejo caer su cabeza hacia al frente.

—¿Dónde está Ethan?.—Recordó a su otro hijo preguntándole a George mientras regresaban por otro camino hacia la otra habitación de la casa del piso de abajo.

Dudaba que alguien pudiera subir las escaleras ¿No?

Definitivamente este lugar era mucho más grande para el gusto de Marcus cuando se trataba de Jamie, en su primer departamento no había muchas opciones donde esconderse, tal vez si usaba un Acció los cinco aparecerán en frente de él, se preguntaba si en un solo acción lo lograra.

—Dormido en la sala.— Dijo tranquilo y por primera vez confiado George mientras entraba en la sala principal.

Marcus solo se detuvo de golpe haciendo al pelirrojo chocar con su espalda ganándose una risa de Eleanore.

—Me encanta saber que está aquí dormido Weasley.— Marcus habló sarcásticamente y George frunció el ceño para adelantarse y buscar entre los sillones donde estaba seguro que había dejado al segundo mayor de los FlintWood dormido.

Pero no había nadie alrededor, eso lo desesperó viendo las mantas tiradas en el suelo y soltó un quejido pasando sus manos por su rostro.

George no recordaba que sus hijos fueran así, bueno...tendría sus opiniones, pero el solo tenia dos que se llevaban un año y definitivamente su casa no era del tamaño de este lugar tan grande, ahora tenía a cinco niños dónde tres de ellos no lo conocían en absoluto huyendo como si pudiera contagiarles la viruela de dragón y dos de ellos que son igual de antipáticos y burlones que uno de sus padres

—Ugh, tus hijos de Slytherin son unos manipuladores y mentirosos como tú.

Para Marcus fue satisfactorio ver esa expresión en la cara de George al saber dónde no se encontraban hijos que no eran de él.

Marcus estaba seguro que esto le pasó una vez con las hijas de Percy, después de eso por eso se negaba a cuidar hijos que no eran de él ya que Lucy Weasley era un personaje con demasiado ambiente para alguien como Marcus y para horror de Percy su hija menor adoraba a Marcus.

Pero claramente no iba a llegar a ningún lado persiguiendo a niños alrededor de este lugar, necesitaba re-ordenar sus ideas y principalmente a sus hijos dejando a George buscar por alrededor de la habitación llamando a Ethan como desesperado.

Eran cinco, y tenía una en brazos.

Una y faltan cuatro.

Sabía que no se tenía que preocupar por Eleanore, era la más tranquila de los cinco cuando se trata de dar la buena imagen, había literalmente corrido hacia él, por lo que no tenía que buscarla si es que la dejaba, Ethan está en algún lado de la casa pero sabía que no muy lejos porque le gustaba burlarse de la gente que lo buscaba desesperandolos, tal vez si ponía atención podía escucharlo reírse escondido en algún lado y Jamie...

—¡James!.—Gritó intentando algo.

—¡No me llamo James!.—Soltó una pequeña voz apareciendo por la puerta y haciendo voltear a los dos mayores hacia el lugar.

Al menos sabía que seguía en la casa.

Se veía enojado y el pequeño puchero en su cara hizo resoplar divertido a Marcus ante los recuerdos de esa misma cara, tenían un montón de fotos de estos precisos momentos y de seguro Oliver mataría por verlo ahora mismo en carne propia si es que supiera la situación

Jamie pareció darse cuenta de su error al ver a ambos adultos mirándolo fijamente, George se movió con su varita en mano apunto de lanzar algún hechizo hacia Jamie si no fue por Marcus que se las arregló para tomar la muñeca del pelirrojo fuertemente evitandolo y dejando que el niño volviera a salir desapareciendo por la puerta.

—¡¿Qué diablos te pasa?!.—Dijo Marcus apretando su agarre aún sin soltarlo ignorando la cara de George que trataba de aguantar algún indicio de dolor. —Te recuerdo que te soporto por Oliver pero te atreves a hacer algo a alguno de los cinco y yo mismo te voy a...

—¡Hey hey tranquilo solo iba a parar sus movimientos!.—Se safo del agarre salvajemente gritando molesto.

Estaba tratando de ayudar y lo trataban de esta manera, pero para Marcus era lo mínimo que tenía que hacer el otro.

—Jamie tiene mucha energía.—Eso no lo podía negar, se preguntará Marcus cuánto tiempo Weasley lo ha estado buscando antes de llegar.—No lo he visto quieto ni un momento, al menos Ethan se quedó dormido un rato después o al menos fingir que lo hacía, mientras Eleanore se puso a llorar después de no verlos a ninguno de los dos por ningún lado.

Si, sus tres hijos, pero aún faltaban dos de los cuales no había escuchado nada durante todo este tiempo, Marcus entrecerró los ojos estudiando a George.

—¿Y Hannah y Todd?.—Pregunto.

Hubo una ligera y pequeña reacción nerviosa entre el pelirrojo que pareció olvidar todo su enojo tomándose la muñeca que había sido acaparada antes.

—No lo sé.—Dijo casi en voz baja dándose la vuelta.— Pero como crees que le iba hacer daño, un colloshoo nunca le hizo daño a nadie.

Hablo en voz alta retomando el primer punto y Marcus lo ignoró mirando el alrededor de la sala, Eleanore ya no lo apretaba con sus brazos en cambio había separado su cuerpo después del ajetreo para mirarlo a él tranquilamente como si tratara de decirle algo.

Ya no lloraba pero levantó su mano libre para limpiar el rastro de lágrima que habían quedado en sus mejillas lo que la hizo sonreír mostrando esa separación en sus dientes delanteros.

Todd de seguro también lloró si no lo vio alrededor o a Oliver, él si conocía a George pero siempre estaba uno de los dos alrededor cuando había más gente y Hannah estaría con él para calmarlo y hacerle compañía.

Hannah estaría con él.

Claro.

—Yo creo que sí sé dónde están.—Miró tranquilamente hacia afuera de la ventana de la habitación recordando un lugar pasando otra vez a mirar a Eleanore.

—Señorita ¿Te podrías quedar con George?.

Apartó a la pelinegra de sus brazos para dejarla en el suelo y como si hubiera sido un ataque personal o lo peor del mundo lo que le acababa de decir, la sonrisa de Ellie desapareció para retorcerse negando con la cabeza fuertemente

—¡No!.—Dijo en ese tono firme e infantil

—Creí que Weasley te agradaba.— Dijo suavemente en cunclillas hacia la pelinegra que volvió a negar.

—¡Quiero a papi!—Demandó tomando el brazo de Marcus para que no se apartara

—Si, yo también lo quiero cariño, pero primero tengo que ir por tus hermanos.—Tenia mucho tampoco que usaba ese tono tonto para hacer entrar en razón a los niños, Oliver se burlaba de el por eso y Adrián parecía bastante sorprendido cada que lo veía ser suave con alguien.

Incluso si esos eran sus propios hijos.

—Si prometes quedarte y pórtate bien te daré una vuelta en la escoba más tarde, ¿Que tal eso princesa?.—Seguir hablando pasando su mano por su cabello.

Ellie solo apretó sus labios como si estuviera apunto de llorar nuevamente, regresó a ver detrás de ella a George que estaba ahí de pie mirándolos a ambos, apretó un poco su pequeño hasta que por fin soltó a Marcus y correr hacia el pelirrojo que la cargo bromeando algo con ella.

—Quien diría que tienes sentimientos Flint, no quiero volver a ver eso en mi vida.—Se burló George de la escena que acababa de ver y Marcus lo ignoró.

—Ethan no te conoce a esta edad y odia a los extraños, es por eso que se escondió, pero está dentro de la casa, nunca sale de ella.— Explicó levantándose.

—Oliver es el único que lo va hacer aparecer mágicamente, si lo ve cruzar por la puerta no va dudar en salir de donde esté.

Apretó sus dedos en el puente de su nariz tratando de pensar en algo más.

—¿Llamaste a alguien más?.—Fue lo único que se le ocurrió decir y George bufó indignado.

—Percy, me regaño y me dijo que me las arreglara.— Dijo desinteresadamente.—Pero estoy seguro que esta preocupado por lo que posiblemente aparece en cualquier momento ese tonto.

—Bueno pues por mucho que deteste a tu hermano, es el favorito de Jamie junto con Adrián, espera a que llegue yo voy primero por Hannah y Todd porque ellos probablemente están afuera.

Se sentía como si le diera órdenes a los de su equipo hablando de esa manera mientras caminaba hacia la entrada, todo conocimiento de su organismo solo que ahora no de Quidditch si no de sus hijos.

—¿Por qué no vas primero por Jamie?.

Marcus detuvo sus pasó mirando aún la puerta por dónde había visto a Jamie antes de que corriera lejos de el.

Si

¿Porque no podía acercarse a Jamie primero?.

"No te vayas"

Ugh, no quería recordar eso, suspiró y miró a George.

—Si tiene tres o más es la edad en la que me fui por la guerra.— Dijo alzándose de hombros pasando su mano por su cabello.—Jamie me odia por dejarlos.

Lo noto los primeros días desde que la guerra terminó, después las primeras semanas, hasta que se volvieron meses en la que el menor no dejaba que él lo cargará o que hiciera las actividades a las que se había acostumbrado desde que lo adoptaron.

Marcus lo entendía y nunca se quejó, pero ahora dudaba mucho que dejara que se acercara.

No importa si es el Jamie de tres años o el Jamie de veintiséis.

—Otra razón por la que me cae mejor ese niño.— Soltó despreocupadamente y Marcus puso los ojos en blanco moviendo sus manos.

Con quién diablos buscaba hablar.

—Como sea Weasley, a Oliver no le va importar esto, creo que va ser el mejor regalo atrasado de cumpleaños que le puedas dar, pero me va matar si no los ve a los cinco en una pieza y estás incluído.—Lo señaló y parece que el enojo que había sentido desde el principio podría salir ahora mismo ya que no tenía a Ellie en brazos.

Pero George se mordió el labio, nervioso e indeciso, como si quisiera decir algo más pero sin saber cómo hacerlo y Marcus juraba que si decía otra estupidez, algo como "De hecho Hannah y Todd desaparecieron de la faz de la tierra" ahora sí lo mataría.

—Jamie no parece reconocer a Ellie o los otros cuando se conviertieron.— Eso si no se lo esperaba.

Marcus regreso a ver a Eleanore como si quisiera confirmar eso y la menor solo asentía rápidamente con la cabeza bastante segura cuando en realidad no tenía ni la mínima idea de lo que decían.

—Es normal ni Jamie, ni Ethan conocen a los demás hasta que tuvieron nueve y seis años.—Alzó los hombros sin ver el problema.

Eleanore de seguro tampoco debió reconocer a Ethan y Jamie al tener una imagen mental de ellos mucho más grandes, no vas a comparar al Jamie de ahorita al de doce años que era la edad de diferencia que se llevaban su hijo más grande con su hija más chica.

—No, Marcus.—Volvió a detenerlo seriamente.—Esto es diferente, se que no lo conocí cuando lo adoptaron pero no lo sé, se veía molesto, confundido, ese no parecía el niño que escuché hablar a Percy.

Marcus frunció el ceño mirando por la ventana nuevamente, la luz de afuera disminuía cuando apenas eran las 4 de la tarde, no recordaba que habían dicho sobre el clima está mañana.

—Eso no me gusta..—Y no sabía hacia qué lo decía haciendo una mueca.— Mira, de igual forma necesito ir primero afuera, si no encuentro a Hannah y Todd antes de que anochezca, ese bosque es inmenso.

No era mentira pero tampoco mentía cuando decía que estaba cansado, quería dormir, ya no quería salir de la casa, así que era mucho mejor ir de afuera hacia adentro, no hubo más pelea y Marcus se dispuso a salir de la casa mirando alrededor de algún indicio de los dos mayores pero no hubo nada hasta que salió y cerró la puerta.

La brisa soplaba un poco más fuerte de cuando llegó y Marcus entendió ahora por que parecía anochecer, ya que había nubes oscuras formándose tapando el cielo azul.

Hannah a veces odiaba sus cumpleaños porque solía llover, no por la lluvia si no porque sabía que no podía salir.

Fueron un montón de veces en las que tuvo que consolarla de pequeña, ya que quería salir y no podía, Hannah odiaba estar encerrada en algún lado por mucho tiempo.

En algo se parece a él.

Camino por un rato pasando los aros enormes de práctica que tenían de quidditch mirando la arboleda cercana y se sintió un poco perdido tratando de recordar el camino, en verdad había pasado mucho tiempo.

—¡Hannah!.—Grito esperando que tal vez pase lo mismo que pasó con Eleanore pero solo era el sonido del viendo en las hojas.

Solto un jadeo y se adentro a la arboleda checando una pequeña marca que había en uno de los árboles, si no se equivocaba era izquierda desde ahí, las ramitas que se rompían a sus pisadas, el viento y la oscuridad que se aproximaba no le gustaba mucho a Marcus palpando su túnica notando como no traía su varita.

—Maldita sea.—Dijo para él mirando la mansión de lejos y como la luz de la habitación de Jamie se prendía.

Ahora sí recordaba dónde podia estar Jamie en la casa, pero necesitaba encontrar a los otros.

—¡Hannah, Todd!.— intento otra vez sin mucho exito hasta que reconoció algo alrededor.

Unos cuantos minutos y por fin encontró lo que parecían ser una ramada y que si veías a lo lejo lejos solo era eso, enorme y desorganizada que cubría como un pequeño domo, dió la vuelta encontrando el tonto cartel mal escrito que decía

"NO FRED"

En letras grande, sin saber aún por qué habían corrido al hijo de George del lugar, vió el hueco de la entrada teniendo que agacharse, seguramente viéndose patetico, para entrar en un lugar tan pequeño siendo el del tamaño que es.

Definitivamente debió hacer un hechizo expansor cuando se lo pidieron.

Solo pudo entrar una parte de su cuerpo viendo a los dos menores dormidos en medio de lo que parecía ser una acogedora guarida, llena de almohadas y mantas, junto con algún otra cosa para entretenerse y que a Marcus le sorprendía que siguiera ahí.

No pudo evitar dejar caer sus hombros aliviados al verlos plácidamente descansando, Hannah con claramente ese cabello revoltoso, tan largo del cual no ha vuelto a verlo de esa misma manera, estaba abrazando a Todd que parecía solo agarrar parte de la ropa de Hannah con una de sus manos para saber que estaba ahí.

Podía notar igual que Eleanore rastros de lágrimas en sus mejillas y al parecer no estuvo del todo equivocado con su suposición, así siempre fueron ambos de niños, muy unidos, lo gracioso porque ahora parecía que no había un segundo en el que no se pelearan o estuvieran apunto de matarse.

Por Todd es que Hannah se consideró hermana mayor y parecía bastante decidida a hacer su mejor trabajo haciéndolo, en seguir haciéndolo.

Batallo un poco en entrar más y tomar a Hannah primero haciéndola soltar a Todd para cargarla sin despertarla, la menor tan solo se movió inquieta entre sus brazos frunciendo el ceño, como si se diera cuenta de que algo le fue arrebatado.

—Shh tranquila, soy yo.—Trató de arrullar y nuevamente fue tan extraño volver a este mismo punto, mientras tomaba con el otro brazo a Todd que no se movió en absoluto a diferencia de la otra.

—Papi.— Dijo un tanto adormilada Hannah parpadeando lentamente.

—Hola cariño.—Dijo suavemente sonriendole.— Veo que te gusta seguir durmiendo aquí.

Hubo un pequeño gimoteo como si estuviera apunto de ponerse a llorar pero sin ninguna lágrima antes de que Hannah tomara el lugar en el que antes había estado Eleanore de un lado, moviéndose de un lado a otro tratando de volverla a hacer dormir antes de poner del otro lado a Todd que pareció acurrucarse más abrazando a Marcus con esa misma fuerza que Eleanore.

—Está bien, vamos de regreso a casa.

Le ha tocado cargar así a dos niños, con Hannah era bastante seguido siendo compañera de siestas de Molly Weasley y Oliver o el las tenía que sacar de este mismo lugar en las tardes o cuando desaparecían por mucho tiempo.

Por un segundo solo se quedó ahí de pie, la respiración de ambos menores tranquila en un estado de calma tan pleno que a Marcus le encanto siendo mejor que el quidditch, el cabello de Hannah le hacia cosquillas en la mejilla y solo se recargo en ella.

Ese aroma a menta de su shampoo que diferencia del de Todd que olía a cítricos.

Se había olvidado lo pequeño que podían verse sus hijos, con Jamie se sintió como una eternidad verlo crecer pero con todos los demás sintió que solo parpadeo y estaban entrando en Hogwarts sin regresar hasta vacaciones.

Muchos le repitieron que se sentiría más aliviado cuando Eleanore entrara a Hogwarts ya que era la ultima, volver a tener tiempo para uno, no más niños corriendo alrededor y tal vez fue tranquilo los primeros días pero en esa enorme casa Marcus odiaba la sensación, no importa que tanto Oliver hubiera hecho para hacerlo sentir un hogar, se acostumbro tanto a la compañía que hasta cierto punto podía decir que se sentía solo sin ninguno de los 5 molestado alrededor.

Odiaba que los Weasley tuvieran razón, pero bueno no lo admitiría, pensó mientras los volvió a mirar

Tres, faltan dos.

Todd pareció moverse soltando uno de sus brazos estirando su mano para tomar la de Hanna en otro intento por aferrarse a ella y Marcus suspiro.

Adoraría tener una cámara para burlarse de ellos una vez que todo regresara a la normalidad.

Camino saliendo por completo del lugar maldiciendo nuevamente por no tener manos libres y no traer su varita ya que ahora podía admitir que casi no se veía nada antes de volver a encontrar la casa lo lejos y los aros de Quidditch, la brisa que que golpeaba y movía su cabello y la túnica que ni siquiera tuvo la oportunidad de quitarse al llegar.

Cuando volvió a entrar a la casa encontró nuevamente a Jamie que estaba parado casi en frente de el mirándolo fijamente, paso su mirada hacia los dos menores que se encontraban en sus brazos antes de volver a mirar a Marcus, una reacción triste en sus ojos casi asustada.

—¿Me van a regresar?

Se escuchó tan diminuto que a Marcus le costó entenderlo mientras lo veía encogerse de hombros.

—¿Jamie?.

Se trató de acercar pero el niño no dijo nada y solo volvió a huir del lugar corriendo como un fantasma por la casa, estuvo tentado a perseguirlo pero se detuvo al escuchar la chimenea dando el mensaje que alguien había llegado.

—Por favor se Oliver.—Dijo en voz baja pero dió un quejido al ver el cabello negro canoso y bien prolijo de su madre.

De todas las personas, es a la que menos quería aquí.

—¿Quién diablos te dijo?.—No pudo evitar decir ganándose una mirada enojada de su madre que lo estudió de arriba hacia abajo.

—Soy tu madre, Marcus, lo sé todo.— Se acercó a su hijo pasando su mano por su mejilla para dar ligeros golpecitos de los cuales Marcus tan solo se apartó frustrado.

—Y esa no es manera de hablarme o tratarme, niño malagradecido.— Amenazo pasivamente para mirar a los dos niños que aún Marcus tenía en brazos, una pequeña sonrisa apareció en sus labios como si en realidad ya supiera todo y no pudiera creerlo

—Que sorpresa, ¿Los cinco?.—Marcus solo asintió sin ganas apartándose de su madre que lo siguió hasta el salón.

Trato de buscar su varita y su madre pareció ver sus intenciones sacando ella la suya y prendiendo la chimenea que no estaba conectada a los polvos flu y haciendo volar las mantas que ya se habían encontrado ahí acomodando las junto con almohada, Marcus solo murmuró un agradecimiento para volver a bajar a Hannah y Todd que volvieron a caer dormido, acomodarlos y taparlos.

Su madre solo rio con cariño.

—Quien diría que ahora se odian, me recuerdan a ti y a tu hermana.

—Madre.— Dejó caer su cabeza poniendo sus manos en sus caderas cansado.— ¿Que haces aqui?

—Alguien me dijo que los niños son...niños otra vez.— Dijo sin poder esconder su emoción mientras juntaba sus manos.—No podía perderme esto.

—¿Alguien?.—Arqueo la ceja

—La señora Flint es mucho más amigable que tu.—Se escuchó una voz y Percy simplemente como si fuera está su maldita casa entró con una taza de té en sus manos.

Olvidaría lo anterior, el maldito de Percy Weasley era al que odiaba tener aquí con esa actitud de prepotencia.

—¿Tienes contacto con mi madre?.—Hizo una cara de horror a esta rara revelación.—Eso es completamente y estúpidamente raro, Weasley.

Percy solo se encogió de hombros como si no lo hubiera escuchado.

—Te prohíbo que le hables a este pervertido.— Marcus regresó a ver a su madre que pasó de largo a Marcus ignorándolo para acercarse a dónde estaban Hannah y Todd.

Odiaba que nadie le prestará la mínima atención.

—Como sea.— Volvió a decir Percy.—Ethan ya hizo que George se cayera de las escaleras.

Al menos algo bueno había pasado desde que salió de casa, estuvo apunto de comentar o de felicitar en voz alta a Ethan ya que seguía sin encontrarse ahí, tal vez si escuchaba eso saliera de donde estaba.

—¡Eso no es odiar a los extraños!.— Se escuchó la voz de George quejándose y Marcus ni siquiera se dió cuenta que estaba en la habitación. —Es cometer crímenes contra ellos, ¿qué es esto? ¿Mi pobre Angelito?.

Definitivamente no entendió la referencia que escucho pero se escuchaba a alguna mierda muggle que Johnson o Bell diría con una sonrisa al ver que no entendió y todos los demás si, rodó los ojos y miró a Percy cruzando los brazos.

—Jamie...

—No quiere salir.—Fue interrumpido por Percy que sabía lo que se venía.—Ya trate de todo, absolutamente todo, llame a Adrián a ver si no se me escapó algo.

Marcus hizo una mueca nueva mirando como su madre tenía ahora a Eleanore sonriendo en sus brazos mientras la pelinegra parecía a contra mil y un cosas a la mayor con su limitado dialecto para una niña de tres años escuchando atentamente.

—Tu hermano dice que Jamie no parece reconocer a los demás.—Dijo una vez que sintió a Percy detenerse a lado de él.—Ni siquiera a Ethan.

—Si me di cuenta, es raro verlos separados, más a la edad que parecen tener, Ethan me reconoció al verme pero parece más divertido haciéndole la vida imposible a George.

Ethan haciendo eso sin ayuda de Jamie, algo estaba raro y no sabía exactamente qué, Hannah y Todd parecen reconocerse a pesar de tener la misma edad, no es como si hubieran cambiado mucho y no ha visto a Ellie quejarse por ninguno simplemente porque sabe que no le importan los extraños a ella.

Jamie, si bien a los tres años conoció a Ethan como un simple bebé, estaba bastante emocionado por otro niño en la casa, incluso aunque no duró mucho antes de que Ethan se fuera a casa de su madre por la guerra y después regresará.

No sabía porque está obteniendo estás reacciones de su hijo mayor.

—Aun así cerré todas las puertas una vez que entraste, Jamie no puede salir.

Marcus podría agradecerle a Percy pero sería muy bajo de su parte admitir un punto que no queria, así que con un simple asentimiento entre ambos bastó.

Camino un poco alrededor viendo a George quejarse de algo y dándose por vencido dejándose caer en el sillón mientras miraba a los otros dos menores dormidos como si quisiera tener una siesta igual a la de ellos.

Marcus en realidad se atrevía a tirarse en el piso para tener una siesta con ellos.

Las llamas de la chimenea que estaba conectada a los polvos flu de la otra habitación se escucharon y Marcus camino para ver quién había llegado quedándose a medio camino al escuchar la voz tan reconocida.

—¡Estoy en casa!.— Era un simple aviso de Oliver, su aviso tan tranquilo cuando llegaba de entrenar.

Oliver solía usar polvos flu porque se negaba aparecer fuera de la casa y caminar, Marcus incluso sin verlo podía imaginar su sonrisa una vez que lo encontrará viéndose entero y con energía cuando estaba muerto de cansancio, pero algo pareció interferir entre el camino de Oliver porque nunca llegó a dónde Marcus estaba si no que se escuchó otra voz.

—¡Mami!.— Marcus reconoció la voz infantil y claramente escuchó el estruendo de la otra habitación apurando su paso hacia allá.

Oliver estaba en el suelo literalmente de espaldas mientras veía con ojos muy grandes a Ethan que se aferraba a su pecho queriendo un abrazo de regreso, pero Oliver solo se veía shockeado por lo que tenía enfrente.

Probablemente así se vio el cuando vió a Eleanore, escucho los pasos detrás de él y mirando de reojo a Percy, George y su madre asomándose detrás de él viendo lo que había pasado regresando a ver a George como diciendo un "te lo dije"

Oliver por fin pareció darse cuenta de la presencia de los demás de la habitacion regresando a ver a los tres ignorando a cualquier mayor y solo prestándole atención a la niña que la madre de Marcus traía en brazos.

—¿E...Ellie?.—Su voz titubeó pero al ver una reacción de la pelinegra en brazos rápidamente pasó su mirada al niño que lo abrazaba.

—¡¿Ethan?!.—preguntó sorprendido y el menor solo separó su mirada para verlo.— Conseguiste a niños parecidos a ellos o ¿Qué diablos está pasando?

—Pregúntale a Weasley.— Dijo Marcus acercándose para tomar por atrás a Ethan para cargarlo y que no volviera a escapar.— Hannah y Todd están en la otra habitación.

El menor solo se retorció por un momento antes de darse por vencido y Oliver se levantó aún mirándolo para extender sus brazos, cosa que hizo que Ethan reaccionara buscando por el otro hasta que Marcus se lo entregó.

Cuatro, falta uno.

—¿Que diablos George?, dijiste que solo ibas a saludar a Jamie.— Se quejo Oliver aún sin entender.

—Y lo hice.— Se defendió.—Para después hablar sobre unos negocios.—Antes de que Oliver volviera a decir algo George lo detuvo.

—Tengo que poner mis prioridades por delante Ollie.

Oliver no se veía con ganas de pelear por algo como eso y simplemente bajo su mirada hacia Ethan que le sonreía y pasaba sus manos por todo el rostro de Oliver haciéndole cosquillas tratando de detenerlo con una de sus manos.

—Si, me veo más grande.— Contestó como si eso hubiera preguntado su hijo hasta que una de las manos del menor alcanzó el cabello de Oliver para jalarlo dando un quejido tomando su mano.

Había olvidado esa mala costumbre, escuchó las risas de los demás y por fin le prestó atención a los otros tres aparte de Marcus que sonreía ante la imagen.

—Nunca creí ver a Ethan como niño otra vez.— Hablo Marcus y Oliver sonrió bastante grande.

—Esto despierta pesadillas en mi.—Se burló Oliver pero era más que obvio que con su expresión ni siquiera lo decía en serio.

Miró a Ethan ahora simplemente lo había abrazado para recargarse en su hombro.

—Ethan pesaba bastante ya a esta edad, ¿Cuántos años tiene? ¿Cuatro?.

—Según tres, pero se ve más grande de lo que le recuerdo.— Cuestióno tratando de saber la edad.

Ellie parecía de unos tres, Ethan de unos cuatro, Hannah parecían igual de unos cuatro, Todd de unos dos años y lo poco que recordaba de Jamie es que parecía de tres casi cuatro.

—Oliver tus hijos son unos demonios, Merlin me bendijo por no conocerlos a todos juntos y cuidarlos.— Hablo George en broma y Oliver asomo su cabeza por a lado de la cabeza de Marcus riendo para ver a las otras personas que se encontraban ahí..

—Señora Flint.— Se sorprendió por la presencia de la mayor.—¿Que hace usted aquí también?

—Ya te he dicho que no me llames señora querido.— Hizo una expresión de horror.—Me haces sentir vieja.

—Eleanore.—Rectifico Oliver asintiendo y la que pareció reaccionar fue la otra con ese mismo nombre y que se encontraba aún en brazos de la mayor

—No te hablo a ti jovencita.— Dijo Oliver para pasar de largo a Marcus y acercarse a la otra menor.—Si no a tu abuela.

Hubo un quejido de parte de la señora Flint que hizo de alguna manera reir a Marcus ante su desagrado por ser llamada así, cuando claramente lo era.

—Han pasado veintitrés años madre te tienes que acostumbrar.— Le susurro Marcus a su madre por un lado acercándose.

—Nunca.— Le dijo con mala cara a su hijo para regresarle una sonrisa a Oliver que miraba a Ellie.

—Dijiste que Todd y Hannah están en la otra habitación ¿No?.— Y era palpable la emoción y el brillo en los ojos de Oliver.

Marcus solo asintió y Oliver solo tomó del brazo a Percy y jalarlo saliendo hacia donde estaban los dos seguido de George y su madre que había bajado a Ellie y había salido corriendo junto con todos los demás.

Bueno al menos Oliver había llegado, tal vez Jamie no tarde en salir si es lo ve a él, Marcus salió al último pasando por las escaleras escuchando unos pasos apresurados por ahí regresando a ver hacia arriba.

No ha subido en todo este tiempo a los pisos de arriba desde que llego porque las escaleras siempre fueron un peligro existente con sus hijos.

De todos excepto dos.

Recordó por un momento las luces en el cuarto de Jamie y se desvió de su camino empezando a subir las escaleras, tres pasos dió y otra vez se escucho ruido en la parte de arriba que se alejaba mientras aún seguía subiendo mirando por el hueco hacia los pisos de arriba en caso de ver algo.

Sus hijos molestaban mucho que cada piso debería ser de cada uno y claramente como Marcus no pensaba darle cuerda a un par de niños malcriados que solo bromeaban todas las habitaciones estaban en el segundo piso, llegó al pasillo y guardo silencio en caso de escuchar algo pero no lo hizo.

Camino lentamente, este pasillo ha cambiado mucho de como lo recuerda de su niñez ahora que lo pensaba, no hay tantos retratos de su familia como antes, solo unos cuantos que lo regresaban a ver pero sin regresarle la palabra o decir algo.

Los retratos dejaron de hablar cuando regresó y cuando empezaron a haber un par de niños corriendo por los pasillos, Hannah siempre se ve muy dedicada a hacerlos hablar cada vez que pasa, saludandolos y no sabía quiénes estaban más hartos, los cuadros o Hannah que no recibía mucha plática.

Miro las puertas que tenían un pequeño indicio de a quién podía pertenecer de los cinco, los sticker rasgados y viejos de hasta abajo en la puerta de Ethan, los malos dibujos que Eleanore maldice por no poder quitar del marco de la suya, la manija de la puerta de Todd que no se puede abrir a no ser que el quiera o desea, la puerta un tanto golpeada de la habitación de Hannah, todas y cada una de ellas con su toque peculiar, por qué eso es lo que amaba de sus hijos.

No fue muy al fondo y simplemente se detuvo en el lado izquierdo del primer par de puertas, la única puerta que posiblemente se pudiera encontrá abierta, siempre entreabierta, ahora estaba completamente cerrada.

—Jamie.— Habló en voz baja como si fuera solo una pequeña advertencia de quienes era el que se encontraba ahí y se escuchó ruido por dentro, Marcus bajo la mirada anotando como la luz se apagaba rápidamente y simplemente suspiro abriendo la puerta.

Claro, muy alta para un niño de tres/cuatro años para cerrarla con seguro.

El desorden del cuarto de Jamie siempre era familiar, porque era una habitación normal para él, cosas mal apiladas y que Marcus siempre juraba que estaban apunto de caerse pero sin nunca pasar, el desorden de posters de Quidditch y bandas muggles por todo alrededor, la ventana abierta, siempre abierta y que Oliver siempre tenía que llegar a cerrar por el frío que empezaba a hacer en las noches.

Metió sus manos en bolsillos y miró alrededor fingiendo desinterés caminando solo a un lugar abriendo la puerta del armario, aún había mucha ropa colgada pero no la suficiente ya que cuando movió un par hacia la esquina encontro a Jamie escondido ahí sin voltear a verlo.

Marcus no necesito hablar por qué el lo hizo primero.

—¿Me van a regresar?.—La misma pregunta y parecía aguantar las lágrimas que se aglomeraban en sus pequeños ojos.

Marcus frunció el ceño agachándose todo el camino hacia abajo mirando al rubio, pareció inspeccionar por un momento el pequeño espacio donde Jamie claramente entraba bien pero Marcus no, importandole muy poco y moviendo las cajas que se encontraban ahí hacia afuera junto con la ropa para acomodarse a su lado un poco incómodo por el espacio

—¿Por qué piensas eso?.— Preguntó suavemente pasando su mano por las mejillas del menor que no aprecio reaccionar, apretando sus labios hasta que volvió a hablar.

—Hay más niños.

Y con esa simple respuesta Marcus entendió el problema cerrando los ojos decepcionado de él mismo por no haberse dado cuenta.

Jamie si bien no hay mucha diferencia de edad en la que fue adoptado, se podía catalogar como el mayor, teniendo casi tres años, no es una gran edad pero al menos si una dónde los niños parecen ser conscientes de lo que pasa un poco a su alrededor, o al menos de cosas que no puedes olvidar como ser devuelto por tres familias.

Jamie fue adoptado solo y si bien se notaba bastante feliz cuando Ethan llegó, fue un tiempo después de estar con ellos, de acostumbrarse.

Este Jamie que tenía con el, era el Jamie del orfanato, malhumorado y molesto, al igual que asustado por volver a pasar por lo mismo entre tanto niño que en este momento, apareció de la nada.

Ethan era mucho más mayor, Jamie debió en verdad estar bastante confundido.

—Si, hay más, pero son tus hermanos, ¿Creí que te gustaría la compañía para que no te sientas solo?, trabajo y mamá va entrenar.— Lo cargo y el rubio peleo un poco en el agarre antes de hablar otra vez mirando fijamente a Marcus.

—Te fuiste.—Dijo aún con esa voz pequeña y Marcus aguanto realmente odiarse a sí mismo al volver a escuchar eso

—Lo hice.— Lo admitió.—Y no es algo de lo que me sienta orgulloso, lo hice para protegerte.

El menor no pareció entender muy bien lo que decía pero no soltaba su agarre en la túnica de Marcus otra vez, nunca soltando su agarre de su túnica como si quisiera creer y lo hacía, los niños no perdonan fácil, Marcus no lo hacía con su padre, no importa que tanto él diga que lo hace q su madre, estaba seguro que ella misma sabía.

Al no sentir alguna otra batalla al cargarlo Marcus finalmente lo puso en su regazo limpiando los pocos rastros de lágrimas del rubio.

Sus hijos son unos llorones de primera pero de igual forma nunca se quejó cuando lo hacían, Jamie era un sentimental, otra cualidad que Marcus solía decir que era muy Hufflepuff y por la cual aún se le hacía extraño saber que su hijo mayor era un Gryffindor.

—Eres mi hijo, Jamie.— Dijo suavemente.—No podría cambiarte por nada del mundo, lo siento por haberme ido, no volverá a pasar nunca más.

Al igual que sus otras dos hijas el menor solo choco contra el casi sacándole el aire en un abrazo firme, o lo que trataba de ser un abrazo entre sus pequeños brazos.

—¿Promesa?.—Se escucharon las palabras amortiguadas al seguir sin levantar su cabeza y Marcus rio.

—Si, es una promesa.—Pasó su mano en su cabello abrazándolo de regreso fuertemente.

Cinco y tiene a todos.

—Me lees un cuento.—Jamie se separó de Marcus y el pelinegro arqueo una ceja a la rápida petición y cambio de actitud.

—Creí que mamá te leía cuentos mejor que yo.

Oliver lo mataría por escuchar nuevamente ese apodo, pero de alguna forma todos se habían acostumbrado a decirle así al guardián y la culpa de Marcus no fue.

Con su mano tratando de acomodar su cabello cosa que era imposible ya que el cabello de Jamie siempre se acomodaba extraño.

Siempre era divertido molestarlo pasando la mano varias veces en su cabeza de esa manera hasta que el otro se harta cosas que pasó agarrando la mano de Marcus en sus pequeñas dos manos haciendo un puchero.

—No me gusta.—Dijo en un murmullo y Marcus no pudo evitar que soltar una risa

—En ese caso ve a buscar uno y te lo leeré, los que quieras hasta que te duermas.—No faltó decirlo dos veces antes de que con una gran sonrisa Jamie saliera corriendo.

Marcus pensó por un momento el levantarse ya que era la primera vez que tomaba un descanso desde que llegó a la casa, pero incluso aunque pudiera quedarse dormido en un closet, no era su primera opción, si tenía suerte él sería el que se quedaría dormido a la primera historia que le diera Jamie, así que se levantó del suelo del armario saliendo y estirándose.

Vio a Jamie rondar confundido por la habitación buscando y claro que lo estaría, está habitación no es la misma de cuando el tenía esa edad, ni siquiera es la misma desde hace cinco años, escuchó un estruendo afuera abriendo la puerta para asomarse y mirar a un bastante molesto Todd pasar molesto en frente de el ignorandolo.

Que reacciones tan diferentes tenía de sus hijos pasando por la casa.

Pero claro ese si era Todd y lo podía reconocer por ser el mismo adolescente malhumorado Ravenclaw con alma de Slytherin de 15 años caminando con pasos largos y firmes mientras escuchaba las risas de Hannah siguiéndolo por detrás sacudiendo algo en sus manos.

—Toddy, mira tu cara por Merlin.—Gritó riendo tratando de alcanzar al otro pero su hijo en ningún momento torció el brazo hasta que llegó a su habitación cerrando la puerta de un golpe en frente de la cara de su otra hija.

Eso sí era normal en la casa, Hannah pareció darse cuenta de la presencia de Marcus regresando a ver y corriendo para entrar a la habitación donde estaba como si fuera la suya.

—Hola papá con permiso.

Saludo con esa gran sonrisa que probablemente cualquier Hufflepuff pudiera dar y antes de que Marcus pudiera preguntar algo más la chica de ahora pelo corto abrió la ventana, se asomó hacia un costado y salió caminando por la parte del tejado de ahí hacia algún lado.

Otro estruendo y entonces un grito se escuchó de parte de Todd

—¡Fuera de mi maldita habitación!.

Ah sí, eso sí era normal escuchar en la casa.

Marcus regreso a ver Jamie notando ahora como el rubio se veía bastante confundido mirando su habitación pero a diferencia de hace rato, solo se notaba sentado en la cama con esa misma altura y facciones de veintiseis años tratando de procesar su propia habitación

Y posiblemente ignorando lo que acaban de pasar con Hannah, como si en verdad estuviera acostumbrado a que usarán su ventana como puente hacia otras habitación, y tal vez lo estaba

—¿Cómo llegué aquí? ¿Que haces aquí papá?.—preguntó de repente a Marcus que estuvo apunto de contestar antes de ver a Oliver y Adrián llegar velozmente a la habitación.

—¡Maldita sea yo quería ver a Jamie de niño!.—Dijo Oliver bastante decepcionado de encontrar a Jamie de siempre acercándose para tomar al rubio de la cara que empezó a quejarse hablando algo con su padre

Marcus pasó su mirada a Adrián que aún estaba en sus túnicas de sanador y parecía haber corrido hasta aquí, su cabello alborotado y con manchas de dudosa procedencia el la parte derecha de su túnica debajo de donde estaba su nombre.

—Hombre solo me salí del trabajo para esto, es injusto, Weasley siempre se lleva la parte divertida,—Se quejó y Marcus solo suspiro dejando caer su cabeza golpeándose un poco con el marco de la puerta.

Moría de sueño.